Mucho está dando que hablar la obra dela
autora francesa Chloé Cruchuadet, “Degenerado”, y no es para menos. Después de
recibir varios premios, entre los que cabe destacar el del Público en el
festival de Angouléme 2014 o el Landerneau 2013, ha sido publicada en España
por la editorial Dib>buks con bastante éxito.
Chloé es una escritora nacida en Lyon
que llegó al mundo del cómic en 2006 a través de varias obras para editoriales
como Petit à Petit o Nocturne. Si hay algo que realmente la caracteriza es el
cambio de estilo de un trabajo suyo al siguiente. Según ella, esto es debido a
su interés en no quedarse estancada en una sola forma de dibujar y entintar sus
viñetas, algo que le da continuamente un aspecto novedoso a sus cómics. Para
este libro ha realizado una más que ardua labor de investigación, no sólo de la
propia vida de los personajes, también en todo lo referente a la Primera Guerra
Mundial y la situación social y económica de la Francia de la postguerra.
Degenerado está basado en la historia real
de dos personas que se conocen, se enamoran, se casan y ven su trayectoria
matrimonial rota por una de las guerras más violentas, todas lo son, de la
Historia de la humanidad. Estos amantes son Louise Landy y su marido Paul
Grappe y ese terrible conflicto, como he dicho antes, es la llamada “Gran
Guerra”. Para ello Cruchaudet crea una serie de viñetas que, de no ser por la
calidez de los tonos rojos, bien podría reconocerse en blanco y negro. Esto no
le impide imprimir toda la fuerza necesaria para plasmar tanto las atrocidades
de la guerra como los distintos sucesos que van aconteciendo en el desarrollo
de la relación de Louise y Paul como pareja.
Al poco de casarse Paul es llamado a
filas para realizar el servicio militar en llegando a ser cabo. Justo cuando está
viviendo este momento estalla la Guerra Mundial siendo incorporado al mundo de las
trincheras, gases venenosos, alambres de espinos, obuses, ratas, piojos y demás
“curiosidades” de la misma en un abrir y cerrar de ojos. En el instante que se
encuentra dando ánimos e imprimiendo valor a uno de sus soldados este salta
desesperado a la No Man´s Land obligando, después de recibir la orden de un
superior, a Paul a seguir sus pasos. La muerte de este compañero es la gota que
colma el vaso a la hora de decidir que necesita desertar sea como sea. Todo
este camino comienza con la automutilación y acabará, en cierta manera, con el
travestismo de Grappe.
Entre medias está la ocultación en una
vieja habitación para no ser descubierto por las autoridades y, evitar así, terminar
frente a un batallón de fusilamiento. Paul, confundido por pensar que desertar
sería su carta de libertad, finaliza sus meses de postguerra encerrado entre
cuatro paredes mientras Louise se queda las manos en un taller de costura para
que ambos puedan sobrevivir. Aquel se entrega al alcohol cada vez más. Es en
una de las discusiones respecto a este tema, impulsado por su deseo de seguir
bebiendo, cuando sale a la calle a comprar una botella de vino enfundado en las
ropas de su esposa por primera vez. Este será el primer punto de inflexión de
su historia, tanto personal como matrimonial.
Con la inestimable ayuda de Louise, que
apoyará en cualquier “locura” que su marido lleve a cabo con tal de salvarle la
vida, Paul se convierte en la señorita Suzanne. Entra a formar parte de la
plantilla del taller de costura donde aprovecha el éxito que tiene entre las
trabajadoras para coquetear con ellas. Después de gastar su paga en intentar
camelar a algunas de ellas, con el rechazo frontal por parte de su esposa,
acabará internándose el famoso Bois De Boulogne parisino de los años veinte. El
descubrimiento de este sitio, sobre todo por lo que ocurre en el mismo, es el
segundo punto de inflexión en la relación de los dos personajes de esta
historia. A partir de aquí es cuando Paul realmente comienza a ser Suzanne. Abandona
cualquier tipo de trabajo estable y toma esa identidad. El buen vestir de
Suzanne y su entrega, sin ningún tipo de prejuicios, a todo lo que acontece en
dicho bosque la llevarán a tener una gran fama entre los asiduos y asiduas del
mismo.
Mientras tanto la relación matrimonial
pasa por muchos altibajos debidos a la falta de cuidado de Paul ante las
autoridades, recriminada continuamente por Louise, la entrada en escena de esta
en el escenario del Bois De Boulogne, momento que provocará más de un ataque de
celos y de competencia por parte de Paul, y la amnistía por parte del Gobierno
a todos los desertores durante el embarazo de ella. El final de la historia es
bastante trágico pero está repleto de ternura y fidelidad.
El análisis de esta gran obra no es otro
que hasta dónde puede llegar un ser humano que no quiere formar parte de los
horrores de una guerra. Qué fronteras impensables por el mismo estaría dispuesto
a atravesar para no ser partícipe de los actos inmundos de un conflicto. Está
claro que cualquier decisión será nueva para poder sobrevivir, incluso aquella
que te puede llevar a cambiar no sólo de identidad sino también de género
aunque sea mediante vestidos, pulseras, depilaciones y peinados. Después de
diez años Paul no sabe quién es Suzanne y Suzanne no sabe quién es Paul. La
libertad que consigue Suzanne, a nivel personal, sexual y de pareja, es algo
inalcanzable para Paul a pesar de la libertad otorgada por una amnistía que,
como suele pasar, llega excesivamente tarde.
En el fondo lo que he leído en este
cómic es una historia más de todas aquellas que no quieren ser contadas, de
aquellas de los que nunca forman parte ni de los vencedores ni de los vencidos
porque pertenecen al bando de los malditos, los innombrables y los odiados.
Estos son siempre los estigmas de los desertores de cualquier guerra. Ya es
hora de que se vayan sacando a la luz casos como el de Paul y Louise porque no
dejan de ser personas impulsadas a vivir, de una u otra manera, las
consecuencia de unos conflictos que nunca debieron existir pero que siguen
existiendo.
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