lunes, 15 de abril de 2024

Oldhands Presenta Su Primer Trabajo, "Little Bites", En Boogaloo

 



Oldhands volvió a pasar por la sala Boogaloo cacereña para presentar su primer trabajo, Little Bites. He de decir que es un disco de esos que con cada escucha me gusta más. Un disco compuesto por diez temas de buen Hard Rock que interpretaron al completo, además de una versión de Scorpions y otra de Van Halen. Quizá deslució un poco, no demasiado, los problemas técnicos que tuvieron a lo largo del show, sobre todo la voz de Savage al comienzo del concierto y el bajo sonido de la guitarra de Albert casi en la totalidad del mismo. Al menos desde donde yo estaba no se le oía como se le tenía que oír. Pero nada de esto influyó para que disfrutáramos con ellos durante el tiempo que estuvieron sobre el escenario.




Arrancaron con Moonlight, tema que se puede considerar single principal de este redondo. Con las presentaciones hechas en mitad de la canción, ese estribillo tan pegadizo nos puso en movimiento desde el minuto uno. Casi sin respirar, continuaron con Eleven Days. Esa intro por parte de Albert, a la que se une como un cañón el bajo de Vinagre y la batería de Pachi, da forma a uno de los mejores cortes del disco, sirvió como verdadero despegue para todo lo que vino después. Ya que he nombrado a todos los integrantes de la banda, y antes de continuar, quiero resaltar el talento de todos ellos. Vina debe ser de los mejores bajistas de nuestra comunidad, años dándole a las cuatro cuerdas en formaciones de muy distinta índole, lo avalan como tal. Albert es un gran guitarrista, de esos que disfruta y hace disfrutar con lo que hace, algo no siempre fácil de conseguir. En cuanto a Savage, aparte de que sigo diciendo que quiero verle en un escenario más grande, donde seguro se va a desenvolver con más soltura, es un frontman con una voz que se reconoce con solo empezar a cantar, y eso tampoco les pasa a muchos. Y qué decir de Pachi que no se haya dicho ya, un batería reconocido dentro y fuera de nuestra región que toca y ha tocado con no sé cuántas bandas y todas ellas de un nivel altísimo. Pues eso, que por estos lares seguimos teniendo unos musicazos del copón a los que deberíamos prestar mucha más atención.



The Secret, un tema que está entre mis preferidos del disco por su contundencia y cambios de ritmo, fue la encargada de dar continuidad a un concierto que, la verdad, fue a todo trapo. Engancharon con Dirty Side Of The Road, para la cual Savage nos pidió que participásemos en los «Ooohh» del estribillo, algo que hicimos de muy buena gana. Gran momento de conexión entre banda y público. Jealousy puede que sea el tema donde más se ven reflejadas las influencias de todas esas bandas en las que se mira Oldhands, añadiendo su toque personal en todo momento.




El comienzo de Take Me Up nos puso delante de uno de los cortes más cañeros y rápidos del disco que sonó como pura dinamita. Otro de mis preferidos del disco, con Savage subiendo hasta desgañitarse, ese toma y daca entre Albert y Vinagre y un Pachi en su línea, que no es otra que la genialidad a los parches. A pesar de que su título hace alusión al final de la fiesta, y de ser la última canción de este su primer trabajo, The Party Is Over sirvió para atravesar el ecuador del concierto para después interpretar Those Years, la balada que toda buena banda de Hard Rock, como son estos Oldhands, debe tener en su haber. Supongo que a cada cual este tema le sonará a este grupo o al otro, a mí, personalmente, me recuerda por momentos a los mejores Cinderella, una de mis bandas preferidas de esta onda hardrockera.




La recta final echó a andar con la interpretación de I´m Leaving You, de Scorpions. Una elección muy acertada para conmemorar los cuarenta años de Love At First Sting, el álbum más exitoso de los alemanes. Old Hand, Young Dick, con su ritmo y estribillo tan característicos, además de esa aportación guitarrera de Albert, sirvió de antesala para la interpretación de la segunda versión de la noche, Ain´t Talkin´ ´Bout Love, de los grandísimos Van Halen. Como era de esperar, fue uno de los momentos álgidos del show, con toda la peña cantando a grito pelao. Y para cerrar dejaron el tema con que abren su disco, Becoming Fools. Un gran broche final para dar por concluido un concierto por el que mereció la pena esperar la media hora larga de retraso con la que comenzó.



Reitero la valía de la mayoría de las bandas que tenemos en nuestra comunidad. Independientemente del estilo que te mole, la peña joven viene dando fuerte, algo siempre más que bueno, mientras que unos veteranos como Oldhands se sacan de la manga un discazo como el que han sacado. Mi más sincera enhorabuena por este Little Bites. A ver si la próxima vez consigo verlos en un escenario más grande, y a la cuarta va la vencida. Estoy seguro de que todo cambiará si estos cuatro musicazos tienen más espacio para desenvolverse. Por cierto, espero que consigan llegar a Japón y, por supuesto, que me pidan ser su corresponsal de prensa, jeje.

 


jueves, 11 de abril de 2024

Gritando en Silencio, Tocando Techo Y Derrape En El Espacio Utopía De Valdecín

 







Antes de comentar lo vivido el sábado 6 de abril en el Espacio Utopía de Valdecín quiero agradecer a todo el personal de este sitio su labor y esfuerzo por traer a bandas de fuera y por dar la oportunidad de tocar a las de estas tierras. Además, me gustaría felicitarles por su sala. Me quedé impresionado, tanto por la capacidad como por la visibilidad y la acústica de la misma. Si a esto le sumas los precios populares de las consumiciones y los bocatas, ya es el no va más. Ya podían ir aprendiendo en otros lugares de la región, incluido Cáceres, que buena falta hace tener un sitio como este. Lo dicho, a seguir así, y mi más sincera enhorabuena.





Desde Burguillos del Cerro, cuánto tiempo sin ir por allí, llegaron Derrape para ofrecernos un concierto no muy largo, pero sí muy intenso. Esto se debió, según nos contó el bajista y cantante Víctor Rubio, al cambio reciente de batería. A temas propios como Esclavo, Por caminos y veredas o Rock de la birra añadieron un par de clásicos de Extremoduro, otro de Porretas y uno más Barricada. De este modo, consiguieron calentar el ambiente ante lo que después se nos venía encima. Me gustaron, esta ha sido la primera vez que los he visto, y espero que no sea la última.




Ha pasado alrededor de medio año desde que vi a Tocando Techo en Cáceres. En este poco tiempo he notado una evolución y un saber estar encima de las tablas brutal. Lo de su concierto en Valdecín fue memorable, y estoy seguro de que lo pueden mejorar aún más. Todo sería cuestión de volver a verlos al final de esta gira que han comenzado en esta localidad cacereña. Los del Casar de Cáceres también añadieron un corte de Extremoduro a un repertorio basado en temas del calibre de Volar, Puntos cardinales, Viajero o la potente Dame tu veneno, que empiezan a tomar cierto cariz de clásicos. El tiempo que estuvieron sobre el escenario no dejaron de repartir cera con una cara de felicidad y una entrega que le salía por cada poro de su piel. Sin quitarle mérito alguno a los guitarristas Ángel y Alberto, este también en las labores de vocal, ni a Carlos a las cuatro cuerdas, hay que reconocer que la labor de Juanje a la batería es de otra galaxia. Qué manera de aporrear, da igual que pierda las gafas, él sigue a lo suyo como un reloj, pero un reloj de los que retumban por toda la sala. Un bestia, vamos. Siempre lo he dicho, cuando se tiene un buen batería, una banda tiene andado más de la mitad del camino, y eso le pasa a Tocando Techo. Una pena que no podamos vernos en su próximo concierto en Cáceres, pero ese mismo día tengo la presentación de mi nuevo libro en Jaraíz de la Vera. Les deseo la mejor de las suertes en esta gira, de todo corazón. A continuar creciendo.






Que una banda de la envergadura de Gritando En Silencio arranque también su gira en Valdecín dice mucho de ellos. Sí que es verdad que pensaba que traían algo nuevo debajo del brazo, discográficamente hablando, pero dio igual. La ristra de canciones con los que nos hicieron saltar, gritar y no parar de movernos fue lo que realmente tod@s esperábamos esa noche. Con la sala casi a reventar, la conexión con l@s presentes se produjo desde el minuto uno. Claro que cuando tienes en tu haber temas como Mi último cartucho o ¿Dónde te has quedado?, entre otros, todo es más fácil. Tampoco faltaron Rumbo de colisión, Va por vosotros y Perdedores en la lluvia. Pero si hubo momentos de verdadero desfase, estos se produjeron con Actitud, Como si no hubiera nada más o con Rock´n´Roll Barrabás. A pesar de todo, sigo echando de menos algunos de los temas que más me molan de ellos, como Ya debió cambiar. Pero todo se olvida cuando Marcos rasca su guitarra y comienza a cantar y cuando Alberto anima al público con el bajo, sin quedarse atrás a Jorge a la batería y a Miguel Ángel con sus guitarrazos y solos. Espero con ganas su nuevo disco, seguro que no defraudan.





Supongo que la noche se alargaría mucho más en Valdecín, es lo suyo, pero nosotros nos tuvimos que volver poco después del concierto. Me alegró mucho volver a ver a colegas que hacía tiempo que no veía y conocer a otros nuev@s. Todo dentro del buen rollo que se respira entre las cuatro paredes del Espacio Utopía. No tardaremos en volver a vernos, seguro.




viernes, 29 de marzo de 2024

"La Debacle", De Pascal Rabaté




Antes de comentar esta obra voy a hacer referencia a esa gran atracción que he sentido siempre por el blanco y negro. Podría ser que esto venga de que los primeros autores de cómics que me volaron la cabeza, llámense Esteban Maroto, Hugo Pratt, Carlos Giménez, Tardi, Toppi o Comès, usaban esta técnica. Pero luego también estaban Astérix, Segrelles o Luis Royo que sin el color serían otra cosa bien distinta. Fuera como fuere, siempre que me encuentro con una obra en B/N que me gusta, como es el caso de la que vamos a comentar en unos párrafos, como que esa sensación de deleite se multiplica.


Pascal Rabaté es un historietista francés que, después de graduarse en Bellas Artes en Angers, comenzó a hacer cómics a finales de la década de los 80. Su adaptación de la novela Ibicus, de Tolstoi, le supuso un éxito de público y crítica, ganando, entre otros, el Premio Alph`Art al mejor libro de historietas en el Festival de Angoulême de 2001. Otras obras suyas a destacar son La Virgen De Plástico, con dibujos de David Prudhomme, y Río Abajo. También ha hecho sus pinitos en el cine, tanto de actor, en Louise-Michel, de Kervern y Delépine, como de director, adaptando a la pantalla su propia obra en cómic Les Petits Ruisseaux.


La Debacle echa a andar, y se anda bastante a lo largo de estas páginas, como vais a poder comprobar, con el ataque aéreo a un convoy francés por parte de los alemanes, durante el cual, además de producir varias bajas, las bombas provocan un socavón en la carretera. Para evitar que cuando llegue la ambulancia de la Cruz Roja a auxiliar a los heridos y recoger a los caídos caiga en dicho socavón, la patrulla deja atrás a Videgrain, un soldado de la unidad de motos. En las pocas páginas que reflejan este incidente se puede comprobar que la relación entre los soldados y sus superiores no es lo que se puede entender por idílica.


En su espera ejerciendo de improvisado centinela ante el hoyo, el motorista ve pasar a un escuadrón de soldados seguido a cierta distancia por el coche averiado del coronel remolcado por un soldado de la caballería. Un absurdo más de la guerra. Después de aparecer la Cruz Roja y haber realizado su labor, Videgrain intenta ponerse en marcha, pero se da cuenta de que el depósito de su moto fue alcanzando durante el ataque aéreo. Problema que soluciona cogiendo la moto de uno de sus compañeros muertos. Pasa la noche repudiado por un grupo de huidos que ven en él un blanco perfecto para ser atacados por el enemigo antes de reanudar la búsqueda de su regimiento. Pero todo se va al traste cuando la moto patina con las octavillas lanzadas desde un avión germano acabando inservible. Así pues, no le queda otra que continuar a pie.


En su travesía se cruza con todo tipo de gente hasta toparse con un grupo de enterradores. En el tiempo que pasa con ellos aparece otro soldado, del 65º Regimiento, en este caso, igual de perdido que él. Unidos, retomarán la marcha en la búsqueda de sus respectivos compañeros de armas. Andando se encuentran con una fila de desplazados en compañía de la cual vuelven a sufrir un nuevo ataque aéreo. La llegada posterior al ataque de un teniente y su grupo de soldados les sirve para ponerse al día de la situación en el frente, el cual deciden alcanzar campo a través.


Después de descansar y aprovisionarse con lo que encuentran en una casa abandonada, pasan la noche al raso y continúan hasta llegar a un pueblo, igualmente abandonado, tomado por un rebaño de vacas y una piara de cerdos agresivos que les obligan a abandonarlo. Mientras toman un baño en el río cercano al pueblo, son vistos por un soldado alemán que ha tenido la misma idea que ellos. Muertos de miedo, salen pitando y descubren al grueso del ejército nazi avanzando y al francés desmontando y saboteando todo su material bélico para dejarlo inservible ante su inminente rendición.  En este reencuentro con compañeros y mandos son rodeados y hechos prisioneros. De esta manera, comienzan de verdad los problemas de ambos batallones.



Formando parte de una caravana que aumenta cada hora con dirección al campo de prisioneros, Videgrain y algunos de sus compañeros comienzan a planear su fuga. Propósito que se acrecienta cuando los alemanes les impiden hacer fuego y les niegan la comida. De nuevo en camino, las provisiones llegan por parte de l@s vecin@s de los pueblos que atraviesan. En esta parte de la trama se hace evidente el trato recibido de las tropas coloniales por parte de los alemanes. Las casas y los establos de uno de esos pueblos les servirán de refugio durante una noche lluviosa, después de la cual retoman la marcha hasta alcanzar un punto donde confluyen con otras filas de prisioneros. En este lugar permanecerán varios días al aire libre, tiempo que aprovechan para seguir maquinando su fuga, al tiempo que sufren las represalias alemanas. Con la noche como aliada, escapan corriendo sin mirar atrás hasta saltar unas alambradas. Cuando creen que están a salvo, se dan cuenta de que el improvisado campo de prisioneros es tan grande que han acabado en otro punto del mismo. Y vuelta a la caminata formada por cientos de soldados que, debido a su dimensión, se ralentiza. Situación que es aprovechada por el grupo de Videgrain para irse quedando cada vez más atrás de la cola hasta refugiarse debajo de un puente.



El hecho de que en el grupo de huidos haya un africano hace que el resto lo abandone junto a Videgrain, el único que está de su parte, a la mínima de cambio. Una vez solos, alcanzan una granja habitada por una madre y su hija. Durante varios días, estas les ayudan a reponer fuerzas y les ofrecen ropa para pasar inadvertidos en su huida. Fuga que se verá recompensada con los contactos que tienen las dos mujeres a la hora de ayudar a gente como ellos. Eso sí, el africano no suma en estas cuentas. De este modo, nuestro protagonista regresa a su ciudad de residencia, donde se encuentra con hogar tan abandonado a su suerte como él mismo.


La Debacle es una historia más acerca de gente obligada a luchar en una guerra. Una historia de compañerismo, rechazo, racismo, no solo por parte alemana, huidas y desesperación como la mayoría de las que suceden en cualquiera de los conflictos pasados y actuales. Algo que nos da a entender lo poco o nada que hemos aprendido al respecto. La humanidad sigue tropezando en lo mismo; algo que, ni se sabe el tiempo que hace, dejó de ser piedra para convertirse en montañas que dan forma a la más inhumana de las cordilleras. 



lunes, 4 de marzo de 2024

Texto Mandrílico Marzo 2024

 

CIENCIA NO FICCIÓN

 

¡Todos a sus puestos! ¡Cámaras! ¡¡Acción!! Y la dirección, junto al guion, el elenco de artistas, la fotografía, los decorados, las grabaciones en exterior y el vestuario, elevaron a olimpo de los dioses del cine a la inteligencia artificial.


miércoles, 14 de febrero de 2024

Kike Babas & Kike Turrón: Fito, Y Por Supuesto La Luna

 






Este Fito, Y Por Supuesto La Luna es el proyecto más reciente de Kike Babas y Kike Turrón, los Kikes. No me voy a parar a hablar de ellos porque ya lo he hecho en otras entradas de este humilde blog. Tan solo diré que lo de cambiar el formato de libro por el de cómic en esta nueva publicación es todo un acierto, sobre todo para un amante tanto del noveno arte como de la música del vasco. La obra se divide en cuatro partes con un total de veintiún capítulos, todos realizados por dibujantes diferentes, aunque algun@ repite, que en ciertos momentos se encargarán también del guion y en otros dejarán esta labor en manos de los propios Kikes o de otr@s compañer@s. A esto hay que añadir tres prólogos de lo más interesante, uno por cada Kike y otro del Gran Wyoming. Antes de entrar en detalles, diré que hay muchas cosas que ya conocía de las que se cuentan en estas páginas y otras tantas que me ha encantado conocer. Y como curiosidad comentaré el haberme visto cantando la mayoría de las canciones al tiempo que iba leyendo las letras de las mismas impresas en estas viñetas.





La Parte I abre con el primer capítulo, valga la redundancia, Bilbao – Laredo, a cargo de Roberto Peral en los dibujos y el color. Siempre me han gustado los comienzos de cualquier obra que hacen referencia al final de la misma. Aquí, además de dicho inicio, nos encontramos con los orígenes familiares de Fito, con sus primeros contactos con la música, con su traslado de Bilbao a Laredo, su paso por la escuela, la separación de sus padres, el curro en la cafetería de su madre junto a su hermano mayor y con sus encuentros iniciales con el R&R.

En el capítulo 2, Lo Que El Colegio Nunca Me Enseñó, con dibujos de Vicente Damián y color de Juan Soler, vemos al protagonista dando sus primeros pasos en esto de la música. Nos enteraremos de cómo se hizo con su primera guitarra y su primer ampli. Después vino su primer concierto como parte del grupo Urbe en una verbena de Colindres compartiendo cartel con La Burla.







La Puta Mili es el título del siguiente capítulo. Aquí el dibujo viene a cargo de Pedro J. Colombo, el storyboard es de Alberto Muriel y en los asuntos de colores tenemos a Aintzane Landa, Álex Santaló e Yvon Wong. Entre tod@s dan forma al paso del guitarrista por el servicio militar, su llegada a Vallekas, una vez finalizado este engorroso trámite, la temporada que estuvo por Benalmádena, su vuelta a Bilbao como currante del club Palanca 94 y su reencuentro con Juantxu como germen de su entrada en lo que sería Platero Y Tú.

El capítulo 4, La Palanca Y Yo, tiene los dibujos y el color de Álex Orbe. A través de ellos se nos cuentan algunas de las anécdotas vividas en el ya nombrado club, a lo que se añade los primeros ensayos con sus futuros compañeros de banda, el origen del singular nombre de la misma, los primeros conciertos y la primera maqueta, así como la publicación del primer redondo del grupo. Y hasta aquí la primera parte.





La Parte II echa a andar con el capítulo titulado Somos Los Platero, dibujado y coloreado por Kepa de Orbe. La banda nace como tal en una de las épocas más convulsas vividas en el País Vasco. Es en ese tiempo cuando ve la luz Burrock´N Roll, que conllevará el abandono del Palanca 94 y les dará pie a dar conciertos por las provincias colindantes. En uno de ellos será donde se topará por primera vez con Robe, de Extremoduro.

Hay Mucho R&R sirve de título al capítulo 6 y para que Álex Orbe vuelva a encargarse del dibujo y del color. Llega el fichaje de la banda por una compañía madrileña que acabará dando forma a Muy Deficiente, donde colabora Rosendo, y su llegada a la mayoría de las tiendas del Estado. Luego vendrán Vamos Tirando, disco con el que los descubrí y vi por primera vez en el Espárrago Rock granadino, y Hay Poco Rock & Roll, con colaboraciones de Robe y Evaristo, hasta llegar a su álbum en directo A Pelo.





La autoría de los dibujos y el color del capítulo 7, Los Primeros Fitipaldis, vuelve a ser de Kepa Orbe. Como ya se indica, los primeros Fito & Fitipaldis echan a andar junto a los discos de oro fruto del éxito de los Platero, la llegada al mundo de su primer hijo, la visita a Cuba del cuarteto y sus primeros conciertos en solitario. Todo sin olvidar la exitosa gira que unió a Platero Y Tú con Extremoduro.

Y así nos plantamos en la Parte III, que comienza con el capítulo 8, Salir, Beber, Grabar… Los Sueños De Siempre, donde nos volvemos a encontrar con los dibujos de Pedro J. Colombo, el storyboard de Alberto Muriel y los colores de Aintzane Landa junto a Dani Martínez. En esta etapa se mezclan la gira del primer trabajo en solitario como telonero de Extremoduro con la puesta en la calle de Correos. Como es conocido, este será el último trabajo de los bilbaínos antes de su disolución y de la llegada del segundo disco de Fito, Los Sueños Locos.







Regresa Alberto Peral en el capítulo 9, Sin Frenos Y A Lo Loco. Aquí nos centramos en las anécdotas de la carretera, como las paradas por parte de la Guardia Civil o el accidente del que salieron ilesos sin que Fito tuviera más preocupación que las pilas de su ampli.

En el capítulo 10, Soldadito Marinero, dibujado y coloreado por Alejandro Merino, nos topamos con todo lo relacionado con el tema estrella de la carrera en solitario de Fito. Y no cuento más, porque merece y mucho la pena descubrir todo lo que tiene que ver con dicha canción.





Reaparece Kepa Orbe para dibujar y colorear el capítulo 11, Lo Mas Lejos A Tu Lado. Estas viñetas se centran en la gira del segundo trabajo en solitario, donde Fito tocó techo en el asunto de las adicciones. Momento que le llevó a ingresar en un centro de rehabilitación, después de su separación matrimonial. Se cierra con los nervios propios de volver a tocar sobrio después de muchos años.

Avanzamos hasta el capítulo 12, Vivir Para Contarlo. Con dibujos y color de Iosu Berriobeña, se nos relata la relación de Fito con la Semana Grande de Bilbao, las veces que ha pasado por sus escenarios, tanto con Platero como en solitario, y la grabación del concierto en directo en las mismas, al que pude asistir y del que tengo un más que grato recuerdo. También nos comenta la gira de dicho disco en vivo y de la aparición de Marisa, su actual compañera.





Para el capítulo 13, Todo Me Queda Grande, volvemos a tener a Alejandro Merino en las partes gráficas para hacernos ver la etapa de sequía creadora que sufrió el guitarrista antes de conocer a Carlos Raya y dar forma a los nuevos Fitipaldis.

En el capítulo 14, A Los Ojos, hace su primera aparición Toni Fight a los dibujos y el color. Este será el encargado de contarnos la relación de Fito con Andrés Calamaro, la gira conjunta de ambos y la salida posterior del directo 2 Son Multitud.



Y así es cómo llegamos a la Parte IV, y última, que arranca con el capítulo 15, Nada Para Impresionar, como una nueva entrada de Iosu Berriobeña al dibujo y el color. Se puede decir que es una de las partes más dinámicas del cómic. Basándose en una entrevista de radio, pone en contacto al público con el músico hasta terminar con la entrega del disco de platino por las ventas de Antes De Que Cuente Diez y la actuación en acústico con Carlos Raya.

Regreso en el capítulo 16, Esperando A Coyote, de Toni Fight como encargado de los lápices y el color. Aquí todo gira en torno a la actuación en el Teatro Circo Price madrileño junto a un destacado elenco de músicos estatales, a la espera del nacimiento de Coyote, su hija.



El guion del capítulo 17, a cargo de Alberto Lorite, está basado en la grabación del videoclip perteneciente al tema Lo Que Sobra De Mí, título del propio capítulo, con dibujos de Vicente Damián y color de Juan Soler. Personalmente, me ha resultado el más original y llamativo de esta obra.

El capítulo 18, La Cuadri Del Hospi, está dibujado y coloreado por Raquel Alzate. Es, sin duda, el más entrañable del cómic. Nos pone delante la relación de Fito con la asociación homónima de este título, además de hablarnos de la labor de esta. Todo con un final difícilmente superable.

Y volvemos con Toni Fight para el siguiente capítulo, En El Royal Hall. Como podéis imaginar, nos pondremos al día de la historia de tan famoso emplazamiento londinense de boca del taxista que acercará a Fito para su actuación en el reconocido teatro. Otra de las partes con más acierto del cómic.






Nos acercamos al final con el capítulo 20, Un Camarero En La Catedral, a cargo de l@s mism@s del 8. Después de un sueño, Fito se encuentra con una de las citas más importantes de su carrera, la actuación en el estadio de San Mamés, que será retransmitida por la televisión estatal en abierto. En esta gira también he vuelto a tener el placer de verle, en este caso en Cáceres.

Y cerramos con el capítulo 21, Cultura Rock, con Alberto Merino de nuevo como autor de las viñetas. Aquí se mezclan las colaboraciones con algunos de los músicos que ya han aparecido con anterioridad con otros nuevos. A esto se suma la visita de los Kikes con la intención de que esta obra apareciera de la manera en que lo ha hecho. Bastante original esta parte, pues se sale un poco del plano biográfico para darnos a conocer ese encuentro entre guionistas y músico.



Me han gustado muchas cosas de este cómic, desde el dinamismo que le da los cambios de autores/as con sus distintos estilos, hasta la salida y entrada de todo lo que tiene que ver con la carrera musical de Fito. Lo que sí he echado en falta, y no es en plan cotilleo, es algo un poco más escabroso dentro de dicha biografía. En estas páginas todo es perfecto y maravilloso, pero tod@s estamos segur@s, incluido el protagonista, de que no siempre fue así. De todos modos, vuelvo a sorprenderme, para bien, de la labor de los Kikes. Brutales, una vez más. Y, para cerrar este artículo, solo me queda dar las gracias al propio Fito por esos momentos inolvidables que me ha hecho pasar, tanto en la época de Platero Y Tú como en solitario, y desear que nos sigamos viendo durante muchos años más.