martes, 23 de enero de 2024

Tahúres Zurdos Madrid 2024

 





Tahúres Zurdos volvió a pasar por Madrid en una nueva gira que lleva por título «Redención», al igual que uno de los nuevos temas que han sacado o, más bien, recuperado. Antes de empezar esta crónica resaltaré el buen estado de forma de l@s navarr@s. Esto, unido a la siempre conexión que crea Aurora con el público, da lugar a un show tan personal como único. Sí que es verdad que no esperes poder ponerte a saltar y brincar porque, sin llegar a ser íntimo, esto va de otro rollo.






Con poco menos de media hora de retraso, debido a que las puertas se abrieron con el tiempo pegado al culo, salieron los cuatro componentes de la banda ante una sala repleta de un público entregado desde que dieron comienzo con Myss Hyde, que rápidamente engancharon con uno de sus temas estrella, Lujuria. Todo un inicio que consiguió arrancar las primeras sonrisas y los primeros acompañamientos por parte de l@s presentes. Con Él Lo Predijo la cantante y guitarra se dirigió a nosotr@s por primera vez, algo que seguiría ocurriendo para expresar tanto lo bien que se sentía con la vuelta del grupo como con ver la sala en ese estado. Para presentar Mis Hijos Me Espían nos contó de dónde salió la idea de este tema, algo realmente curioso de conocer. Princesa Hada es el nuevo single que han usado de excusa, por decirlo de alguna manera, para esta gira. Un tema muy en la honda de lo que nos tienen acostumbrados al que hay que darle un poco más de recorrido para que nos quedemos bien con él.





Una vez pasado los trámites de este comienzo, fueron cayendo clásicos que consiguieron lo que realmente íbamos a buscar, pasar una gran noche disfrutando de un grupo que se merece mucho más de lo que realmente consiguió en su momento, pero ese es un asunto sobre el que podríamos estar hablando durante horas. Fueron sumando El Manual, Arde Europa, con ese ritmo tan bailongo que tiene, Azul, con la cual, como os podéis imaginar, el escenario se tiño con focos de igual tonalidad, o Nieve Negra, una de mis canciones preferidas de su repertorio y la ya nombrada Redención.








Aurora tuvo su momento acústico con el que ya se hizo definitivamente con el público con Horas o Afiladas Palabras. A la vuelta de los demás componentes del combo navarro, y como era previsible, dieron comienzo a una lista de temas que acabó por caldear totalmente la sala, Las Botas fue la antesala de La Tormenta, que dio paso a Que Entre La luz, dedicada al productor británico Nigel Walker, presente entre el público. El tramo siguiente fue de lo más esperado, pues la triada Chicas Fuertes, La Noche Es y Tocaré no dejan de ser tres de sus temas más conocidos. Así fue como se despidieron por primera vez.






La vuelta arrancó con un pequeño solo de batería de su nuevo fichaje, el joven Daniel Lizarraga, antes de que empezaran a sonar los acordes de La Caza como arranque de lo que sería el tramo final del show. El Chico De La Mirada Asustadiza fue festejada por todo lo alto. Pero si hubo un momento totalmente loco fue con Planeta Ruido, es que hasta se formó un pequeño pogo para sorpresa de tod@s, así estaba la gente de entregada en ese instante. Evidentemente, no podía dejarse en el tintero otro de sus grandes clásicos, Una Noche De Amor. Con Fiesta, versión de Serrat, pusieron el broche final a un concierto del que todo Dios salió comentando lo que había disfrutado y las ganas de volver a ver a Aurora y compañía las veces que haga falta.






Me alegro mucho de comprobar la fuerza y la energía del grupo, de la gran aportación que hace Daniel como sangre nueva a las baquetas y de la sencillez y entrega de Aurora que, a pesar de estar delante de una cantidad considerable de gente, se siente como en casa y así lo demuestra cada vez que agradece esto o aquello, presenta un tema o reivindica todo lo que tenga que reivindicar, que son muchas y variadas cosas. Como bien dijo, parece mentira que ciertas canciones escritas hace décadas sigan de actualidad.

 



martes, 2 de enero de 2024

Texto Mandrílico Enero 2024

 

LA SIRENA

 

Decibelios, sudor, focos, veinte mil personas cantando tus temas, solos de guitarra, contundentes líneas de bajo, pantallas, el Hammond explotando tecla a tecla, cables, la batería machacando tímpanos, tu voz dejando boquiabierto al público, vatios, una rampa dividiendo el estadio en dos, gente coreando el nombre de tu banda entre canción y canción, sold out en festivales, salas y pabellones, un saxo elevando notas hasta la estratosfera, walls of death y moshpit. Retumba la sirena de la fábrica, vuelta al trabajo.