lunes, 24 de julio de 2023

Julius Thesing: "No Pareces Gay. La Homofobia Que Nos Rodea"

 





Hay varias cosas relevantes en esta obra, algunas de ellas las trataremos a continuación, pero, a mi parecer, una sobresale por encima de las demás, el hecho de que todo sea tan directo, explícito y bien desarrollado. Los tópicos, miedos, realidades, malas formas, situaciones y fobias están analizadas de manera contundente a la par que sencilla. 




Julius Thesing nació en Dülmen en 1990 y vive y trabaja como ilustrador en Münster. Lo que empezó siendo un trabajo de fin de grado tuvo tanta repercusión que acabó convirtiéndose en una obra esperaba con ansiedad. Él no solo da datos acerca del miedo al acoso, de hablar en público de nuestra sexualidad, del rechazo familiar o de amistad, del momento en el que se reconoce la identidad sexual, de los países donde se criminaliza la homosexualidad o de aquellos en los que está permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo, también añade declaraciones de ciertos dirigentes políticos con tintes homófobos. Y lo hace partiendo de su experiencia personal a base de unos extraordinarios dibujos, de esos que te hacen identificar al autor con nada más verlos. A parte de esto, no podríamos definir su trabajo como en blanco y negro, pues el blanco ha sido sustituido de manera magistral por un rosa que lo invade todo. Much@s pensarán que dicho color es el más apropiado para lo tratado en estas páginas, que también, pero yo creo que tiene mucho que ver con el color de los triángulos que debían llevar los homosexuales en los campos de concentración nazi. Sea como fuere, es un tono que le da bastante personalidad a todo el libro.



Después de una intro o prólogo, según se mire, bastante indicativa de lo que vas a encontrar en las páginas sucesivas, Julius se lanza a explicar ese momento tan angustioso para much@s de nosotr@s que fue salir del armario ante nuestras familias y amig@s. Yo, al igual que él, he tenido la gran suerte de no perder ninguna de esas dos partes, aunque aún hay gente que antes solía ser bastante locuaz, por decirlo de alguna manera, con la homosexualidad que te dicen eso de que a ell@s no les importa, como si aún tuviésemos que pedir permiso para vivir tal y como somos. Lo triste es la cantidad de casos que sigue habiendo bastante distintos e igual de reales.



El libro avanza haciendo referencia a todo ese colegueo grupal que da carta blanca para hacer chistes y bromas homófobas. ¿Quién no ha escuchado más de uno de estos o estas para luego acabar diciendo que no se referían a ti exactamente? Es algo que nunca entenderé, esa excusa barata y ruin con la que me meto con el colectivo en general, pero no contigo porque eres mi amig@, hij@, sobrin@ o niet@. De aquí salta a su etapa en la que va descubriendo su sexualidad, con todos esos interrogantes y miedos que hemos experimentado y que nunca debería experimentar nadie más, comparándolo todo con una carrera de fondo. Una de las partes que más me ha gustado de la obra.




Prosigue con uno de los temas más candentes en el seno del colectivo LGTBIQ+, la homofobia dentro del mismo. A base de ejemplos, peticiones en app, comentarios como: “Tú no pareces gay”, la plumofobia, la transfobia o la gordofobia, el autor hace una serie de reflexiones de lo más interesantes. Y las defino así porque me veo reflejadas en muchas de ellas por haberlas vivido, y seguir viviéndolas, en mis propias carnes. Conozco a parte del colectivo que no quiere saber nada de l@s que tienen pluma, otr@s que nunca se cansan de preguntarte: “¿Cómo te pueden gustar esos gordos?”; están también es@s que te encuentras en los chats diciendo que son heteros en busca de otros heteros y aquell@s que presumen de tener un radar para saber si eres gay o no después de haberte soltado la famosa frasecita de si se te nota o no. En fin, una pena igual de real que la discriminación social o familiar.



En las siguientes páginas nos encontramos con algo que tod@s continuamos temiendo, las agresiones físicas por el hecho de ser homosexual. Esto nos lleva a asumir el riesgo que seguimos corriendo por el hecho de querer vivir nuestra sexualidad de manera libre y abierta, el miedo a expresarla en público o en ciertos ambientes o espacios y, sobre todo, la rabia que da el tener que seguir sintiendo todo esto. Y entonces llegamos a otro de los temas manidos de esta sociedad machista que se siente ofendida por todo lo relatado anteriormente, el famoso orgullo hetero. El que si tiene que haber un día para tal evento y bla, bla, bla. Todo como reflejo de ese terror que les invade al creer que le vamos a robar ciertos derechos o privilegios sin pararse a pensar que aquí nadie viene a robar nada, sino a exigir esos mismos derechos que les dan por el simple hecho de no ser homosexual. El miedo tiene estas cosas, te puede apelmazar para que finjas no ser tú, te puede servir de motor para serlo abiertamente y también puede ser la razón para que alguien, ya sea de manera individual o en grupo, te agreda de la forma más brutal.



Otro asunto que Julius toca en este libro es ese interés en saber quién tiene el rol de mujer y el de hombre en una relación gay. ¿Sorpredid@s? Pues es una pregunta que se siguen haciendo much@s por ahí, incluidos algun@s gays. Para ello, el autor hace un repaso a los modelos de matrimonio, tanto tradicionales como no, y a los roles dentro de los mismos como reflejo de un machismo latente difícil de erradicar. Todo ello con un final de lo más atractivo.




 Antes de los agradecimientos, Thesing nos cuenta una anécdota que vivieron él y su pareja visitando un sex shop. Lo que al principio puede parecer gracioso termina con un análisis de lo más valioso. ¿Por qué aquello que puede resultar fetichista para algun@s no puede ser normal dentro de la sexualidad para otr@s? Hay ciertas prácticas que, como casi todo en esto del sexo, se consideran normales y otras a las que no se las ve con la misma perspectiva, ¿pero eso quiere decir que unas sean viciosas y las otras no? ¿Por qué unas son malamente aplicables únicamente a homosexuales y otras estrictamente a heterosexuales? El debate está servido, y Julius hace de moderador.



Puede que creáis que lo relatado con anterioridad os haga ver este libro como uno de esos tochos que dan vueltas sobre su ombligo a base de quejas, experiencias vitales y anécdotas varias. Ante esto solo puedo decir que no vais a encontrar nada de eso aquí, pues, como dije al principio de este artículo, el autor va directo a la yugular. Eso es lo que más he valorado de este: No pareces gay. Y que, pareciéndolo o no, lo somos.



lunes, 10 de julio de 2023

Texto Mandrílico Julio 2023

 

El perro Cerro y la gata Bata eran buenos vecinos,

 vivían en una granja junto al gallo Tallo y a la burra Curra.

Todos eran felices cantando y tocando en las fiestas, hasta que llegó la riada y se acabaron los hurras.

No les quedó otra que huir con lo puesto, solo con los instrumentos, mojados, en plan clandestino.

Anduvieron y anduvieron sin rumbo, perdidos y sin casa.

Comían lo poco que encontraban, la música era su única alegría.

Recorrieron kilómetros hasta dar con un edificio que era una pura carcasa.

Pero les daba igual porque era lo mejor que encontrar podían.

Montaron un escenario con cuatro tablas y un telón sacado de una vieja cortina.

Al principio, solo ensayaban repitiendo una y otra vez las canciones que se sabían.

Los viajeros que por allí pasaban se acercaban a ver qué era lo que allí se cocía.

Unos pagaban con aplausos, otros con agua y comida y, día tras día, los músicos salieron de su ruina.

Abandonaron la casa y se echaron a los caminos, pararon aquí y allá como si fueran de gira.

Su éxito crecía y su fama se agrandaba al tiempo que nuevas canciones componían.

Una noche de verano, a la luz de las estrellas, decidieron volver a su granja.

En su camino de regreso, iban guardando todos sus pagos en una caja.

Para cuando llegaron a su destino, el cofre iba a lomos de Curra, pues pesaba más de lo que suponían.

Estando en su viejo hogar, mandaron mensajes para que todos los animales afectados por la riada por allí se pasaran.

Volvieron la gallina Paulina, el carnero Acero, el pato Zapato y la oveja Madeja.

Entre todos restauraron la granja sin que los dolores les achacaran.

Pasado un mes, tenían un nuevo hogar que compartir donde contar fábulas nuevas y viejas.

Para celebrar que la obra han acabado, esta noche tienen una gran fiesta, donde Cerro toca su violín, Bata su guitarra, Curra es la batería y Tallo pone la garganta.

A su son, Paulina demuestra ser una gran bailarina, Acero un gran gaitero, Zapato hace gala de su vibrato y Madeja se pasea con su traje de lana dejando a la audiencia perpleja.

Como lo han pasado tan bien, para conmemorarlo en el calendario la fecha se implanta.

Y todos prometen traer siempre regalos, alegría, canciones y algún cuento sin moraleja.