miércoles, 30 de agosto de 2023

CasaRock 2023

 



Qué mejor plan para una noche de sábado en este Cáceres, donde el verano te quema hasta las uñas y no hay ni grajos, que acercarse a un festival como el CasaRock, en el Casar de Cáceres, para compartir una jornada de buena música entre amig@s y conocid@s. Un cartel repleto de bandas con solera, otras que medio echan a andar en este evento y algunas que nos tienen a la espera de sus próximos trabajos en disco. Si hay que poner alguna pega  es la rapidez con la que se sucedieron los grupos encima del escenario, tanta que a alguno de ellos no me dio tiempo de ver siquiera. Por lo demás, vivimos una fantástica noche, lo mires por donde lo mires.




Cuando llegamos al Casar la Banda Municipal del pueblo estaba dando los últimos retoques a su actuación. Curioso y a la vez agradable la participación de esta gente en el festival, soy de l@s que opinan que nunca viene mal oír ciertas cosas. Casi sin darnos cuenta ya estaban encima de las tablas Tajo Rock, un grupo de versiones que comenzó calentando el asunto a base de temas de Leño, Dire Straits o The Animals, entre otros. Nos hicieron pasar un buen rato, sobre todo viéndolos compartir su tiempo músicos ya entrados en años con otros que no llegan ni a la mayoría de edad. Buen comienzo.







La mecha seguía corre que te corre cuando los primeros acordes de Adarel empezaron a sonar. La colaboración del grupo de baile Aracne fue todo un acierto, apareciendo antes de que l@s integrantes de la banda arrancaran su actuación y volviendo a salir para deleitarnos mientras est@s dejaban caer los temazos de ese buen Metal que practican, como “Dragón Y Mujer” o “Heavy Metal”, con el que cerraron, además de añadir un corte de lo que será su próximo trabajo en estudio. Como tónica habitual del festival, y espero no ser pesado con esto, pero es que fue así, se despidieron cuando menos nos quisimos dar cuenta y cuando mejor estábamos. He de decir que hacía un año que no veía en directo al grupo y me encontré con una banda bastante segura encima del escenario, con una puesta en escena y una actitud que ya quisieran muchos de los que están donde están. Mi más sincera enhorabuena, estoy deseando escuchar ese nuevo disco.






Tengo que pedir disculpas a la peña de Mnemofobia porque no pude verlos, y me jode porque tenía muchas ganas, pero nos acercamos a uno de los bares cercanos, en el festival no había barra, y entre que nos atendían y que nos comimos un bocata, cuando volvimos ya habían tocado. No queda otra que esperar a la próxima, que espero no sea muy tarde. Antes de entrar a comentar el concierto de Stray Renegades quiero contar una anécdota que me pasó respecto a este grupo. Pues bien, estando papeando el ya nombrado bocadillo alguien nos dijo que eran una banda tributo a Dire Straits, hasta qué punto llega la plaga de las bandas tributo. Evidentemente, conociendo a parte de la formación, sobre todo al cantante, dejé claro que de eso nada de nada y que se acercaran a verlos para que comprobaran que del combo británico tienen bien poco. Dicho esto, empezaré reconociendo que me encantó verlos, y me gustó por su juventud, su imagen, su desparpajo y sus miedos. Cuando está en boca de tod@s el manido tema del relevo generacional, ver a grupos como estos o algunos de los que protagonizaron la jornada del viernes del pasado Acerock sirve para darle en los morros a tod@s es@s que no paran de quejarse y luego no mueven el culo ni aun poniéndoles un concierto en la misma puerta de su casa. Me gustaron, que tienen que mejorar, por supuesto, que el bajista es un máquina, pero se le veía demasiado estático, también, ya se moverá, pero todo a su tiempo y que con cuatro o cinco conciertos más a sus espaldas van a dar mucho de qué hablar en tanto que le dan caña a ese Hard Rock tan bueno que practican. La versión acelerada de “Paranoid”, de Black Sabbath, fue, en mi humilde opinión, de lo mejor que se oyó en todo el festival. Desde aquí les envío todo mi apoyo y fuerza para próximos eventos, se lo merecen con creces.




Si me perdí a Mnemofobia, resulta que parte de los integrantes de Inkandescencia están en sus filas. Con ellos pudimos disfrutar de un buen show de Rock Urbano a base de temas como “Monta Y Padalee” o el que será su nuevo single, “Navaja Afilá”, además de un momento acústico con acompañamiento de voz femenina en un tema dedicado a todas esas personas que han pasado, pasan y pasarán por esa lacra que es el cáncer, que fue otro de los instantes álgidos de la noche. Me dejaron un muy buen sabor de boca, no los perderé de vista.






No sé si se puede decir que Lady Dog, por ser los últimos en tocar, fueron los cabeza de cartel de festival. Lo digo porque tampoco es que tocaran mucho más tiempo que las demás bandas, eso sí, el tiempo que estuvieron sobre el escenario dejaron claro que la experiencia es un grado. Músicos pertenecientes a no sé cuántas bandas durante otros tantos de años se han reunido en una formación donde todo va como la seda en el aspecto musical y mejor en el vocal, a cargo de Husse, al que se veía emocionado de poder actuar en su pueblo. Una puesta en escena donde Perico y Jose a las guitarras, junto a Viki al bajo, no pararon de moverse al tiempo que dejaban caer temas como el que da nombre al combo cacereño o “Sinner”, además de una buena versión de “Metal Gods”, Judas Priest, en esto tendrá mucho que ver el batería Cuqui.  Ya tenía ganas asistir a una actuación suya y para nada me defraudaron. Es más, ya estoy deseando volver a verlos en el Foro de los Balbos de la capital cacereña.





Hasta aquí mi paso por el CasaRock 2023. Un festival donde pudimos presenciar un buen reflejo del Rock más duro que se hace por la provincia y al que deseo volver durante muchos años.



miércoles, 2 de agosto de 2023

Bellota Rock 2023

 







Segunda vez que me paso por el Bellota Rock, aunque solo fui el sábado, y vengo igual de encantado que en la primera. Este tipo de festivales en lugares pequeños, con un público totalmente entregado y unas bandas que lo dan todo son más que necesarios dentro del panorama rockero estatal. El cambio de ubicación me ha parecido todo un acierto, sobre todo porque no se levantan esas nubes de polvo que antes había que soportar. Esto, unido a unos precios más que asequibles y a una peña bastante joven, da a entender que el Bellota tiene tirón para rato.




Con cierto retraso por el asunto del sonido y demás, la noche del sábado echo a andar con la madrileñas Pubic Enemy haciéndose con el escenario. Me gustó mucho su actuación. Se veía que se lo estaban pasando en grande al igual que super agradecidas de estar en este festival. No las conocía de nada y su entrega me dejó con muy buen sabor de boca. Temas cantados en inglés como ”Old Lie”, “Bad Blood” o “Flying Free”, a los que sumaron la presentación de un corte del que será su próximo trabajo en estudio, consiguieron dar forma a todo un inicio de festival.





Le representación extremeña de la noche vino a cargo de los pacenses Kaxta que con su Rock Urbano de letras reivindicativas lograron que surgieran los primeros pogos. No los había visto nunca en directo y, aunque me recordaran por momentos a Extremoduro, me pareció que dieron un buen concierto con algún invitado como el cantante de Kamikazes. El Isi sabe contactar bastante bien con el público y la labor de la banda, en la que destacaría al guitarra Rafael Rodríguez, se materialkizó en un show con el que se empezó a calentar el cotarro. A su último tema, “Boca A Boca”, añadieron otros como “¿Cuál Es Tu Dios?”, “Toni Metralleta” o “Bésame” para demostrar que todos estos años que llevan a sus espaldas sirven para mostrarnos a una banda bastante cohesionada.





Con los Kamikazes el festival subió de grados por momentos. Desde el minuto uno se vio que aquello iba a ser lo que fue, un gran fiestón al que los de Carabanchel se encargaron de moldear trallazo tras trallazo. Si hay algo que me ha pasado en el Bellota es, yendo a ver a alguna banda que me mola, descubro a otras que no conocía de nada y acaban gustándome bastante. Este es el caso de Kamikazes, que me convencieron con su actitud, su puesta en escena y su buen estar sobre las tablas con temas como “Se Va A Caer”, “Lejos De Aquí”, “Caso Aparte” o “La Puerta De Atrás”. También devolvieron la invitación para subir al cantante de Kaxta y vivimos una petición de mano durante su actuación. Lo dicho, muy grandes, ya estoy deseando volver a verlos, más ahora que me estoy empapando con sus canciones.





Lo de Manifa es todo un crecimiento de esos lentos, pero a martillo pilón. Si en su anterior paso por el Bellota ya pudimos comprobar que este grupo tiene mucho que decir, ofrecer y contar, en esta ocasión ha quedado más que demostrado. Una puesta en escena sobresaliente, un sonido igual y una actitud y conexión con l@s presentes brutal. Mena sigue siendo un vocalista de esos que no paran de saltar, de soltar todo lo que se le viene a la cabeza y de hacer partícipe al público de continuo. Asier y Marpe son dos guitarras que van soltando cera de la buena al tiempo que hacen coros junto a esa gran base rítmica formada por Josu y el nuevo batería Gorka. Luego está la participación de su fiel payaso manifero, que sale a escena cada dos por tres para calentar más si cabe el ambiente. Además de clásicos como “A Las Mariscadas”, “Sí Pasarán”, “El Ataque De Los Clones” o “Dios Salve Al Viña” cayeron otros temazos como “Cristales Rotos”, “Las Revoluciones Murieron”, “Ellas”, “Cuando Ya No Veas Más”, “Bandera Negra”, “Dispara” o “El Rey Matatu”, hasta cerrar por todo lo alto con “Incendiaremos La Noche”. Un conciertazo el vivido en esta edición del festival de Valdecín, sin lugar a dudas.





Entiendo que la peña vaya a los festivales o a los conciertos a ver a su banda favorita o a ver al grupo que más le mola, pero de eso a la estampida que se dio tras los Manifa va un largo camino. Solo diré que aquell@s que no se quedaron a ver a l@s Bartardix se perdieron a una banda de una gran calidad. Los había escuchado con anterioridad y ya me habían llamado la atención, pero ha sido verl@s en directo y afianzarme en la opinión que ya tenía acerca de su música. Est@s navarr@s intercalan temas cantados en euskera con otros en castellano que, sumados a esos ritmos que imponen con el banjo, el acordeón y el violín, logran que no puedas parar de moverte mientras suenan “Pirañak” o “la Nueva Revolución”, entre otros. De este modo consiguieron dar uno de esos conciertos que la poca gente que decidimos permanecer allí vamos a recordar durante tiempo.





Y hasta aquí mi paso por el Bellota de este año. No nos quedamos hasta el final porque nos surgió el volvernos con un colega que amablemente se ofreció a dejarnos en el lugar donde pasábamos la noche. Mi más sincera enhorabuena a la organización por su entrega, por el buen sonido, los precios y por esa cercanía que hacen de este festival algo con sentido propio. ¡¡Hasta la próxima!!