Antes de entrar de lleno en lo que será la crónica de dos
tardes-noches de buen Rock en Mérida hay que agradecer a la gente de la Asociación
Acero su gran trabajo y empeño en llevar a cabo esta labor. En cuanto a la peña
que se ha quejado de que este año se haya realizado en las instalaciones de
Ifeme en vez de en el Acueducto de Los Milagros, pues qué queréis que os diga,
es preferible esto a nada, y en contra de la lluvia y demás inclemencias
meteorológicas poco se puede hacer. Pero, como se suele decir, nunca llueve a
gusto de todos.
La jornada del viernes arrancó con la actuación de Red Lips,
un grupo con voz femenina al frente que se encargó de hacer un repaso a grandes
éxitos de bandas que tienen como cantante a una mujer, como fue el caso de The
Cranberries, Tahúres Zurdos o Tina Turner, entre otras, a lo que añadieron un
tema de nuestros paisanos Extremeduro. Muy buen comienzo del festival Long Play
Mérida que fue del agrado de tod@s l@s presentes.
Soy bastante respetuoso con cualquier banda o solista que se
sube encima de un escenario, sobre todo porque sé que hay mucho curro detrás y
es todo un reto hacerlo. Partiendo de esto, he de decir que la labor de Los
Chicos De La Barbería en su, digamos, tributo a Triana deja bastante que
desear. Y lo afirma alguien que tiene al grupo andaluz en uno de sus pedestales
musicales. Espero y deseo que no se lo tomen demasiado a mal, pero así lo viví
y lo sentí.
Y a partir de aquí todo fue descubrimientos y buen Rock en lo
que quedaba de noche. Me encantaron las propuestas de las bandas noveles, así
como de las consagradas que quedaban por animar el cotarro de este encuentro.
El cuarteto Hedeik me resultó de lo más atrevido de la jornada, con una
actitud, sobre todo por parte de su guitarra y de su cantante, también
armónica, de esas que te hacen estar pendiente todo el tiempo del escenario.
Muy buena la propuesta del frontman en lo relacionado a que cada cual de l@s
que estábamos allí expresáramos nuestra afectividad de la manera que
quisiéramos, otra cosa es que el rockerío esté preparado para ello, pues sigo
pensando que hay aún mucho prejuicio en lo relativo a este asunto. Una buena mezcla de Grunge con Rock Alternativo a la que auguro un gran futuro.
Estaré muy pendiente de ellos por si tengo, y deseo, la oportunidad de volver a
verlos en directo.
Wicked Union fue otra de las sorpresas de la noche. Los de
Don Benito ofrecieron un show de buen Hard Rock con tintes Heavys. Su cantante
es de esos que no paran de moverse en todo el concierto consiguiendo conectar
con el público desde en primer instante. Buen sonido, bueno, todas las bandas,
en general, lo tuvieron, la excepción la comentaré más adelante, y mucha
entrega por parte de este quinteto que estuvo apoyado en los teclados por mi
gran colega Willy. A pesar de los problemas iniciales, consiguieron que
pasáramos un gran momento. Mi más sincera enhorabuena.
Jueves Negro ha sido mi gran descubrimiento de este festival.
Caña de la buena con unas letras reivindicativas y una gran actitud. Venían
presentando su trabajo “La Debacle” que ya estoy deseando tener en mis manos. Estos
músicos procedentes de Mérida y Almendralejo repartieron cera en cortes como “Síndrome
Del Impostor”, “Cenizas” o “No Alimento A Las Bestias”. Todo un derroche de
sudor y buen Rock con bastantes toques Punk. Lo dicho, todo un descubrimiento
que os recomiendo si os van los sonidos más transgresores y las letras contestatarias.
Lo de The Buzzos, y creo que esto ya lo he dicho y no me
cansaré de repetirlo, es de traca. Si en vez de ser una banda de Quintana de la
Serena fueran tan solo de Aranjuez estarían y se les reconocería como
realmente se merecen. Más de dos décadas dedicadas al buen Rock con una calidad
y un saber estar encima de las tablas que ya lo quisieran muchas bandas de esas
por las que pagamos unos cuantos de euros. A pesar de un nuevo cambio de base
rítmica, en mi entender para bien, al menos por parte del bajista, y con esto
no quiero decir que los dos miembros anteriores no estuvieran a la altura, que
luego hay much@ ofendidit@ que está esperando leer o escuchar algo de esto para
poner verde al que le toque, volvieron a dar un concierto en el que se comieron
por las patas a los que vendrían después a base de trallazos como “Hot Blue” o “Gimme
The R&R”. Se merecen despegar de una vez porque tienen y han tenido siempre
todo para ello. Encantado de volver a disfrutar de su espectáculo, espero que
sea por otros veinte años, como mínimo.
A ver, Barón Rojo siempre ha sido una de mis bandas
preferidas del Heavy estatal, pero esto que vimos en Mérida no deja de ser una
aproximación a lo que fueron. No me refiero con ello a que llegasen con la
enésima formación de sus filas, ese ya es un asunto más que trillado, sobre
todo por la cercanía de su exbajista a ciertos estamentos políticos que jamás
compartiré. No se escucharon todo lo bien que debía, Carlos de Castro es como
una estatua en frente tuya, sino fuera por su hermano y el bajista, aquello
hubiera sido como mirar la talla de las viejas glorias del Rock de estos lares.
Ahora bien, cuando se tiene en tu haber clásicos del calibre de “Resistiré”,
“Las Flores Del Mal” o “Breakthoven”, entre otros muchos, lo tienes todo
resuelto. Y no es que dieran un mal concierto, es que fue la entrega del
público cantando dichos temas lo que le dio, a mi entender, el éxito al show.
Bueno, no dejan de ser quienes son y el hecho de estar aún encabezando un
cartel donde la mayoría eran bandas que casi echaban a andar es todo un lujo.
Esperemos que sigan volando alto por mucho tiempo, aunque ya se han despedido
no sé cuántas veces.
El sábado llegamos tarde para la actuación de Pitera, algo
que me jodió bastante porque tenía muchas ganas de verlos, pero esto suele
pasar cuando se estira la noche anterior hasta el infinito y más. La cuestión
es que entramos en Ifeme cuando estaban interpretando su último tema, así que
poco o nada puedo decir respecto a ellos. Otros que venían de Don Benito eran
Kimen. Con su apuesta por un Rock cañero a base letras referentes a asesinatos
y sucesos trágicos de la región, como el pasaje de Puerto Hurraco, el crimen de
Don Benito o El Coyote de Barcarrota, consiguieron meterse en el bolsillo a un
público bastante numeroso, much@s de su zona que, con toda seguridad, vino a
verlos expresamente. Con ellos se vieron los primeros pogos de la noche hasta
cerrar con una versión de “Roots”, de Sepultura, y repartir camisetas para tod@
aquel que se hiciera con ellas.
Los montijanos Sheratán han vuelto, y esperemos que sea por
mucho tiempo. Buen Heavy Metal con entrega y conexión con un público que
empezaba a llenar el recinto. Fue toda una alegría tenerlos en frente después
de tantos años y poder disfrutar de todos esos temas que ya forman parte de la
historia del Rock extremeño. Se vio que disfrutaron de lo lindo, al igual
que tod@s los que asistimos a su concierto, con el repaso que dieron a su ya
más que extensa discografía. Un saludo para ellos, espero que nos volvamos a cruzar
pronto en algún que otro festival o concierto, pues siempre han sido una de
esas bandas que, además de gustarme musicalmente, me ha caído bien.
La quinta edición del Acerock siguió con la actuación de los
madrileños Evil Hunter. Otra buena dosis de Heavy Metal con un gran cantante al
frente y unos músicos de alto voltaje. Dejándose caer trallazos como “Fear Them
All” o “Burning In Flames” no tardaron en demostrar su valía a lo largo de un
show que, al menos a mí, se me hizo demasiado corto. No estaba demasiado al
tanto de ellos y, cosas de esas que pasan en este tipo de eventos, me dejaron
un más que buen sabor de boca. Mucha suerte y a seguir dando caña, pues tienen
todo lo necesario para alcanzar cierto estatus más que merecido.
Y en esto llegaron los cafres de Avulsed y pusieron patas
arriba todo lo habido y por haber. Comenzaré diciendo que no soy un seguidor
del Death Metal, y mira que lo intento, pero nada, que no conecto, pero lo que
estos cinco bestias ofrecieron en Mérida va a ser recordado por mucho tiempo.
La peña no dejó de hacer pogos, Walls of Death y demás encontronazos en ningún
momento. Su vocalista, Dave Rotten, se bajó del escenario no sé cuántas veces
para meterse entre un público que lo alzó y paseó como si de una procesión se
tratara. Y venga tralla a base de cortes que iban desde sus trabajos de 1993
hasta los más actuales. En serio, puede que te gusten más o menos, pero lo que
ofrecieron estos madrileños fue algo impresionante y esperado por much@s de l@s
asistentes al festival. Mi más sincera enhorabuena por su concierto y por todo
lo que se dejaron encima y debajo de las tablas. Digamos que fueron la guinda
del pastel del sábado,
eso sí, un pastel putrefacto y gutural. ¡¡Menudo despliegue!!
La duda llegó cuando acabaron los Avulsed con respecto a
Tierra Santa. A ver cómo levantaban un concierto después de visto lo visto. He
de reconocer que fue uno de los momentos con más afluencia de público y con uno
de los mejores sonidos de la noche. Nunca ha sido un grupo al que haya seguido
ni que me haya gustado en exceso, y vuelvo a repetir que esto es cuestión de
gustos, sin más. Así que aguanté como media hora, después de que se retrasaron
un buen rato, y di por terminado mi Acerock V.
Me alegré de que se haya formado otra asociación en la zona
de Don Benito- Villanueva de la Serena, sobre todo por la cercanía que me
atañe; saludé, hablé y me reí con peña que solo veo cada año en Mérida;
disfruté con todas las bandas, con unas más y con otras no tanto, como es
normal; y me sentí satisfecho con que la Asociación Acero siga con una labor
tan necesaria para mantener viva la antorcha del Rock por estos lares, sobre
todo apostando por bandas jóvenes y con mucho recorrido por delante, para que
luego esa pandilla de quejicas digan que no hay cambio generacional. ¿No será
que se quedaron anclados en el cuarto disco de Maiden y el primero de Megadeth?
En fin, muchas gracias por estos dos días y por todo lo vivido durante ellos.
¡¡Nos vemos el año que viene!!