martes, 15 de octubre de 2019

La Polla Records - El Drogas En Madrid









Segundo pase de esta gira que está realizando La Polla Records con El Drogas abriendo cada noche. Después de Valencia tocó darse una vuelta por la capital del Estado, antes de abordar Bilbao y Barcelona. Un telonero de lujo, como demostró sobre el escenario, el que fuera bajista y una de las voces de Barricada, además de unos cuantos proyectos en solitario. No sé si fue, o prefiero pensar que no, un movimiento de marketing eso de anunciar primero las fechas de los sábados, con la consecuente venta de todas las entradas, y después las de los viernes; para mí fue una suerte conseguir entrada para el 11 de Octubre en pista, que era como me apetecía ver a dos de los personajes más insignes del Rock de estos contornos.




Con una puntualidad a la que no estamos demasiado acostumbrados, salió a escena El Drogas, apoyado por su actual banda, rompiéndolo todo con dos cañonazos como son “Okupación” y “La Silla Eléctrica”. Si a estas dos le sumas “Sofokao” ya tienes a todo el Palacio, o l@s que estábamos en esos momentos, luego se puso hasta arriba de peña, flipando como enan@s. El maestro navarro se dedicó a intercalar temas de su carrera en solitario con otros de su banda mater. Eso fue lo que hizo hizo con “En Punto Muerto” y “Bahía De Pasaia”, uno de los dos cortes que censuraron a Barricada en su momento, y “Barrio Conflictivo”. Entonces la temperatura del momento subió como la espuma. Un sonido realmente bueno, supongo que el sitio donde nos encontrábamos la amiga con la que fui al concierto y yo influyó bastante en esto, y una entrega total por parte del cantante y su grupo nos llevaron de cabeza a “Cordones De Mimbre” que, como he señalado antes, precedió a “Tentando A La Suerte” y “Víctima”. La peña seguía entrando a mansalva, tanto que, cuando le llegó el turno a “Come Elefantes”, el recinto se puede decir que estaba casi repleto.




Era de esperar que en una fecha tan señalada como la que nos tocó vivir el fin de semana pasado, El Drogas no dejara pasar de largo “La Hora Del Carnaval”; esos coros finales que hacen que todo el mundo salte y se desgañite. A esta le siguió otro de los momentos cúlmenes de su actuación, la versión de Alarma “Frío”. Tema que él siempre ha reconocido que le hubiera gustado componer. Lo de “No Hay Tregua” es ya histórico, ya que sigue siendo una de esas canciones que ponen al personal como una moto. Así estábamos, sin apenas respiro; y así llegó “Peineta Y Mantilla” y una de mis preferidas de su carrera fuera de Barricada, “Empujo P´akí”, con la que Txarrena abría su primer disco. Con el final susurrándonos la cogotera nos dio otros dos zarpazos con “Todos Mirando” y “Oveja Negra”. Está claro que teniendo esa lista de canciones en tu bolsillo puedes pasarte toda la noche encima de las tablas con el personal a tus pies, pero eso sabíamos que no iba, ni podía, ocurrir. Presentación de la banda durante la interpretación de “Azulejo Frío”; como he dicho antes, la labor de Brigi a las baquetas, “El Flako” al bajo y Txus Maraví a las seis cuerdas fue espectacular, y cierre del concierto por todo lo alto con “En Blanco Y Negro”, como no podía ser. Si echáis cuenta, de diecinueve canciones, doce fueron de Barricada. Supongo que la idea de la gira en sí como recordatorio de una época habrá influido en ello. Yo, desde luego, lo pasé en grande, aunque lo realmente cañero estaba por venir.




Con el Palacio de Deportes, así es como lo he conocido de siempre, además no me apetece hacer publicidad a nadie, repleto, cambiamos de sitio para ver y escuchar mejor el concierto de La Polla a sabiendas de la que se iba a montar. La puntualidad volvió a hacerse presente y, después de proyectarse en las pantallas una cruz ardiendo, todo explotó con “Salve”, ese eterno comienzo de muchos de los conciertos de los de Salvatierra. Aquí sí que hubo pocos respiros, solo los que ellos se dieron un poco más adelante. De esta forma cayeron, como una ráfaga, “Memoria De Muerte”, “Así Es La vida”, “Lucky Man For You” y “Nuestra Alegre Juventud”. Y ya está, sudor, jarras volando, pogos, peña chillando y un ambientazo del copón. “El Suicida” y sin tregua “Chica Ye Yé”, “Los 7 Enanitos” y “Delincuencia”. Realmente no te daba tiempo a refrescarte la garganta con tanto temazo.



La actual e imperecedera, como otras muchas suyas, “Come Mierda” dio paso a “Ni Descanso, Ni Paz!”, que da título al recopilatorio que han sacado como “excusa” para esta gira. Qué decir de “Maigenerasion” cuando te suelta una ristra de verdades que te tiran de espalda. Tampoco te quedes atrás la siguiente, “Igual Para Todos”, que introdujo a “Que Turututú, Ay Que Tururu” y el corte de su segundo disco “Vuestra Maldición”. Muy buen rollo entre el personal, con las risas, comentarios y empujones de turno, y un sonido potentísimo para continuar con “Balada Inculta” y la coreada hasta el más allá “Gol En El Campo”. Con “Hoy Vamos A Explicar La Palabra Feo”, de su último trabajo oficial, pudimos tomar algo de aire. Lo íbamos a necesitar para otra de las tracas que se nos vino encima, “Tú Alucinas”, “Eutanasia”, la grandísima y esperada “El Congreso De Los Ratones” y la que nos movió a tod@s, “Txus”.




Aquello seguía y seguía con un Evaristo totalmente entregado, Sume y Abel con unas caras de felicidad de la hostia y ese gran acompañamiento por parte de Txiki, que ya fuera también batera de La Polla en sus últimos estertores, y Abel, ambos de Gatillazo, a la guitarra. “Europa” fue poco reconocida visto la reacción del personal, todo lo contrario por mi parte. Esto se solucionó en un plis con “Mundo Cabrón”, “Ciervos, Corzos Y Gacelas”, otra de mis preferidas, y esa que, según el propio Evaristo, habla de él mismo, “El Avestruz”. Con estas atravesábamos con soltura el ecuador del concierto. Las ganas de más se vieron reflejadas con “Radio Crimen”, la también poco reconocida, “Punkyfer”, y vuelta al cuarto trabajo con “Los Monos”. Sabía que habría un momento en que tendría que acercarme al baño, pero cómo hacerlo cuando te encuentras de frente con el peso pesado de “Porno En Acción”, la imprescindible “Ellos Dicen Mierda”, cuántas veces la habré cantado yo esta, y la memorable “No Somos Nada”. Antes de despedirse por primera vez y, por fin, darnos un respiro, nos dejaron fuera de sitio con “Socios A La Fuerza” y “La Solución Final”.





Conversaciones entre ellos encima del escenario y traca de la buena a base de “Carne Pa La Picadora”, “Iván”, la que le tiene que escocer a más de un@, “Cara Al Culo” y la que se podrían aplicar otr@s tant@s, “La Solución Final”. Nueva despedida, que sabíamos que era de mentirijilla, y recta final con la recámara hasta arriba con “La Justicia”, dónde andará esta, una con la que jamás he podido dejar de hacer el canguro, “Johnny”, esa que habla de una de tantas borracheras que habremos pillado en nuestra existencia, “La Llorona”, otra que aborda un sentimiento que comparto cien por cien, “Odio A los Partidos” y, despedida y cierre de verdad con “Así Casca La Basca”. Lo dicho, toda una experiencia volver a ver a uno de mis grupos preferidos; de esos que llaman por ahí “de cabecera”. Un regalazo el que nos han hecho con este tour al que hemos respondido con buenas dosis de entrega, visto como estaba el Palacio.




Como parte, digamos, menos guay de todo este asunto diré que mucho ecologismo, antinuclear y demás, pero tanto el recinto como los alrededores acabaron hechos un asco. El suelo del espacio donde se celebró el concierto se convirtió en un verdadero charco de líquidos varios con sus caídas, resbalones y plásticos flotantes correspondientes. Lo de fuera tres cuartos de lo mismo; esto lo pude comprobar el sábado cuando pasé sobre las 22,15 camino de casa de mi colega. Ahí fue donde realmente vi la montaña de cristales, latas y mierda que había. Ya sé que desde la organización no acaban de poner eso de quedarte con el primer envase para que tengas que ir rellenándolo cuando desees y te apetezca, que no hay lugar posible para tirar dichos envases durante el concierto que no sea el propio suelo, pero, al igual que se exigió la venta de cerveza sin alcohol en algunos festivales por el tema de l@s que conducen, deberíamos hacer lo mismo para no ser tan asquerosamente cerd@s como somos. Por lo demás, vería a La Polla tantas veces como los he visto hasta ahora, que son unas pocas, pero me tendré que conformar con los buenos recuerdos y momentos que siempre me han hecho vivir. ¡¡¡Y qué se vayan a la mierda tod@s!!!



miércoles, 9 de octubre de 2019

Daniel Higiénico Pasó Por Plasencia








Lo que viví el pasado sábado, 5 de Octubre, en la sala Impacto placentina, aunque suene un poco exagerado, fue un sueño hecho realidad. La verdad es que en la ciudad del norte de Cáceres me pasa esto muy a menudo, musicalmente hablando. Much@s de l@s que me conocen saben bien que siempre he sido un gran seguidor de Daniel Higiénico, en cualquiera de sus formatos. Es más, algunas de estas personas han descubierto, o seguido, la carrera de este músico mallorquín a través de mí. Me parece que es un tipo muy infravalorado en el panorama musical estatal, sobre todo por su variedad en cuanto a estilos musicales, y sus increíbles letras; pero, bueno, estas cosas son muy de andar por casa en estos lares.



Como se esperaba, la Impacto estaba casi vacía cuando entré para el concierto. Esto me permitió, a mí y a otr@s asistentes, charlar con Daniel. A pesar de lo que se pueda pensar, no hay nada de divismo en este hombre. Me acerqué a él mientras revisaba la guitarra para que me firmara su libro “El Paseo Infinito”, le regalé un ejemplar del mío, “EL Crujir De Las Hojas”, estuvimos charlando sobre música y literatura unos diez minutos y luego se bajó del escenario, se pidió un cubata y se puso a charlar con nosotros, con Miguel, el hijo de un amigo de Guadalupe que me pareció un chaval super majo y al que espero volver a ver, y conmigo, como si fuéramos colegas de toda la vida. Nos explicó por qué venía él solo, sin banda, sus próximos proyectos y alguna que otra anécdota que me quedo para mí.




Como he dicho antes, cuando Daniel se hizo con el escenario no estaríamos más de 30 personas en la sala. Estas cosas tienen su parte positiva y negativa. Supongo que para los artistas el hecho de meterse la panzá de kilómetros que se meten para encontrarte este panorama debe ser algo desolador. Todo lo contrario, para lo que podemos sentir desde el público, ya que, al fin y al cabo, estos acaban siendo unos conciertos tan íntimos que están tocando para ti y un@s cuant@s colegas más. La cuestión es que Daniel se lo curró como si de una sala llena con 2.000 espectadores se tratara. Es más, me atrevo a pensar que hubo momentos en los que se sintió mucho más a gusto que en lugares como esos.





Su show fue instructivo, cercano y cañero a partes iguales. Instructivo porque nos explicó con pelos y señales de dónde precedían las ideas que le llevaron a componer cada uno de los temas que fue desgranando durante su concierto. Cercano por todo lo comentado con anterioridad. Y cañero porque, a pesar de ser él solo con su guitarra, a veces incluso cantado a capela, se dejó la piel en cada canción. Comenzó con “Bombas”, uno de los mejores cortes de su último disco, “Blues Experience”, del que cayó también “Móntate Una Fiesta”. A su vez, presentó un par de temas de lo que será su próximo trabajo, del que tiene pensado crear un crowdfunding para la edición y del que, desde ya, digo que cuente conmigo para tal iniciativa. Toda una primicia, no fue la única, que nos dejó preprad@s para lo que se nos venía encima.




Hizo un repaso a casi toda su discografía con temas antiguos como “A Veces Me Pregunto Si Los Peces Duermen”, la impresionante “Como Un Árbol”, no me atrevería a decir que es mi tema preferido suyo, pero seguro que está entre los que más, o “Tango… Un Coche”. A estos les añadió otros un poco más actuales como “Mucho Look Y Pocas Nueces”, “Como No Llueva”, muy apropiada para la sequía que estamos sufriendo por estas tierras, “Yo Quiero Hablar Como Un Argentino”, “Sentirte Especial” o la potente “Lecciones De Moderación”, entre otras.





Mientras las introducciones nos hacían cambiar de idea acerca de la procedencia de esta u otra canción, nos adelantó otro par de temas de su próximo trabajo dedicados a eso tan universal, machacado y manido que es el amor. Os aconsejo que prestéis atención a la ranchera porque es un temazo. Nos dijo que había metido también una jota, deseando escucharla estoy. Después se lanzó con esos dos clásicos dedicados a los bares como son “Esta Ronda La Pago Yo” y, por supuesto, “El Bar De Moda” antes de despedirse. Sorprendido con la insistencia de l@s presentes y la cara de pocos amigos del dueño del local, ni corto ni perezoso, se subió y cantó a pelo uno de esos temas que, de sacarlo en los momentos que vivimos, le tacharían de mil una forma, “Flipando En Colores”. Yo sigo pensando que tiene muchísima razón en lo que dice, pues esto de lo políticamente correcto a veces se sale del tiesto y, de seguir así, vamos a acabar tod@s hechos un@s cursis del copón. No satisfech@s con el regalo, le pedimos otra y otra; como en los conciertos de los pueblos, vamos. Nueva mirada al dueño y carrera al escenario para acabar su concierto con “El Hombre Cucaracha” que, por lo visto, hacía mil que no interpretaba en directo.




Un lujazo de concierto. Me lo pasé mejor que bien, en buena compañía y con uno de esos músicos que llevas años deseando ver y, por fin, lo consigues. Ahora me queda por asistir a un show suyo con banda, seguro que será ya la repera. Gracias, Daniel, por tu sencillez, tus letras que ya las quisieran muchos grupos de Punk, como hablamos, y, sobre todo, por tu cercanía. Espero que nos volvamos a cruzar pronto. Estaré al loro de la salida de tu próximo redondo.



martes, 8 de octubre de 2019

Tony Currenti - Riff Raff En Cáceres








He de reconocer que si asistí el pasado viernes, 4 de Octubre, al concierto de la sala Bogaloo fue porque uno de los músicos es colega. Lo digo por el tema de las bandas tributo; algo que no me convence, sobre todo, si son de grupos que están aún en activo. Una vez dicho esto, pasaré a poneros la entrevista, corta, pero intensa, con el guitarrista Jack Iñaki Young y luego haré la crónica del concierto tratándolo como si fuera uno más. La polémica, conversación o intercambio de opiniones sobre este asunto la dejo para otro momento.



Como buen conocedor de la discografía de AC/DC, ¿puedes nombrar dos álbumes con Bon Scott y otros dos con Brian Johnson donde uno sea el que más te atrae y el otro el que menos?

El que más me atrae de Bon es “Highway To Hell”. Creo que es donde el diamante se pulió y consiguieron el sonido redondo y compacto que les ha caracterizado hasta hoy. Las canciones son geniales; de las que motivan y te hacen mover el pie inconscientemente desde el primer segundo. Suenan más duras que los anteriores, pero más refinadas a la vez. El que menos, probablemente el “Dirty Deeds Done Dirt Cheap”. Es el que menos canciones que me gustan tiene. De Brian el que más me gusta es el “Back in Black”, indudablemente. Para mí es el disco de rock perfecto. Todos los temas podrían ser singles y, de hecho, es el disco del que más canciones tocan en directo, además son mis canciones favoritas de AC/DC. Encima, el sonido es perfecto, por lo que hay muchos técnicos en todo el mundo que confiesan probar equipos y la acústica de muchas salas con ese disco. El que menos me gusta es “The Razor's Edge”. Me encantan canciones como “Thunderstruck”, “Moneytalks” o “Are You Ready”, pero AC/DC requiere de una batería con mucho groove y mucho feeling y Chris Slade carece totalmente de ello. Para mí fue un error que entrase en AC/DC; el grupo tuvo que cambiar mucho su sonido por eso y empezaron a sonar más Heavy, lo cual les hizo perder la esencia de lo que son.

Bon Scott es conocido por su vida de excesos dentro del R&R mientras que Brian Johnson es bastante reservado con respecto a su vida privada y pública, en general. ¿Piensas que esto es algo que ha influido a la hora de que, en muchos círculos, no se haya acabado de reconocer la labor del segundo como cantante de la banda?

Estoy seguro de que sí porque, aunque AC/DC son muy buenos músicos, y Brian Johnson es un cantante bueno de verdad, la imagen y el carisma siempre le ha importado más a la gente. El aspecto técnico no lo entienden. Si a eso se le sumas que Bon también era muy bueno como cantante, Brian empezó con el listón muy alto.

Se dice, se comenta, que en el próximo disco del grupo habrá bastantes canciones compuestas, en su mayor parte, por Malcolm Young. ¿Cómo ves el futuro de la banda sin uno de sus compositores principales, si no el principal?  

Es evidente que van a seguir usando ideas de Malcolm mientras AC/DC exista. El futuro lo veo casi igual que con Malcolm. La mayoría de la gente no nota diferencia alguna y AC/DC siempre van a ser un grupo de fama mundial. Angus ha tenido algunos fallos últimamente, pero no hacen sombra a todos los aciertos que han tenido en los primeros 41 años de carrera con Malcolm. En cuanto a los que somos más puristas, puedo decir que, desgraciadamente, desde que no está Malcolm no sentimos el mismo hormigueo en el estómago cuando vamos a un concierto. Al menos yo.




   
Con casi una hora de retraso y la sala hasta la bandera, se agotaron las entradas, salió a escena la banda tributo a AC/DC Riff Raff marcándose uno de los temas estrellas de los australianos, “It´s A Long Way To The Top (If You Wanna R&R)”, todo un comienzo. Antes de seguir aclararé que todos los temas que escuchamos esa noche pertenecen a la época de Bon Scott, así que la indumentaria del cantante se asemejaba a la de este cantante. Hablando de indumentarias, el guitarra solista también iba apropiado para el evento, con la cartera de cuero y todo colgando. Sin respiro atacaron con “Live Wire” para seguir con “Problem Child”, mi tema favorito de la época del voceras fallecido. Consiguieron solventar ciertos problemas vocales y de sonido para otro clásico, “Sin City”. Todo esto mientras esperábamos la aparición de Tony Currenti.




Este se subió al escenario, por primera vez, para dar caña con uno de los temas que más me sorprendió de la noche, lo digo porque pocas veces suena en directo, “Soul Stripper”. Puede que ese fuera uno de los grandes alicientes del concierto, el poder escuchar canciones que, normalmente, o hace mil, la banda mater no toca en vivo. Con un estilo perteneciente a la saga de baterías que han pasado por AC/DC, Tony continuo tras los platillos con una canción dedicada a todas las chicas que estaban en la sala, “She´s Got Balls”. A estas dos se sumó otra de esas inesperadas para acabar de meterse al personal en el bolsillo, si no lo tenían ya, “Stick Around”. Más del “High Voltage” australiano con “You Ain´t Got A Hold On Me”; lo dicho, toda una sorpresa y lujo escucharlas en directo. Yo creía que Currenti solo tocaría temas de la época que grabó con el grupo, pero oyendo los dos que vendrían luego, “Gimme A Bullet” y la brutal “R&R Damnation”, me di cuenta de que estaba en un error. Bendito error, por cierto. Llegamos casi al final de la intervención del batería con ese tema que, al menos a mí, siempre me encanta ver en vídeo, “Jailbreak”. Las caras de felicidad, tanto por parte de los músicos como de l@s asistentes, hicieron acto de presencia para cerrar esta primera intervención del bataca con la siempre coreada “High Voltage”. Hasta aquí la principal intervención de Tony. Tampoco hay que pedirle mucho más, que el hombre tiene ya una edad.



Riff Raff siguieron descargando su repertorio con el tema que les da nombre al que engancharon “Hell Ain´t A Bad Place To Be” y la vacilona “Bad Boy Boogie”. He de reconocer que partir de aquí hubo momentos en los que me despisté un poco por estar más pendiente de hacerme la foto de turno con Currenti y charlar con gente que de lo que sucedía en el escenario. La poca visibilidad que teníamos l@s que nos quedamos atrás o pegad@s a la barra puede que influyera también en esto. Total, que, cuando volví a prestar la atención necesaria, una vez conseguida la retrataura, los sevillanos estaban descargando nada menos que “Dirty Deeds Done Dirt Cheap”. De ahí en adelante no volví a perderme lo que ocurría encima de las tablas, sobre todo por la cascada de temazos que nos fueron ofreciendo. Con pregunta incluida acerca de la mujer más famosa de la discografía de AC/DC, y respuesta a voz pelada, pudimos disfrutar de “Whole Lotta Rossie”. Este tercer tramo del concierto se cerró con “T.N.T”, todo dios gritando el estribillo como poses@s, y la incombustible “Let There Be Rock”, con striptease por parte del guitarra. Con Tony a las baquetas llegamos al final del show con la imprescindible “Highway To Hell” y la repetición de “It´s A Long Way To The Top (If You Wanna R&R)”.




Gracias a Riff Raff por el buen rato que nos hicieron pasar. A Tony Currenti por dejarse caer por esta ciudad perdida que lo mismo no tiene nada que acumula eventos en la misma noche; nunca dejaré de preguntar por qué ocurre esto, con la cantidad de findes que hay y unos nos morimos de asco y otros no sabes ni a dónde mirar. Y, sobre todo, a mi colega Jack Iñaki Young por el curro que se ha metido para que podamos disfrutar de jornadas como la vivida en Bogaloo. “R&R Ain´t Noise Pollution”, despedida para recordar a Brian Johnson, que, por supuesto, se lo merece.


    

jueves, 3 de octubre de 2019

Ramón Zarragoitia: "Topónimos"






Antes de entrar de lleno en esta obra del escritor vasco Ramón Zarragoitia, quiero darle mi más cordial bienvenida a la colección “Estrébedes” de la editorial “Letras Cascabeleras”. Es para mí, como autor con el que se inició dicha colección, todo un placer tenerle como compañero de editorial y andanzas literarias. Espero coincidir con él algún día e intercambiar impresiones y vivencias de este mundillo en el que estamos metido, además de hacerle entrega de mi libro, por supuesto.

Ramón Zarragoitia es oriundo de Gorliz. Con una formación como urbanista, comparte su afición por la Literatura con la Filología. Esto se nota bastante en las páginas de este “Topónimos”. Este no es su primer trabajo para “Letras Cascabeleras”, en 2014 vio la luz bajo esta editorial “Epistolario De Un Soñador”. Con anterioridad puso en el mercado “Me miro Al Espejo… Y Me Gusta Lo Que Veo”, para la editorial “Groenlandia”. Algunas de estas obras han sido reconocidas por la Fundación Imprimatur, de San Fernando De Henares, y por la Asociación Cultural “El Encierro”, de San Sebastián De Los Reyes. Hay que destacar, igualmente, su colaboración con revistas literarias como “La Sirena Varada”, “Fábula”, “Periplo” o “Yzur”, entre otras.



“Topónimos” es un compendio de catorce relatos no demasiado extensos que llevan por título el nombre de un lugar donde se desarrollan los hechos que Ramón cuenta en cada uno de ellos. Como algo destacable está la labor lingüística que el autor ha llevado a cabo a la hora de plasmarlos en el papel. Creo que eso, sumado al contenido de muchos de ellos, esa mezcla de expresiones, palabras y acentos, le da al libro un dinamismo especial que hace de él algo único y, sobre todo, ameno, muy grato.

Después de ese gran prólogo a manos del escritor abulense Ángel Silvelo, estas páginas se abren paso con las andanzas de un señor casado por el Barrio Rojo de Ámsterdam. Como muchos maridos que viven su enlace matrimonial a salto de mata entre la fidelidad con su pareja y el pago a la hora de encontrar sensaciones sexuales, digamos, menos convencionales, este semiasiduo de Wallen se llevará toda una sorpresa al contemplar uno de los escaparates de esta parte de la capital holandesa. Queda en el aire si la mentira en la que vive sigue creciendo después de este encontronazo y los hechos que le suceden.




De Holanda saltamos a Gijón para encontrarnos con el primer relato donde Zarragoitia pone de manifiesto sus conocimientos sobre el Blues. La acción se desarrolla antes, durante y después de la actuación de un reconocido compositor de este tipo de música en uno de lo de los locales de la ciudad asturiana. Para aquell@s que somos algo profan@s en esto de Blues, es todo un placer aprender algo más sobre el mismo a través de este relato. Aquí el sueño de alguno de los protagonistas se hará realidad. Como encontraremos más adelante, sobresale el conocimiento de l callejero del lugar por parte del escritor.

La capital del Estado da título al tercer relato. Al igual que ocurre durante el mismo, a veces, un premio puede convertirse en algo que destapará el más oscuro de nuestros pasados. La entrega de una estrella Michelín al chef protagonista de lo que se nos cuenta en estos párrafos acabará dándole un sabor agridulce al menú de cierto día en el restaurante que dirige con seriedad. Como buena historia de suspense, el final es lo mejor de la misma.




Huesca es la encargada de continuar con este viaje literario a través de personajes que descubren su procedencia. Una carta procedente de Argentina será la encargada de descorchar la procedencia exacta del protagonista. Siempre he sido un gran seguidor de este tipo de entregas donde una misiva, con su peculiar lenguaje, se convierte en el epicentro de la acción. Supongo que esta ha sido una de las razones por las que este texto está entre mis favoritos. ¿Acabará Marcelo conociendo todo lo que desea acerca del autor de dicha epístola?

No me importaría conocer Nueva York, aunque, he de reconocer, que preferiría visitar otros muchos lugares de Norteamérica. No sé qué tienen las macro urbes que me atraen y dan repelús a partes iguales. Haciendo gala, de nuevo, esto será una constante en la obra, de su conocimiento sobre la ciudad que nunca duerme, un inmigrante español se da de bruces con un suicida que intenta tirarse de uno de los altísimos edificios que forman esta “city”. Que si sí ayudo, que si soy el único que se percata o presta la suficiente atención a la futura tragedia, el suicida que se tira y no se tira y así hasta que aparece el policía de turno que resuelve el entuerto con mejor o peor final, según se mire. Este remolino de acción es el que da forma a este relato. Todo ayudará a convencerse, aún más, de los sentimientos que esconde el protagonista hacia New York.




Un autocar con un único pasajero. Los pensamientos y divagaciones del conductor acerca de la vida del mismo. La experiencia antigua durante el trayecto en bus del viajero. Mezcla de la realidad del momento con recuerdos oscuros. ¿Víctima de la víctima o confesor de la misma? Es lo que tendrás que descubrir en Colunga, sexto relato de la serie.

Nájera da título a otro de los relatos que más me han fascinado, sobre todo, por su intriga. De escasa extensión, eso le da mucho más mérito aún, una llamada conduce a las reflexiones que acabarán con el Desenlace del personaje. Ocurre todo tan rápido que es de esos textos que te quedan con las ganas de saber mucho más de lo que se expone en sus páginas. Sensación, al menos para mí, de las más positivas que puedes tener a la hora de leer.




En Barrika hace su primera aparición Joserra y, por segunda vez, un suicida. Con distinto encuadre, pero similar desenlace al anterior pasaje, pienso que este personaje le daría mucho juego a Ramón a la hora de escribir algo donde él fuera el protagonista. Su predisposición a meterse en “líos” ajenos y la manera de resolverlos, a veces contraria a la de allegados y jefe, serían una gran trama para próximas obras del autor. Esto es solo una percepción como lector, evidentemente.

Tanja es, sin duda, uno de los textos más duros de los catorce. La fatalidad que se vive día sí, día no, en las aguas del estrecho de Gibraltar, unida a este gran conocimiento de la cultura árabe, hace que las líneas de Ramón sobresalgan por encima de las anteriores. Impactante y sobrecogedor, a la vez que real, como la tragedia misma.




Hace mucho tiempo que tengo ganas de conocer Soria. Me gusta visitar esos lugares que a nadie le da por ir. Siempre que lo propongo a mi pareja o amig@s me dicen lo mismo: “Pero si en Soria no tiene que haber ni pájaros” o “¡¡Vaya perra que te ha dao con Soria!! Pues nada, que ha sido todo un subidón encontrarme con esta ciudad como título de este décimo relato donde lo onírico se mezcla con lo real en el plano amoroso. Debe ser difícil estar enamorado de un amigo de toda la vida. Si a esto le sumas que él no te corresponde, además de ser un homófobo de manual, peor aún. Esto es lo que se traen entre manos Fede e Ismael. Descubrid cómo acaba este entuerto de picnics, viajes por el campo y engaños de por medio.

Plentzia es el segundo lugar donde Joserra hace aparición en el libro. Con lo contado en estas páginas me reafirmo en lo dicho anteriormente sobre este personaje. Aquí nuestro periodista salva a una chica de una violación en grupo ante la mirada impasible de otros personajes. Joserra comparte protagonismo con alguien muy cercano a él. Buen reflejo y reflexión sobre este tipo de acontecimientos que parece ser que están creando una de las modas más vomitivas del comportamiento humano; aunque estas agresiones, por desgracia, no son nuevas y, lo más jodido, es que pasan inadvertidas o se las tergiversa verbal o judicialmente. Ramón, dale más vidilla a Joserra y su fiel colega; ambos se lo merecen.




En Zarautz el autor toca otros de los temas, desgraciadamente, más candentes de la actualidad, la violencia de género. Con un guion muy bien desarrollado, Zarragoitia nos presenta uno de los miles de casos que protagonizan esta lacra mundial. Muy bueno el detalle final de la relación entre los protagonistas con esa posdata que la sociedad se encarga de escribir en muchos de estos casos.

Córdoba, una de las tantas americanas, da título a este pasaje donde Gonzalo sueña, más bien vuelve a soñar, en convertirse en un gran escalador. Así puede explicar las razones de sus problemas físicos a través de una inmemorable hazaña. Otro alarde de conocimiento del lenguaje local por parte del autor que, unido al resultado onírico del protagonista, hacen de este relato uno de los más simpáticos, por definirlo de alguna manera, de los expuestos en este “Topónimos”.




Para cerrar, una ciudad que siempre me acogió con los brazos abiertos y a la que hace que no visito hace más de una década, Bilbao. Toda una escena policial, con intención de fuga incluida, se desarrollará en los aledaños y terrazas del museo más famoso de la capital vizcaína. Tendréis que leerlo para conocer el resultado de tanta persecución y despiste. Os aseguro que no os vais a arrepentir. Gran final para cerrar esta obra repleta de tramos muy duros.

Como cierre a este repaso a “Topónimos”, felicitaré a Ramón por su libro; por los buenos momentos que he pasado con algunos de sus textos; por los malos instantes que han hecho retorcerme de rabia con la lectura de otros y, como dije con anterioridad, por su enorme trabajo lingüístico y de geografía. Lo dicho, espero que nos conozcamos y charlemos como autores que hacen que esta colección “Estrébedes”, de “Letras Cascabeleras”, siga creciendo.