miércoles, 22 de enero de 2020

Ayroles - Guarnido: "El Buscón En Las Indias"










Siempre he sido partidario de ideas como las que nos concierne en este artículo. Me he quejado miles de veces de lo aséptica que puede llegar a ser la literatura. Me refiero al hecho de que solemos leer un libro y ya está; como mucho realizamos este acto una o dos veces más antes de colocarlo en nuestra estantería como si fuera un trofeo ganado en cualquier concurso que te puedas imaginar. Los libros deberían ser algo vivo. Con esto quiero decir que l@s propios lectores/as, entre l@s que me incluyo, aparte de escribir también, deberían ser partícipes de esa lectura ampliando los sucesos que ocurren en las páginas, desechando otros o creando nuevos personajes, incluso. Si el ego desorbitado del autor/a no se lo permite, que permanezcan ell@s mirándose su ombligo mientras nosotr@s nos fijamos en las demás partes del cuerpo que quedan, que son muchas y muy variadas. Es algo a lo que he animado siempre a hacer con lo poco que tengo editado y algo que haré con lo que vendrá, que dad por hecho que lo habrá. Una vez dicho esto, quiero felicitar a Alain Ayroles y Juanjo Guarnido por su “atrevimiento” a la hora de ofrecernos la segunda parte de una de las obras más brillantes de la literatura en castellano, y una de mis favoritas, “El Buscón”, del maestro Francisco De Quevedo. Toda una osadía que deberíamos repetir con otros textos más a menudo.





Alain Ayroles es un guionista francés formado en la Academia de Bellas Artes de Anguolême. Autor de obras tan reseñables como “Garulfo”, “De Capa Y Colmillos” y “D. Diario De Un No Muerto”, entre otras, en las páginas que nos atañen ha creado uno de los guiones más originales, si se puede decir eso de una segunda parte, intensos y bien desarrollado de los que he leído últimamente. Partiendo del típico rechazo inicial que supuso para mí el pensar: “A ver qué se les ha ocurrido a estos tipos para continuar con algo tan grande como esta obra de Quevedo”. Pues igual de típico os digo que debería aplicarme aquello de: “Métete la lengua en el culo”. Solo faltaría que el maestro madrileño tuviera la oportunidad de leerlo pues estoy seguro que daría su aprobación.





En cuanto a Juanjo Guarnido, decir que es oriundo de Granada, donde se formó en la Escuela de Bellas Artes de esta maravillosa ciudad. Creció colaborando con fanzines y trabajando para Cómis Forum, realizando alguna que otra portada e ilustración para Marvel. De su paso por Madrid quedarán algunos storyboards para productoras televisivas antes de instalarse en París. En la capital francesa trabajará para la sección europea de Disney en producciones tan renombradas como “Goofy E Hijo”, “El Jorobado De Notre Dame”, “Hércules”, “Tarzán”, “Atlantis” y “El Planeta Del Tesoro”. Con la entrada de este siglo, se une al guionista Juan Díaz Canales en la que será una de las obras más reconocidas, y premiadas, del cómic actual, “Blacksad”. En las páginas de esta segunda parte de “El Buscón” plasma todo su poder creativo en unas viñetas que van de la luminosidad más cegadora, pasando por ese abanico de expresiones de l@s personajes, los paisajes más exuberantes o aquellos más inmundos, hasta llegar a los momentos más tétricos y oscuros que vive el protagonista. Un trabajo excelente, lo mires por donde lo mires.





Entiendo que para hablar de esta segunda parte de la historia de la vida del pícaro Don Pablos de Segovia, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños, se debería haber leído el texto original, sobre todo por las referencias que se hacen aquí a pasajes y anécdotas que te pueden sonar a chino sin dicha referencia. Ya que Quevedo nos dejó con la miel en los labios después de contarnos que el Buscón se embarcaba para la Indias al final de su libro, lo siento por aquell@s que aún no lo hayan leído, pero el spoiler era necesario, por qué no creer que todo lo que le ocurre en estas páginas podría ser lo que el autor original pretendía contarnos. Puede que suene a atrevimiento, sin duda lo es, pero la audacia es lo que nos lleva al fracaso o al éxito, en esto tampoco hay duda que valga. Pablos sigue siendo un buscavidas que no se casa con nadie. Es capaz de traicionar a su propia sombra con tal de llevarse algo a la boca, sacarles los cuartos a los hacendados más ric@s, cobrar recompensas por aquell@s que lo salvaron de las fauces de la Muerte, valerse de la confianza de l@s que creen en él para luego robarles los mismos kilos de plata que est@s le arrebatan a es@s ric@s, ejercer de proxeneta sin el menor de los escrúpulos o hacerse pasar por el mendigo más zarrapastroso del lugar con ese don que tiene para el disfraz y el cambio de imagen. Todo siguiendo las doctrinas y consejos recibidos por parte de su padre y madre durante la infancia y la experiencia que la mísera vida que llevó en su tierra natal le otorga.







Esta obra se divide en tres capítulos de distinta índole e igual trasfondo. En el primero, interpretándose a sí mismo, Pablos consigue engañar a aquel que le tortura hablándole de un personaje al que él mismo suplanta. El segundo será el desenlace de todo lo acontecido durante su verdadera estancia allende los mares, donde se verá realmente de qué madera está hecho y hasta dónde puede llegar con su listeza. Para el tercero se deja cómo ese ingenio le lleva a cotas insospechadas de éxito, lujo y poder. Y no, no voy a contaros más porque, como cualquier buena obra que se tercie, seréis vosotr@s l@s que deberéis descubrir las andanzas, aventuras, desdichas y altares que harán de uno de los pícaros más sobresalientes jamás conocido uno de los personajes más famosos de nuestras letras. Vuelvo a dar las gracias a los autores y a la editorial por este pedazo de publicación, lámina incluida. Lo dicho, pasad, leed y no saquéis las manos de los bolsillos porque puede que la de Pablos esté hurgando en ellos y os las tengáis que llevar a la cabeza presa de vuestra confianza.




jueves, 16 de enero de 2020

Texto Mandrílico Enero 2020




EL ESPURGAGÜEYES

—Estaba una mañana de principios de verano un espurgagüeyes saltando de lomo en lomo de las ovejas. En el suelo, los langostos, las hormigas y los escarabajos huían para no ser pisoteados por la tropa de pezuñas que avanzaba sin descanso engullendo el poco pasto que encontraba antes de la llegada de la canina. En estas viajaba el pájaro blanco acercándose a la orilla del río; encaramado en su carro de lana tirado por cientos de cascos. Las ranas saltan de miedo, el picapez se toma un respiro en sus chapuzones, los juncos se doblan entre tanta pata y las pardillas se mueven más deprisa que nunca. Él brinca aleteando de un espinazo a otro evitando pisar el suelo. Con las barrigas hinchadas, las merinas toman el camino de vuelta buscando la sombra de los pinos. El autillo, posado en el quejigo, abre un ojo y sueña con el otro, abre este y se queda hecho un cesto con aquel, así una y otra vez hasta que el murmullo de las pisadas, por fin, le entra por un oído y le sale por otro.

Ahora el sisón deja su almuerzo de semillas y bichos, se aparta a un lado y mira con el pico torcido a su pariente lejano de alas blanquecinas que, desde el meneo de su pedestal, lo deja atrás con actitud altiva. El descuido le sale caro al estepario; sus plumas se esparcen por el aire a la vez que las garras del halcón apresan su cuerpo. Todo pasa como un relámpago, pero el inquilino de las ovejas contempla la escena sin ahuecar un ala. Al llegar alrededor de las encinas, lo rabilargos se quejan atronando con su orquesta de gorjeos y chillidos. El rebaño frena el avance conforme la sombra se encoge y el cuerpo de un enorme jabalí agranda su espanto. Ni siquiera el repentino aspaviento consigue desmontar al pájaro caballero que, al ritmo de la carrera, bota de esta a la otra oveja hasta que, todas a una, se detienen al lado del nogal derribado por un rayo hace años, el mismo que hace de linde con el vivar que los conejos tienen entre las retamas. Cuando vuelve la calma, salen de sus madrigueras una docena de hocicos nerviosos husmeando el viento. Nada por aquí, nada por allí; me agacho para roer un poco de hierba y cabeza arriba con las orejas siempre empinadas. Salta el zorro que, pacientemente, esperaba su turno y… ¡zas! Conejo para almorzar.

Con la canícula subiendo y el solano arreciando, las merinas más afortunadas se pegan al tronco del viejo alcornoque girando con la lentitud que la aguja de su sombra les marca; las de la rabera se apelotonan enterrando sus cabezas unas con otras y despeñando sus cuartos traseros entre la solanera. El espurgagüeyes cambia su posadero de vellón por una rama del alcornoque pegada al agujero donde el lirón se echa la siesta. Desde su nueva atalaya, percibe un movimiento entre las jaras. Algo pardo, negruzco de ojos amarillos como el Sol y colmillos blancos como la Luna, se arrastra panza al suelo como si fuera una culebra. La curiosidad del pájaro le hace posarse de nuevo en los cuadriles de las pelotonas. Ellas no perciben a su invitado, él se acerca cada vez más. Treinta metros, veinticinco, veinte y el boquiano se alza como una estatua salida de la nada… Ahora a dormir, que mañana hay que despertarse temprano para echar de comer a las gallinas.

—¿Y qué pasó con el pájaro, las ovejas y el lobo? Así nunca sabré cómo acaba.

—Mañana te cuento el final.

—Siempre me dices lo mismo y luego nada. Pues mañana empiezas por el final que lo demás ya me lo sé de memoria.

En los sueños de Carmen habitan todos y cada uno de los animales de la dehesa; desde el diminuto ratón hasta el bello lince, pasando por el ruiseñor cantarín y la escurridiza gineta hasta llegar a la ágil golondrina y el lagarto altanero. Ella los coloca en cada tramo del cuento y, justo cuando el final se aproxima… siempre, siempre se despierta.


lunes, 6 de enero de 2020

Lo Dicho... Rock & Homosexualidad II




Ya que este año tiene igual de ceros que de doses en su haber, hemos decidido, a lo largo del mismo, ofreceros las segundas, y últimas, partes de nuestros monográficos basados en las opiniones de nuestr@s músicos con respecto a ciertos temas. Aquí os dejamos con lo relativo a la homosexualidad. Asunto que sigue dejando ver que lo de la liberación sexual, en muchos casos, no entra dentro de los parámetros de esa ansiada libertad que se pregona en el Rock. Pasad, leed y conoced alguna cosilla más de es@s que os llenan los oídos con sus acordes.



Aaron Buchanan (Vocalista de Heaven´s Basement y Aaron Buchanan & The Cult Classics):

“Morals” es un tema que fue rechazado por no sonar lo suficientemente macho, te lo creas o no. Cuando lo terminé y lo escuché por primera vez pensé: “Jodidos gilipollas, jamás podréis componer algo así”. En él se resume toda la energía que quiero transmitir con esta banda.



Anthony Bray, “Abaddon” (Batería de Venom):

La única cosa corrupta que ha aparecido en los últimos años en el mundo de la música es la invasión gay. La gente dice que nosotros corrompemos a la gente, pero no hay nada peor que alguien que siga a Boy George y se ponga maquillaje y se ofrezca a salir con otros tíos y todo eso y encima no sean gays. Si uno es gay, es gay, vale, pero vete a hacerlo a otra parte. Para George vale salir y decir sí, soy gay y hago estas cositas. Seguidme porque soy maravilloso y todos cantaremos canciones acerca de ser gay. Eso es corrupción y debería ser parado, prohibido. Si uno es gay y va a tocar delante de un público gay, estupendo entonces. Ahora bien, tocar ante chicos jóvenes… eso es un crimen. Si a mi hijo, cuando crezca, le empieza a gustar Boy George no se qué le haría. Si alguna vez me viene a casa con la cara maquillada puede jodidamente largarse y no volver. Nosotros somos como un circo en el grupo. Usamos maquillaje, ruido y explosiones, pero es para divertir y pasarlo bien, satánicos o no. No hacemos peligrar la moral de nadie, eso seguro.



Andy Tillison (Vocalista y teclista en Paralell Or 90 Degrees, Gold, Frankincense + Disk- Drive, La Voce Del Vento, The Vye y The Tangent):

La canción “A Case Of Misplaced Optimism” es sobre la libertad sexual y cómo esas libertades han sido, y siguen siendo, suprimidas en muchas partes del mundo. Hubo un tiempo en Inglaterra, incluso, que era ilegal ser gay y podías acabar en prisión. Me pregunto cuánta gente habrá optado, por voluntad propia o no, por suprimir su verdadero yo y adoptar una identidad falsa por temor a acabar siendo unos parias o, peor aún, asesinados.



Brian Wheat (Bajista de City Kidd y Tesla):

Años después pregunté a uno de los promotores por los incidentes que vivimos en el Monster Of Rock de Barcelona con Metallica y AC/DC. Me dijo que es que no se esperaban que saliéramos nosotros porque, en teoría, aquel concierto tenía que hacerlo Queensrÿche, pero lo cancelaron a última hora y nos metieron a nosotros para cerrar el cartel. También me dijo que Jeff salió con unos pantalones rosa y eso fue demasiado para los fans de Metallica.



Andy Scott (Guitarrista de Sweet, Ladders, Andy Scott´s Sweet y en solitario):

Entonces vino el Glam, y esa es la denominación que hay que utilizar, aunque para nosotros solo se trataba de vender los discos en el Tops Of The Pops, el programa musical más importante de Europa en ese tiempo. Recuerdo ver en el plató a Marc Bolan, en los comienzos, con la purpurina en la cara, lo andrógino que parecía, y eso generaba una indudable contrariedad, ya me entiendes. Con nosotros pasaba mucho eso también. La gente pensaba que éramos homosexuales y nuestra perspectiva era un poco como: “Ah, o sea, que para vosotros somos gays… pues muy bien”. Así acabamos como las hermanastras feas de la pantomima. Un poco en plan reto pues si la gente quería saber hasta dónde podíamos llegar se lo íbamos a meter por los ojos. Nos lo tomábamos con bastante guasa, la verdad. Tal vez Bowie sí que llevó las cosas al extremo poniendo el corazón en ello y bendito sea, pero creo que todo se agotó con el paso de los años.



Jorge Martínez (Voz y guitarra en Ilegales, Jorge “Ilegal” Y Los Magníficos):

“Mi Amigo Omar” es uno de esos temas políticamente incorrectos que habla de un amigo existente abiertamente homosexual. La canción se mueve perfectamente en todos los ambientes y lo que propone es que no se creen guetos. Creo que es un poco evidente que un colectivo que ha sido perseguido injustamente durante siglos, que estaban en una jaula, vea cómo se crea un gueto para vivir aislado de los demás. Yo creo que lo deseable es una normalización, no es bueno para nadie. En mi época había guetos entre los rockeros y no te podías mover de un sitio a otro. Lo que enriquece una sociedad es que haya un intercambio.

Francis Díez (Voz y guitarra en Doctor Deseo):

En nuestro entorno familiar tenemos un niño que a los cinco años empezó a comentar en casa que quería ser niña. Los padres escribieron una carta a la escuela para que los demás padres entendieran que a partir de ese momento lo que habían conocido como un niño iba a ser una niña. De eso trata “El Cuento De La Botella”. Es un de cariño potente, está escrito de manera conmovedora, teniendo en cuenta las dificultades que se va a encontrar como persona. Hoy en día todavía las diferencias no se admiten muy bien en la sociedad. Aun teniendo la familia y una parte de la sociedad a favor y apoyando las dificultades de las personas, debemos extender una alfombra de ternura y comprensión.



Udo Dirkschneider (Vocalista de Accept, U.D.O. y Dirkschneider):

Yo no tuve nada que ver con el asunto de la portada de “Balls To The Wall”, fue cosa del management. Y es verdad, mucha gente pensó que nos habíamos convertido en una banda de gay Metal, pero no había nada de eso. Vale, lo del poster fue calamitoso. Estuvimos como diez horas con la fotito, poniendo las lámparas en la posición correcta y todo eso. Un peñazo. Lo que sí diré es que sí, “Love Child” trataba sobre los gays, pero es una canción fundamentalmente sobre la gente que es reprimida.



Wolf Hoffmann (Guitarrista de Accept, en solitario):

Lo de “Balls To The Wall” es de esas cosas que acaban tirándote del cuello como una cadena. No nos podemos quitar el sambenito de “álbum de gay Metal”, especialmente en Estados Unidos, por el motivo que sea. En Europa a nadie le importa un carajo. No sé, la gente de allí debe ser muy estrecha de miras porque se siente ofendida por algunas de nuestras letras. No editamos ese disco con esa portada como estrategia comercial, para nada, ojalá. Así podríamos haber dicho que la jugada nos salió genial, puede que lo del poster en el que salíamos sin camiseta influyera en algo, supongo.



Peter Baltes (Bajista de Accept, Dokken, John Norum, Bass Invaders y Wolf Hoffmann):

Tienes que entender que éramos unos críos y nos pareció que la portada molaba. No entendimos nada de aquello. Una canción como “London Leatherboys” salió así porque íbamos tras unos pantalones de cuero y nos metimos en una tienda que se llamaba Leatherboys. Nos hicieron los pantalones a medida y le dedicamos la canción. Con los años, nos hemos echado nuestras buenas carcajadas con todo el asunto porque mientras hacíamos el ganso para pillar con las tías en el backstage en las entrevistas nos preguntaban si éramos gays. Así que tuvo su gracia, sobre todo porque los medios nos dedicaron más tiempo del que queríamos.



Javier Gurruchaga (Vocalista de La Orquesta Mondragón, en solitario):

“Ellos Las Prefieren Gordas” fue un tema compuesto por Eduardo Haro Ibars. Él era abiertamente homosexual, acabó muriendo de SIDA en 1988, así que en sus letras siempre escondía diferentes lecturas que reflejaran su condición sexual. Con esa canción no fue distinto. La gente se metía con nosotros porque decían que nos metíamos con las gordas, pero luego fue un éxito y la cantaban a grito pelao. Es todo tan hipócrita; se meten contigo, pero luego tienes éxito y te ríen las gracias. Y lo más gracioso es que la canción no hablaba de mujeres obesas, bajo toda la parafernalia felliniana hablaba de otra cosa. ¡Hablaba de pollas, por supuesto! Ellos las prefieren gordas, bien gordas… ¡las pollas! Eduardo era un maestro a la hora de darle la vuelta a todo e incluir su peculiar mensaje-bomba en sus canciones, era genial. Y ahí tienes un tema como ese, que en su momento fue conocido y cantado por toda España. Me encantan este tipo de ironías. ¡Un país entero cantándole a los penes gordos sin ni siquiera saberlo! ¡Así de maravilloso es el poder de la música!



Ian Hunter (Vocalista y guitarra en Mott The Hoople, en solitario):

Grabamos “All The Young Dudes” en Londres. Recuerdo que David le decía a Mick: “Tenemos que sacar la parte gay. A los chavales les encanta ese rollo”. Y Mick era del norte de Gran Bretaña, muy chapado a la antigua para esas cosas, respondía: “¡A tomar por culo con el rollo gay!” Recuerdo a David sentado en el escenario vaciando un bolsito de mano, rebuscando entre su maquillaje y sus cosas y mi mujer se sentaba con él y hablaban de maquillaje y barras de labios. Era surrealista.



Sylvain Sylvain (Guitarra de The New York Dolls, The Criminals, Syl Sylvain And The Teardrops, en solitario):

Lo más novedoso de nuestra propuesta como The New York Dolls fue que no tratábamos de ser británicos como casi todo el mundo en esa época en USA, ni de ser Jimi Hendrix, ni Cream, ni David Bowie, ni arty. Solo queríamos tocar R&R puramente norteamericano inspirado en los pioneros y la música negra de Motown, pero con una imagen que nadie había mostrado hasta entonces. Una imagen que cuando caminábamos por la calle la gente cuchicheaba diciendo cosas como que seguro que teníamos sexo entre nosotros. Años después, hasta apareció gente que aseguraba tener fotos nuestras practicando sexo entre nosotros. Y eso fue lo más suave.



Josh Homme (Voz y guitarra en Kyuss, Queen Of The Stone Age, Iggy Pop, The Desert Sessions, Them Crooked Vultures):

Me encanta bailar. Bailo en cada actuación. Muchas veces parece que estoy pegado al velcro del micro, pero en la gira con Iggy podía, finalmente, tocar la guitarra y moverme a mi rollo. Me encanta ir a bailar con mi hermano y su marido. Es como una liberación, como nuestro Palm Springs. Me encanta la comunidad gay de allí, me siento libre bailando en ese ambiente. Es como si siempre me hubiera gustado eso. Recuerdo cuando era niño ir a un baile y pensar: “¿Qué hacen aquí todos los chicos? Las chicas están en la pista de baile”. Y salir de allí y pensar que era estúpido. En realidad, estábamos acojonaos y a nadie le importaba. “¡Hagamos el tonto, vayamos!”. Hay que tener ganas de hacer el tonto alguna vez. ¿Algún problema?



Sarah Shook (Vocalista y guitarra de Sarah Shook And The Devil, Sarah Shook And The Dirty Hands y Sarah Shook & The Disarmers):

Supongo que todo lo que trato de lograr es ser yo misma. Pertenezco a la comunidad LGBTIQ, por lo que tengo amistades por todos lados y nadie hace daño a nadie siendo tú mismo. Hacemos tu comida, te servimos tu café, actuamos en las pelis que te gustan, trabajamos en bancos, bibliotecas, oficinas de Correos, inmobiliarias, grandes almacenes, gasolineras, en el Gobierno… literalmente, estamos en todas partes. Y en tu día a día, tú interactúas con nosotros y, ni siquiera, te das cuenta. Y está bien así, somos gente normal, no importa que seas gay, lesbiana, trans, bi, pan, no binario… ¡Sé cómo te guste!



Víctor “Pelúo” (Cantante y guitarra de Malos Vicios):

Para componer me suelo inspirar en las cosas que leo o conozco. “La Parada De Los Monstruos” habla de una persona transgénero. Cuando consigue convertirse en el género que él siente sale de su propia grieta, pero hasta llegar ahí ha tenido que soportar golpes, insultos y palizas.



Rob Halford (Vocalista de Judas Priest, Fight, 2wo, en solitario, Rob Halford With Family & Friends):

Me frustra mucho y me enfada que estemos así. Uno no elige, yo soy lo que soy. Y a causa de la sociedad en la que crecí, y en gran medida de la que actual, tenemos este tremendo retroceso en igualdad. Siempre, a lo largo de mi adolescencia y mi veintena, tuve la sensación de que las cosas irían a mejor, pero eso no es así. Sigue habiendo mucho camino por recorrer en Estados Unidos y en mi país. En algunas partes del mundo la gente es arrojada desde edificios y es ahorcada solo por ser como somos. Hay injusticias contra las personas gays de la misma manera que contra la gente de color e igual que hay personas que tienen tremendas dificultades al aceptar otras religiones.

El mundo está loco. A estas alturas tendríamos que darnos cuenta de las cosas y vivir y dejar vivir y amarnos los unos a los otros simplemente aceptándonos tal y como somos. La vida es corta. Trataré de sintetizarlo lo más rápido posible. En aquel momento yo estaba fuera de Judas Priest y lideraba una banda llamada 2wo con John 5, quien ahora está con Rob Zombie. Estaba en una entrevista con la MTV (en 1998) hablando sobre música y bla, bla, bla. Y de una forma muy casual dije: “Hablando como un hombre gay en el Metal…, bla, bla, bla”. Y bueno, al tipo se le cayeron las notas, al productor, porque era una noticia grande en aquel momento. Yo reflexiono: “¿Habría dicho eso mientras estaba en Judas Priest?”.

Así que dije aquello y me volví al hotel, y ahí fue cuando pensé: “Oh, ¿qué he hecho? Esto va a ser una cagada”. Pero nunca vi una demostración de amor tan efusiva en toda mi vida. Las cartas, los faxes, las llamadas de teléfono por parte de todos en la comunidad del Metal: “Rob, simplemente no nos importa. Queremos que seas como eres, queremos que cantes esas canciones y queremos ir a verte”. Y eso fue un subidón tremendo para mí y un subidón tremendo para el Metal, porque durante mucho tiempo el Metal fue el paria del Rock & Roll, el Metal no era respetado, el Metal siempre estaba a la cola. Así que yo pensé: “¿No es genial?” Esto va a demostrar que nosotros en la comunidad del Metal, como nosotros la llamamos – probablemente por el desprecio que sentíamos a causa de la música que amábamos – somos los más tolerantes y, si lo quieres decir, los más abiertos de mente, los más afables, los más transigentes de todos los tipos de música que conocemos en el Rock & Roll. Así que fue un gran momento.  

La cosa con la gente homosexual es que, hasta que salimos del armario, siempre estamos protegiendo a otra gente: “No puedo hacer esto porque va doler así y así”. Tratamos de vivir las vidas de otras personas y eso es lo peor que puedes hacer. Tienes que aprender a amarte y a vivir tu propia vida. Después de eso, puedes salir al mundo e intentar descifrar todo lo demás.



Paul Stanley (Guitarra y voz de Kiss, en solitario):

No soy gay, pero si lo fuera, seguramente estaría orgulloso de ello como de ser cualquier otra cosa. Mientras seas una buena persona, la orientación sexual o cosas como esas son totalmente irrelevantes. Dicho esto, jamás dije: “Si no puedo tener a esa chica, me quedo con el tío”.



Textos y fotos extraídos de: This Is Rock, La Heavy, Rock Estatal, Popular 1, Heavy Rock e Internet. Muchas gracias por estar en los kioskos o haber estado.