miércoles, 22 de enero de 2020

Ayroles - Guarnido: "El Buscón En Las Indias"










Siempre he sido partidario de ideas como las que nos concierne en este artículo. Me he quejado miles de veces de lo aséptica que puede llegar a ser la literatura. Me refiero al hecho de que solemos leer un libro y ya está; como mucho realizamos este acto una o dos veces más antes de colocarlo en nuestra estantería como si fuera un trofeo ganado en cualquier concurso que te puedas imaginar. Los libros deberían ser algo vivo. Con esto quiero decir que l@s propios lectores/as, entre l@s que me incluyo, aparte de escribir también, deberían ser partícipes de esa lectura ampliando los sucesos que ocurren en las páginas, desechando otros o creando nuevos personajes, incluso. Si el ego desorbitado del autor/a no se lo permite, que permanezcan ell@s mirándose su ombligo mientras nosotr@s nos fijamos en las demás partes del cuerpo que quedan, que son muchas y muy variadas. Es algo a lo que he animado siempre a hacer con lo poco que tengo editado y algo que haré con lo que vendrá, que dad por hecho que lo habrá. Una vez dicho esto, quiero felicitar a Alain Ayroles y Juanjo Guarnido por su “atrevimiento” a la hora de ofrecernos la segunda parte de una de las obras más brillantes de la literatura en castellano, y una de mis favoritas, “El Buscón”, del maestro Francisco De Quevedo. Toda una osadía que deberíamos repetir con otros textos más a menudo.





Alain Ayroles es un guionista francés formado en la Academia de Bellas Artes de Anguolême. Autor de obras tan reseñables como “Garulfo”, “De Capa Y Colmillos” y “D. Diario De Un No Muerto”, entre otras, en las páginas que nos atañen ha creado uno de los guiones más originales, si se puede decir eso de una segunda parte, intensos y bien desarrollado de los que he leído últimamente. Partiendo del típico rechazo inicial que supuso para mí el pensar: “A ver qué se les ha ocurrido a estos tipos para continuar con algo tan grande como esta obra de Quevedo”. Pues igual de típico os digo que debería aplicarme aquello de: “Métete la lengua en el culo”. Solo faltaría que el maestro madrileño tuviera la oportunidad de leerlo pues estoy seguro que daría su aprobación.





En cuanto a Juanjo Guarnido, decir que es oriundo de Granada, donde se formó en la Escuela de Bellas Artes de esta maravillosa ciudad. Creció colaborando con fanzines y trabajando para Cómis Forum, realizando alguna que otra portada e ilustración para Marvel. De su paso por Madrid quedarán algunos storyboards para productoras televisivas antes de instalarse en París. En la capital francesa trabajará para la sección europea de Disney en producciones tan renombradas como “Goofy E Hijo”, “El Jorobado De Notre Dame”, “Hércules”, “Tarzán”, “Atlantis” y “El Planeta Del Tesoro”. Con la entrada de este siglo, se une al guionista Juan Díaz Canales en la que será una de las obras más reconocidas, y premiadas, del cómic actual, “Blacksad”. En las páginas de esta segunda parte de “El Buscón” plasma todo su poder creativo en unas viñetas que van de la luminosidad más cegadora, pasando por ese abanico de expresiones de l@s personajes, los paisajes más exuberantes o aquellos más inmundos, hasta llegar a los momentos más tétricos y oscuros que vive el protagonista. Un trabajo excelente, lo mires por donde lo mires.





Entiendo que para hablar de esta segunda parte de la historia de la vida del pícaro Don Pablos de Segovia, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños, se debería haber leído el texto original, sobre todo por las referencias que se hacen aquí a pasajes y anécdotas que te pueden sonar a chino sin dicha referencia. Ya que Quevedo nos dejó con la miel en los labios después de contarnos que el Buscón se embarcaba para la Indias al final de su libro, lo siento por aquell@s que aún no lo hayan leído, pero el spoiler era necesario, por qué no creer que todo lo que le ocurre en estas páginas podría ser lo que el autor original pretendía contarnos. Puede que suene a atrevimiento, sin duda lo es, pero la audacia es lo que nos lleva al fracaso o al éxito, en esto tampoco hay duda que valga. Pablos sigue siendo un buscavidas que no se casa con nadie. Es capaz de traicionar a su propia sombra con tal de llevarse algo a la boca, sacarles los cuartos a los hacendados más ric@s, cobrar recompensas por aquell@s que lo salvaron de las fauces de la Muerte, valerse de la confianza de l@s que creen en él para luego robarles los mismos kilos de plata que est@s le arrebatan a es@s ric@s, ejercer de proxeneta sin el menor de los escrúpulos o hacerse pasar por el mendigo más zarrapastroso del lugar con ese don que tiene para el disfraz y el cambio de imagen. Todo siguiendo las doctrinas y consejos recibidos por parte de su padre y madre durante la infancia y la experiencia que la mísera vida que llevó en su tierra natal le otorga.







Esta obra se divide en tres capítulos de distinta índole e igual trasfondo. En el primero, interpretándose a sí mismo, Pablos consigue engañar a aquel que le tortura hablándole de un personaje al que él mismo suplanta. El segundo será el desenlace de todo lo acontecido durante su verdadera estancia allende los mares, donde se verá realmente de qué madera está hecho y hasta dónde puede llegar con su listeza. Para el tercero se deja cómo ese ingenio le lleva a cotas insospechadas de éxito, lujo y poder. Y no, no voy a contaros más porque, como cualquier buena obra que se tercie, seréis vosotr@s l@s que deberéis descubrir las andanzas, aventuras, desdichas y altares que harán de uno de los pícaros más sobresalientes jamás conocido uno de los personajes más famosos de nuestras letras. Vuelvo a dar las gracias a los autores y a la editorial por este pedazo de publicación, lámina incluida. Lo dicho, pasad, leed y no saquéis las manos de los bolsillos porque puede que la de Pablos esté hurgando en ellos y os las tengáis que llevar a la cabeza presa de vuestra confianza.




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