El pasado sábado, 6 de Junio, se celebró
la segunda edición del Conciertazo Amstel en el Recinto Hípico de Cáceres.
Participaron El Malo del Cuento, La Unión y Loquillo. El cartel era el propio
para que una amalgama de gente diferente se congregara durante el evento.
Quiero destacar que, a pesar de esto, el buen rollo entre todos y todas fue el
hecho más destacable del concierto. Nada de broncas ni cosas raras de esas.
Creo que en Cáceres hace tiempo que la gente sabe mezclarse a la perfección
dejando que cada uno haga lo que le plazca siempre con el máximo respeto hacia
los demás. Puede que sea una buena actitud venida a más después de tantos años
de WOMAD. Ahora bien, si realmente quieren seguir celebrando este evento, y
pienso que todos y todas lo queremos igual, la organización debe subsanar
algunos aspectos imprescindibles en el mismo, sobre todo el tema de tickets y
barra. Lo que no puede ser es que te pases la mitad de los conciertos o bien
sacando para pedir o bien esperando a que te sirvan. Tampoco exijo que
contraten a profesionales, alguno no vendría mal, sobre todo para cambiar
barriles, pero el caos que tenían el las barras para servir a la avalancha de
gente que acudió es imperdonable.
Sobre las ocho y media de la tarde se
subieron al escenario del Hípico los componentes de El Malo del Cuento para dar
un repaso a sus tres discos. Buen sonido y muchas ganas que se vieron arropadas
por los asistentes que estábamos en ese momento. Tengo que decir que es la
primera vez que los veía y me gustaron bastante. No es que vayan a ofrecer nada
novedoso pero ese Rock Urbano con letras cañeras y directas siempre ha sido de
mi agrado. Una buena conexión por parte de Jesús y el público fue indispensable
para lo que fue el desarrollo del bolo. Buenas guitarras por parte de Manu y
Dani además de un bajo impetuoso por parte de Javi, sus coros también fueron de
lo mejor de la actuación, y un maestro a la batería como es Palike hicieron que
pasáramos un gran rato. Fue el concierto que mejor vi, por lo menos conseguí
verlo entero. Desde aquí les deseo mucha suerte con ese nuevo trabajo y que
sigan teniendo muchas actuaciones.
Poco puedo decir de La Unión, primero
porque fue el primero de los malos momentos de la noche por tener que hacer una
cola inmensa para sacar tickets de bebida. Nunca fue una banda a la que
prestara atención, ni siquiera cuando estaban en su punto álgido durante los
ochenta, pero he de reconocer que tuvieron un gran seguimiento por parte del
público, es más, doy por sentado que muchos de los asistentes se congregaron
allí por ellos y nada más. Rafa tuvo el sonido de su micro un poco bajo para mi
gusto, algo que solventaron el bajista Luis y Mario a la guitarra. Se ve que
siguen gustando bastante, que forman parte de la banda sonora de toda una
generación y eso siempre es muy respetable. Poco más os puedo contar por mi
parte porque entre colas, charlas y encuentros con gente que iba llegando no me
di ni cuenta de que ya se estaban yendo. Enhorabuena por seguir ahí después de
tantos años.
Lo de Loquillo fue bastante agridulce,
no por él, me pareció que dio un concierto tremendo, sino porque fue,
personalmente, el momento peor y mejor del concierto. Después de pasarnos más
de tres cuartos de hora en la barra para conseguir un par de macetas de cerveza
y un refresco fue cuando pude empezar a ver su actuación. Allí me perdí el
magnifico comienzo del mismo, con cortes de su último trabajo, así como temazos
de la altura de “El Rompeolas” o “Cuando Fuimos Los Mejores”. Una vez pasado el
mal trago decidí que lo poco o mucho que me quedara del bolo lo iba a
disfrutar. Ni que decir tiene que en ello contribuyó el Loco y toda su banda,
con Igor, Santi y Alfonso a la cabeza. Hacía mil que no asistía a uno de sus
conciertos y fue todo un placer escuchar todas esas canciones que le han
llevado al reconocimiento que tiene, pese a las malas lenguas. “Feo, Fuerte y
Formal”, “R&R Star”, “La Mataré”, “El Ritmo Del Garaje”, que grandes
recuerdos con ésta, entre otras, y, evidentemente “Cadillac Solitario” dieron
color a una noche que parecía tener poco de brillante. Es normal que echara
algunos temas en falta, sobre todo de ese trabajo que casi no tuvo repercusión
que fue la banda sonora del documental “Mujeres En Pie de Guerra”, pero con lo
que se escuchó durante las casi dos horas que estuvo encima de las tablas
tuvimos más que de sobra. Mucho ha llovido desde aquel lejano 83 cuando lo vi
en Don Benito por primera vez pero ahí sigue, dando caña como buen rockero que
es.
Quiero acabar esta crónica insistiendo
en la corrección de esos terribles fallos de la organización que lo único que
hacen es afear uno de los conciertos que, de seguir así, puede llegar a
confirmarse de los más importantes del calendario de Cáceres. Espero que tomen
nota para el próximo año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario