En lo referente al sábado, el
Sonisphere fue mucho más tranquilo en cuanto a bandas que vi que no en cuanto a
la tralla que metieron. Ya salimos tarde del hotel por razones ajenas a esta
crónica, lo mejor es que la peña sigue estando dispuesta a compartir lo que
sea, incluso taxi, con lo cual siempre acabas conociendo a gente nueva. Cuando llegamos
al recinto, después de esperar a que a uno de nosotros le pusieran la pulserita
de un solo día, en el escenario 2 estaban descargando Ghost mientras en el
escenario principal apuraban sus últimos temas Whitin Temptation. Esto os puede
dar una idea de aquellos grupos que nos perdimos, de los cuales si había alguno
que realmente me interesara era Vita Imana, por lo demás no eché en falta nada,
ni siquiera a Mastodon que desde que los vi con Tool hace ya unos cuantos años
me siguen pareciendo algo del montón, sería que en aquella ocasión no me
sorprendieron que nunca más repare en ellos.
Como alma que lleva el diablo,
nunca mejor dicho, salimos disparados para coger posiciones para ver a Slayer. Tengo
que reconocer que nunca fui un gran seguidor de esta banda pero no sé qué
tienen en directo que siempre acaban no gustándome sino algo más que eso. Era
la cuarta vez que los veía y no me defraudaron para nada. Menos mal que en esta
ocasión tocaron a última hora de la tarde porque aún recuerdo cuando lo hicieron
con Maiden en Mérida, era digno de ver aquellos tipos con pantalones de cuero
sudando como pollos a las siete de la tarde en pleno mes de Julio. Comenzaron su
repertorio con nada menos que “World Painted Blood” y “Psychophaty Red”, toda
una declaración de intenciones, y fueron cayendo, como ristra de balas, un tema
tras otro entre los que destacaría momentos como los vividos durante “Mandatory
Suicide” o “Jesus Saves”. Como era de esperar, dejaron la caña pura y dura para
el final el cual tuvo una primera parte con “Raining Blood” y “Angel Of Death”,
qué pedazo de canción, y volvieron para hacer un bis formado por “South Of
Heaven”, imprescindible, y “War Ensemble”. Entre los que fuimos al festival
hubo discrepancias en cuanto al show de Slayer pero mi opinión es que fue de lo
mejor de los dos días. Nadie echó en falta a Jeff Hanemann pues el concierto
que se curró el guitarrista de Exodus, Gary Holt, fue para darle la enhorabuena
mil y una vez. A lo mejor es lo que le hace falta a la banda, alguien que se
mueva y recorra el escenario de la manera que él lo hizo.
Con pocas ganas de movernos del
sitio, pues sabíamos que en el momento que lo hiciéramos perderíamos el buen
lugar desde donde habíamos disfrutado de Slayer, fuimos a repostar algo de
cerveza y pasar por los servicios. Para cuando quisimos volver estábamos como
cincuenta metros más atrás que antes y es que la cantidad de gente que se
congregó para ver a Metallica nos recordó que aquello era un festival en toda
regla. Supongo que ya se habrán escrito miles de páginas sobre la actuación de
estos cuatro jinetes, con mejor o peor opinión, pero debo decir que aquello fue
algo grande, muy grande. Hacía que no los veía en directo como quince años,
desde la gira del “Load” con Soundgarden y Corrosion Of Conformity, y me di
cuenta de que si están donde están es por mérito propio. Como todos sabéis ya,
vinieron rememorando aquel exitoso “Black Album” del que pude disfrutar tres
veces en la misma gira, en tres sitios distintos, Barcelona, con AC/DC, San
Sebastián, que pedazo de concierto aquel, y el mítico show del Rayo Vallecano
con rayos y truenos de la tormenta que cayó incluido. Estaba claro que el hecho
de venir a tocar íntegro ese disco es algo que atraía a mucho más público que
si no hubiera sido así pero era lo que quería la peña y fue lo que tuvo. El comienzo
fue brutal con “Hit The Lights” y “Master Of Puppets” directos a la cabeza de
los presentes. Siguieron con “The Shortest Straw”, del “And Justice For All…”, “From
Whom The Bell Tolls”, qué decir de este tema que no se haya dicho ya, y “Hell
And Back”, perteneciente a “Beyond Magnetic”, ese EP de canciones que se
quedaron fuera del “Death Magnetic”. Puede que a muchos este tema no les molara
pero, sinceramente, me pareció muy adecuado, aunque hubiera estado mejor “Fuel,
por ejemplo, todo hay que decirlo. Está bien eso de que metan algún tema de su
último trabajo y este en concreto me gustó escucharlo en directo. De aquí en
adelante pues qué deciros, no sólo fue el escuchar ese pedazo de disco entero
en directo, tocado desde la última a la primera canción, o sea, al revés de
como aparecen en el álbum, sino la cantidad de buenos recuerdos que se
agolparon en mi mente. Me hicieron sentir bien, el hecho de tener mi novio al
lado hizo que me subiera por las paredes en algunos momentos, pero también me
di cuenta de pronto de que sí, que habían pasado más de veinte años desde la
primera vez que los vi en aquel mítico Monster Of Rock del 88 y que las canas
que luzco ahora son por algo. Tralla final con “Battery”, temazo donde los haya, “One”, hubiera
preferido un poco menos de laser y más verlos a ellos pero siempre es un
acierto en directo, el día que la saquen del setlist tendrán un grave problema,
y colofón con “Seek & Destroy”. Salieron para despedirse del público
agradeciendo nuestra asistencia y hasta la próxima. Si eché en falta algo fue a
Jason Newsted, sus coros roncos, sus carreras por el escenario, no digo que
Robert Trujillo sea mal músico pero en ciertos temas del disco “Metallica”
añoré ese grito ronco de Jason. Por lo demás… impresionantes.
Después de esto cola para beber,
cola para comer, encuentros con peña conocida y poco más. Algunos volvieron a
la zona de relax mientras que mi gran amigo Nervio y yo echamos un vistazo a Evanescence
y a Clutch. Estos últimos no sonaron nada mal. Estaba muy interesado en ver a
Fear Factory pero el retraso en los horarios de esta jornada hizo que para
cuando salieran fuera excesivamente tarde. Está claro que los que conducen al
día siguiente son los que mandan así que caminata para pillar taxi y al catre.
Es verdad que hubo un montón de
peña ambos días, evidentemente más el sábado que el viernes, pero noté como
algo de tristeza en el ambiente que aún no se me ha quitado de la cabeza. No vi
a tanta gente saltando y brincando. Prefiero pensar que fue por lo oscuro del
recinto, ya les vale no poner unas farolitas para que no nos abriéramos la
cabeza, a que fuera por el ambiente general que se respira en el país. La cuestión
es que volvimos a vivir una gran jornada de Rock y Metal. A ver si corrigen los
errores de este año y el próximo nos vemos allí de nuevo.
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