Durante todo este tiempo de pandemia me han devuelto el
importe de la mayoría de los conciertos a los que iba a asistir, bien porque se
anularon, bien porque se aplazaron. Pues bien, como podéis comprobar en la
entrada, este de Tahúres Zurdos permaneció en mi cajón a lo largo de estos
meses sin perder nunca la esperanza de poder disfrutar de sus canciones en
directo. Hasta tres veces cambió de fecha, y jamás desistí del empeño. La cuestión
es que ha merecido la pena, y mucho. Si al concierto de la noche anterior
asistí solo, a este fui con tres buen@s amig@s con los que quemé la noche
madrileña como hacía años que no quemaba.
Con un poco de retraso y la consabida impaciencia por parte de
l@s presentes, la banda navarra tiró de “Lujuria”, “Mis Hijos Me Espían” y "Puta" para
romper el poco hielo que pudiera existir entre ell@s y nosotr@s. Desde ese
mismo instante, se notó que el grupo estaba sumamente emocionado, tanto por el
lleno de la sala, como por la respuesta del público a “Como El Humo” e
“Invisible”. Aurora nos dedicó una emotiva presentación a unos de sus temas más
sentidos, “Azul”, y puso el recinto patas arribas con “Nieve Negra” y su
referencia al momento bélico que estamos viviendo en Europa. Terminados estos
dos trallazos de su discografía, llegó el momento acústico que la cantante
compartió con la grandísima Mercedes Ferrer en “Afiladas Palabras”, dedicándose
piropos mutuamente, y con José Bulevar, al que alguien confundió con un miembro
de Revólver, en “Clases De Baile”, ambos cortes pertenecientes a “Museo
Púrpura”, disco en solitario de Aurora.
“El Manual” consiguió que los restantes miembros del grupo volvieran
al escenario con una de las mayores ovaciones de la noche. La temperatura del
concierto subió como la espuma, al igual que la emoción de Aurora, con la
versión “La Noche Es” y “Lo Peligroso”, uno de mis temas preferidos de su
discografía, que todo el mundo cantó hasta perder la garganta. Los gritos del
público nombrando a la banda indicaban que estábamos viviendo uno de los instantes
más deseados de estos años, algo que quedó demostrado con “El Chico De La
Mirada Asustadiza” y la siempre potente “Chicas Fuertes”. Para ese momento, yo
ya me encontraba en segunda fila presa de la vitalidad que la situación me
estaba haciendo vivir. Y de allí no me moví hasta el final del show. De esta índole,
con Aurora a pocos metros por encima de mi cabeza, canté como si fuera la
última vez “Amor Tóxico”, la esperadísima “Planeta Ruido” y "La Caza".
La banda se despidió, pero tod@s sabíamos que ese no podía
ser el cierre de un concierto tan esperado, sobre todo porque faltaban sus dos
temas, digamos, estrella, que no son otros que “Una Noche De Amor” y “Tocaré”,
durante los cuales pude comprobar cómo Aurora dejaba caer alguna que otra
lágrima que le impidieron cantar alguna estrofa, algo solventado por nosotr@s
que pusimos la voz en el techo de la sala para formar parte de uno de los
instantes más emotivos que he vivido en los muchos conciertos a los que he
asistido. Pensando que aquello era el final, cerraron definitivamente con la
versión de “La Fiesta”, de Joan Manuel Serrat, como recuerdo del paso de su
hermano y ella por un concurso radiofónico años ha.
Sí que es verdad que el concierto fue de alto voltaje, sobre
todo por la entrega de la banda y el tiempo de espera, dos años, para volver a
verla, pero hubo momentos, puede que fuera por lo apelotonad@s que estábamos, o
eso quiero pensar, que el público estuvo excesivamente estático. Tampoco es que
las canciones de Tahúres Zurdos sean para hacer un Wall Of Death, pero eché de
menos los saltos y el sudor en algún instante. Quiero dejar claro que esto no
es ninguna queja, tan solo una apreciación, pues yo me lo pasé genial no, lo
siguiente. Una vez terminado el show, disfrutamos de la compañía de Mercedes,
Aurora y algun@s más con l@s que alargamos las horas como si no hubiera un
final. Nos hicimos ni se sabe de fotos, tomamos ni se sabe cuántas cervezas,
cenamos la comida rápida que esa noche nos podía ofrecer y hablamos de todo lo
que se nos vino a la cabeza como si de de l@s colegas de una pandilla que hace
años que no se ven se tratara, y eso que yo solo conocía a l@s tres con los que
fui. Gracias, mil gracias a Aurora, Lolo, Juanma y “Puntxes” por una noche
increíble, de esas que borran durante las horas que dura los nubarrones de los
negros amaneceres que estamos viviendo. Ojalá no tenga que esperar tanto tiempo
para volver a verlos. Se os quiere, y mucho.
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