miércoles, 8 de mayo de 2019

El Mandril En Extremúsika 2019








Un año más el Extremúsika aterrizó en Cáceres. En esta edición tuvimos algunas innovaciones, empezando por ser cuatro días y acabando con la incursión de sonidos nuevos que han tenido mejor o peor aceptación. El precio del abono sigue siendo asequible, así como el de la bebida que, si ser abusivo, es similar al de otros festivales del estilo. La organización ha sido buena, con una seguridad que no se metía demasiado con la peña y, sobre todo, un sonido excelente en la mayoría de los conciertos. Pasemos a contaros mi experiencia en este 2019 que, como he dicho en otras ocasiones, reflejará lo que yo he vivido. Esto significa que puede que no coincida con vuestras opiniones, para eso están los comentarios posteriores a la lectura, además de que echaréis en falta algún que otro grupo.






Cuatro jornadas de festival es, a mi entender, demasiado. De hecho, la del miércoles puede que fuera de las más numerosas en cuanto a público porque otras, como iremos viendo, fueron un verdadero fracaso. Puede que no tuvieran más remedio que estirar el chicle si querían traer a un grupo como Marea. Lo del 1 de Mayo fue eso, un concierto de Marea con tres teloneros. No es de extrañar que las tres bandas que pasaron por el escenario antes que ellos pertenezcan a “Dromedario Records”. Hicimos nuestra primera aparición por el Recinto Hípico cacereño cuando estaban sobre las tablas Vuelo 505. Con un público no muy numeroso, los riojanos conectaron con aquella parte de los presentes que los conocía mientras los demás nos dedicábamos a saludar a peña allegada y enterarnos un poco de la ubicación de las barras, servicios y demás. No dejaron en el tintero temas como “Tierra Quemada” o su último sencillo, “Me Asustan Las Despedidas”. Aprovechamos parte del show de Bocanada para cenar algo rápido y volvimos cuando los navarros estaban en pleno auge. Todos los kilómetros que Martín hace por el escenario son inversamente proporcionales a los que su hermano lleva a cabo. A pesar de que su voz se parece a la de Kutxi, se ve que tienen unos seguidores que se saben y corean sus canciones con ahínco. Buen concierto donde hicieron un repaso a su discografía con temas como “Huele A Muerto” o “Más Animal”, entre otros.






Con casi un cuarto de hora de retraso, saltaron a las tablas los de Berriozar para comenzar la gira de su último trabajo, “El Azogue”, que los llevará por distintos puntos del Estado. Una multitud les esperaba ansiosamente después de tantos años de demora. Dieron el pistoletazo de salida con “En Las Encías” que engancharon con “El Temblor” y “La Majada” antes de que Kutxi se dirigiera al público por primera vez. Continuaron con “Viernes Santo” y “Mierda Y Cuchara” para acabar de demostrar que esa era su noche. Llevan una producción, unas luces y un equipo del copón; nada que envidiar a muchos de los grupos guiris, algo que siempre se agradece. Para cuando llegó la mitad del show con “Un Hierro Sin Domar”, “Pecadores” y “Trasegando”, no había un alma que no tuviera los ojos puestos en ellos. Un Kutxi no demasiado comunicativo, fumando un cigarro tras otro, no dejó de echarle ganas, a pesar de dejar al Piñas como frontman para tomarse un descansito de un par de temas o tres. Kolibrí sigue siendo un hacha de las seis cuerdas, algo que demostró de sobra para cuando “Ocho Mares”, “La Tuerca” o “Barniz” llenaban nuestros oídos. César tiene esa labor poco reconocida de guitarra rítmica que, como bien dijo su cantante, le convierte en el Malcolm Young de la banda. En cuanto a Alén, poco tiene que demostrar a estas alturas. Ya tuvo la ocasión de hacerlo mientras el concierto avanzaba hasta llegar a “Copla Del Precipicio”. Un momento de relax y vuelta para cerrar con dos de sus clásicos como son “El Perro Verde” y, por supuesto, “Marea”. He de reconocer que no soy un gran fan de ellos, pero dieron un concierto de mucho nivel consiguiendo reunir al mayor número de público del festival. Enhorabuena y suerte con la gira. Os lo merecéis con creces.






Después de esperar ni se sabe antes de pillar el bus de regreso la noche del miércoles, volvimos a casa con la sensación de que este año el festival podía ser todo lo exitoso, sobre todo en cuanto a público se refiere, que fue en ediciones anteriores. La jornada del jueves nos hizo poner los pies en el suelo siendo, en muchos momentos, un poco desoladora. Hicimos acto de presencia durante la actuación de los cordobeses Aslándticos. Con todo el respeto que hay que tener a cualquiera que se suba a un escenario, he de decir que no me gustaron demasiado. Su Rock con tintes Pop de estribillo fácil no es lo mío. Temas como “La Receta”, “Infinito” o “Primer Día” dejan claro de qué van, además de ser un anticipo de lo que ocurriría durante la mayor parte de la noche. Esperaba mucho más de Vanila Von Bismark, sobre todo por las cosas queme habían hablado de ella. La cuestión es que su apuesta por las versiones, tanto en castellano como en inglés, no acabaron de llenarme. Machín, Lola Flores o la mítica “La Llorona” fueron lo más destacable del repertorio de la granadina que nos fue desplazando hacia el otro escenario para pillar sitio para ver a Angelus Apatrida.







En ese momento no sé si llegaríamos a las mil almas, siendo positivo, l@s que nos colocamos delante de los albaceteños. Estos currantes del Thrash son de esas bandas que no fallan nunca. Con esta era la quinta vez que los veo en directo y, también sea dicho, no ha sido de las mejores. Y no lo fue no por ellos, sino por la poca entrega del público que estaba más pendiente de lo que vendría justo después que de lo que tenía delante. Sea como fuera, a mí me gustan una barbaridad y sigo pensando que si fueran de yankilandia ya estarían en la cima del género, pero, bueno, ese es otro y el mismo cantar de siempre. Con Guillermo haciendo una y otra vez referencias a la penosa situación política, por no llamarlo de otra manera, que nos han dejado las elecciones generales, repartieron cera con clásicos como “Blast Off”, otras como “Farewell”, hasta concluir con su archiconocido “You Are Next”. Pocos pogos y nada de Wall Of Death; esto os puede dar una idea de lo que fue su show en cuanto a asistencia.







La Pegatina han sido uno de los grandes triunfadores del Extremúsika. Y, por mi parte, hasta aquí. No voy a entrar en el tema de Eurovisión y demás, pero esa apuesta más cercana a banda de charanga que al Ska me parece cansina y pachanguera. Opinión contraria a l@s que se tragaron su concierto saltando y cantando sin parar. Expectación es poco para definir lo que se esperaba de un rockero con tanta solera como Ramoncín. A ver, compañero Ramón, que quede claro que este que escribe estos párrafos tenía, sigue teniendo, muchas ganas de volver a verte en directo, pero eso de que las letras se te vayan de vez en cuando… prefiero pensar que fue por despiste. Llevas una banda, Los Eléctricos Del Diablo, para quitarse el sombrero; con unos guitarras, Óscar y Manuel, que se salen, un violinista que ya lo quisieran mucho en sus filas, una base rítmica, David y Miguel, que son como un reloj y a eso le añades las teclas de Jesús y ya cierras un círculo casi perfecto. Y luego vas tú y te encasquillas con algunas de las letras de tus temas. Bueno, pues ya está, habrá que perdonártelo como buen fan tuyo que soy y los buenos recuerdos que me trajeron “Sal De Naja”, “Litros De Alcohol”, “Déjame” o la incombustible “Al Límite”. Otra cosita, eso de largarte un cuarto de hora antes a qué vino. No creo que fuera por los gilipollas de turno, con los que tú y nosotr@s ya contábamos. Lo malo es que echamos en falta clásicos tuyos como “La Chica De La puerta 16” o “Barriobajero”. Tómate esto como una crítica constructiva, es más, tu nuevo disco es de un gran nivel y en directo temas como “En El Infierno” son un cañón. Tengo muchas ganas de ver un concierto tuyo fuera de festivales, espero resarcirme un poco de lo de este Extremúsika. Da por hecho que nos vamos a volver a ver. Siguiendo al nombre de la siguiente banda que, ante la huida de Ramoncín se quedó descolocada, La Desbandada, tomamos en camino de vuelta. Esta vez los que tuvieron que esperar para llenarse fueron los taxis pues había casi más que clientes.







La jornada del viernes era la más atractiva para el que escribe esto. Llegamos cuando Desakato ponía a todo dios a saltar y desgañitarse con trallazos de la altura de “Octubres Rotos”, “Cada Vez” o “La Cura”. Se formaron los primeros pogos y el primer, y único que yo recuerde, Wall Of Death de la jornada dando paso a nubes de polvo que inundaron la mayoría del recinto. Esta sí que es una de las cosas más criticables hacia la organización, ¿no podían haber regado un poco el Hípico antes de empezar las actuaciones para evitar que tragásemos lo que no está escrito? Pues nada, en ese sentido, nos volvieron a tratar como si de un rebaño de borreg@s en movimiento se tratara. Muy grandes los Desakato, consiguiendo mucho de lo que los demás hubieran pretendido obtener.







Lo del tío este, el tal C. Tangana, del que no había oído hablar en mi vida y del que no quiero volver a escuchar en lo que me resta de la misma, fue como la gota de aceite en el vaso de agua del festival. Sigo sin entender qué pintaba en el cartel, aunque l@s asistentes a su espectáculo digan lo contrario. Mira que he estado en festivales con carteles para dar y tirar, pero en uno que presume de Rock, en todas su vertientes, Rap y Mestizaje como es el Extremúsika, no le vi sentido alguno a este nuevo ídolo de masas. Espero que sus fans lo disfrutaran, yo me fui a cenar y pasé a otra cosa. No volví hasta que Toteking salió a escena. Con el sevillano y su hermano, además de un Dj, sobre el escenario todo volvió a su cauce. Venía presentando su último álbum, “Héroe”, del cayeron unos cuantos temas. Actitud, esa es la puñetera palabra que le hizo falta a muchas de las bandas y solistas que pasaron por el festival y que el de la Macarena tuvo para repartir a montones. Rimas comprometidas se unieron a peña cantando y moviéndose al son de “Veneno”, “Gente Tóxica”, con Rozalén de fondo, o “Bartleby &Co.”. Mi mayor enhorabuena, una vez más.







Si hasta este momento el sonido del Extremúsika había sido excelente, El Último Ke Zierre se encargó de romper la racha. Era una de las bandas que más ganas tenía de ver, y eso que ya los he visto ni se sabe de veces, la última hace menos de un año, pero nunca llegaron a conectar del todo con l@s presentes; a mi entender por esa razón y manía que tiene el Feo de meterse medio micro en la boca consiguiendo que no se le entienda la mitad de lo que dice. Bueno, cada uno tiene su forma de afrontar su concierto, aunque en recintos grandes, como es el caso, esto no les vino bien. Siguen siendo uno de mis grupos de cabecera, pero lo vivido en el Recinto Hípico no ha sido de lo mejor que he visto de ellos. Tuvimos el típico concierto que subía y bajaba como si de una montaña rusa se tratara. Clásicos como “A Cara De Perro”, “A Dónde Vas” o “Camino De Rosas” hicieron que pequeñas nubes de polvo inundaran el ambiente. Un show que finalizó con uno de mis temas favoritos, “La Lluvia Y El Sol”, de su último trabajo, de manera brusca y sorpresiva. Otra vez será, que seguro que habrá muchas y mejores. Salú!!






Hacía tiempo que no veía a La Fuga en directo, años, vamos. De hecho, nunca los había visto con sus nuevos componentes, Álex y Pedro. Por tener familia en Reinosa, los conocí mucho antes de dar su salto a la primera fila del Rock estatal, algo de lo que me alegro con creces. No es que me vuelen la cabeza, pero sentirlos en tan buena forma, saber que han superado todo lo que se les ha puesto por delante y comprobar que siguen teniendo un público fiel que corea sus temas y disfruta de su concierto es algo admirable. Con ellos el sonido volvió a los cauces propios de los cuatro días y “Por verte Sonreír”, “Humo Y Cristales”, con el vídeo proyectado a sus espaldas, o “Lunes De Olvido”, entre otras muchas, junto a esa pedazo de versión de Los Calis que es “Heroína”, nos dejaron mucho más que un buen sabor de boca y, en este caso, oídos.







Supongo que para much@s la vuelta de Marea ha sido lo mejor que os ha pasado en la última semana, pues bien, es lo mismo que me ha ocurrido a mí con la de sus paisanos Koma. Esto sí que fue caña, fuerza, buen rollo y entrega de la buena. Desde ya me comprometo a verlos en un concierto propio porque después de lo del Extremúsika debe ser la rehostia. Ahí sigue Brigi bramando como si no hubiera pasado nada, Rafa y Juan Carlos van al milímetro dentro de la velocidad que muchos de sus temas tienen y a Natxo deberían de reconocerle como uno de los mejores guitarras del Rock del Estado. Mis colegas se marcharon al poco de empezar su concierto, por cansancio o porque les dio la real gana, que cada un@ se pira a su casa cuando quiere, y yo me lo pasé como un crío rodeado de peña con la que no tuve el más mínimo problema a la hora de conectar. Eso fue lo que Koma consiguió con su público, conectar desde el minuto uno. No faltaron clásicos como “Imagínatelos Cagando”, “El Marqués De Txorrapelada” o “Aquí Huele Como Que Han Fumao” a las que añadieron otros como “La Almohada Cervical” o “El Sonajero” que terminaron de conforman un espectáculo con el que acabé tremendamente a gusto. Para mí, de lo mejor del festival este año.







Cerrando el viernes estaban mi queridos Lujuria con mi colega Óscar siempre al frente. Al igual que en ocasiones anteriores, nos quedamos l@s más fanátic@s de los segovianos. La verdad es que tenía una deuda con ellos después de marcharme sin verlos en el último Leyendas al que asistí, pero, como dije en su momento, el o la que conduce manda y esta vez mi medio de transporte era el bus así que no podía fallarles al igual que ellos no nos fallaron. Se portaron como si estuvieran ante miles de fans y eso les hace más grandes de lo que ya de por sí son. No faltaron las charlas de Óscar cortando cabezas mientras la banda clavaba “Estrella Del Porno”, “Dejad Que Los Niños Se Acerquen A Mí” o “Joda A Quien Joda”. Gracias por seguir ahí, por saber que vais a seguir, por vuestra cercanía, amistad y, sobre todo, por vuestra sinceridad con todo lo que hacéis. Se os quiere y eso no les pasa a muchas bandas. Eso sí, a ver si dejáis ya la costumbre de cerrar festivales que podamos veros un poco más relajadit@s y menos pedo. Espero que nos volvamos a encontrar pronto. Así cerré el viernes. Poco más y me dan las llaves del Hípico para que lo chapara. Tanto que me monté solo en el bus no si preguntarle al conductor si aquello salía, no fuera que me tuviera que pillar un taxi y mis bolsillos andaban en las últimas. Al final no llegamos a la decena de viajer@s, pero se notaba que íbamos content@s, a pesar del cansancio. “Cosas de festivales”, como dice un buen amigo cacereño.







Después de tute del viernes os podéis imaginar cómo estaba este cuerpo serrano. Me jodió mucho no poder ver a Hora Zulú, siempre me han molado un montón y su último trabajo está que se sale, pero presentarme allí a las 16,30 con toda la calorina hubiera sido síntoma de no sé qué, de que me diera alguna chunga seguro. Espero poder verlos en algún concierto suyo, por gansa que no quede. La verdad es que de la jornada del sábado lo que más me atraía era Kaótiko y Celtas Cortos. Llegamos cuando los de Salvatierra ya estaban repartiendo de lo lindo. No defraudaron en ningún momento, menos con trallazos como “Quién Manda Aquí” u “Otra Noche”. El tiempo les sigue dando la razón y su manera de afrontar los conciertos más aún.






Que cambiaran el horario de Celtas Cortos, adelantándolo, resultó ser lo mejor que me pudo pasar el sábado. Su show fue de esos que se agrandaron con el paso de las canciones. La peña estaba un poco fría cuando arrancaron con “Haz Turismo”, pero nos fuimos calentando mientras ellos dejaban caer clásico tras clásico. No faltaron ni “20 De Abril”, ni “La Senda Del Tiempo”, “Cuéntame Un Cuento” o “No Nos Podrán Parar” a las que añadieron algún corte de su último disco, “Energía Positiva”. Total, que al final estaba todo el mundo bailando, dando saltos y desgañitándose a más no poder. Escuché más de un comentario positivo a su favor, incluso de gente que tenía al lado y no conocía de nada. Y este fue mi cierre del Extremúsika 2019. Nos volvimos para Cáceres después de cenar, nos tomamos unas birras en el Dio donde estuvimos hablando de indios, Metallica y próximos conciertos y pa casa… que te han visto.







Espero que la apuesta de la organización por los cuatro días les haya salido, al menos, como ell@s esperaban. Sigo diciendo que, a mí, me ha parecido excesivo. En cuanto al cartel, pues, como suele pasar, todo es mejorable. Ya estamos deseando que llegué la próxima edición donde volveremos a estar dándolo todo. Nos vemos en otros festivales o conciertos, el verano no ha hecho nada más que empezar.




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