Pasamos por la edición la X Edición del Festival
Rock&Blues de Don Benito con la intención de ver a uno de los grupos
míticos del Rock en castellano, Tequila, y a una de las voces más
representativas del mismo, Tarque. Antes de continuar quisiera hacer hincapié en
cierto detalle de la organización que me pareció totalmente fuera de lugar. Se
trata, ni más ni menos, de no sacar el horario de las actuaciones de las bandas
que pasarían por el escenario esa noche. Tanto para l@s interesad@s en
disfrutar de Danza Invisible o Tennessee, entre l@s que no me encuentro, como
para l@s demás, fue todo un desbarajuste tener que estar a la expectativa de
ver quién tocaba ahora o después. No entiendo mucho este planteamiento, espero
que algún día encontremos, o nos den, una explicación al mismo. Nosotros
llegamos con el concierto de Danza Invisible ya empezado y, como he referido
antes, tuvimos que esperar a conocer la siguiente banda para poder ir a cenar o
no. Eso fue lo que hicimos durante los Tennessee, de los que vimos justo el
final de su show.
Comenzaré la crónica del concierto de Tarque diciendo que, en
mi opinión, su disco en solitario es de lo mejorcito que se ha hecho por estos
lares en los últimos años. Que sí, que tiene muchas influencias y ramalazos a
grandes bandas como AC/DC, Led Zeppelin o, incluso, Black Sabbath, pero este redondo,
en conjunto, es excepcional. Supongo que algo, mucho, tendrá que ver la
producción y el trabajo a las seis cuerdas de Carlos Raya. El cantante de M Clan
dio un concierto de los de quitarse el sombrero. Comenzó de manera apabullante
con “Ahora Y En La Hora” y “Bailo” para hacerse con el público en menos de diez
minutos. Además del mencionado Raya, tanto el bajista, Iván “Chapo” González,
como el batería, Coki Giménez, son dos musicazos, con todas las letras. Supongo
que su paso por la banda madre, M Clan, ayuda a que todo vaya como un reloj.
Total, que teníamos delante a cuatro músicos que, de una manera u otra, se han
subido a un escenario bajo el nombre de dicho grupo.
Tarque hizo un repaso al trabajo que le está llevando por
toda la geografía estatal sin dejar atrás cortes del calibre de “El Diablo Me
Acompañará”, “Lobo Solitario” o “Juicio Final”. A estos sumó las versiones de
los incombustibles Cactus, qué gusto escuchar algo de ellos en directo, o The
Beatles. De los primeros fue la castellanizada “Peligro” y de los segundos la
requeteversionada “Come Together”. No se olvidó de su grupo principal
deleitándonos con “Miedo” y “Perdido En La Ciudad”. Tampoco se quedó en el
tintero esos temas cañeros de su disco como son la impresionante y bailable
“Heartbreaker”, la potentísima “Electroshock” y “Donde Nace El R&R” con la
que cerró su show. Lo dicho, una pasada. Es verdad que en una hora no se puede
pedir más. Me quedé con las ganas de escuchar su versión de Leño o mi favorita
del disco, “Jani, Amy, Billie”, pero su multiplicaron por cien las ganas de
verle fuera de un festival. Espero que le dé por pasarse por Cáceres y sacarme
esta espinita. Ah, por cierto, muchas gracias por ese abrazo inesperado que me
diste cuando te bajaste del escenario, me quedé pallá.
Desde que me enteré de la vuelta de Tequila a los escenarios
no dudé en ningún momento en acercarme a alguno de sus conciertos. Ya me perdí
el de este verano en Cabeza Del Buey, pero no estaba dispuesto a dejar pasar
otra oportunidad. Ellos son una de esas bandas que forman parte de la banda
sonora de mi vida. Es verdad que los escuché en su momento y luego mis
derroteros musicales tiraron por otros caminos. Ahora bien, esas verbenas de
finales de los setenta en el pueblo, de chinorri, dando saltos con “R&R En
La Plaza Del Pueblo” doy por hecho que son un pedazo del germen de todo mi
bagaje musical. Después de tragarte pasodobles, pachangueo y demás, que te
tocarán ese tema nos volvía realmente loc@s dando a entender a nuestros
progenitores que algo bien gordo se les venía encima. Así que allí estuvimos el
pasado sábado, dispuest@s a rememorar todo lo rememorable, y vaya si lo
hicimos. Como bien dice el tema al que ya me he referido, con el que dieron
comienzo a su show, salimos de allí “con la sonrisa puesta”. Es verdad que, por
razones de sobra conocidas, de los originales solo siguen al frente Alejo
Stivel, todo un frontman, y el guitarra Ariel Rot, a los que acompañan una
banda de músicos de enorme calidad. La lista de clásicos que fueron cayendo es
interminable, a “Mira Esa Chica”, “Matrícula De Honor”, “Me Voy De Casa” o
“Quiero Besarte” le añadieron una versión del mítico “Sábado A La Noche” de
Moris, cantada por Ariel sonó realmente bien, y el éxito de Los Rodríguez “Hace
Calor”.
Sin parar de cantar y bailar en ningún momento, nos fuimos
desgañitando con “El Barco”, esta sí que me puso un poquino melancólico, “Que
El Tiempo No te Cambie”, toda una satisfacción escucharla después de tantos
años, “Dime Que Me Quieres”, poco se puede decir de esta y la incombustible “Me
Vuelvo Loco”. No se quedaron atrás su aportación a la banda sonora de
Superlópez con “Yo Quería Ser Normal”, un tema Tequila cien por cien que podía
haber formado parte de cualquiera de sus discos y que ha pasado a estar entre
mis preferidos del grupo. La despedida no podía ser otra que haciéndonos
brincar con esa canción que lo mismo suena en un gimnasio que en una fiesta de
barrio o en una de esas en pisos de estudiantes, “Salta”. Después de lo visto y
vivido, dejaron claro que son carne de escenario, que saben cómo va esto de
tocar tanto delante de las quinientas personas, que son las que podíamos estar
allí, como de las quince mil que llenan grandes pabellones. Gracias, Tequila,
por todos eso buenos momentos a los que ya sumo el de esta edición del
Rock&Blues dombenitense.
Después se hicieron con el escenario la Fever Band a los que
pido disculpas por no quedarme a verlos, pero, como pasa en estos casos, el que
lleva el coche es quien decide cuándo hay que regresar. A pesar de esto, creo
que ellos deberían haber sido quienes abrieran el evento y cerrarlo con la
locura de Tequila. Ya estamos a la espera de la siguiente edición que,
esperemos, supere a esta con creces.
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