El autor de cómics Joe Sacco ha
recopilado en este “Reportajes” las impresiones que le contaron algunas de las
personas que conoció en las distintas partes del mundo que visitó. Así de
escueto podría ser el resumen de este nuevo álbum del maltés afincado en
Estados Unidos. Hacerlo de esta manera sería lo más fácil y directo pero
también sería toda una falta de respeto hacia las personas que inundan con sus
historias dicho álbum.
¿Necesita presentación, a estas alturas,
Joe Sacco? Supongo que la respuesta es no. Ante la duda, si aún hay alguien que
no conozca su obra sólo comentaré que es uno de los pioneros, junto con Guy
Delisle, sobre todo, del llamado periodismo a través de las viñetas. Si queréis
conocer en qué consiste este tipo de periodismo os recomiendo encarecidamente
que leáis con atención el prólogo de esta obra. En él Sacco hace toda una
reflexión con la que no puedo estar más de acuerdo, sobre todo en temas como la
objetividad o la diferencia entre la fotografía y el dibujo. Normal que con
tantos años y experiencias a sus espaldas se atreva a colocar en su sitio a más
de uno y una con este tema.
Ese comienzo sólo te servirá para
ponerte a prueba con lo que te encontrarás en las páginas que engrosan este
“Reportajes”. Empieza con los procesos por crímenes de guerra llevados a cabo
por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en La Haya. Toda una
serie de juicios que se convierten en una maraña en la que los verdaderos
culpables, seguro que lo son, se ponen
delante de la Ley pero esta no es capaz de encontrar algo entre sus miles de
artículos para hacer que lo sean. ¿Os suena de algo? Burocracia mezclada con
desesperación y un sinfín de malos recuerdos que los testigos tienen que volver
a sacar de lo más profundo de su, ya de por sí, hondo hoyo con resultados
bastante dudosos. Al final todo es un circo donde los leones y los domadores se
alían para devorar a las trapecistas y a los payasos.
El tema de Palestina, al igual que el de
Los Balcanes, es uno de los habituales en la obra de Joe. ¿Qué más se puede
decir que no se haya escrito y dicho sobre la brutalidad que ejerce Israel
sobre los palestinos? Este es otro de los tantos pasajes que, después del
verano que han vivido, nos pone delante este autor. A pesar de estar hecho para
ser publicado en el New Yor Times Magazine en el 2003, podría ser perfectamente
una crónica de los días de estío vividos en la franja de Gaza durante este año.
Después viene uno de los trances que más
me han impactado de esta recopilación. Lleva por título “Guerra De Chechenia,
Mujeres De Chechenia”, os podéis hacer una idea del tema que trata. Sigo
pensando que la voz de las mujeres es la gran desconocida de todos los
conflictos. En ella se para Joe para hacer esta parte de su obra. Chechenia es
uno de esos conflictos que pensamos que es de hace unos años y lleva siéndolo
algún que otro siglo ya. A través de las voces de unas cuantas mujeres podremos
mirar a la cara a uno de esos choques de los mal llamados “olvidados”.
Olvidados para el resto del mundo pero cuando se tiene que vivir refugiado en
un mar de tiendas, en viejas fábricas o establos sin luz o agua y a penas gas,
cuando te mienten con promesas de vueltas a tu país con casas de “papel”, los y
las que lo sufren seguro que no pueden olvidar. Muy duro el trato,
históricamente hablando, por parte de los rusos a los chechenos. Brutales
algunas de las respuestas por parte de los chechenos pero la apisonadora de
Putin y sus antecesores tiene mucho, muchísimo, que callar para que esta siga
siendo una guerra “olvidada”.
“La Indolencia Mata” es la primera parte
que Sacco dedica a Irak. Acompañando a un grupo de soldados norteamericanos vivirá
con ellos sus miedos y paranoias con las
que tienen que enfrentarse cada jornada. Defender una presa como punto álgido
del conflicto te puede llevar a la muerte en muchos de los casos. Con “¡Abajo!
¡Arriba!” cierra esta parte del álbum dedicada al entrenamiento por parte de
distintos oficiales yanquis a los que, supuestamente, van a formar parte del
futuro ejército iraquí. De verás alguien se puede creer que en unas cuantas
semanas algunos hombres, la mayoría ven esta opción como la única salida
económica dentro de un país destrozado por décadas de guerra, se van a
convertir en Rambos. Los métodos no es que sean los más adecuados así que los
resultados ya son más que previsibles. A esto hay añadirle la barrera del
idioma, infranqueable la mayoría de las veces.
La penúltima entrega está dedicada a esa
ola de inmigración procedente de África que, partiendo, sobre todo, desde Libia
creen llegar a Sicilia y se encuentran en una isla totalmente desconocida para
ellos y ellas como es Malta. Esta parte de la obra es la más contrastada de
toda pues se reflejan tanto las impresiones de los inmigrantes, hombres y
mujeres, como las de la población maltesa, también hombres y mujeres. Viviendo
en el Estado en el que vivimos tenemos muy de cerca este tipo de problemas así
como dichas opiniones y enfrentamientos con lo cual nos resultarán familiares
algunas de dichas impresiones y vivencias. Lo que sí debe ser una verdadera
pena es salir huyendo de tu país para salvar tu vida del hambre, la miseria,
las enfermedades y la guerra pasando por un montón de penalidades, robos,
violaciones y abusos, en los países que atraviesas para llegar a un sitio que
tú piensas que es tu destino y es, finalmente, una isla sin salida, como la
mayoría de ellas. Allí darás con tus huesos en uno de esos mal llamados centros
que en definitiva son cárceles donde serás tratado como un verdadero preso. Muy
bien reflejada esa realidad por Sacco en este sentido.
La India es uno de esos sitios del
planeta con mayores contrastes, por algo es un subcontinente. Para terminar Joe
nos lleva a conocer la vida de los dalits, antiguamente llamados “Los
Intocables”, que forman el escalón más bajo del sistema de casta del país. Me
quedo corto si digo que lo que llevamos nosotros llamando “lucha de clases”
durante años es un chiste al lado de la vida de estas personas. Manipulados,
maltratados, robando incluso a las propias ratas para vivir y sin voz que poder
alzar, los dalits son otros de esos pueblos, vuelvo a repetir, mal conocidos
como “olvidados”. En su día a día no hay guerras ni bombas que hagan saltar sus
cuerpos por los aires. Para eso ya tienen a los corruptelas del gobierno, a los
jefes de las aldeas, muchas veces dalits también, y a los herederos de los
rajás. Un final tremendo para una obra conmovedora.
Seguramente estamos cada vez más
anestesiados con todo este tipo de conflictos. Ahora pensamos que con echar una
firmita, poner una foto o cagarse en este o aquel a través de las redes
sociales e internet lo conocemos todo sobre ellos. Menos mal que para verlos y
sentirlos hay algo más que noticiarios pagados por estados que apoyan dichos
conflictos. Existen personas, reporteros o periodistas, como los queramos
llamar, que, al igual que Joe Sacco, se encargan de ponérnoslos delante de
nuestras narices. Luego dirán que este tipo de periodismo hecho mediante el
cómic no tiene validez. Seguro que es porque saca a relucir todo lo que ellos
esconden bajo sus alfombras manchadas de sangre.
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