Un año más pasé por el Leyendas Del
Rock, un año más disfrutando de la compañía de buenos amigos y amigas y de la
buena música. Antes de comenzar la crónica quiero quedar bien claro que lo que
vais a leer de aquí en adelante son las vivencias y sensaciones de un
particular como el que escribe. Es normal que haya opiniones para todos los
gustos, así debe ser, es más, antes de escribir estos cuatro párrafos ya hemos
debatido largo y tendido sobre lo que fueron para caca cual los conciertos que
vio. Mi intención es simplemente reflejar mis vivencias, si se ajustan a las
vuestras mejor, si no es así mejor también. Otra cosa a resaltar es que este
año he visto muchos conciertos a medias, ya sea desde el principio o de la
mitad al final, pues la coincidencia de horarios me llevó a este tipo de
historias. Si más, pasemos al lío que es lo que interesa.
Al igual que el año pasado, fuimos de
los primeros en llegar al festival y he de reconocer que es una idea que cada
vez me llena más. Cuando accedimos ya estaban encima de las tablas Seoane y sus
Burning Kingdom. Nos presentaron su último trabajo, “Simplified”, del que cayeron
más de un tema. Buen sonido, mucha entrega, sobre todo por parte del propio
guitarra y del cantante. Poca gente cerca del escenario pero mucha peña
pendiente desde la carpa. El calor a esas horas no da muchas posibilidades de
resistir. Me gustaron, espero que sigan subiendo porque se lo merecen.
Fue acabar Seoane y compañía y empezar
Moonspell. Con ellos comenzó igualmente mi periplo de bandas vistas a medias. Creo
que los portugueses no acaban de conectar del todo con el público estatal. A pesar
de congregar a gente muchos estábamos más a la expectativa que disfrutando de
lo que nos estaban ofreciendo, que no era ni poco ni malo. Fue otra de las
bandas que gozó de un buen sonido. Se les ve que tienen muchas tablas pues su
puesta en escena está bastante currada además de, musicalmente hablando, poner toda
la carne en el asador. ”Opium”, “Vampiria” o “Alma Mater” fueron grandes
momentos del show.
Corre que te corre para el escenario “pequeño”
para ver un rato a los canarios Esclavitud. Era uno de los grupos que más
interés me habían creado de antemano y, lo poco que vi, me gustó y mucho. Con parte
del público procedente de sus tierras, se entregaron al 120%, lo que me puso
las pilas nada más llegar. Sin duda es una banda a tener en cuenta y que sigue
demostrando que en cualquier parte del Estado se cuecen habas, y de las buenas.
Enhorabuena por su concierto.
Lo de Hell no sé ni cómo explicarlo. Tanta
expectación habían levantado que allí estábamos esperando a ver qué nos
ofrecían y, sinceramente, para mí, fue la primera gran decepción del festival. Con
ellos empezó el mal sonido en los escenarios grandes, es más, al principio al
cantante no se le escuchaba nada de nada. Me parece que esto de las caras
pintadas y parafernalia satánica está ya más que visto y si no ofreces algo
realmente explosivo llegas a aburrir de lo lindo. Eso fue lo que me pasó con
ellos, a la cuarta o quinta canción decidí pirarme a ver a los Sacramento y,
con toda sinceridad, no me arrepiento de la elección. Supongo que tendrán sus
seguidores a los que respeto pero no creo que en a mis estanterías llegué algún
día algún trabajo suyo.
El de Manuel Escudero y sus Sacaramento fue
uno de los conciertos que más ilusión me hizo ver. Nunca fui un gran seguidor
de este tipo de Metal pero he de reconocer que el rato que los vi, que fue casi
todo el concierto, me gustaron. Supongo que el hecho de llevar grandes músicos
e ir acompañado del guitarrista de los míticos Nazareth, Manny Charlton,
influyó en todo esto. Cayeron temas propios de su trabajo “A Sangre Y Fuego”
así como alguna que otra versión como “Hair Of The Dog” o, la mil veces interpretada,
“Keep On Rockin´ In The Free World”. ¡A darle caña! Se les espera con muchas
ganas por estos lares cuando vengan a compartir cartel con Ripper Owens y demás
bandas.
Stryper se puede decir que fue la
primera banda que realmente congregó a peña en los escenarios grandes. Al igual
que los Hell, el sonido al comienzo del show fue nefasto siendo el propio
guitarra Oz Fox quien nos pediría que gritásemos para que el señor de la mesa
pusiera fin al problema. Era la primera vez que los veía y tengo que reconocer
que me gustaron, sobre todo la actitud de la banda y la voz de Michael Sweet. Tocaron
temas clásicos suyos como “Calling on You”, “Soldiers Under Command” o, cómo
no, “To Hell To The Devil” a los que sumaron tres versiones, una de Kiss, otra
de los Judas y una última de Van Halen. Es una cosa que nunca entenderé, tienes
poco más de una hora para tocar y te dedicas a hacer versiones. La cuestión es
que no afearon para nada su concierto que acabó con toda la peña entregada y
pidiendo más a los hermanos Sweet y acompañantes. No creo que, nunca lo he
hecho, me desplace a ver un show de los californianos más allá de 100km a la
redonda pero encontrármelos en un cartel como el del Leyendas me ha dado la
oportunidad de descubrirlos en directo y he de reconocer que me lo pasé muy
bien con ellos.
Qué pena lo del sonido de Annihilator. Otro
grupo más que sufrió ese comienzo de concierto nefasto y que tuvo que sobreponerse
al mismo con entrega y caña, mucha caña, de la buena. Sin duda era uno de los
alicientes del cartel del viernes y, a pesar de lo comentado anteriormente,
salieron triunfantes del Leyendas. Trallazos como “King Of The Kill” o “No Way
Out” pusieron a botar todo el mundo. Jeff Waters sigue dándolo todo sobre el
escenario corriendo de un lado a otro y descargando sus riffs atronadores que
te ponían los pelos de punta por momentos. Evidentemente la cosa llegó a su culmen
con “Alison Hell” pero se echaron en falta algún clásico más como “Never,
Neverland”. Buen concierto, sobre todo por el esfuerzo hecho contra el mal
sonido del mismo. Siempre recomendables los trashers canadienses.
El momento de Centinela por un lado y
Arch Enemy por otro lo aprovechamos para ir a coche a soltar unas cosas,
tomarnos un respiro comiendo algo y así recuperar fuerzas para continuar con el
festival. Puestos a elegir hubiera ido a ver de nuevo a Centinela pero esta vez
me conformé con sus firmas en la entrada a color. Una vez llena la barriga, nos
fuimos a tomar posiciones en el que sería, sin duda, el concierto con mayor
afluencia del viernes, los Wasp. No es que sea fan acérrimo de la banda pero
los llevo escuchando tanto tiempo y hay temas suyos que ya forman parte de la
historia del Metal que sería imperdonable no haber estado en frente de mister
Lawless y demás. Está claro que el Cuchillas, como le llamamos cariñosamente en
nuestra peña, no está atravesando su
mejor momento vocalmente hablando pero os puedo asegurar que le he visto en
peores situaciones que la vivida el viernes de este Leyendas. Comenzó a saco
con “On Your Knees” a la que siguió su particular versión de “The Real Me” de
The Who y la impresionante “L.O.V.E Machine” y “Wild Child”, ¿quién no se ha
desmadrao alguna vez con estos temas?, entre estas y “I Wanna Be Somebody”, sin
palabras, intercaló “Sleeping In The Fire” siendo este cuarto de hora largo lo
mejor del show. Y después qué, pues nada el señor Blackie abandona el escenario
con sus secuaces durante casi cinco minutos y vuelve con un soporífero medley
de medios tiempos que rompieron totalmente el ritmo del concierto. Para cuando
quiso recuperarlo con “Chainsaw Charlie” y el mítico “Blind In Texas” la cosa
estaba ya un poco desinflada. A pesar de todo hay que reconocer que fue de lo
mejor del día, no sé si por ser unos clásicos o por la congregación de peña que
hubo pero los Wasp del Leyendas salieron más que airosos del escenario.
Puede que para muchos en concierto de
Michael Schenker no fuera lo que se esperaba del mítico guitarra teutón pero
para mí fue el gran triunfador de la jornada. Que sí, que quizá metió
demasiadas versiones de UFO y Scorpions pero a mí me puso a saltar como un loco
desde los primeros acordes de “Doctor, Doctor” hasta el final del show. El hecho
de llevar en sus filas a Francis Bucholz y Herman Rarebell nos hizo disfrutar
de clasicazos de Scorpions como “Lovedrive”, “Another Piece Of Meat” y “Rock
You Like A Hurricane”. A estos sumó el ya nombrado hit de UFO además de “Rock
Bottom”, “Lights Out” o “Shoot, Shoot”. Momentos impagables con “Into The Arena” o “Armed And Ready” a los que añadió algún
tema de su reciente trabajo como “Before The Devil Knows You´re Dead”. Acabé sudado
como no lo había hecho estado todo el día. El pequeño de los Schenker ha vuelto
y esperemos que sea para quedarse por muchos años más.
Cuando llegamos al esenario pequeño
comprobamos que Sherpa lo había petao pero no pudimos disfrutar de nada de su
show porque estaba despidiéndose del público. Supongo que lo haría, al menos,
igual de bien que en el pasado Machacona Festival donde dejó un buen sabor de
boca. Allí nos quedamos para disfrutar un rato, al final fue un rato largo, de
Alberto Rionda y sus Alquimia. Vuelvo a decir que no es el tipo de Metal que me
vuelva loco pero sí que tengo que reconocer que me alegré muchísimo de que
tanto estos como Sherpa, y otros muchos, llenaran el recinto de peña. Esto da a
entender que el Heavy estatal goza de buena salud además de una legión de
seguidores que lo mantienen bastante vivo. Buena conexión con el respetable y
mucha calidad tanto en la voz de Israel Ramos como en los músicos. Ya digo que
no me volví majara con ellos pero desde aquí les presento todos mis respetos
por su trabajo y les deseo lo mejor. Con esa entrega y esa cantidad de
seguidores lo tienen asegurado, otra cosa es que no acaben a palos como pasa en
muchas bandas, el tiempo lo dirá.
Panzer y su concierto de despedida, al
menos eso dicen, fue nuestro cierre de la jornada. No puedo decir otra cosa que
no sea que me lo pasé como si tuviera 16 años. Son un grupo que forma parte de
la banda sonora de mi vida. Canté todas y cada una de las canciones que tocaron
pasándomelo bomba con “Toca Madera”, “Danza De La Muerte”, “Arriba” o “Perro
Viejo”, por destacar algunas. Puede que no estuvieran tan agresivos y cañeros
como en otras ocasiones pero me importo un sincero bledo. Una pena que perdamos
a este grupazo porque siempre se merecieron más de lo que tuvieron. Final agridulce
para la jornada del viernes, agrio por despedirme de ellos y dulce por haber
estado en esa despedida. Siempre los llevaré “Junto A (M)Ti” y seguro que los
seguiré cantando en mis noches de alcohol. Hasta siempre Pina y compañía.
Excelente crónica y totalmente de acuerdo en lo relativo al GRAN SCHENKER...FELICIDADES.
ResponderEliminarDoc Schenker ;)