Antes de empezar a hablaros de esta gran
obra de Antonio Altarriba y Kim quiero dar las gracias a mis amigos Cano y
María por este regalo de cumpleaños. Me ha hecho mucha ilusión. Mi relación con
este cómic viene del verano pasado cuando lo sacó de la Biblioteca Pública de
Cáceres un compañero de trabajo y me lo dejo ver por encima. En ese instante
supe que lo tenía que leer entero pero,
por perrería o por acumulación de cosas en mi almacén personal de lectura, lo fui
dejando hasta que llegó a mis manos en forma de regalo. Gracias de nuevo.
No me extraña que “El Arte De Volar”
recibiera el Premio Nacional De Cómic 2010. Tiene todos los ingredientes para
recibir dicho premio y más. El guion de Altarriba es de lo mejor que he leído
en años. Esto unido a la genialidad de Kim no podría dar como resultado otra
cosa que algo cuanto menos fascinante. Antonio nos regala la historia de su
padre, llamado igual que él o él igual que su padre. Esto no es ningún juego de
palabras, cuando leáis la obra os enteraréis de la razón de esta similitud. Los
lances que vive su progenitor, así como sus desgracias y felicidades, es lo que
forma el grueso de la obra que no es otra que la vida de Antonio padre. Vida enmarcada
en esa época que, como vil montaña rusa, pasó de aperturismo y derechos luchados
por las gentes de este país al abismo más profundo de exilio, represión,
cárcel, hambre o miseria. Por todas y cada una de estas fases pasa el personaje
de este cómic sin dejar de lado la vuelta al país y las siguientes
frustraciones que conllevaron. No voy a resaltar ninguna parte de la historia
porque todas tienen su importancia, lo que sí destacaría es la identificación
del personaje con las miles de personas que sufrieron similares condiciones. Cuando
has escuchado, leído, visto o vivido en tu propia familia casos de muertes o
represión por parte del gobierno de la, no tan lejana, dictadura fascista es
imposible no verte reflejado en uno o varios de los acontecimientos de “El Arte
De Volar”.
Si el guion de Altarriba es excelente
qué decir del trabajo de Kim. Cuando alguien tan ducho en tantas lides de las
viñetas durante tantos años llega a hacer algo como esta obra no es por
casualidad. Puede que se le recuerde por siempre por sus historietas de “Martínez
El Facha” pero con este trabajo deja claro que no sólo de eso vive este
dibujante. Me ha parecido sencillamente genial y, sin duda alguna, sus dibujos
son parte imprescindible del cómic. Puede que sea la historia del progenitor de
Altarriba pero el personaje que crea Kim es ya alguien, o muchos alguienes, por
sí solo.
Espero que le echéis un vistazo, que
encontréis en sus páginas el sentido para no pasar nunca página ante las
injusticias, atrocidades y maldades que, como cualquier guerra, vivieron
nuestros antepasados en la última contienda bélica de este país. La pregunta
sería: ¿Cómo es posible que hayamos aprendido tan poco para estar gobernados en
estos momentos por los herederos de los vencedores de la misma?
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