miércoles, 1 de febrero de 2012

Texto Mandílico Pal Mes De Febrero


  El disimulo es un arte que todo practicamos. Muchas veces no somos conscientes de que, creyendo que nadie nos ve, nos están pillando con las manos llenas. Hay miles de cosas que he hecho, o he creído hacer con disimulo. Limpiarme los mocos debajo del pupitre en clase, jugar a no pisar las líneas de la acera, comerme las magdalenas calientes, pasarme hasta el final de la fila, robar chucherías en los puestos de la plaza del pueblo, poner petardos allá donde no se pudiera, tirar bombas fétidas en los bares llenos de gente o meter murciélagos por los postigos abiertos de las casas en verano.

  Sigues creciendo y el ingenio del disimulo también. Entras en el disimulo de las miradas. Te cuelas en una discoteca, en un concierto o en una fiesta. Llegas tarde a casa y te metes en la habitación sin hacer ruido. Vas al servicio mil veces porque dices estar malo del estómago y lo que te pasa es que no tienes ni idea de lo que están preguntando. Te sacas miles de chuletas en los exámenes. Guiñas ojos y te tocas la oreja. Y sigues viviendo agarrado de la mano del disimulo

  Haces como que no oyes a tu jefe cuando te llama, otras veces se lo haces a tus compañeros y algunas, incluso, a tus amigos. Compras sustancias ilegales con todo un ritual del disimulo que cambia por igual a la hora de consumirlas. Ligas con parecido ritual. Las emociones se contradicen. Las obligaciones también. Dices estar así cuando no lo estás y haces cosas que realmente no haces. Sigues la conversación cuando alguien te para por la calle y tú ni te acuerdas de su nombre, procedencia o qué tiene que ver contigo mientras repite tu nombre como cien veces. Pero el disimulo, la mayoría de las veces, suele ser bastante satisfactorio. Sobre todo cuando realmente te lo crees. Si te pillan y sabes reaccionar a tiempo… doble disimulo. Un “lo siento, te he pisado” como preliminar de una sonrisa. Un “no te oía” anterior a “eso ya lo he hecho”. E incluso un  “¿me llamabas?” previo a “yo también me alegro de verte” siempre falso e hipócrita. Me  quedan muchas cosas por hacer con disimulo pero espero seguir haciéndolas aprendiendo a disimular con disimulo.

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