jueves, 23 de octubre de 2025

Salvador Vaquero Montesino: "Mons Fragorum"

 





Mons Fragorum es la segunda obra que leo de Salvador Vaquero Montesino, mi querido compañero de tertulia y andanzas literarias. Después de El Corregidor, acerca de los desafíos que debe asumir el joven licenciado en leyes Julián Navarro a su llegada a Badajoz durante la Guerra de Restauración, llega a mis manos este libro que lleva por título la nominación latina de Monfragüe.





Salvador es natural de Plasencia. Licenciado en Derecho por la Universidad de Extremadura y diplomado en Gestión Inmobiliaria por el Instituto Europeo de Formación Empresarial Superior, ha sido redactor del diario Extremadura y corresponsal de ABC. Tiene en su haber más de cuarenta premios literarios, como el del V certamen Hispano-Luso de Novela Corta «José Antonio de Saravia 2004», el del XII Certamen Literario «La Cárcel» del Ayuntamiento de Totana (Murcia) o el del XIII Concurso de Cuentos sobre Ecología y Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Adrián (Navarra). A todo esto, hay que sumar su labor como abogado y como director de Tiempo Libre. Y yo, personalmente, resaltaría sus microrrelatos, de gran calidad e ingenio.





Una vez dedicado el libro a un grande del ecologismo como es Jesús Garzón Heydt, la obra que nos concierne echa a andar con la aparición del cadáver de un buitre negro en las inmediaciones del Salto del Gitano, en el corazón de Monfragüe. Este hecho hará saltar las alarmas de todas las autoridades del Parque Nacional y sus guardias forestales, así como de algunas locales y regionales. Al frente del caso se pondrá la sargento de la Guardia Civil Puerto Granados, con la ayuda del agente Abos. Tendrá por delante la difícil misión de desenredar esta madeja o aclarar esta jaula de grillos, como denominan a todo este embrollo alguno de los personajes que pueblan estas páginas.





Durante varios meses seguirán apareciendo más cadáveres de habitantes del Parque, meloncillos, buitres leonados, zorros y algún águila imperial, al tiempo que todo se va enturbiando. Al igual que en cualquier buena novela policiaca o thriller, existen intereses dispares a la hora de pretender envenenar a estos animales, desde la prohibición de caza en Monfragüe hasta la paralización de unas obras por diferencias en el material usado en las mismas o el negocio de las casas rurales. Para deshacer toda esta maraña de asuntos, personajes mafiosos, inmigrantes explotados, relaciones sentimentales con resentimientos o despistes que ocultan la posible culpabilidad de antiguos amigos de lucha ecologista, Puerto va a meter el cuello hasta el fondo de este barrizal, poniendo, incluso, en peligro sus relaciones laborales, su puesto y su sueldo. Como suele ocurrir en estos casos, la autoría de los hechos será de aquel que menos te esperas. Algo que deberéis descubrir vosotr@s con la lectura de la obra.






Ahora bien, este libro no solo bebe de la trama antes referida. Si hay algo destacable en sus párrafos es la labor que Salvador lleva a cabo a la hora de hablar de la historia del Parque Nacional, de las luchas por su creación o de la razón por la que ciertos emplazamientos del mismo o pueblos de sus cercanías reciben el nombre que tienen. A esto hay que añadir todo lo relativo a los lugares de Plasencia por los que pasea la sargento Granados, siempre en compañía de su perro Truco, en sus momentos de angustia, por la relación con su hijo adolescente Carlos o por la situación con respecto al COVID que viven sus progenitores. Las explicaciones recibidas desde el Centro de Recuperación de fauna y Educación Ambiental «Los Hornos», de Sierra de Fuentes acera del tipo de veneno usado en los crímenes, el ardicarb, o las de ciertas costumbres de las aves por parte de la Asociación Amus, de Villafranca de los Barros, serán fundamentales en la investigación. Las relaciones sentimentales, anteriores y actuales, de Prado terminarán de conformar la argamasa con la que el autor moldea esta novela, donde nadie es quien parece ser ni los intereses son tan dignos de odio o elogio como aquell@s que los defienden.





Si eres un/a amante de la naturaleza y te indignan los abusos con los que el ser humano le «agasaja», como es el caso del que suscribe estos párrafos, ataques que a tod@s nos afectan y que muchas veces ocurren a la puerta de nuestra casa, no puedes dejar de leer Mons Fragorum. Enhorabuena, Salva, por este nuevo libro. Como en otras ocasiones, ha sido todo un placer aprender con tu lectura.



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