Este cómic es un claro ejemplo de que el noveno arte no vive
solo de superhéroes y grandes editoriales mainstream. Sé que lo he repetido
hasta la saciedad, pero, mientras que al mundo de las viñetas se le siga
colocando el sambenito de algo gracioso e infantil, continuaré haciéndolo. El
cómic es una disciplina artística y un medio de expresión como cualquier otro.
Así pues, como tal, saca a relucir su compromiso con ciertas reivindicaciones y
luchas como las que vais a encontrar y comprender en las páginas de Cómo Los
Ricos Saquean Y Cómo Impedírselo, del guionista Hervé Kempf y el dibujante
Juan Méndez.
Kempf es un periodista medioambiental muy reconocido en
Francia. Además de ser el redactor jefe de reporterre.net, todos sus libros son
bestsellers. Entre estos podemos nombrar Notre-Dame-des-Landes o Vive
la Democratie. En cuanto a Méndez, es un ilustrador formado en el Instituc
Saint-Luc de Bruselas. Su abanico de técnicas y estilos, algo que se refleja
perfectamente en este cómic, da como resultado una gran variedad de proyectos.
Estos abarcan desde dibujos animados, carteles, ilustraciones infantiles o
dibujos naturalistas. Como obra suya nombraremos América A Contrarreloj.
La obra que nos concierne se divide en varios capítulos o
apartados, como lo queramos llamar. Echa a nadar con Días De Fiesta.
Unas páginas en las que descubriremos el trazo, el color y el estilo que Juan
va a aplicar a lo largo de las páginas venideras. Eso sí, sin ningún tipo de
bocadillo. Es en Días De Calor donde nos enteraremos del planteamiento e
idea que dará forma al cómic, aunque el dibujante no lo tenga muy claro de
principio. Para este será algo que irá sobre l@s ric@s, pero Hervé se ocupará
de aclararle que el tema central es la ecología. De este modo, se nos explica
rápidamente la historia de la humanidad hasta llegar a la Revolución
Industrial, pasando por la patata. Esto os puede sonar a coña, pero el
tubérculo ha salvado muchas más vidas de las que podemos imaginar. Se hace
alusión a la máquina de vapor, a la esclavitud en U.S.A. o a la conquista de
Argelia. A lo que se añade una explicación bastante aclaratoria del concepto de
capitalismo. Dicha Revolución Industrial provocó un crecimiento de la población
proporcional a las desigualdades sociales. Y es durante la misma cuando algunos
autores ya empiezan a hablar de la incidencia de la actividad industrial en el
clima. Salen a relucir términos y expresiones como el efecto invernadero, muy
bien detallado, la sexta gran extinción de especies, la contaminación de los
océanos y mares, la agricultura industrial, el consumo excesivo de carne o el
exceso de plásticos y otros residuos, como los metales pesados.
Entonces llegamos al interrogante: ¿Quién Causa Esta
Catástrofe? Ahora comienza el baile propiamente dicho, con la idea
imprescindible de que hay que cambiar el sistema. Para ello, hacen su aparición
personajes que van desde políticos a escritores, que no harán otra cosa que
echarse la culpa mutuamente del problema que nos atañe. A su vez, nos topamos
con una chica como personaje ficticio que, de aquí en adelante, acompañará a
los autores en sus explicaciones. Se lleva a cabo un nuevo repaso a la
historia, esta vez desde principios del siglo XX, con sus consabidas guerras,
la lucha de clases y sus diferencias salariales, las crisis del petróleo y
alguna más o la apertura para inversores extranjeros en China, hasta llegar a
la manida globalización. Pero lo más importante es conocer cómo l@s ric@s se
han convertido en superric@s. Y si hay algo que caracteriza a estos seres es La
Carrera Del Despilfarro. Para lo cual, nos daremos de bruces con las
explicaciones del economista Thorstein Veblen, que parte del «Potach», concepto originario de los nativos americanos, hasta llegar
a las explicaciones de la investigadora Ashley Mears sobre dicho término. Pero
lo más interesante es lo que se entiende como «Rivalidad Ostentosa», tan real como influyente, y a la que al que escribe este artículo le
gusta denominar como «La Jerarquía De la Pobreza». Pues eso, como se suele decir por estos
lares: «No hay peor cosa que un pobre jarto de pan», para que os hagáis una
idea de qué va el asunto.
De esta forma, es cómo La Ostentación Destruye
El Planeta, nuevo capítulo en el que los tres personajes principales,
guionista, dibujante y la chica ya nombrada, se encargan de aclarar al propio
Veblen la situación actual del mundo donde vivimos. Un mundo basado en el
derroche, los gastos estúpidos e inverosímiles de l@s ric@s o el poco
compromiso de cambio por parte de est@s, que no hay que olvidar que contaminan
mucho más que l@s pobres con su modo de vida. Una forma de vida que se
convierte en un falso espejo para es@s pobres a la hora de redoblar un consumo
que hace solo más ric@s a l@s ric@s. Algo que queda demostrado con las visitas
que Hervé hace tanto a un multimillonario como a parte de su familia.
Entra en juego el Proyecto Tecnocapilatista. En
este sentido, vienen muy bien las explicaciones y respuestas al calentamiento
global por parte del guionista. Y, mientras l@s ric@s nos bombardean para
hacernos ver que la solución está en el progreso (IA, energías renovables,
etc.), algo nada nuevo, por su parte, sin tener en cuenta las emisiones de
gases de efecto invernadero, entre otros aspectos contaminantes, nos quieren
convencer de que consumamos menos y de que haya un reparto mejor de los bienes.
Algo que se debería hacer a escala mundial y que ell@s mism@s no están
dispuest@s a llevar a cabo. Así es como nos acercamos a «La Era De La
Singularidad», en la cual se prevé que las máquinas acaben siendo más
inteligentes que los humanos. Un camino que nos conduce ante la presencia de un
Capitalismo Déspota, donde declaraciones estremecedoras de ciert@s ric@s
acerca de la lucha de clases, el apoderamiento de los medios de comunicación,
el negocio de las armas y las guerras, la manipulación de los gobiernos por
parte de sus bolsillos e intereses a la hora de cambiar leyes, siempre en su
favor, nos conducen al más voraz de los ultraliberalismos y al aumento de la
ultraderecha, elegida para gobernar por un@s pobres que jamás alcanzarán el
Olimpo de es@s ric@s.
Entonces, ¿qué se puede hacer para Cambiar El
Mundo? Como podéis imaginar, no voy a responder a esta pregunta en este artículo.
Es aquí donde reside la verdadera conclusión de este cómic, basada en un
profundo análisis, respaldada por el trabajo ensayista Kempf y por las viñetas,
color y estilo de Méndez. Desenlace que, para alguien que cree que hace tiempo rebasamos
el punto de no retorno en estos asuntos, como es mi caso, no le pilla por
sorpresa.
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