El concierto en acústico de Aurora Beltrán el pasado sábado
en la sala Boogaloo Café de Cáceres fue de lo más íntimo, y no solo por el
formato. Como ha sucedido en un sinfín de ocasiones, en la ciudad y sus
cercanías convergieron una serie de actos que, con toda seguridad, dio lugar a
que el público de este evento no pasara del medio centenar de personas, más o
menos. De este modo, pudimos disfrutar de una Aurora mucho más cercana, algo
que ella siempre es y que es de agradecer.
Durante los primeros acordes de “Lujuria” pudimos notar que
la voz de la cantante de Tahúres Zurdos no estaba del todo bien. Una vez
interpretado el siguiente tema, “Vida”, de su boca supimos la razón de dicho
estado, que no era otra que buen resfriado. El concierto, como no podía ser,
fue una mezcla de temas de su carrera en solitario con otros de su banda mater,
a los que sumó un par de versiones o, más bien, adaptaciones al castellano.
Pues bien, según avanzaba con “Clases De Baile” la cosa iba mejorando, para
seguridad de la artista y disfrute de l@s presentes, aunque hubiéramos
disfrutado de igual manera solo con escucharla.
“Azul” siempre es uno de los grandes momentos de los shows de
Tahúres, al igual que lo fue en este concierto. De aquí en adelante, todo fluyó
de tal manera que nos daba igual si la voz de Aurora llegaba a ciertos tonos o
no. “Afiladas Palabras” es uno de los cortes más destacados de su trabajo Museo
Púrpura y quedó bien demostrado en Boogaloo. Una de las medianamente
extensas intervenciones de la cantante como presentación al tema que iba a
interpretar vino con “El Mecánico De Almas” y fue de lo más emotiva. Avanzó con
“Niebla”, al que añadió “Horas”, antes de retornar a los Tahúres con “Él Lo
Predijo”, tema que trata sobre la plaga de heroína que asoló a la juventud durante
las últimas décadas del pasado siglo en muchos de los rincones del país.
Llegado el momento de “Silencio” ya no había ni rastro de los
males vocales de Aurora. No es que estuviera a cien por cien, pero la cercanía
ya referida y la conexión entre cantante y público estoy seguro de que influyó
bastante. “Five Years”, adaptación de David Bowie, nos sirvió para enterarnos
de la razón por la que Aurora está en el mundo de la música. De aquí en
adelante, como suele pasar en la recta final de cualquier concierto, nos
entregamos por completo a los temas que la cantante navarra fue desgranando,
empezando por “El Chico De La Mirada Asustadiza”, como alusión a lo poco que se
ha avanzado en lo referente a las agresiones sexuales a mujeres por parte de
machitos como el protagonista de la letra. Continuó con “Lo Peligroso”, una de
mis canciones favoritas de Tahúres, para cerrar este bloque con el clásico “Una
Noche De Amor”, ambas cantadas a grito pelao.
Instante de descanso para que Aurora se acercara al baño, no
sin antes hacer referencia al asunto del ir y venir en los bises, y vuelta con
“La Noche Es…Because The Night”, segunda adaptación de la noche y momento
álgido del show. Aprovechando la entrega de l@s oyentes, prosiguió con “Chicas
Fuertes”, sobran las explicaciones de a quién va dedicado este tema. “Dime Que
No” es de eso temas que siempre me gusta escuchar en directo, y esta vez no fue
diferente. Intercaló “Invicta”, de su ya citado trabajo en solitario, antes del
final con “Tocaré”, obviamente. Entre aplausos, se despidió notablemente emocionada
después de un recital que no debió ser nada fácil para ella debido a los
problemas ya referidos.
Tener a Aurora Beltrán delante de tus narices durante casi
hora y media es todo un lujazo, más si ese tiempo se convierte en uno de esos momentos
que consiguen hacerte olvidar todo lo que ocurre fuera del lugar donde se está
produciendo tal hecho. Está claro que mucho tiene que ver el saber estar encima
de un escenario por parte de la autora, y Aurora tiene muchas tablas a sus
espaldas. A esto le sumas la cercanía a la hora de hacerse fotos con todo el
mundo y el hablar como si nos conociéramos de toda la vida y te das de bruces
con una artista que, lo ha demostrado cientos de veces, no tiene ni una pizca
de divismo. A ver si aprender otr@s, no solo en la música, también en otras
disciplinas artísticas y en la vida en general. Muchas gracias, Aurora, por
acordarte de este rinconcito del Estado y darnos una noche como la que nos
ofreciste. Ojalá no haya que esperar mucho para volver a disfrutar de su música, ya sea en solitario o con Tahúres Zurdos.
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