miércoles, 19 de abril de 2023

Aurora Beltrán En Boogaloo Café Cáceres

 



El concierto en acústico de Aurora Beltrán el pasado sábado en la sala Boogaloo Café de Cáceres fue de lo más íntimo, y no solo por el formato. Como ha sucedido en un sinfín de ocasiones, en la ciudad y sus cercanías convergieron una serie de actos que, con toda seguridad, dio lugar a que el público de este evento no pasara del medio centenar de personas, más o menos. De este modo, pudimos disfrutar de una Aurora mucho más cercana, algo que ella siempre es y que es de agradecer.




Durante los primeros acordes de “Lujuria” pudimos notar que la voz de la cantante de Tahúres Zurdos no estaba del todo bien. Una vez interpretado el siguiente tema, “Vida”, de su boca supimos la razón de dicho estado, que no era otra que buen resfriado. El concierto, como no podía ser, fue una mezcla de temas de su carrera en solitario con otros de su banda mater, a los que sumó un par de versiones o, más bien, adaptaciones al castellano. Pues bien, según avanzaba con “Clases De Baile” la cosa iba mejorando, para seguridad de la artista y disfrute de l@s presentes, aunque hubiéramos disfrutado de igual manera solo con escucharla.




“Azul” siempre es uno de los grandes momentos de los shows de Tahúres, al igual que lo fue en este concierto. De aquí en adelante, todo fluyó de tal manera que nos daba igual si la voz de Aurora llegaba a ciertos tonos o no. “Afiladas Palabras” es uno de los cortes más destacados de su trabajo Museo Púrpura y quedó bien demostrado en Boogaloo. Una de las medianamente extensas intervenciones de la cantante como presentación al tema que iba a interpretar vino con “El Mecánico De Almas” y fue de lo más emotiva. Avanzó con “Niebla”, al que añadió “Horas”, antes de retornar a los Tahúres con “Él Lo Predijo”, tema que trata sobre la plaga de heroína que asoló a la juventud durante las últimas décadas del pasado siglo en muchos de los rincones del país.




Llegado el momento de “Silencio” ya no había ni rastro de los males vocales de Aurora. No es que estuviera a cien por cien, pero la cercanía ya referida y la conexión entre cantante y público estoy seguro de que influyó bastante. “Five Years”, adaptación de David Bowie, nos sirvió para enterarnos de la razón por la que Aurora está en el mundo de la música. De aquí en adelante, como suele pasar en la recta final de cualquier concierto, nos entregamos por completo a los temas que la cantante navarra fue desgranando, empezando por “El Chico De La Mirada Asustadiza”, como alusión a lo poco que se ha avanzado en lo referente a las agresiones sexuales a mujeres por parte de machitos como el protagonista de la letra. Continuó con “Lo Peligroso”, una de mis canciones favoritas de Tahúres, para cerrar este bloque con el clásico “Una Noche De Amor”, ambas cantadas a grito pelao.



Instante de descanso para que Aurora se acercara al baño, no sin antes hacer referencia al asunto del ir y venir en los bises, y vuelta con “La Noche Es…Because The Night”, segunda adaptación de la noche y momento álgido del show. Aprovechando la entrega de l@s oyentes, prosiguió con “Chicas Fuertes”, sobran las explicaciones de a quién va dedicado este tema. “Dime Que No” es de eso temas que siempre me gusta escuchar en directo, y esta vez no fue diferente. Intercaló “Invicta”, de su ya citado trabajo en solitario, antes del final con “Tocaré”, obviamente. Entre aplausos, se despidió notablemente emocionada después de un recital que no debió ser nada fácil para ella debido a los problemas ya referidos.




Tener a Aurora Beltrán delante de tus narices durante casi hora y media es todo un lujazo, más si ese tiempo se convierte en uno de esos momentos que consiguen hacerte olvidar todo lo que ocurre fuera del lugar donde se está produciendo tal hecho. Está claro que mucho tiene que ver el saber estar encima de un escenario por parte de la autora, y Aurora tiene muchas tablas a sus espaldas. A esto le sumas la cercanía a la hora de hacerse fotos con todo el mundo y el hablar como si nos conociéramos de toda la vida y te das de bruces con una artista que, lo ha demostrado cientos de veces, no tiene ni una pizca de divismo. A ver si aprender otr@s, no solo en la música, también en otras disciplinas artísticas y en la vida en general. Muchas gracias, Aurora, por acordarte de este rinconcito del Estado y darnos una noche como la que nos ofreciste. Ojalá no haya que esperar mucho para volver a disfrutar de su música, ya sea en solitario o con Tahúres Zurdos.



 


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