A la hora de hablar de este cómic habría que hacerlo a dos
bandas. En primer lugar, tendríamos que comentar algo acerca del vaquero más
famoso del mundo de las viñetas y, a continuación, seguiríamos con la
adaptación del dibujante y guionista de cómics gays más reconocido de las
últimas décadas. Lucky Luke es una creación del dibujante belga Morris que,
para dar vida al personaje, se apoyó en los guiones de varios autores, entre
los que destaca René Goscinny. En lo referente a Ralf König, solo diré que es
un dibujante y guionista alemán del que podéis averiguar muchos más datos en
cualquiera de los artículos que este humilde blog dedica a otras de sus obras.
Podríamos extendernos mucho más, pero no es lo que toca hoy, porque hoy el
verdadero protagonista, independientemente de quien lo dibuje o guionice, es el
hombre que dispara más rápido que su propia sombra.
König tiene su primer acierto en esta aventura editándola en
tapa dura, como cualquier historia del famosos cowboy que se tercie. A partir
de aquí, echamos a andar con la narración por parte de Buddie, un vaquero
pelirrojo, fornido, sin vello y con la piel más blanca que la mismísima leche,
sobre su experiencia a la hora de conocer a Luky Luke. Este encuentro se da en
Straight Gulch, donde hay que estar muy pendiente de los letreros de
advertencia que te vas a encontrar en la entrada. Ambos se conocen en la
oficina de empleo de este emplazamiento, ya que se busca a hombres que se
atrevan a conducir un rebaño de vacas por el valle cercano. Pero Buddie tiene
algún problema para ser contratado, algo que se pasa por alto con la aparición
estelar de Luke, al que todos ven como el más indicado para esta labor
ganadera. La razón por la que al vaquero pelirrojo le es denegado el puesto da
pie a las primeras escenas de ligoteo marica, tan comunes en las páginas del
autor germano, y, a pesar de que la situación se tensa, todo se resuelve con la
intervención de Lucky.
El ganado que tienen que custodiar son cinco vacas suizas
pertenecientes al Sr. Spungui. Estas han de tener los mejores cuidados del planeta,
pues deben dar una leche de alta calidad con el fin de que la nata obtenida del
líquido blanco acabe siendo el ingrediente excepcional de las mejores trufas de chocolate rellenas del
mundo, todo muy helvético, incluso el color de las vacas, que no es otro que
lila. A la hora de elegir compañía, Luke se queda con Buddie por negarse a
compartir su tiempo con fans que lo único que le darían sería dolores de
cabeza. Aquí llegamos a otro de los espacios vitales en cualquier historia del
oeste que se nos venga a la mente, el Saloon, donde los comentarios y
chascarrillos dirigidos a Buddie se mezclan con el motivo de la presencia de
este en el pueblo. El tren llega con su cargamento bovino, ¿y quién ha sido la
encargada de proteger tan valiosa carga? Pues nada menos que Calamity Jane, que
en su reencuentro con Lucky hace referencia al hecho de que este ya no lleve en
la boca ni cigarro ni brizna de hierba, muy propio de estos tiempos que corren
tan políticamente correctos, o eso dicen. Ni siquiera el ofrecimiento de lo que
sería uno de aquellos cigarros de chocolate que nos retrotraen a nuestra
infancia servirá para que veamos al vaquero con algo entre sus labios. Cabe
destacar que no solo el color de las vacas sorprende a tod@s l@s presentes,
también el hecho de que tengan nombres propios les deja boquiabiert@s.
Una vez en Dandelion Valley, Buddie reconoce ser un fan más
de Luke y haber leído todas sus historias, para acabar interesándose por el
destino de los verdaderos hermanos Dalton, primos de otros de los personajes
esenciales en las aventuras de Lucky. Como Calamity le ha hecho saber al
vaquero más rápido del oeste que apesta más que las propias vacas, llegamos al
momento del baño en el río. Chapuzón que es observado por el indio Buffalo
Bitch y la chamana Sitting Butch, que comentan el aspecto físico de los blancos
desde sus monturas, cuyas crines están adornadas como si fueran banderas del
colectivo LGTBIQ+, un acierto más. Llegada la noche, al calor del fuego, otra
escena primordial en cualquier western, Buddie nos cuenta cómo llegó a
enamorarse de su antiguo compañero Terrence, un vaquero bajito, moreno, muy
velludo y con problemas de alopecia, durante el tiempo que compartieron al
cuidado de un rebaño de ovejas, todo muy a lo Brokeback Mountain, y los sinsabores
que le acarreó dicho enamoramiento, sobre todo después de ser descubiertos por
un trampero del pueblo. Descubrimiento que lleva a Terry a cambiar de actitud
hacia el pelirrojo y salir por patas, dejándole solo con las ovejas. Contagiado
de tanta sinceridad, Luke acaba confesando sus antiguos amores y la razón de su
actual soltería, declaraciones no muy normales en sus aventuras.
Avanzamos con la aparición de un afamado coleccionista de
autógrafos y todo lo que tenga que ver con las celebridades del oeste y, cómo
no, de los ya nombrados hermanos Dalton, que han llegado al lugar con el objetivo
de acabar con Luke. Entre unas cosas y otras, Terrence vuelve al pueblo y su
presencia no pasa desapercibida a Calamity, que le pide que le acompañe junto a
Buddie y Lucky, pero este se sirve de ella para hacer saber al pelirrojo que
está allí para retarle a un duelo. Mientras tanto, los Dalton ven en la
petición de un autógrafo a su enemigo la mejor manera de terminar por siempre
con el vaquero que más odian. Para ello, Joe asalta la librería local, otro de
los aciertos de König, sobre todo por la conversación del más bajito de los
Dalton con la hija del dueño. Una vez que Calamity hace saber a Buddie las
intenciones de su antiguo compañero, este abandona las vacas y se larga al
pueblo con el propósito de aceptar el duelo. Pero Lucky le sigue para evitar
males mayores, dejando a Calamity en compañía de Sitting Butch como custodias
del ganado en la mayor de las intimidades.
Y ahora que ya estáis inmers@s en la trama, os dejo para que
descubráis otros entresijos, así como el final de esta historia en la que, una
vez más, Ralf König hace gala de todo su arsenal creativo respetando tanto a
los autores como a los personajes originales de las aventuras de Lucky Luke. De
este modo, nos demuestra que él, al igual que el que escribe este artículo, también es un gran fan del vaquero más famoso
y rápido de todo el Oeste, que no es otro que el mismísimo Lucky Luke.
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