Fito y sus Fitipaldis comienzan a entrar en mi lista de bandas
que he perdido las veces que he visto en directo. Desde aquella lejana ocasión
en la que venía promocionando su primer trabajo como telonero de Extremoduro en
Cáceres, he tenido la ocasión de asistir a su directo en lugares tan dispares
como Jaraíz de la Vera, Plasencia o Bilbao. Y la cuestión es que es de esas
formaciones que nunca fallan encima de un escenario, te podrá gustar más o
menos un concierto suyo, pero nunca podrás decir que ha sido malo. Eso es lo
que ha pasado en esta gira que lo trajo, de nuevo, al Hípico cacereño, no es
que haya sido el mejor concierto suyo que haya visto, pero me lo pasé mucho más
que bien. Fue así porque el sonido era espectacular y la producción no tiene
nada que envidiar a la de muchas bandas guiris, algo que es muy de agradecer.
En contraposición, el precio de las bebidas, la cerveza se acabó o no te la
servían cuando al concierto aún le quedaban como tres canciones para finalizar,
y la polvareda que se monta siempre en este sitio que, por muchos años que
pasan, no aprenden a o no quieren darle un manguerazo antes de que ocho mil
personas, esta es la cifra oficial de asistencia, lo pisen.
Tanto en Cáceres como en Valladolid nos quedamos con las
ganas de escuchar en directo a Morgan por positivo en Covid de su cantante
Nina. He de reconocer que no los conozco de nada, pero tenía bastantes ganas de
verlos, sobre todo porque soy de los que les gusta ver a l@s teloner@s en
cualquier evento, pues siempre puedes descubrir grupos que, como mínimo, pueden
resultar interesantes. Con unos diez minutos de retraso sobre la hora prevista,
la pantalla rectangular que ocupaba el fondo del escenario comenzó a ofrecernos
unos dibujos animados de la banda y sus peripecias como preludio de lo que se
nos venía encima. Pasado este trámite, los acordes de “A Quemarropa”, uno de
los cortes que más me molan del su último trabajo, fue el pistoletazo de salida
del concierto en sí. Solo con este comienzo el pequeño gran bilbaíno se metió a
la peña en el bolsillo. Un público que no dejó de cantar mientras caían “Lo Que
Sobra De Mí” y “Por La Boca Vive El Pez”, dos de su ya clásicos. Después de
pedir disculpas por el pequeño retraso, pudimos disfrutar de otro trallazo de
su discografía como es “Me Equivocaría Otra Vez” para volver a su reciente
plástico con “Cielo Hermético”.
A estas alturas del show quedó más que claro que la banda que
acompañaba al ex Platero Y Tú es de un nivel altísimo, puede que Carlos Raya a
la guitarra sea el más llamativo, pero dónde te quedas la labor del gran Javier
Alzola al saxo, pandereta y no sé cuántas cosas más, y a ese pedazo de base
rítmica formada por Coki Giménez a la batería y Alejandro “Boli” Climent a las
cuatro cuerdas. De esta forma, continuaron con “Whisky Barato”, esta siempre
pone a todo dios a saltar, y “Las Palabras Arden” que dio paso a una parte del
concierto, digamos, un poco más bluesy con el añadido de “Entre La Espada Y La
Pared”, para luego volver al acelere con las imágenes proyectadas en la
pantalla del fondo y la velocidad de “En El Barro”, si con esta no te mueves,
no te mueves con ninguna.
“A Morir Cantando” fue un tema más de su último disco que
pudimos disfrutar antes de que nos hiciera saludar a Nina de Morgan para
interpretar otro más de este redondo, “Quiero Gritar”, con ese ritmo tan
peculiar y pegadizo y una letra que se sale. “Cada Vez Más Cadáver” sirvió de
cierre de cortes del disco homónimo para dar paso a una ristra de canciones de
sobra conocidas como son “Tarde O Temprano”, la cantada hasta la saciedad “La
Casa Por El Tejado” y “Antes De Que Cuente Diez” con la que se despidieron por
primera vez antes de los bises.
Regresaron para interpretar, solo Carlos y Fito, uno de los
temas de aquel mítico “Extrechinato Y Tú”, “Abrazado A La Tristeza”, donde se
notó el desconocimiento por parte de much@s de l@s presentes. Y llegó el
momento que otr@s tant@s esperaban con “Soldadito Marinero” que la alargaron
hasta el infinito y más, tanto, que me dio tiempo de ir al servicio y volver y
aún estaba todo el mundo cantando el final de la misma. Nueva despedida y nuevo
regreso para atacar la recta final del show con la increíble “Entre Dos Mares”,
de los nombrados Platero Y Tú, y el broche final con “Acabo De Llegar”. Larga
despedida entre aplausos de un público que, por lo que llevo escuchado estos
días, se lo pasó, como yo, mejor que bien.
Personalmente, tenía muchas ganas de volver a ver a Fito y
Fitipaldis, primero porque su último trabajo me parece de lo mejor de su
discografía, segundo porque me sigue pareciendo uno de los artistas más
sinceros y entregados dentro del panorama rockero estatal y, por último, porque
me siento bien cuando veo un concierto de este calibre donde la peña se entrega
desde el minuto cero y canta hasta perder las cuerdas vocales tirando por
tierra todos esos comentarios de que si es un vendido, si hace siempre lo mismo
y patatín y patatán. Lo de siempre en este Estado donde la envidia y la crítica
destructiva vagan a sus anchas, ya que la mayoría están deseando alcanzar el
status de bandas como estas y vivir de su música. Lo he escuchado cientos de
veces y otras tantas he oído eso de: “Ya no es lo que era”, entre otras
lindezas. Pues bien, por mi parte, enhorabuena a Fito y Fitipaldis, seguid a
vuestro rollo para, de este modo, ofrecernos shows tan buenos como el vivido el
pasado sábado en Cáceres. ¡¡Hasta la próxima!!
No se puede describir mejor.
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