Parece que la cosa, en lo relativo a conciertos, se va
animando por Cáceres. El de Oldhands y The Buzzos en la sala Boogaloo fue de
esos que te ponen las pilas para unos cuantos de meses. Mientras que la banda
cacereña se subía a un escenario por primera vez, los de Quintana venían con su
gira de XX aniversario. El presente más inmediato y la experiencia de los años
se aunaron de manera única en una noche de esas irrepetibles.
Oldhands es un grupo formado por músicos con cierto bagaje
dentro de la escena cacereña. Esto es algo que tiene siempre un punto a favor,
ya que much@s colegas se acercaron a ver qué tal se les daba el asunto, y se
les dio más que bien para ser su debut. Aunque el sonido no fue todo lo cañero
que se deseara, desde que arrancaron con “Becoming Fools”, unida a “Moonlight”
y “The Secret”, pudimos comprobar que aquello iba de un Hard Rock de alto
voltaje. La voz y la actitud de Savage conectó con l@s presentes mientras
dejaban caer “Take Me Up” y “Eleven Days”, esta me gustó bastante, todo sea
dicho. A sabiendas de que el tiempo se les echaba encima, no hubo demasiados
discursitos entre canción y canción, más bien lo contrario. Como he dicho, un
Hard Rock con reminiscencias de la época dorada del mismo seguía abriéndose
paso entre “The Party Is Over” y “Jealousy”, a la vez que el cotarro iba
subiendo de temperatura y entrega. Para la recta final dejaron “Sweet Soul
Sister” y “Old Hands, Young Dick” que tienen pinta de llegar a ser un gran
cierre en sus futuros show. Lo que vi, y sentí, fue una banda con muchas ganas
y un derroche de frescura nada propio de un primer concierto. Supongo que la
experiencia de Pachi, Vinagre y compañía es algo que influyó en ello. Espero
que ese disco que han prometido sacar dentro de nada les sirva de impulso para
continuar ofreciendo más y mejores conciertos. Habrá que estar atent@s porque
prometen y mucho.
Antes de comentar el conciertazo que dieron The Buzzos quiero
recalcar por millonésima vez esa mala costumbre, manía o como queráis llamarlo
que tenemos en este Estado de pensar que todo lo que viene de fuera es mejor
por el simple hecho de ser guiri. Pues bien, los de Quintana de la Serena le
dan millones de vueltas a muchas de esas bandas, ya sean suecas, inglesas,
yankis, alemanas o del abismo más perdido del mundo. Creo que no quedaría bien
nombrar a alguna de ellas, pero, alguien que lleva a sus espaldas ni se sabe
qué cantidad de conciertos seguro que tiene cierta perspectiva a la hora de
afirmar algo así. Anda que no me habré tragado en festivales y no festivales
grupos de esos que tienen no sé cuántos discos y llenan otras tantas de páginas
de revistas y portales de internet que no les llegan a estos paisanos ni a los
cordones de las zapatillas. Pero bueno, es lo que tiene el rockerío de estos
lares…
Tan solo con los primeros acordes de “All Day Down” pudimos
apreciar el cambio tan bestial de sonido con respecto a los teloneros o, si
queréis mejor, invitados. Sin respiro, a lo Ramones, engancharon con
“B.I.T.T.E.R.” y la siempre cañera “Hot Glue”. El desparpajo y la voz de
“Flecha” son una pieza clave a la hora de que temas como “The Evil One”
adquieran ese toque tan necesario para encarrilar un concierto de manera
brillante. Con “Sweet Daze” aquello empezaba a ir ya sobre ruedas, sentimiento
reflejado en las caras de los músicos y del público. Si lo que habíamos ido
buscando esa noche era buen Rock&Roll lo encontramos con “Gimme The R´N´R”,
momento de los primeros desparrames serios de la noche.
El guitarreo inicial de Diego dio paso a “Deep&Dry” sin
apenas descanso, sobre todo por la duración de este tema, para que continuaran
reventando la sala con “My Disease” y la vacilona “Wake Up”. Las necesidades
fisiológicas a las que nos obliga la cerveza me llevaron a formar parte de la
cola del WC durante “The Last Time Is Fall”. Hago referencia a este singular
momento porque, durante el mismo, pude presenciar uno de los instantes más… la
verdad es que no sé exactamente cómo definirlo porque me quedé sorprendido no,
lo siguiente. Abro la puerta después de evacuar y me encuentro con un tipo que
creía estar por encima de l@s que escuchábamos el tema de fondo y, ni corto ni
perezoso, se saca lo que le cuelga entre las piernas y se pone a mear haciendo
caso omiso a las peticiones de las mujeres presentes para que no lo hiciera. Que
por qué me paro en esta historia en vez de seguir comentando el concierto, pues
porque me parece que sigue habiendo mucha peña que va de guay y alternativ@s y
luego siguen siendo l@s más tont@s del lugar y, si encima, le sueltas dos
sopapos resulta que el violent@ eres tú, pero, para violento, el momento que
tuvimos que vivir, sobre todo, como siempre, ellas. Con cara de pocos amigos,
algo que se me pasó bien pronto, volví a disfrutar de “You Wanna Take” que sonó
cañón con esa pegada de Fernan y la línea de bajo de Juan, un tándem rítmico de
lo mejorcito que vas a escuchar en tiempo.
Con “Black Soul”, este tema siempre me recuerda a cierta
banda de macarras noruegos que aprecio bastante, se puede decir que aquello era
una fiesta en todos los sentidos, algo que quedó más claro aún con ese grito
inicial de “Glory Days” que nos condujo a la recta final entre empujones,
saltos y derroche de todo lo que se pueda derrochar. Dieron un salto en el
tiempo con “Life Is Not Life”, para alegría de tod@s, y continuaron con la
siempre bien recibida “Running To You”, con seguridad, una de las más cantadas
y esperadas del concierto. Spring final con “New Age Of R´N´R” y la acelerada
“Wasted Time” que nos dejaron sudando buen Rock por todos los poros del cuerpo.
Lo dicho, una jornada rockera de mucho calibre en una de las
salas que más apuesta por este tipo de sonidos, además de otras expresiones
culturales. Nos viene encima una primavera repleta de conciertos que, con que
fueran la mitad de buenos que este, espero nos saquen la espinita clavada de
tantos meses en el dique seco de la música en vivo. Gracias a Oldhands y a The
Buzzos por una jornada de esas para enmarcar. Espero que nos volvamos a ver
pronto.
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