La única manera posible de empezar esta crónica es agradeciendo
a todo el personal de la Asociación ACERO por la inmensa labor que ha llevado a
cabo durante el viernes y el sábado para ofrecernos un fin de semana de esos
que son más que necesarios. Lo es porque para nosotr@s la música en vivo tiene
un gran significado, mucho más si es a través de bandas como las que se
subieron al escenario. He de reconocer que el viernes no me pasé por Mérida,
pero el día siguiente estaba allí desde el mediodía ya que fui con un amigo y
aprovechamos para ver algunas cosillas de la ciudad. Entrando de lleno en todo
lo referente a esa jornada del festival diré que, como en todo, hubo cosas
positivas y otras que superan lo negativo. En cuanto a lo primero, destacaría
la conexión entre las bandas y público, el buen sonido, en general, de todos
los grupos y al mejor ambiente que se respiraba en el Acueducto de los
Milagros. Lo peor, y lo repetí una y otra vez antes de la dichosa pandemia, es
que, desde el momento en el que se subieron dos de los miembros de la
organización para presentar lo que se nos venía encima, se nos pidió que respetásemos
el entorno y lo cuidáramos. Pues bien, os aseguro que me quedé hasta lo último
de lo último, sobre todo por el chaparrón que cayó, y aquello se volvió a
convertir en un mar de plástico y envases tirados por el suelo. Me parece muy
hipócrita por cierta parte del público que tengas delante a bandas que en sus
letras hablan de temas como el ecologismo y el respeto al planeta y que luego tiren
cada envase que consumen fuera de los contenedores. No sé exactamente cómo,
desde la propia organización, se debería corregir esto, pero hay formas de
“obligar” a que guardes tu envase para que te lo rellenen o tener envases
biodegradables. La cuestión es que no podemos echarnos tierra encima con
comportamientos como este porque, seguro, que no nos vienen nada bien a vista
del ayuntamiento. El tema de las colas para los tickets, del que tanto se habló
durante y después, para mí, simplemente se debe al hecho de que no se esperaba
tanta peña, pero es algo que de lo que deberán tomar nota para próximas
ediciones que esperemos que haya y con tanto éxito como esta.
La banda, porque no les mola que les llamen dúo, de
Almendralejo Mud Men fue la encargada de abrir la jornada con su apuesta de
guitarra, voz y batería. En los tiempos que corren, me parece bastante arriesgada
dicha apuesta, pero también necesaria a la hora de conocer y ver otro tipo de
retos musicales. Sonaron verdaderamente bien y fueron calentando al poco
personal que aún se concentraba en la explanada a base de buenos temas y
versiones de Mountain y Motörhead, que ya es atrevimiento el hacer una versión
de estos últimos sin bajista, pero, vuelvo a insistir, que fue un gran comienzo
para lo que teníamos por delante. La conexión con el público fue bastante
estrecha, aunque, por razones de escenario, la distancia entre ellos dos daba
la sensación de que el batería era un simple acompañante del guitarra. Los digo
porque creo que, para otros conciertos, si se colocan más cerca se les verá
como la banda que quieren y merecen ser. Cerraron su actuación con “Jack
Murray”, cuyo vídeo fue grabado con el apoyo de la organización. Les deseo
mucha suerte y espero volver a verlos pronto.
Los granadinos Azrael fueron los segundos en tomar posesión
de las tablas del acueducto. Banda mítica que ofreció un show verdaderamente
entregado y con uno de los mejores sonidos del festival. También fue la primera
vez que la lluvia hizo acto de presencia. Como a tod@s, se les veía con muchas
ganas y su cantante Marc Riera hizo una labor sobresaliente, tanto a la voz
como a la hora de conectar con el público. Heavy Metal de lo que podemos llamar
“clásico” con gran instrumentación y buen hacer a base de una mezcla acertada
de temas de su extensa carrera con otros de nuevo corte y grandes momentos como
el de “Sacrificio”. Aún les queda una buena gira por delante en la que se
merecen triunfar porque son grandes músicos, tal y como lo demostraron en
Mérida.
Y llegó Leize y puso todo patas arriba y la peña se desgañitó
y se entregó como si fuera el primer concierto que viera en su vida, para algun@s
lo sería, no lo dudo. Con un sonido no lo suficientemente bueno en los primeros
temas, sobre todo, en los coros y los Leize sin esos coros tan suyos pues como
que no son lo que realmente son, repartieron cera de la buena durante un
concierto del que tod@s hablaremos durante mucho tiempo. Se les veía contentos,
entregados y con muchas ganas de escenario. Félix sabe perfectamente cómo
conectar con el público sin soltar parrafadas o contarnos su vida; Toño es todo
un showman que aporrea su bajo siempre con esa sonrisa en su cara; Ibi es uno
de los mejores baterías de la escena estatal, sin lugar a dudas, y el nuevo
fichaje a la guitarra, Mikel, es un chaval con todo un futuro prometedor por
delante al que vi disfrutar como hacía tiempo que no veía hacerlo a un músico.
“Sin Sitio”, “Dar El Salto” o “Futuro Para Mí” se unieron a clásicos como
“Buscando… Mirando”, “Sangre De Barrio” o “Acosándome”, entre otros, a los que
sumaron algún tema de su reciente trabajo homónimo que se conoce ya como “El
álbum blanco” de la banda. Como suelen hacer en sus conciertos, cerraron con
“Muros”, pero la insistencia del público, que quería más y más, hizo que
volvieran para acabar definitivamente con “Noche de Ronda”. Sin duda, los
grandes triunfadores del festival, por actitud, entrega, simpatía y saber
estar. Es toda una alegría comprobar cómo una de mis bandas preferidas del Rock
estatal goza de una salud tan buena. Una pasada de concierto, vamos.
Entre hacer cola para sacar algo de bebida y comida, con
Leize era imposible separarse del escenario, y la espera a que te la sirvan
para luego consumirla, reconozco que sacrifiqué, por decirlo de alguna manera,
la mayor parte del concierto de Bucéfalo. Puede que fuera porque los he visto
tropecientas veces desde aquel lejano “Guarerock” donde teloneaban a Rosendo en
la gira del segundo disco del de Carabanchel. Si a eso le sumas las
conversaciones con un@s y otr@s que te ibas encontrando, pues como que no te
enteras demasiado de su show. Sea como fuere, durante el rato que los vi me
pareció uno de los mejores conciertos de la banda emeritense. Jugando en casa,
la guitarra del Chino y la voz de Carlinos, sin varita esta vez, fueron lo más
destacado del su concierto, sin menospreciar la labor de los demás músicos,
evidentemente. Sufrieron las primeras amenazas reales de lluvia que capearon
con buenas interpretaciones de clásicos como “Modelnos” o “El Embargo” hasta llegar
al cierra con un “Noviajo” coreado y celebrado por tod@s.
Sin duda, Saratoga era la otra gran apuesta del festival,
pero la lluvia no les perdonó y su concierto no pasó de los veinte minutos.
Está claro que, en estos casos, la seguridad de los músicos está por encima de
cualquier cosa. Así que a Tete, Jero, Niko y a Jorge no les quedó otra que
recoger los instrumentos y pedir al público que resistiera un poco ante la
posibilidad de subirse de nuevo y acabar el concierto, algo que no ocurrió
porque la lluvia fue a más. Con la promesa de buscar un hueco en su gira para
volver a la capital extremeña, dijeron adiós a un festival que los esperaba con
los brazos abiertos, o los cuernos en alto, como queráis, después de calentar
motores con temas como “Maldito Corazón”. Triste final para una noche
inolvidable después de todo lo vivido durante el último año y pico. La
Naturaleza tiene estas cosas y ante eso poco se puede hacer.
Deseando que llegue la siguiente edición de Acerock, esta es
la segunda vez que asisto al festival, después de la primera con Muro como
cabezas de cartel en la jornada del sábado, solo nos queda volver a dar la
enhorabuena a la organización que, supongo, estarán flipando por la gran
acogida del evento. A ver si aprendemos en otras ciudades y nos dejamos de
rencillas y malos rollos para poner por delante el buen Rock como nuestr@s
paisan@s emeritenses están haciendo. ¡¡Salú y mucho Rock&Roll!!
Buen artículo sobre el desarrollo del festival. El entorno está muy bien. Me sorprendió Mud Men que no los conocía de nada y el directo de Azrael, Leize dieron un concierto muy bueno y cañero de Bucéfalo que me perdí para comer en lugar tranquilo me pareció que fue mejor que el otro bolo que vi de ellos también en Mérida en el Stone&Rock teloneando a Scorpions y sin duda lo de Saratoga fue una joda salieron con muchas ganas a darlo todo, pero la lluvia también cayó con ganas y ganó la partida, una pena casualidad además tras este parón pandémico, hay que recalcar que no había previsión de lluvia, tal vez tendrá que pensarse tapar el escenario para otra ocasión. Era la primera vez que iba a este festival pero lo tendré en cuenta para futuras ediciones.
ResponderEliminarEn cuanto al tema del mar de plástico me pareció que se puede hacer el pago de los vasos para reutilizarlos ya que eran de plástico duro.
Buena crónica y como bien dices yo era de los que iba por y para Leize, por no menospreciar a ninguno, pero es que los llevo escuchando toda mi vida y era la primera vez que los veía. Y vaya bolazo que dieron y encima tuve el placer de conocer a Félix, que buen tío. El resto de grupos de pm, disfruté como un enano.
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