miércoles, 18 de diciembre de 2019

Mi Paso Por La Cómic Con de Madrid 2019








Después de cuatro años sin pisar Expocómic de Madrid, ahora Cómic Con, pasé una de las jornadas más intensas de las últimas visitas. La cita estuvo repleta de sorpresas, aventuras, carreras y encuentros un tanto inesperados y muy satisfactorios. Todo con un final un tanto agridulce en lo personal, pero como en este humilde blog no estoy para contaros mis penas particulares pasaré a detallaros cómo se dio el sábado en IFEMA de Madrid.





A pesar de llegar sin demasiado retraso, entramos en el recinto sobre las 11,30 de la mañana y las puertas se abrían a las 10,00, nos encontramos con el primer escollo justo antes de acceder al recinto ya que la amable señora, y no lo digo con ironía porque tuvimos muy buen rollo con ella, encargada de pasarte el lector por la entrada nos dice que no se puede salir del recinto una vez accedes. Pues nada, nos quejamos de que en la web del evento pone que sí se puede y conseguimos que una de las encargadas de la organización nos lo confirme y que, para ello, nos estamparán el típico tampón, en este caso verde, en la mano para tal menester. Una vez dentro, nos dirigimos rápidamente a la editorial donde repartían los números para las firmas de l@s autores/as que nos interesaban y nos encontramos con que están agotados para esa mañana, solo nos dan uno para la sesión de la tarde de Jill Thomson quedándonos con las ganas de José Villarrubia. De aquí pasamos a la siguiente editorial con la intención de hacernos con el dichoso número para Bartolomé Seguí y nos dicen que hasta poco más de media hora antes de la sesión de firmas no empezarán a darlos. Desde luego, esta propuesta nos parece mucho más acertada que la anterior de soltar todos los tickets de golpe, pero cada cual tiene su manera de hacer las cosas.





Una vez asumidos los trámites de las firmas, damos una vuelta para nuestra primera toma de contacto con el recinto. Se nota que es más amplio que el de la Casa de Campo y se agradece que se pueda andar sin tanto barullo entre los pasillos, aunque con las usuales apariciones de peña disfrazada de los héroes de turno se forman algunos de los normales embotellamientos de estos casos. La distribución de los stands es bastante correcta con la publicidad de la próxima gran serie de Netflix enfrente de la omnipresente Marvel, una mezcla de editoriales y tiendas, por un lado, del tema este os hablaré un poco más adelante, otra sección de juegos de rol, cómo me gustaría aprender alguno de ellos, otra para l@s fanátic@s de los videojuegos donde nunca falta el eterno Street Fighter, publicidad de alguno de los próximos lanzamientos cinematográficos, una sección de Lego y otra de Playmobil, con esta última siempre me quedo embobado y me trae muy buenos recuerdos de la infancia, la parte de los fanzines y de la peña menos comercial, esto no les quita ningún mérito, por supuesto, y tres escenarios donde pisarán las estrellas del día, en el principal, las actuaciones de Cosplay, en el secundario, y los debates y charlas en el tercero. No me quiero olvidar de la zona de exposiciones donde pudimos disfrutar de una del genial Esteban Maroto, autor del cartel de este año, otra dedicada al Guerrero del Antifaz, y una tercera asignada a la obra de Andrés Guinaldo sobre “Blade Runner”. Impresionantes las tres, la verdad.





Casi sin darnos cuenta, se nos pasa la mañana preguntando precios aquí, comparando con otros de allí; flipando con l@s muñequit@s de los stands, hay algunos que son verdaderas obras de arte, como el de Hulk, sin ir más lejos; y pillando alguna cosilla. Al pasar por enésima vez por el lugar asignado a ECC, la editorial que repartió números sin ton ni son, nos percatamos de que solo está firmando nuestro querido Villarrubia en solitario. Vamos, que el tal Paul Pope no pareció en todo el día. No voy a entrar en los rumores de si el tipo se había ido de marcha la noche anterior y estaba más tirado que un saco de cáscaras esa mañana o si no acabó de concretar las pelas que le tenían que dar por tan “duro trabajo”. Lo que sí deberíamos encontrar es una nota de prensa, no digo ya por parte de la organización del evento que poco puede hacer en estos casos, de la propia editorial, sobre todo porque llegamos a la conclusión de que la peña que se había amontonado allí estaba por el autor norteamericano premiado doblemente por la obra “Batman: Año 100”.





Una de las mejores cosas que te suelen ocurrir en este tipo de eventos es encontrarte con peña que ni te lo esperas, como me pasó con ciertas personas de Cáceres, y otras con las que siempre está más que bien toparte, como es el caso de mi colega Rubén de Madrid, un fanático de los cómics de terror y el Black Metal que, según sus propias palabras, estaba allí exclusivamente por Esteban Maroto y poco más. Esto nos sirvió para charlar largo y tendido, después de unos cuantos años sin vernos, sobre nuestras cosas y quedar para vernos el día de la actuación de Mercyful Fate en Madrid. Decidimos irnos a comer para, de paso, soltar en el coche alguna de nuestras adquisiciones, con tal acierto que llegamos al lugar elegido para reponer fuerzas sin tener que hacer demasiada cola ya que, al rato, aquello era un hormiguero de peña con ganas de engullir lo que el menú ofrecía.





La tarde fue mucho más intensa que la mañana. Mientras mi compañero se relajaba un rato en la zona de conferencias, yo me dediqué a visitar los stands de las jóvenes promesas y sus propuestas. Este Estado ha tenido, y tiene, una cantera espectacular de chic@s que se merecen mucho más visto sus trabajos. Entiendo que la competencia es brutal y que hay que ser muy original para que se fijen en ti, pero nada de esto le falta a la mayoría de ell@s. Después, al igual que pasa con nuestr@s científic@s, salen fuera, triunfan y aquí nadie se entera. Una pena que no haya más apoyo, tampoco lo ha habido en exceso desde muchas décadas atrás, a todas estas personas. En esta que estoy hablando con una chica que se dedicaba a hacer ilustraciones guapísimas, imanes de los personajes que más le molaban, le pillé uno de Hellboy, y me llama mi compañero para decirme que Villarrubia había acabado de dar su charla en el escenario dispuesto para ello y que podíamos intentar que nos firmara los cómics suyos que llevábamos. Dicho y hecho; así te das de bruces con el buen rollo de algun@s autores/as en contraposición con los alardes de grandeza de otr@s. Lo digo porque no tuvo ningún reparo en firmarnos y charlar un rato con nosotros como si nos conociéramos de toda la vida. Un tipo que ha trabajado con grandes como Alan Moore, Neil Gaiman o Richard Corben, claro ejemplo de lo dicho unas líneas arriba de nuestra fuga de valores, dedicándonos quince minutos en la más íntima complicidad. Sencillamente, brutal.






Llegado el momento de las firmas apareció también el del estrés. Menos mal que los stands de Norma y ECC estaban pegados porque me pasé un buen rato yendo de uno a otro para conseguir las rúbricas de Jill Thomson, por un lado, y de Bartolomé Segí, por el otro. En las colas te encuentras de todo, desde l@s típic@s frikis que son superfan, peña amable que te echa un cable cuando le cuentas tu situación guardándote el sitio y otra que parece que te tiene que perdonar la vida porque te ve ir y venir sin parar. Nada fuera de lo habitual en nuestro día a día. He de decir que Jill Thomson fue un poco seca, lo quiero atribuir al cansancio de la jornada, aunque ya me avisaron de su carácter, pero Bartolomé fue de lo más cercano y agradable. Conseguí pasarme por el escenario de las conferencias donde mi compañero me presentó a gran Paco Fox, un tipo excepcional muy puesto en cine y Rock Progresivo al que me encantó saludar.





Como conclusión diré que sigo preguntándome la razón de la no asistencia de ciertas tiendas de cómics de la capital del Estado como Elektra o Akira, por poner algún ejemplo. En Madrid solo estaban la mítica Mundo Fantasía, que puedes visitar siempre que vayas al Rastro, y Generación X; luego eran todo editoriales, y no todas, eché en falta Astiberri o Dolmen, con sus productos en exclusiva. Hay merchandising de lo más variopinto para aburrir y poco papel. Al menos esta vez Fnac tenía su propio espacio y no tenías que acercarte a sus instalaciones de Callao para que te firmaran l@s autors/as como en anteriores ediciones. Digo todo esto porque el evento tiene potencial, tanto por espacio, como por oferta y asistencia, para convertirse en algo mucho más potente, sería cuestión de que se lo pensaran. Hasta aquí el sábado vivido en esta Cómic Con 2019. Si lo tuyo son las viñetas y los bocadillos visitándola siempre tendrás una experiencia alucinante. ¡¡Hasta la próxima!!




No hay comentarios:

Publicar un comentario