Kurt Cobain es, sin duda, el última gran héroe muerto del
Rock. Como tal se han escrito ríos de tinta sobre su vida, bagaje musical y experiencias
más allá de su banda, Nirvana. A esto hay que añadirle todo lo concerniente al
cine, documentales y demás. Que lo que nos cuentan sea o no verídico es algo
que nunca sabremos con total certeza, además de servir para hacer crecer el
mito y la fama de la que tanto huía el propio cantante.
Este cómic, “Kurt Cobain, El Ángel Errático”, es una
publicación más de ese mogollón del que he hablado antes. Con Barnaby Legg y
Jim McCarthy como guionistas y “Flameboy” a cargo de los dibujos, hace un
repaso a la vida del representante más conocido del Grunge. Barnaby Legg es
coautor de otro cómic dedicado al rapero Eminen y escribe libros de ficción
además de pertenecer a la banda de Soul-Punk
Girlfriends. En cuanto a Jim McCarthy, alguien que ya ha aparecido en
este blog con anterioridad por su labor en un cómic dedicado a Metallica, es un
autor británico que comenzó su andadura en el mundo de las viñetas en la
revista “2000AD” para seguir con las biografías del músico que tratamos en este
artículo, los Sex Pistols o la dedicada al Rock Latino con prólogo de Carlos
Santana, por ejemplo. Poco se conoce del dibujante conocido como “Flameboy”,
tan solo que, según él mismo, es alguien nacido en las entrañas del mismísimo
Infierno que consiguió liberarse de las garras del Diablo antes de llegar a la
Tierra. Sea como fuere, para mí ha sido lo más impactante de esta obra. El
poder, la luz, en sus más distintas variedades, y el color que imprime a sus
viñetas son de una calidad sobresaliente. De esas que, como ocurre a lo largo
del cómic, necesitan de pocos bocadillos para que te enteres de lo que se está
hablando porque te entra directamente por los ojos.
Esta obra comienza con un prólogo a cargo del periodista
musical británico Peter Dogget que no podéis pasar por alto si queréis
comprender lo que fue la vida del icono del Grunge. Puede que parezca algo
extenso, pero, una vez te adentras en él, es de lo más instructivo. Con una
infancia feliz acompañado de su amigo imaginario Boddah comienza la andadura de
Kurt en este cómic. Todo va sobre ruedas hasta que se dan dos momentos claves
que lo cambiarán todo. Por un lado, se enfrentará, junto a su hermana, al
divorcio de sus padres y por otro al diagnóstico de hiperactividad que le hará
caer en las manos del Ritalin. A partir de aquí se podría decir que comienza a
forjarse la personalidad del Cobain que tod@s conocemos, o creemos conocer. Con
un padrastro en casa al que tacha de hijo de puta y un padre que forma una
familia nueva lejos, sus primeras fantasías suicidas comienzan a florecer.
Según nuestro protagonista es algo genético.
Comienza a relacionarse con l@s marginad@s de su Aberdeen natal:
gays, macarras y drogadictos, mientras sus gustos musicales empiezan a
acercarse al Punk. Este será un verdadero descubrimiento para él. Con él
encontrará el lugar adecuado para expresar toda la rabia y furia que habita en
su interior. A partir de aquí comienza un repaso, con mejor o peor acierto, de
lo que fue su carrera al frente de Nirvana. Su relación con Kris Novoselic como
bajista inseparable en todo momento, la entrada y salida de varios baterías
hasta la llegada de Dave Grohl, el fichaje con Sub Pop y su ascenso en las
listas, la llegada de “Nervermind” y el fichaje por Geffen Records, sus novias
de distintas épocas, el ascenso al Olimpo de la fama a nivel planetario y el
descenso a los infiernos con el resultado de sobra conocido.
Lo más interesante de esta biografía es el enfoque que los
guionistas le dan, aunque hay que decir que va todo excesivamente rápido.
Supongo que tampoco era cuestión de hacer un cómic de 300 páginas. También te
encuentras con ciertas gambas como la afirmación que pone a Nirvana como el
primer grupo fichado por Geffen, cuando esta discográfica ya tenía en sus filas
a bandas del calibre de Whitesnake, Guns´N´Roses o Aerosmith. Para mí, vuelvo a
repetirlo, lo más destacable es el trabajo de “Flameboy”. De todas formas, siempre
está bien que las estrellas del Rock accedan al mundo de los cómics. Ese
vínculo entre literatura y música se hace mucho más fuerte con obras como esta.
Esto es lo que os puedo contar sobre “Kurt Cobain, El Ángel
Errático”. Ahora solo os queda acercaos a sus páginas para disfrutar de la
historia de uno de los músicos más influyentes del Rock de los años 90 del
siglo pasado. Un socio más del club de los 27 y del que siempre me he
considerado fan.
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