Volvió a pasar La Ira por el pub Boogaloo cuando no ha transcurrido
ni un año de la presentación de su segundo trabajo discográfico, “No Hay Cielo
Para Tanto Bueno”. Al contrario que aquella vez, el local cacereño no se
encontraba a rebosar de peña debido a la celebración de otros conciertos y
eventos en esta ciudad donde ya estamos más que acostumbrad@s a que o no hay
nada o lo hay todo a la vez. Ya podía la alcaldesa basarse en esta reflexión
para crear ciertos slogans y no en tanto rezo y demás monsergas.
El concierto estaba programado para las 23,30h y no tuvimos
que esperar demasiado para ver a los demás componentes de la banda encima de
las tablas. Después de la intro que escuchamos malamente por otra de esas
costumbres arraigadas en esta ciudad de ir a conciertos a ponerse a hablar con
tod@s l@s que tienes alrededor en vez de atender a lo que tienes en frente,
arrancaron con esa pedazo versión de Aute que es “La Belleza”. Engancharon con
otro de los temas del disco antes citado, “La Erección Del Perdedor”, antes de
que Raúl saludara al respetable. El sonido en esos momentos no era todo lo
deseable que quisiéramos, pero esto se fue solventando a medida que iba
avanzando el evento. “Antes De Dar Medio Paso” fue la encargada de hacernos
entrar en calor y tenernos pendientes de todo lo que acontecía delante de
nuestros ojos.
Vista atrás con “Una Canción”, el primero de los cortes que
interpretarían de su disco anterior, al que seguiría otro de ese trabajo y uno
de mis preferidos del mismo, “Entre Humaredas”. Llegados a este punto del
concierto se agradecía que hubiese espacio para poder moverse con soltura por
el local. Tener enfrente al guitarra Manu es siempre algo a resaltar y verlo
interpretar temazos como “Papel De Libertad” o “Creí Que Era Primavera” a menos
de tres metros es todo un lujo.
Llegó el momento donde la entrega ya es absoluta gracias a la
interpretación de canciones del calibre de “Si No Hay Alegría” y “Diablos Y
Angelitos”. Ahora bien, con el tema que consiguieron meterse en el bolsillo al
respetable definitivamente fue con “Quiero Sentarme En La Nubes” de la antigua
banda del cantante y guitarra, “El Gitano, La cabra Y La Trompeta”. Para esta
tuvieron el apoyo vocal del guitarra del grupo cacereño Dedo Corazón, César
Sanguino, además de nuestro gran colega Iñaki en un momento del estribillo. La
euforia continuó con el tema que cierra su reciente disco, “Con La Misma
Cantinela” y la novedad de “Esta Noche”.
Antes de acercarse al final, sobre todo porque Raúl ya nos
avisaba de ello, volvieron a su primer disco con “Ángel Caído” y “A La Vuelta
De La Esquina” consiguiendo que cantásemos a grito partido. Como bien dice el
título de la siguiente canción, solo quedaba un “Poco Más” antes de los bises. Para
ellos no tuvimos que esperar demasiado porque la banda ni se bajó del escenario
evitando así el típico instante de me voy, me vengo y por el camino no me
detengo. “Debajo De Mi Ombligo” fue la encargada de poner el cronómetro en
marcha hasta el final. Sin respiro engancharon con “Toda La Vida” antes del
desmadre que se formó con “Los Conflictos”, otra de mis preferidas, y la
ranchera “El Penal”, dos cortes que incitan a saltar y bailar sin parar.
Como era de esperar, este
instante coincidió con la mayor sudada de la noche. Adiós con la musiquilla de
Benny Hills, foto de despedida y hasta la próxima.
Me gustó el concierto del sábado, eso sí, los han tenido
mejores. No sé si la diferencia de público, el accidente sufrido por el
batería, Jesús, al que desde aquí le deseo lo mejor y que se recupere pronto, y
el sonido no tan bueno del principio contribuyó a ello. Sea como fuere, siempre
está bien acercarse a ver a La Ira. Es una banda de esas que nuca fallan y con
la que podrás vivir un momento realmente divertido con músicos de gran nivel.
Suerte en esta nueva gira que tienen por el Estado. Espero que triunfen allá donde
vayan y, sobre todo, que la disfruten porque se lo merecen con creces.
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