¡Caliente, Caliente!
Cuando el microondas cerró con un chasquido su boca de
cristal, la taza de café estrenada sintió un bochorno mezclado con un fogonazo.
Todo parecía normal hasta que aquel aparato comenzó a marearla mientras subía y
subía la temperatura. La taza pensó que nunca más saldría de aquel agujero
infernal. De pronto la luz se apagó, la quemazón remitió, sonó un pitido y la
puerta se abrió. Un alivio recorrió todo su ser a la vez que humeaba de
alegría. Luego sintió una mano que la alzaba y unos labios que le secaban las
entrañas. La mano colocó la taza vacía al lado del microondas mientras este le
susurraba amenazante: “¡No tardarás en volver!”.
Evolución Textil
Nació de la unión de fibra sintética, tinte e hilo. La
bautizaron marcándola con una estampación igual a la de muchas de sus gemelas,
distinta a cualquiera de sus otras hermanas. Vivió su infancia colgada en una
percha acompañada de otras de su especie o familia. Pasó a ser propiedad de una
chica deslumbrada por su forma, impresión y mensaje. Convivió con otras
pertenencias de su dueña, llegando, incluso, a combinar perfectamente con
varias de estas. Pegada a su piel, vivió infinitas aventuras conociendo otros
tantos lugares. Fue perdiendo color, textura, forma, hasta acabar sus días en
el cajón geriátrico del armario. Ahora tiembla y grita desconsolada mientras
las tijeras la convierten en paños para quitar el polvo.
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