Hay veces que el salir de vacaciones te repara sorpresas. Eso
fue lo que nos pasó a mi novio y a mí durante nuestra pasada visita a
Salamanca. Además de ir con la intención de conocer la ciudad, nos topamos con
la actuación de una de las bandas estatales que más ganas tenía de ver en
directo. Me refiero a los madrileños Eldorado.
El concierto se celebró en la sala B, en el Centro de las
Artes Escénicas y de la Música de la capital salmantina. Nos quedamos un poco
asombrados, para bien, tanto con la dimensión de la sala como con el escenario.
Hay que tener en cuenta que aquí es donde tiene la sede la Joven Orquesta
Sinfónica Ciudad de Salamanca, para que os hagáis una idea de las dimensiones
del recinto. Otro de los puntos a favor de este evento fue el precio del mismo,
sólo cinco euros. A ver si aprenden un poco en otras ciudades donde los precios
de los conciertos están cada vez más allá de las nubes. Como punto, digamos, un
poco en contra de todo lo anterior os diré que la sala se encuentra un poco a las
afueras de la ciudad con lo que nos costó un poco dar con el recinto, aunque
conseguimos llegar como un cuarto de hora antes de que empezara todo.
Pensábamos que el grupo que iba acompañando a los de Madrid,
Twin Sh33ps, eran los teloneros, pero qué va, fue justo lo contrario. Los
primeros en aparecer sobre el escenario fuero los componentes de Eldorado que
ejercieron el papel de apertura del cotarro. Venían presentando su quinto, y
último, trabajo, “Mundo Aéreo”, que, como es habitual, estará editado en
castellano e inglés. Con el que recorrerán gran parte de la geografía estatal,
esperemos que les dé por venir por Cáceres, aunque aún no han confirmado nada
al respecto, así como EE.UU. y Europa. Su show se basó en la presentación de
este disco del que cayeron, como os podéis imaginar, más de un tema entre los
que destacaría “Madre Agua”, protagonista de su último vídeo, o “She Rules The
Sky”. También hubo cabida en su corto show, estuvieron alrededor de una hora
encima de las tablas, para algún que otro de sus clásicos de la altura de
“Reactor”, tema que, por otro lado, me gusta bastante.
Pensé que la alternancia de canciones en inglés y castellano
con la que partieron iba a ser la línea a seguir de su concierto, pero, al
final, se decantaron más por el idioma de Shakespeare. No hago este comentario
como crítica corrosiva de esta actitud, ellos son libres, faltaría más, de
elegir el idioma que utilizan en directo. A lo que me intento referir con este
asunto es que este era otro de los puntos que más curiosidad despertaba en mí
antes de verlos, cómo sería escuchar esa alternancia. Os diré que salieron del
lance con bastante nota pues son unos musicazos de gran altura. Me parecieron
estar a un gran nivel tanto escénico como técnico. Siempre he dicho que una
banda con una base rítmica adecuada tiene superados la mitad de sus problemas.
Eso es lo que ocurre con el bajista César Sánchez y el batería Javier
Planelles, ambos son dos monstruos con sus instrumentos. El guitarra, Andrés
Duende, son de esos hachas que aparentan no estar haciendo nada y lo están
haciendo todo. Tiene una soltura y una naturalidad a las seis cuerdas que su
labor parece algo fácil, pero, os puedo asegurar, que hay mucha complejidad
detrás de lo que toca. Un gran guitarrista, sin duda. En cuanto al cantante
Jesús Trujillo, sólo tengo halagos a su labor. Me parece que, en estos
momentos, es uno de los voceras mejores del Estado. Tiene un chorro de voz
brutal, llegando a unos tonos impensables sin inmutarse. A esto hay que añadir
su impresionante labor tras las teclas, otros de los puntos a favor de esta
banda, y la guitarra acústica.
Entonces, si son tan buenos, si tienen ese nivel, tanto en
disco como en directo, por qué cuando preguntábamos por ellos en Salamanca
nadie los conocía. Estamos hablando de un grupo que tiene cincos discos en la
calle, que hace giras por América, en Canadá son muy apreciados, y Europa y que
tiene un directo impactante. Lo de que no los conocieran en Salamanca y que tan
solo estuviéramos unas 100 personas en el concierto, sobre todo por ser Twin
Sh33ps una banda local, no es nada nuevo por estos lares. Por un lado, está la
manida idea de que cualquier banda allende nuestras fronteras es mejor que las
de aquí. Os puedo asegurar, sin inmutarme, que El dorado le da mil vueltas a muchos de los
grupos que he visto este verano, por poner un ejemplo. Luego está ese
comentario trillado de si hay o no regeneración en la música, en general, y en
el Rock, en particular. Pues bien, mientras dejemos pasar por alto a estas
bandas no sé qué dichosa regeneración estamos esperando en plan Mesías
celestial. Pienso que el hecho de que Eldorado sea más conocido fuera que aquí
dice mucho de nuestros gustos e intenciones. Nos hemos asentado de tal manera
en los clásicos y cuatro más que no estamos perdiendo mucho de lo bueno que hay
en el mercado. Esa es la lacra de estos contornos, hace más gracia a nuestros oídos
una banda cutre del quinto pino que una de Murcia, Badajoz o Pamplona. Pues
nada, sigamos con las quejas sin más que, junto con la envidia, son nuestros
dos grandes deportes.
Poco os puedo contar de la actuación de Twin Sh33ps porque el
hecho de ser ellos cabeza de cartel nos trastocó un poco los planes. Vimos
parte del concierto, los primeros cinco o seis temas, y volvimos al centro a
seguir con nuestro itinerario salmantino. Sólo haré alusión a su buen sonido y
la acogida, como era de esperar, que tuvieron. Siempre tengo en cuenta que,
cuando vas con alguien que conduce, esa persona manda en los planes a seguir,
no queda otra. Lo dicho, a ver si prestamos más atención a lo que tenemos a
nuestro alrededor para que, en este caso, podamos gritar alto y fuerte:
“¡¡Bienvenido al Reactor!!”.
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