Volvieron los Bucéfalo a pisar Cáceres por… ¿qué vez ya? La
mejor definición de su actuación sería “Concierto Familiar”, como bien dijo su
cantante durante el transcurso de la misma. No sé si realmente eligieron una buena fecha
para presentar su último trabajo, “Sin Ringá”, por ser el finde después de
las ferias, que, a su vez, había un concierto gratis en el ferial, a pesar de
que el cartel de éste poco tenga que ver con el Rock, o que esto de los conciertos de grupos locales o regionales empieza a ser preocupante por la
poca repercusión que tienen. No quiero indagar demasiado en este tema porque no
me gustaría sacar a relucir ciertas cosas que no vienen a cuento, al menos por
ahora. Sea como fuere, digamos que allí nos presentamos alrededor de cincuenta
personas, hablando por lo alto.
Con una media hora de retraso, y la mayoría de la peña fuera
de la sala, se subieron los componentes de la banda emeritense al escenario de
la sala cacereña Barroco. No sé si fue una percepción mía, pero tardaron un
poco en contactar con el público. Esto, sumado a que la voz de Carlinos no se
escuchó bien durante todo el show, no por él sino por el sonido, en general,
puede que influyera en la frialdad de la reacción durante las primeras
canciones. Como es normal, esto se fue superando a base de temas como “El
Embargo”.
A mitad del concierto pudimos presenciar una de las escenas
más surrealistas de las que hayamos poder vivido durante una actuación. Resulta
que los músicos tienen que pagarse las copas y la bebida que vayan a consumir
como si fueran parte del público. Os aseguro que los precios en la Barroco no
son, precisamente, populares. Me quedé de piedra cuando alguien le daba la
vuelta junto con su consumición al batería, Javier Montero. Me pareció justo
que Carlinos lo resaltara ante el micrófono. Gran revuelo durante la
interpretación de “El Gurriato” y p´alante con la presentación del disco. De
éste cayeron varias canciones como “Sentimientos”, “Ya´stá bien” o “Sin ella”,
ésta me gustó bastante, todo sea dicho.
Si con algo suplantaron todos los inconvenientes que tuvieron
durante el concierto fue con su entrega y bises. Se fueron y volvieron como
tres veces y nos hicieron recordar grandes momentos con temas como “Modelnos”.
Joder, si es que éramos unos críos cuando sonaba esto. Muy buena la labor de,
como siempre, Paco Mata a la guitarra y Juan Luis Parra a los teclados. No es
que los demás no estuvieran a la altura, es que algo pasó para que no acabara de
escucharse como debía. No sabría decir exactamente qué fue, pero, una vez acabado,
me di cuenta de que había sido un concierto un tanto extraño. He visto a
Bucéfalo ya no sé cuántas veces y esta ocasión no ha sido de las mejores, al
menos para mí. Con esto no quiero decir que ellos dieran un mal concierto, al
revés, ellos se dejaron la piel, pero sigo pensando que fue una amalgama de
cosas las que se unieron esa noche para que aquello no acabara de cuajar del
todo.
De todas formas, el nuevo trabajo está más que bien. Seguro
que hay oportunidad de verlos muchas más veces. Ellos anunciaron que volverían
para el festival Mikáceres. Esperemos poder estar allí, disfrutarlo y que sigan
metiendo caña otros no sé cuántos años más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario