Literatura es alguien ocultando su nombre para poder escribir
las aventuras y desventuras de un pobre crío sin padres. Un hombre que, a sus
ya pasados cincuenta años, se atreve con las locuras de un cuerdo y las
corduras de un loco. Un periodista plasmando la realidad de estados
impenetrables en un sinfín de viñetas.
Una abuela que, sin saber leer ni escribir, cuenta “Los Músicos de Bremen” a
sus nietos en las largas noches de invierno y en las calurosas tardes de verano.
Unas cuantas amigas haciendo fanzines sobre sus inquietudes femeninas. Un
escritor dudando continuamente de llegar a publicar algún día pariendo novelas inspiradas en los libros del
último premio Nobel. El niño de los recados de una editorial que, cansado de
llevar obras ajenas y mediocres de despacho en despacho durante cincuenta horas
a la semana por un mísero sueldo, confía plenamente en que sus personajes son
inmensamente mejores que aquellos de los que alardean sus jefes y acaba
demostrando al mundo entero que tenía razón. La autora de la última novela presentada en una feria del libro aguantando el chaparrón de críticas de los eruditos que olvidan con facilidad que todo tiene un
comienzo. Aquel que saca a relucir las pasiones ocultas de una sociedad desde
la celda de un manicomio escritas con su propia sangre. Un guionista en eterna
búsqueda de un dibujante, y viceversa. Una hija descubriendo los poemas que su
madre escribió durante toda su vida. Una
niña ocultando un diario en medio de cualquier guerra. Un hombre maduro fotografiando
objetos con una vieja cámara. Un poeta escribiendo canciones para poder comer.
Un viejo jorobado y tuerto contando
viejas hazañas en una oscura cueva iluminada por una antorcha hecha de grasa de
oso.
Literatura es todo
aquello que lleva, mediante descargas imparables, nuestros cruces o
genialidades del cerebro a nuestras manos con la intención de que, algún día,
alguien nos escuche aunque sea en el rincón más apartado del espacio. Es la
hermana bastarda de la Historia. La que tiene la osadía de reflejarse en los
perdedores de las contiendas, en los míseros y sus alegrías o en los ricos y
sus miserias. La que nos hará recordar lo ocurrido cuando todos quieran olvidar.
Es la imaginación hecha realidad y la realidad basada en la imaginación. Pero,
sobre todo, es un papel en blanco esperando a dejar de serlo y una voz
recitando los viejos poemas anónimos de la humanidad.
Sin palabras... eres un crack. (Lo que dejo aquí dicho también es LITERATURA, ehh!) Ahí queda.
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