jueves, 8 de agosto de 2024

Testo Mandrílico Agosto 2024

 

PALOMA BLANCA


Soy un perro callejero y, sea como sea, quiero ser libre. Libre para vagabundear con la luna llena como yegua brava desbocada vagando por ahí, como una paloma blanca cruzando el campo de la bota. Me he juntado con navajeros de sangre caliente y puños de acero, a los que abandonaba deprisa, deprisa, siempre que te veía por la calle abajo. De boca de mis colegas supe que vivías en las chabolas, también me dijeron que eras una mujer de compra y venta, de esas que se divierte enamorando, un amor pecador, de segunda mano. Y yo, cada día me armaba de valor para acercarme a ti y decirte: «Carmen, morena, quién te riza el pelo. Aunque no te puedo dar riqueza, regálame tu pañuelo. Que sepas que me llaman loco porque no sé cómo te quiero, pero yo me quedo contigo. Así que vente conmigo, flor».

Amor, amor, amor, no dejo de pensar en ti, porque pudimos ser historia, pero se nos atravesó la heroína. Esa maldición que cambia tu forma de ser. Y el pico te volvió una embustera que no sabía lo que hacía. Sé que la vida fue dura conmigo, que me importaba más la aguja que este me confesara: «A tu mujer me la llevé a la era», o que aquel me soltara: «Mira cómo ronea esa gitana tuya. Esa es pa ti y pa tu primo». En venganza, me arrimé a la paya para que me pagara el caballo que galopaba por mis venas. Hasta que llegó la mañana en la que del cielo cayó un pañuelo. Te levantaste de la cama, me miraste con tus ojos negros y me gritaste, alto y claro: «¡No soy feliz! ¡Ya no quiero más tenerte!». Cogiste la puerta y yo me puse como un volcán mientras te deseaba a voces: «¡Mala ruina tengas!».

La otra noche, la mama me dijo que te habían encontrado tirada debajo del puente de las vías. ¡Ay, qué dolor! No dejo de pensar en ti. Dios mío, basta ya, dame veneno para acabar con el sufrimiento que me provocan estas espinas. Pero el Señor no me lleva, y esto sí que tiene guasa. Eres tú quien me vienes en sueños para susurrarme: «No se puede morir de amor. Volverás conmigo y bailarás con alegría». Luego, me despierto sudando, me fumo un cigarro de esos que me saben a humo e intento convencerme de que, en esta vida, todo son ilusiones, ni más ni menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario