El número dos de la colección “Estrébedes” de la editorial
“Letras Cascabeleras” lleva por título “En El Jardín Protector” y su autora es
Mely Rodríguez Salgado. Hace poco hice una entrada en este blog hablando del
número tres de esta colección, saltándome este. Bueno, las cosas no tienen por
qué llevar un orden, menos aún a la hora de leer. Siempre he sido de l@s que
creen que, al igual que la música, aquello que leemos tiene su momento para
hacerlo. Esta semana ha sido el mío para adentrarme en estas páginas y, os
aseguro, que he acabado muy satisfecho con lo que me he encontrado en ellas.
Antes de pasar a contaros un poco la biografía literaria de
Mely Rodríguez Salgado quiero hacer hincapié en que es una buena amiga que
siempre ha confiado en mí y me ha animado a la hora de escribir. Es más, ella
es, en parte, la “culpable” de que mi primera obra editada en solitario sea
como es. Seguí un consejo suyo y este acabó sirviéndome para desarrollar todo
lo que vendría después. Mely reside en Cáceres y hace muchos años que su pasión
por la lectura acabó transformándose en escritura. Desarrollo lógico que la ha
llevado por los caminos de los relatos cortos, cuentos, microrrelatos, obras de
teatro y varias novelas, además de colaborar con publicaciones culturales,
antologías y blogs literarios. Tiene en su haber varios premios como el Premio
Internacional de Relatos Los Palacios, el de Relatos de la UNED de Extemadura,
el de Mujeres del Ayuntamiento de Castellón y el de Relato Ecologista al
monumento Natural “Los Barruecos”. Una de sus novelas fue galardonada con el
premio “Dulce Chacón” de Brunete y su novela “Un Mundo Lejano” fue ganadora del
Certamen Internacional de Novela Ciudad de Alcorcón. Como veis, es un espíritu
inquieto con varios reconocimientos debajo del brazo.
El encargado del prólogo de este libro es otro compañero de
andanzas literarias, Vicente Rodríguez Lázaro. En el mismo detalla con
precisión tanto el estilo de Mely a la hora de escribir como lo más destacable
de la obra que nos incumbe. También hay que resaltar las ilustraciones y la portada de María Polán que enriquecen de manera sobresaliente todo lo escrito en estas páginas; estas son, sin duda, uno de los puntos álgidos del libro. Dividida en doce capítulos, la escritora desarrolla
una historia repleta de momentos que pasan de la terrible crueldad a la ternura
más sentida. Esto es, a mi entender, lo primero que destacaría del libro, no
tiene momentos intermedios; las subidas y bajadas son las propias de un tobogán
en el que vas a mil por hora. Un punto a favor de la autora ya que, de esta
forma, te mantiene con los ojos pegados al papel esperando siempre un desenlace
que no es el que tu mente pensaba encontrar.
“En el Jardín Protector” nos topamos con la relación entre
una madre y su hija. Podríamos dejarlo aquí y ya está, pero, obviamente, ni las
cosas son tan simples a la hora de analizar un libro, ni la relación de la que
hablamos es tan sencilla como puede expresar dicha definición. Al igual que muchas
madres, la jardinera sacia la curiosidad de su hija contándole relatos sobre el
jardín que rodea la casa donde habitan. Así también la intenta proteger de
todos los males que habitan más allá de dicho jardín. Para ello le habla de
ciertos personajes entre l@s que destacan un pintor que se enamoró del brillo
de las rosas, un@s amantes que fueron separad@s por un puente y acabaron
metamorfoseándose para encontrar la pasión y much@s otr@s que perturbarán los
sueños de la niña durante años.
Poco a poco, los cuentos que sirven de consuelo y explicación
a la cría acaban transformándose en una realidad que esta observa desde la
ventana de su habitación a lo largo de una noche en la que la luna se para a
contemplar el jardín creado por su progenitora. Es en este pasaje donde reside el
grueso de la obra. El lugar donde la madre pasa días y noches cuidando y
atendiendo a sus habitantes es también aquel donde se desarrolla una lucha
encarnizada por el poder. Con unos personajes excelentemente descritos, todo
arbusto, árbol o planta que se tercie pasará a implicarse en uno u otro bando
durante la contienda. Protagonistas que te pondrán los pelos de punta con sus
reflexiones y te harán recapacitar acerca de la intervención humana en la madre
Naturaleza. Tod@s tienen un nombre de lo más apropiado y tod@s son contemplados
por la niña a lo largo del combate. La pequeña siente lo que sus ojos presencian
como la más nítida de las verdades, a pesar de lo momentos que pueda sentir
como oníricos, las voces, gestos, amenazas y sufrimientos son vividas con tanta
certeza por ella que, incluso, intenta más de una vez intervenir en la acción
para asegurarse de que es así.
L@s que se deleitan con los cuentos y relatos, los mismos que
no pasan de ser meras pamplinas para otr@s much@s, encontrarán en esta obra una
más que añadir a su gusto por princesas, reinos gobernados por alguien
consciente de su perversidad, traiciones amorosas impuestas a favor de la
libertad y la victoria, esperanzas, reflexiones profundas, desilusiones y mucho
suspense. Celia, Ácaro o el rey Zahar, junto al viejo Darío, os transportarán a
un mundo repleto de belleza y atrocidad, tantas como la propia Naturaleza puede
encerrar en un jardín donde su creadora debería permanecer como mera
espectadora. ¿Es realidad todo lo que la pequeña presencia esa noche que la
luna permanece estática sobre el jardín de su casa? Descúbrelo en las páginas
de este fabuloso libro donde acabarás atrapad@ no solo en su trama, también en
la clase y elegancia con la que Mely la desarrolla. Y recuerda que hay sueños
que nunca se olvidan.
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