lunes, 18 de noviembre de 2019

Mely Rodríguez Salgado: "En El Jardín Protector"








El número dos de la colección “Estrébedes” de la editorial “Letras Cascabeleras” lleva por título “En El Jardín Protector” y su autora es Mely Rodríguez Salgado. Hace poco hice una entrada en este blog hablando del número tres de esta colección, saltándome este. Bueno, las cosas no tienen por qué llevar un orden, menos aún a la hora de leer. Siempre he sido de l@s que creen que, al igual que la música, aquello que leemos tiene su momento para hacerlo. Esta semana ha sido el mío para adentrarme en estas páginas y, os aseguro, que he acabado muy satisfecho con lo que me he encontrado en ellas.






Antes de pasar a contaros un poco la biografía literaria de Mely Rodríguez Salgado quiero hacer hincapié en que es una buena amiga que siempre ha confiado en mí y me ha animado a la hora de escribir. Es más, ella es, en parte, la “culpable” de que mi primera obra editada en solitario sea como es. Seguí un consejo suyo y este acabó sirviéndome para desarrollar todo lo que vendría después. Mely reside en Cáceres y hace muchos años que su pasión por la lectura acabó transformándose en escritura. Desarrollo lógico que la ha llevado por los caminos de los relatos cortos, cuentos, microrrelatos, obras de teatro y varias novelas, además de colaborar con publicaciones culturales, antologías y blogs literarios. Tiene en su haber varios premios como el Premio Internacional de Relatos Los Palacios, el de Relatos de la UNED de Extemadura, el de Mujeres del Ayuntamiento de Castellón y el de Relato Ecologista al monumento Natural “Los Barruecos”. Una de sus novelas fue galardonada con el premio “Dulce Chacón” de Brunete y su novela “Un Mundo Lejano” fue ganadora del Certamen Internacional de Novela Ciudad de Alcorcón. Como veis, es un espíritu inquieto con varios reconocimientos debajo del brazo.





El encargado del prólogo de este libro es otro compañero de andanzas literarias, Vicente Rodríguez Lázaro. En el mismo detalla con precisión tanto el estilo de Mely a la hora de escribir como lo más destacable de la obra que nos incumbe. También hay que resaltar las ilustraciones y la portada de María Polán que enriquecen de manera sobresaliente todo lo escrito en estas páginas; estas son, sin duda, uno de los puntos álgidos del libro.  Dividida en doce capítulos, la escritora desarrolla una historia repleta de momentos que pasan de la terrible crueldad a la ternura más sentida. Esto es, a mi entender, lo primero que destacaría del libro, no tiene momentos intermedios; las subidas y bajadas son las propias de un tobogán en el que vas a mil por hora. Un punto a favor de la autora ya que, de esta forma, te mantiene con los ojos pegados al papel esperando siempre un desenlace que no es el que tu mente pensaba encontrar.




“En el Jardín Protector” nos topamos con la relación entre una madre y su hija. Podríamos dejarlo aquí y ya está, pero, obviamente, ni las cosas son tan simples a la hora de analizar un libro, ni la relación de la que hablamos es tan sencilla como puede expresar dicha definición. Al igual que muchas madres, la jardinera sacia la curiosidad de su hija contándole relatos sobre el jardín que rodea la casa donde habitan. Así también la intenta proteger de todos los males que habitan más allá de dicho jardín. Para ello le habla de ciertos personajes entre l@s que destacan un pintor que se enamoró del brillo de las rosas, un@s amantes que fueron separad@s por un puente y acabaron metamorfoseándose para encontrar la pasión y much@s otr@s que perturbarán los sueños de la niña durante años.



Poco a poco, los cuentos que sirven de consuelo y explicación a la cría acaban transformándose en una realidad que esta observa desde la ventana de su habitación a lo largo de una noche en la que la luna se para a contemplar el jardín creado por su progenitora. Es en este pasaje donde reside el grueso de la obra. El lugar donde la madre pasa días y noches cuidando y atendiendo a sus habitantes es también aquel donde se desarrolla una lucha encarnizada por el poder. Con unos personajes excelentemente descritos, todo arbusto, árbol o planta que se tercie pasará a implicarse en uno u otro bando durante la contienda. Protagonistas que te pondrán los pelos de punta con sus reflexiones y te harán recapacitar acerca de la intervención humana en la madre Naturaleza. Tod@s tienen un nombre de lo más apropiado y tod@s son contemplados por la niña a lo largo del combate. La pequeña siente lo que sus ojos presencian como la más nítida de las verdades, a pesar de lo momentos que pueda sentir como oníricos, las voces, gestos, amenazas y sufrimientos son vividas con tanta certeza por ella que, incluso, intenta más de una vez intervenir en la acción para asegurarse de que es así.




L@s que se deleitan con los cuentos y relatos, los mismos que no pasan de ser meras pamplinas para otr@s much@s, encontrarán en esta obra una más que añadir a su gusto por princesas, reinos gobernados por alguien consciente de su perversidad, traiciones amorosas impuestas a favor de la libertad y la victoria, esperanzas, reflexiones profundas, desilusiones y mucho suspense. Celia, Ácaro o el rey Zahar, junto al viejo Darío, os transportarán a un mundo repleto de belleza y atrocidad, tantas como la propia Naturaleza puede encerrar en un jardín donde su creadora debería permanecer como mera espectadora. ¿Es realidad todo lo que la pequeña presencia esa noche que la luna permanece estática sobre el jardín de su casa? Descúbrelo en las páginas de este fabuloso libro donde acabarás atrapad@ no solo en su trama, también en la clase y elegancia con la que Mely la desarrolla. Y recuerda que hay sueños que nunca se olvidan.




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