El cuarto álbum que se han currado Jean Yves Ferri y Didier
Conrad de las aventuras de Astérix, Obélix, Ideafix y sus vecinos lleva por
título “La Hija De Vercingétorix”. En primer lugar, os diré que, para este
seguidor de los personajes de la aldea gala más famosa del mundo desde su
infancia, la labor de estos dos autores sigue siendo espléndida. No debe ser
fácil el trabajo que están llevando a cabo, pero solo por lo que aportan para
que esta saga siga en pie deberíamos quitarnos el sombrero. En esta entrega, la
número 38 ya desde aquel lejano “Astérix El Galo”, hay un montón de novedades y
alguna pequeña picia que comentaremos a continuación. Para aquell@s que aún no
estéis al tanto de quiénes son Ferri, guionista, y Conrad, dibujante, tan solo os
contaré que son dos autores franceses asesores personales de Uderzo, ¿a este
también hace falta presentarlo? El primero es de origen argelino y el segundo
nacido en Marsella. Supongo que el trabajar codo con codo con el dibujante
original de la serie es una razón de peso y confianza para que este les haya
entregado el relevo de la misma.
Hasta la segunda página de esta entrega nadie, incluido los
famosos personajes de la aldea, conocíamos la existencia de Adrenalina, la hija
del gran jefe galo Vercingétorix, que consiguió por primera y única vez agrupar
a las distintas tribus galas para luchar contra Roma con un final bastante
escabroso, por decirlo de alguna manera. El nombre de la muchacha es todo un
acierto, sobre todo por su carácter. Ella ha estado protegida desde su infancia
por los jefes de la FARC (Frente Arverno De Resistencia Secreta) y sus hombres.
La presión de Julio César por hacerse con la chica y la torqué, collar
honorífico galo, que su padre le entrega antes de despedirse, junto a la
persecución durante años del traidor Adictoasérix, les obliga a entregársela a
Abraracúrcix y l@s suy@s como medida de protección hasta que pasen de nuevo a
recogerla para llevarla a un lugar seguro. Y aquí da comienzo todo este asunto.
Hay ciertas curiosidades en lo concerniente al gran jefe de
la Galia, entre ellas está que tod@s lo nombran en voz baja, por parte de l@s
gal@s, o con referencias a su nombre, por la de los romanos y el traidor. Otra
sería el desconocimiento por parte de Obélix de la existencia de Vercingétorix,
cosa rara después de la famosa aventura de “El Escudo Arverno”. Sea como fuere,
está claro que la presencia de Adrenalina va a revolucionar la vida “calmada”
de la aldea. Creará conmoción no solo por ser quien es, sino por negarse a
vestirse como las demás mujeres del lugar y conectar rápidamente con l@s
jóvenes y adolescentes del mismo. Aquí se encuentra el gran acierto del cómic
pues, de esta forma, Ferri Y Conrad hablan por primera vez de la siguiente
generación perteneciente a este sitio. Entre tod@s destacan Surímix y Sélfix,
hijos de Ordenalfabétix, y Félfix, el retoño de Esautomátix. Se puede decir que
tod@s ell@s son los verdaderos protagonistas de esta aventura. Las tensiones
propias entre padres e hij@s se ven reflejadas en la creatividad de Félfix o la
negativa a obedecer de Surímix, además de sus ideas respecto a la naturaleza o
la contaminación que no entran en los parámetros de sus antecesores.
Adrenalina tiene la mala costumbre de escapar debido a su
sentimiento de culpa por crear problemas y tensiones allá por donde pasa. En
una inusitada asamblea con l@s demás jóvenes celebrada en la cantera de Obélix intenta convencerl@s para que le ayuden en su propósito. Est@s acceden y ella
lo logra topándose de lleno con otro grupo de personajes sin los que esta serie
no sería lo que es, los piratas. Siempre perseguida por el traidor Adictoasérix,
conseguirá convencer a la tripulación del barco, que anda borracha como una
cuba después de haber asaltado un barco fenicio, para que la apoyen en su huida.
Las canciones que entonan no tienen desperdicio. Después de confesar su
complicidad, Félfix y Surímix son obligados a unirse a Astérix, Obélix e
Ideafix en el viaje de rescate de la chica. Se toparán y aliarán con los
piratas en la lucha contra un gran barco romano que intenta llevar a Adrenalina
ante el César con el consabido resultado de la misma, a pesar del uso del
corvus. Esta parte es, en mi opinión, lo mejor del cómic por su dinamismo, los
diálogos y la trama del momento. Como era de prever, la vuelta a la aldea
confirma el éxito de la operación. Allí, los miembros del FARC están esperando
a Adrenalina para llevarla a “buen puerto”, pero ella conoce a Leitbix y todo
tomará un rumbo totalmente distinto.
Espero que sea un error de traducción el hecho de nombrar mal
al bardo de la aldea así que ese detalle lo pasaré por alto, sobre todo porque
lo referente a los nuevos personajes y su manera de entender el mundo, las
ideas respecto al resultado de tomar la poción, el asociacionismo de piratas y
galos, los consejos no violentos de Panorámix, otra cosa es que se lleven a
cabo, la obsesión por la romanización o la creación de cierta prenda para la
cabeza por parte de Félfix, entre otras
cosas, imprimen a esta nueva aventura algo imprescindible en cualquiera de
ellas, singularidad con respecto a las demás. Gracias, muchísimas gracias, a
Ferri y Conrad por conseguir que este fan acérrimo de Astérix y l@s suy@s siga
emocionándose después de tantos años.
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