Estaba claro que el cartel potente del
Leyendas era el del viernes a pesar de que la jornada del sábado estuviera
constituida por bandas tan grandes como Accept, mi principal razón de
asistencia este año, Lujuria o Ñu. Se notó que había un pelín menos de gente
pero eso no importó para que aquello siguiera siendo una gran fiesta que es de
lo que se trataba, al fin y al cabo.
Llegamos al recinto un pelín más tarde
que el día anterior aunque para el primer concierto de los escenarios
principales ya estábamos allí. Nunca he sido muy seguidor de Beethoven R. es
más, siempre me han parecido un poco ridículas sus letras pero como comienzo de
jornada no estuvo mal. No les presté atención ninguna. Me dediqué a mirar por
los puestos y así comprar algún recuerdo y regalo. Después de estos menesteres
me fui para el escenario “pequeño” a ver a Oker. Todo el mundo habla de la
banda madrileña y no les falta razón. Es verdad que es un grupo cañero en
directo y la voz de su cantante Xina es espectacular recordando a veces a otra
de las grandes voces femeninas estatales pero creo que si cambiaran un poco de
temática en sus letras no les vendría mal. Todo el rato hablando de lo mismo
hace que su concierto acabe siendo un poco repetitivo. A pesar de esto y la
poca movilidad de su guitarra solista, Álvaro Destroyer, parece una estatua el
tío, dieron un buen recital con una gran asistencia de peña. Les deseo lo mejor
porque futuro tienen, eso está más que visto.
Volví a los escenarios principales donde
estaban actuando Picture en esos momentos. Fue verlos en el escenario y venirme
a la mente un montón de recuerdos. Nunca los he seguido en exceso pero lo de
escucharlos es otra cosa. Creo que cualquiera de mis colegas de aquella época tenía
sus famosas cintas de mercadillo en casa o en el coche así que de vez en cuando
no quedaba otra cosa que llevárselos al oído. Simpáticos, muy simpáticos y de
un buen rollo total. Los holandeses dieron un concierto plagado de temas de
puro Heavy. Se les veía muy a gusto en el escenario y la reacción de los allí
presentes hizo que su show fuera uno de los más comentados del día. Buen momento
compartido con amigos de Madrid, Talavera de la Reina y Rentería. Es lo que
tienen los festivales, que te encuentras con peña que conoces de mil sitios,
eso es también parte de su encanto.
Momento para el señor Óscar y sus Lujuria.
Nunca será el mejor cantante del mundo pero lo suple con esa actitud y carisma
que tiene. Nos ofreció, además de otro de sus modelazos en directo, si el año
pasado fue de blando impoluto este lo hizo de dorado filón, una lista de
canciones que cantamos una detrás de otra, desde el comienzo con “Sexurrección”
hasta la versión de los argentinos V8 “Destrucción”. Gran actuación con
momentos inolvidables como los vividos durante “Cae La Máscara”, cada vez me
gusta más este tema, dedicada a su guitarrista Julito que no pudo estar por
problemas graves de salud, le daría un fuerte abrazo además desearle todo lo
mejor, y fue sustituido por un colosal Manuel Seoane, “Cuando Caza La Pantera”,
“Joda A Quien Joda”, lo dicho, que se rasquen los que no nos quieren ver, “Estrella
Del Porno” y el que será de aquí en adelante el himno del festival, “Leyendas
Del Rock” con la colaboración en escena de Marcos Rubio, organizador de este y
otros muchos festivales del estado y al que el Rock estatal, en todas sus
vertientes, debe mucho. Recuerdos para los asistentes latinoamericanos con
banderas incluidas, discursos propios de Óscar donde no deja títere con cabeza
y vaciladas varias tanto a tíos como a tías. Un concierto de Lujuria es eso,
buen rollo con crítica social y política si cortarse un pelo. Leyendas sin
Lujuria no sería lo mismo.
Sé que para muchos Belphegor era uno de
los platos fuertes de este Leyendas pero nunca fui un gran seguidor del Death
con lo que seguí pasando el tiempo con amigos, chalando con los la peña por los
puestos y descansando por esas pedazos de instalaciones que tenía el festival
este año. Reconozco que llenaron y me parece de puta madre que este estilo
tenga tantos acólitos, eso significa que el Rock sigue creciendo en variedad y
calidad. Y en estas llegó la primera sorpresa de la tarde, Ensiferum. Que sí,
que lo del Viking Metal está ya más que visto y que sus letras y música pueden
resultarte un poco coñazo pero lo de estos finlandeses fue de órdago. De pronto
aquello se llenó de peña saltando, bailando y gritando sus canciones hasta
desgañitarse. Sin duda fueron uno de los grupos que más contactaron con el
público ese sábado. Fue tal la juerga que se montón con batallitas de
empujones, bailes folk y demás que era imposible estarse quieto. Guitarras al
límite con una sección rítmica compacta y la increíble aportación de Emmi
Silvennoinen a los teclados hicieron que el elenco de temas con los que nos
deleitaron, como “Twilight Tavern” o “In My Sword I Trust”, acabaran por hacernos pasar uno de los ratos
más divertidos del festival. Los tendré en cuenta para ponerlos en los próximos
Rock/Bear.
Moviéndonos poco a poco de izquierda a
derecha fuimos tomando posiciones para acabar con Ensiferum y esperar lo que,
para mí, fue la actuación del Leyendas. Reconozco que no puedo ser muy objetivo
con una de las bandas que más me gustan de este rollo pero tampoco hace falta
serlo porque el concierto de Accept se recordará por todos y todas los
asistentes a este evento. Era la cuarta vez que los veía, la primera en el ya
lejano 86 en el mítico pabellón del Real Madrid con Dokken, pero esta ha sido
la primera ocasión de ver a Mark Tornillo en escena. Tengo que decirlo, si ya
en sus dos últimos discos no eché nada en falta al gran Udo en directo ni me
acordé de él. La incorporación de este tipo ha sido más que un acierto. Tiene una
gran voz que unida a su buen estar y gancho en el escenario hacen que la banda
teutona vuelva a colocarse donde se merecen. Es evidente que esas guitarras de
Herman Frank y Wolf Hoffmann, está que se sale con una sonrisa de oreja a oreja
durante todo el show, y esa pedazo de base rítmica con un aporreador como
Stefan Swarzmann y Peter Baltes a las cuatro cuerdas, imprescindible alma del
grupo, también tiene mucho que ver. Las nuevas canciones de sus dos trabajos
con Tornillo no desentonan en ningún momento, es más, algunas de ellas ya
forman parte de los clásicos del grupo, “Teutonic Terror”, “Pandemic” o “Stalingrand”,
por ejemplo, siendo cantadas y festejadas casi tanto como “Princess Of The Dawn”
o “Metal Heart”, otro tanto a favor de esta nueva etapa. Empezaron a muerte con
“Hung, Drawn And Quartered” y de ahí hasta el “Balls To The Wall” fue tralla
con todas las letras. Grandes momentos cuando cayeron alguna de su ya conocidísimos
temas como los referidos anteriormente o durante el incombustible “Fast As A
Shark”. Compañeros y compañeras del Metal, Accept ha vuelto para quedarse, con
formación renovada y energía para parar lo que se le ponga por delante. Si
otras bandas reconocidas del género tienen que hacer giras tirando de temas
antiguos, tocar discos enteros del año catapúm o regrabar trabajos del año
anterior a ese, estos cinco máquinas pueden decir alto y claro que no les hace
falta nada de eso. Con seguir sacando redondos como los dos últimos y dando
conciertos como los del sábado en Villena tienen más que suficiente. Los sigo
queriendo una jartá y con lo visto allí mucho más aún.
Después del conciertazo de Accept corre
que te corre al escenario “pequeño” para disfrutar de uno de los grupos con más
solera del Estado, los vallecanos Esturión. Otro montón de recuerdos, sobre
todo con temas como “Chicas De Mala Fe”, “Vicio”, “Cantaré” y, por supuesto, “La
Guerra”. Si el año pasado me emocioné a más no poder con Rosa Negra este año
con Esturión me pasó tres cuartos de lo mismo. Son de esos grupos que piensas
que ya te va a ser imposible ver en directo pero que el Leyendas hace realidad
a tus ojos, oídos y sentidos en general. Gracias a Hispania Metal por haberles
grabado ese pedazo de recopilatorio que los ha llevado de nuevo a los
escenarios. Espero que se queden durante mucho tiempo. Muy grandes Esturión.
Mis colegas salieron pitando para los Ñu
mientras yo decidí ver de qué iban los Vhäldemar. No me arrepiento para nada de
haberlo hecho. Me tragué su actuación entera y me parecieron uno de los grupos
más cañeros de la jornada. Los de Barakaldo ofrecieron un show intenso con
canciones tralleras que pusieron el escenario “pequeño” patas arriba. Quizá la
actitud del cantante, a veces, es un poco chulesca pero por lo demás gran
concierto. Los tendré en cuenta en próximos carteles.
Salí de los Vhäldemar mientras comenzaban
a llegar a mis orejas las estrofas de “No Hay Ningún Loco” de Ñu. Fui cantado
la canción entera durante el recorrido, llegué a la barra principal cantándola
pidiendo con mímica un litro de cerveza y me pareció que estaba en una nube
porque tó dios me miraba con cara de espanto, de esos caretos que pone el
personal cuando piensa: “Este está tó colgao”, pues nada, lo dicho, no hay ningún
loco, jeje. Sólo hacía unos meses que los había visto en directo, en total se
pierde la cuanta de las veces que lo he hecho, y si en una sala pequeña como es
La machacona de Cáceres disfruté en el recinto del Leyendas, al aire libre y
con todo el arsenal de Molina y compañía, incluido el gran teclista Peter Mayr
que no tocó en Cáceres por problemas de espacio, y con el cansancio de muchas
horas en el cuerpo me lo pase no en grande, lo siguiente. Sonaron de la hostia,
Molina estaba hasta simpático y sus músicos se salieron. “Ella”, me llega al
corazón siempre esta canción, “Preparan”, con esta boté como un canguro, “Manicomio”,
“La Bailarina”, temazo, “Tocaba Correr”, más de una vez lo hemos hecho, “La
Granja Del Loco”, lo que somos de pueblo nos sentimos totalmente identificados
con su letra, o la eterna “El Flautista” me revivieron de tal forma que cuando
llegué al concierto de Zarpa iba todavía brincando por el camino. Me gustó ver
que Molina está en buena forma y que lo suyo es parte esencial del Rock potente
de este Estado, por mucho que el reniegue de ello.
Como fue habitual durante todo el
concierto cuando me acerqué a ver a los Zarpa ya habían empezado, es más,
llevaban más de la mitad de su show. Una pena porque es otro de los grupos que
me han gustado de siempre. Me sorprendió ver a un público tan joven disfrutando
de una de las bandas más veteranas del festival. Canciones de su último trabajo
como “Esto Es Heavy Metal” junto con su tema estrella “Herederos De Un Imperio”,
que fue con la que cerraron, hicieron que, con lo poco que vi, me fuera con el
mejor de los sabores de boca de esta edición del Leyendas.
Obús se quedó para sus seguidores. Los
respeto mucho pero, como he dicho en otras muchas ocasiones, hace tiempo que no
me interesan ni su autopista ni su visita de la muerte ni sus rayas. Que son un
grupo imprescindible en la historia del Heavy Estatal, no lo dudo, que a la
hora de hablar del tema hay que sacarlos a relucir, normal, y que si están ahí
es porque se lo merecen, totalmente de acuerdo, pero pa gustos… colores y los
de Obús nunca han entrado en la gama de mis preferidos. Búsqueda y reunión de
los pocos que quedábamos de nuestro grupo, bocatas y bebidas de última hora,
caminata con un montón de risas hacia el coche y pal hotel a descansar. Ha sido
un gran festival, lo hemos pasado cojonuda y ovariamente. Felicidades y
muchísimas gracias por los momentos que nos hace vivir este Leyendas Del Rock.
El año que viene más. Hasta entonces salú y cuidao con las cagadas de las gaviotas
que están con tal diarrea que lo salpican tó. Rock Forever!!!!
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