Por razones que no vienen a cuento
nuestra llegada a este Sonisphere fue justo cuando estaban terminando Tierra
Santa con lo cual poco puedo contaros sobre ellos y los grupos anteriores. El primer
concierto del que pudimos disfrutar, al menos yo lo hice, fue el de Newsted y
su banda. Supongo que no hará falta presentar a este señor de las cuatro
cuerdas aunque seguro que todavía hay algún despistadillo que piensa que es una
banda nueva. Tengo que decir que era el grupo que más expectación me había
levantado. Tenía mucha curiosidad por volver a verle en directo y para nada me
defraudó. Comenzó con el tema “Heroic” como adelanto de lo que será su ya gran
duración. A partir de aquí dio un repaso a los temas de su primer Ep. como “Soldierhead”,
cada vez me gusta más esta canción y en directo suena como un cañón, además de “King
Of Underdogs” y “Godsnake” mezcladas con alguna de sus próximas entregas como “Long
Time Dead”, buenísima, o “As The Crow Files”. Está claro que alguna referencia a
Metallica tenía que hacer y no fueron otras que el ponernos los dientes largos
con esa incursión “Die, Die, Die…” del “Creeping Death” y el final apoteósico
con “Whiplash”. Curioso que, a pesar haberlas tocado mil veces, ninguna fuera
de su época en el combo norteamericano. Decir que de seguir a este nivel y con
estos acompañantes, muy buenos los tres, Newsted nos puede dar más de una
sorpresa, una más que buena sorpresa. Como seguidor suyo desde el ya lejano “And
Justice For All…” le deseo lo mejor. Tablas y actitud para conseguirlo tiene de
sobra.
Casi sin que nos diera tiempo a hacernos
de un litro de cerveza y con el marchón aún en el cuerpo se presentaron en
escena cinco señores vestidos de monjes negros para dar paso al que llaman Papa
Emeritus II. Debo reconocer que el año pasado no los presté demasiada atención
por tocar en el escenario secundario y estar casi a la misma hora que Slayer
con lo cual en esta ocasión, y debido al bombo mediático que se les está dando,
tenía bastante interés en ellos. Pues bien, esto es mi humilde opinión, me
parecieron soporíferos. Supongo que sus seguidores estarían entusiasmados con
lo que estaban presenciando pero desde luego no creo que consiguieran muchos
nuevos adeptos con lo que se curraron en este Sonisphere. Espero que no se me
malinterprete pero esta es la opinión de alguien que ni los conocía demasiado
ni que cree que los vaya a prestar demasiada atención, visto lo visto. Me parecieron
lineales y excesivamente teatrales. De verás que no sé de dónde se saca el personal esas comparaciones con
Mercyful Fate o King Diamond. Todo el mundo me dice que es en lo referente a la
actitud. Ante esto no puedo decir nada porque no he visto en directo a King
Diamond con los Mecyful Fate, qué más hubiera querido yo, ni a él en solitario,
con lo cual no puedo comparar pero siendo un gran seguidor de ambas bandas yo
no vi nada de ellas en el directo de Ghost. No puedo decir más, deseo de todo
corazón que aquellos que flipan con estos suecos salieran flipando más aun.
Y señoras y señores… llegó el plato
fuerte del festival. Ni más ni menos que los grandísimos Iron Maiden. Venían retomando
la gira su disco “Seventh Son Of The Seventh Son” plasmada en el mítico vídeo “Maiden England”. Con algunos cambios en el
set list, muy buenos para mi gusto, esto fue lo que pudimos disfrutar, con un
montaje más moderno, evidentemente. El hecho de encontrarnos en casi todo el
mogollón del lado derecho del escenario hizo que no me percatara de si sonaron
mejor o peor que en otras ocasiones. Unos dicen que sí otros que no pero, sea
como fuere, lo que vivimos en este concierto fue una increíble conexión entre el
grupo británico y el público. Desde los primeros acordes de “Moonchild”,
incluso sonando el previo “Doctor, Doctor” de UFO, hasta los últimos de “Running
Free” la peña no paró de saltar y corear no solo las letras sino todos y cada
uno de los acordes y solos de la banda. Impresionante, de veras, me lo pasé en
grande con ellos y eso que esta es como la décima vez que lo veo. Se les veía
con entrega, como la mayoría de las veces, no pararon de correr y brincar en
todo momento y Dickinson estuvo bastante bien en cuanto a voz. Tuvimos nuestras
raciones de Eddie, como siempre, y una puesta en escena apabullante, como los
momentos de “The Number Of The Beast” o la propia “Seventh Son Of The Seventh Son”.
Es evidente que con ese elenco de temas que nos metieron entre pecho y espalda,
lo siento pero yo soy de los que prefiere “Afraid To Shoot Strangers” a “Infinite
Dreams”, no pudiéramos parar de brincar como si fuera la primera vez que los
veíamos, que para muchos y muchas lo sería. Destacaría el hecho de ir a saco
con los temas, a piñón fijo que decimos por estos lares, pues Bruce no nos dio
ninguna de sus ya conocidas charlas excepto en la presentación del ya citado “Afraid
To Shoot Strangers”. Las canciones iban cayendo una tras otra y cuando no nos
habíamos repuesto de “The Prisioner”, bestial, ya nos estaban metiendo pal
cuerpo “2 Minutes To Midnight”, si nos dejaban baldaos con “Fear Of The Dark”,
otra imprescindible, con “Iron Maiden” te ponían los pelos como escarpias. Esa fue
la tónica del concierto, trallazo tras trallazo, un sin parar que hacía parecer
aquello, en este sentido, un concierto de los Ramones más que de Maiden. Serán quienes
sean, te molaran más o menos, sus últimos trabajos gustarán poco o mucho pero
son Iron Maiden y con finales con temazos como “The Evil That Men Do” y “Running
Free” demuestran que si están donde están es por algo. Nadie les ha regalado
nada y sus seguidores, entre los que me cuento, les damos las gracias mil y una
vez por estos, y otros buenos, momentos.
Quizá lo peor fuera que los Maiden
tocaran tan temprano porque se notó que el personal estaba un poquito derrotado
para lo que aún se nos venía encima, que no era poco, por cierto. Soy un gran
admirador de Anthrax desde hace mil. Siempre me han parecido una banda muy
honesta, sin excesivas pretensiones, no más que las que se merecen, que son
muchas, y con la alegría y el cachondeo como maraca de la casa, sin faltar la
seriedad en sus letras y temas, obviamente. Partieron con uno de sus clásicos, “Among
The Living”, dejando claro que a pesar de lo que habíamos vivido con
anterioridad, no se iban a achicar en ningún momento. Siguieron dando caña con
otros dos de sus temas míticos como son “Caught In A Mosh” y “I Am The Law” con
los que aquello ya empezó a tomar forma. A parte de sus canciones nos
deleitaron con varias versiones como el T.N.T. de AC/DC, muy bueno ese final
con el guiño al “Back In Black”, si es que son unos cachondos, “Got The Time”,
siempre me encantó este corte, una parte de “Raining Blood” homenajeando al reciente
desaparecido Jeff Hanneman y, por supuesto, el “Antisocial”, imprecindible ya
en su set list y con la que dieron por finalizado su show. Entre medias cayeron
“Indians”, mi preferida de siempre, “In The End”, homenaje a Dio y Darrell, o “Fight
´Em ´Til You Can”. Muy buenos los Anthrax. Uno de los mejores momentos del
festival sin duda alguna. Son de esos grupos que pocas veces fallan por no
decir ninguna.
Después vino lo que fue para mí la
sorpresa del Sonisphere. A ver, he visto a Megadeth otro montón de veces, la
última vez también en este festival, pero lo que me encontré el pasado viernes
en Madrid me agradó y mucho. Creo que después de Maiden, y sin poder decir nada
de Avantasia como os contaré luego, fueron los que mejor puesta en escena
tuvieron. Esas proyecciones con esos colores e imágenes nos quedaron a la
mayoría con la boca abierta más de una vez. Muy a pesar de que Mustaine me
parezca un bocazas con ideas políticas y sociales que no comparto debo
reconocer que como músico es grande y el otro día lo demostró. Si es que estaba
hasta gracioso y todo, nunca le había visto bromear tanto, incluso cuando se
despidió hizo el ganso. Grandes temas de una gran banda en eso resumiría este
show. Desde el principio con “Trust” se veía que aquello no iba a decaer a
pesar de la hora y el momento de la actuación. “Hangar 18”, qué pasada, fue el
segundo zarpazo al que siguieron como una avalancha “Kingmaker”, “Public Enemy
Nº 1”, “A Tout Le Monde”, unos de los momentos álgidos como no podía ser, y “Countdown
To Extinction”, esta fue una muy grata sorpresa. Puede que la cosa decayera un
poco en los temas siguientes, no demasiado, pero para solucionarlo nada mejor
que “Symphony Of Destruction” y “Peace Sells…” seguidas.
Se fueron y volvieron para dar por terminada la actuación con una tremenda “Holy
Wars” que no pasa de moda porque, muy a pesar nuestro, la guerra nunca lo hace.
Extraordinarios Megadeth, ojalá siguen con esta actitud que ya hacía falta que
se quitaran un poco el cabreo que arrastran desde hace años.
Siento deciros que no asistí al que
dicen fue el mejor concierto de la noche. No soy un gran seguidor de Avantasia
pero no me hubiera importado verlos, ya que estaba allí lo habría hecho con mucho
gusto, pero se presentó la alternativa de volver a Madrid en coche sin tener
que esperar al metro y demás inconvenientes y no nos lo pensamos dos veces. El frío
y el hambre mezclados con el cansancio pudieron más que seguir allí. Juan, nos
salvaste la vida ofreciéndote a llevarnos hasta nada menos que Cibeles desde el
Auditorio, mil gracias por ello. Hasta aquí esta intensa crónica. Ya estamos a
la espera de la nueva edición. Espero que, como mínimo, lo pasemos tan bien
como en esta. Hasta pronto Sonisphere!!!
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