Historias sobre inmigrantes en Estados
Unidos se han escrito miles. Historias de gentes venidas allende de los mares,
otras que atraviesan desiertos, aquellas que nunca consiguen llegar más las de
esas que, una vez allí, se desmoronan. Gentes que llegaron empujados por las
desgracias, el hambre, la miseria, las guerras y también la esclavitud. Personas
que aun siguen llegando por centenares, pues la historia de ese país va
creciendo día a día con todas estas vivencias. Entonces, qué tiene de especial “Gone
To Amerikay”. Por qué hay que hacer referencia a este cómic cuando es algo que
conocemos bien tanto por el cine como por la literatura. Esa será la finalidad
de este artículo, convenceros de que tiene ese toque de cierta exclusividad.
El guionista norteamericano, residente
en California, Derek McCulloch tiene una carrera repleta tanto de novelas
gráficas como de obras de teatro, cómics o libros para niños. Para este trabajo
se ha unido a una gran dibujante de la talla de su compatriota Collen Doran. Puede
que a muchos no os suene de nada el nombre de esta mujer pero si os digo que ha
trabajado para grandes como Neil Gaiman o Clive Barker la cosa cambia, seguro. Para
cerrar el círculo de esta obra tenemos al colorista español José Villarrubia
del que me declaro un gran seguidor no por fanatismo sino porque con cada
trabajo que colorea me demuestra que vale la pena serlo. Estas tres mentes ya
de por sí dan a este cómic un sentido único pues las letras de Derek dibujadas
de manera espectacular por Doran más los colores de Villarrubia hacen de “Gone
To AMerikay” una bomba, en el mejor sentido de la palabra.
Siempre me gustaron las historias que
parecen carecer de cronología. Digo parecen porque en realidad son como un gran
rompecabezas que tienes que ir construyendo a la vez que vas leyendo. Eso es
este cómic, o así lo he sentido yo. Como dije antes, puede que la trama en sí
no sea nada novedosa pero la manera de contarla entra dentro de esos
parámetros. Relatar las etapas más importantes de la vida de tres personajes
que, sin saberlo, están relacionados entre sí con un margen de tiempo bastante considerable entre sus vidas, sobre
todo entre los dos primeros, sin que te haga perder el más mínimo interés en lo
que estas leyendo es algo que muy pocos consiguen. Para mí es ahí donde esta la
clave de este trabajo. Ciara o´Dwyer, una inmigrante irlandesa cuya sola historia
ya valdría para hacer el cómic entero, está relacionada con Johnny de Galway,
alguien con un talento especial para componer música, y Lewis Healy, un
adinerado en busca de la historia de su canción preferida. Estas son las piezas
esenciales de este rompecabezas. Evidentemente hay muchas más que van
rellenando el tablero hasta conseguir ese gran cuadro que es “Gone To Amerikay”.
Como cualquier buena obra que se lleve a cabo hay fichas de traición, otras de
mentiras pegadas a las de alegrías y magia mientras algunas rebosan de pura y
dura realidad mezcladas con fortuna además de una gran dosis de luchas
personales.
Como decían en aquel famoso concurso
televisivo de nuestra infancia: “Hasta Aquí Puedo Leer”. Si realmente os molan
los cómics digamos históricos aquí tenéis uno de los buenos. Que sus personajes
sean reales o no, que salgan o no de la mente privilegiada de un autor, de los
lápices de una gran dibujante y de los colores de uno de los grandes puede que
sea importante pero lo realmente esencial es que “Gone To Amerikay” se ha
escrito, dibujado y coloreado muchas, muchas veces en la historia de Estados
Unidos y, por suerte o desgracia, se sigue haciendo.
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