En primer lugar quiero volver a
recalcar la necesidad de que se siga escribiendo e investigando sobre un conflicto
tan sumamente brutal, al igual que todos los conflictos, como fue la Guerra
Civil española. Puede que hayamos leído o visto, en películas o documentales, a
muchos y muy diferentes protagonistas de dicha contienda pero yo, al menos,
nunca me había fijado en todos aquellos y aquellas buscavidas que también sobrevivían
durante a esos terribles años.
Sobre los autores os diré que el
guionsta, Robin Wood es paraguayo
mientras que el dibujante, Carlos Pedrazzini nació en Argentina. Que ambos
tienen un largo bagaje en el mundo de la historieta y que, sin duda alguna, el
gran acierto de esta obra es la elección de su personaje principal, Joan. El protagonista
tiene claro desde el principio cual o cuales son sus objetivos durante el
tiempo que acontece la guerra. Desde su pequeño pueblo natal en la Cataluña profunda
hasta su intento de vuelta a Barcelona todo se desarrolla con un mismo
objetivo: sobrevivir sacando el mayor beneficio posible.
Sus andanzas comienzan, como he
dicho antes, en una aldea pequeña donde se alía con viejos compañeros de
fechorías para saquear a los muertos en las batallas cercanas. Con mejor suerte
que sus compinches, y con cierta ayuda femenina, consigue salvarse del fusilamiento por parte
del bando nacional una vez que son descubiertos. Sin afinidades políticas
concretas y con el dinero como centro de su cerebro no tarda en alistarse a las
filas de dicho bando del cual desertara con un camión lleno de armas para
pasarse al bando republicano. Deserta porque sabe que la presión de los
republicanos sobre la aldea hará que tarde o temprano caiga en sus manos y, por
supuesto, tampoco quiere acabar en un pelotón de fusilamiento de este otro
bando. Pero lo que realmente hace que dé ese paso es su interés en llegar a
Madrid. Con ciertos dotes de Don Juan, el papel de las mujeres en la obra es
crucial, y con el sambenito de héroe es trasladado a la capital del estado
donde comienza a hacer contactos con el hampa de la ciudad y negocios un tanto
escabrosos. Se une a la banda de “El Sapo”, hace negocios para él con cierta
autonomía y acaba independizándose de una manera digamos un tanto peculiar. Todo
esto tendréis que descubrirlo por vosotros mismos.
La banda de “El Sapo” tiene por
enemigos a Los Gitanos. Como en toda buena novela de mafias siempre hay dos
bandos que luchan por el territorio y los negocios. Las cosas no salen
demasiado bien y acompañado de su inseparable socio “El Rata” tiene que salir
por patas de la capital con la intención de llegar a Barcelona. Durante el
camino se convierten en falsos curas para salvar el pellejo pero de nuevo son
descubiertos y salvados por una mano femenina. Joan es un personaje con pocos
escrúpulos, que sabe cómo manejar a las mujeres para su propio interés, aunque
realmente son ellas las que le utilizan para uno u otro fin, y que, al igual
que los que sufrieron la guerra, se pasa todo la contienda huyendo. Huyendo de
sí mismo, de su madre, de uno u otro bando y de sus propios negocios.
El trasfondo de todo esto es la propia guerra,
sus miserias, los que defienden una u otra causa, aquellos que sufren hambre o
calamidades por encontrarse en un lugar u otro del país, los bombardeos, las
sirenas y los refugios. A veces no reparamos en que detrás de todos estos males
siempre hay alguien que, de algún modo, saca tajada, gente a la que no le
importa lo que se defienda, gente que hacen negocios de esto a lo que llaman
guerra. Pero yo pregunto: ¿Es Joan tan diferente de muchos de los que sufren
dichos conflictos? Al fin y al cabo cualquier guerra tiene un trasfondo
económico, por mucho que nos cuenten que se defiende ideas y razones, siempre está detrás el dinero, y en todas
ellas lo importante es sobrevivir. Se lucha por sobrevivir en los frentes, en
las ciudades o en las trincheras. Se hacen trapicheos con cualquier cosa y
objeto, incluyendo las personas, los propios soldados acaban siendo meros
objetos de sus superiores que nunca irán al frente. En conclusión, se trafica
con todo y con todos. No es mi intención entrar a calificar si la actitud de
Joan es la correcta o no pero desde luego sí que tengo que decir que tener las
cosas claras en una contienda como fue esta es ya un logro y no renegar de
ellas un triunfo. En este caso él sabe lo que quiere y dónde conseguirlo. Si más,
dar las gracias a Robin y a Carlos por su obra y por sacar a la luz a este tipo
de gente que también sobrevivieron, o no, a la guerra.
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