miércoles, 3 de agosto de 2011
Texto Mandrílico Agosto
ADIOS, KOBA
Hasta el último de mis sueños se ha cumplido. Me siento orgulloso de que todo Moscú y parte de todas las Rusias hayan venido a despedirse de mí. ¡Obligad a la gente a aplaudir! Ya sabéis que siempre me gustaron los aplausos. Que no cesen hasta que mi comitiva desaparezca al final de cada avenida. Que me honren con la pompa que merece el salvador de Europa del nazismo y creador de la gran patria rusa.
La idea de la urna de cristal y la momificación me parece excelente, así podrán adorarme como el zar y supremo dirigente que fui. ¿Pero, quién eres tú? Te reconozco, he caminado a tu lado, aunque nunca te miré a los ojos. Yo soy aquella a la que irónicamente llamabas tragedia. Mira detrás de mí, estos son las estadísticas. No consigo ver nada. Solo noto cómo el cristal de mi féretro se vuelve cada vez más opaco. Entonces es que los empiezas a ver, no hay duda. Estás llegando a las puertas de los cementerios, a las celdas de las cárceles, a los barracones de los gulags y a las profundidades del mar del Norte. Aquí te presento a los millones de niños que sucumbieron de hambre mezclados con los que, con a penas doce años, condenaste a muerte. Observa, le siguen en marcial desfile los soldados que te dieron la victoria sobre los fascistas a los que se han sumado los que asesinaste por caer prisioneros y los que se suicidaron después. A ti que siempre te gustaron los desfiles, no tendrás queja de este. Señora, no conozco a nadie de esta gente. No te preocupes, ellos te conocen a ti, te conocen todos y cada uno de ellos. Tal vez prefieras saludar a los trabajadores y campesinos moribundos o mejor aún a los harapientos que tienes a tu derecha. No consigo ver nada. El cristal de mi ataúd se ha vuelto negro del todo. Mejor, así tendrás frío, oscuridad, espacio y, sobre todo, tiempo para conocerlos. ¡No me puedes abandonar rodeado de extraños! Adiós, Koba. Te dejo en compañía de veinte millones de seres que se levantarán cada mañana para prepararte el banquete cada noche. Te invitarán a terror, miedo, chinches, canibalismo y miseria. ¿Por qué? Tranquilo, nos tienes también a nosotros, somos los cientos que han muerto esta mañana asfixiados en tu marcha final. Si te preguntas porqué es que realmente eres el invitado de honor en esta, tu infinita fiesta.
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