Esto de publicar enciclopedias o como lo queramos llamar
acerca del Heavy o el Metal, como también lo quieras llamar, no es nada nuevo.
Sí que es verdad que puede que sea una de las pocas veces que se hace a través
de las viñetas. Aún recuerdo la primera vez que me encontré con algo parecido
en dos especiales que sacó la revista Disco Express años ha. La Heavy Rock,
ahora la Heavy, hizo lo propio con las páginas que dedicó durante años a
bandas guiris y estatales. Popular 1 tampoco se quedó atrás, y hasta sacó
un especial sobre Thrash Metal donde incluyeron a Stryper, pa flipar. Pero no
voy a ponerme en plan tiquismiquis con estas y otras publicaciones, sobre todo
porque, en general, lo hicieron y lo siguen haciendo de puta madre, y yo sigo
siendo un fiel lector de estas dos últimas. Así que con estos antecedentes y
otros parecidos, Metal, La Novela gráfica, Una Revolución De Sonido Y Furia,
toma ya con el titulito, me tenía más que intrigado desde que la vi anunciada.
La cuestión es que, en general, me ha gustado este cómic,
empezando por la portada del francés Grègory Lê, muy conseguida, siguiendo por
el prólogo, donde ya dejan bien claras las posibles deficiencias con las que
nos vamos a topar, y la distribución de los distintos estilos del Metal. Todo
esto sin olvidar la gran labor del elenco de dibujantes que dan forma a esta novela
gráfica. Guionizada por el también francés Fabrice Rinaudo, traducción de
Ezequiel Martínez Llorente y maquetación de Marie Berginiat, estas páginas
echan andar con el ya referido prólogo, al que le sigue, como primer capítulo,
no podía ser de otra manera, el apartado dedicado al Heavy Metal. Con dibujos
del argentino El Toreh, este capítulo se centra en Iron Maiden como banda
referente del estilo, todo un acierto. Pasadas las viñetas, nos topamos con la
que va a ser una parte esencial de estas páginas. Es la dedicada a hablarnos un
poco de la historia de cada uno de los estilos que se van a tocar, a la vez que
trata, en pequeñas secciones, de los referentes del mismo, la parte musical y
técnica por la que sobresale, esto me ha encantado, un concierto destacado, las
perlas de, donde se recuerdan a ciertas bandas no tan famosas, pero sí
influyentes o actuales, y una lista de la discografía indispensable hecha, en
su mayoría, con mucho acierto.
El francés Will Argunas es el encargado de dar forma a la
siguiente parte dedicada al Thrash Metal, donde se nos habla del paso y la
siguiente despedida de Dave Mustaine de Metallica, algo que much@s conocemos de
sobra, pero que siempre está bien contar. Y aquí te encuentras con el primer
desliz, y no es por joder la cosa, que ya digo que está muy conseguido todo, es
más bien como crítica positiva. A ver, cuando Metallica se marcha a NY para la
grabación de su primer disco ya estaba en sus filas Cliff Burton. Con lo cual,
en la viñeta donde se manda a la mierda a Mustaine no sé qué pinta Ron McGovney.
En cuanto a la parte de la historia del estilo, el concierto referente y demás,
sobresaliente.
La ilustradora francesa Anne Royant es la encargada de
adentrarnos en el oscuro mundo del Death Metal. Lo hace con unas viñetas
bastante Gore, muy propias para hablarnos de este género, donde una familia
busca alimentarse de la humanidad para impedir su propio fin. Muy buena la
parte de la historia y demás, sobre todo lo referente a las características
técnicas de este estilo. Y del Death pasamos al Black Metal, donde el galo Jörg
Maillet es el encargado de dar forma a unas viñetas en blanco y negro
impregnadas de la historia del nacimiento de este género y todo lo relativo al
incidente acontecido en el seno de los primeros Mayhem. Como arte esencial, en
el apéndice posterior a las viñetas se hace referencia al Corpse Paint.
No nos bajamos de los sonidos potentes y avanzamos con la
sección dedicada al Grindcore y su Pestazo a putrefacción. Aquí nos
volvemos a topar con Anne Royant al dibujo. La francesa vuelve hacer gala de
todo un alarde de Gore en las apenas tres páginas que se curra. Una gran labor,
sin duda, donde no faltan elementos como la excreción de pus, las cavidades
carbonizadas y el masticados de cuchilla oxidada, por nombrar algunos. Como
referente en la parte posterior nos encontramos con mis queridos Napalm Death,
entre otros grupos.
Damos un salto cualitativo y nos plantamos en las casillas dedicadas al Glam Metal, un estilo tan amplio como cualquiera de los nombrados hasta ahora y los que se van a nombrar de aquí en adelante. La encargada de dar forma a las viñetas es la francesa Éloïse Héritier y nos cuenta todo lo acontecido con el asunto, hipócrita a más no poder, de la famosa etiquetita del Parental Advisory, así como la intervención de Dee Snider, un grande donde los haya, en el juicio que le cayó encima a los Twisted Sister por todo este asunto. Con lo que no contaba este atajo de mojigat@s es que, como ya se sabe, la mala publicidad siempre es más efectiva que la buena, sobre todo si se trata de atraer la atención de l@s jóvenes. El apartado posterior al cómic es uno de los que más me ha gustado porque, he de reconocer, que siempre he sido un gran fan de todas las bandas que se nombran, de algunas más de este estilo también.
Nuevo salto, esto va de dar brincos, y nos encontramos con el
Speed Metal, donde el dibujante Grégory Lê da todo el protagonismo al gran
Lemmy como referente del género. Me ha gustado mucho la alusión a la Muerte y
su conversación con el bajista dentro de unas viñetas con un color y un trazo magnífico.
Otro gran acierto, no es que los demás no lo sean, simplemente que este también
me ha gustado un poco por encima de los otros, es el trabajo de François Foyard
en el apartado del Power Metal. A través de unas viñetas en las que los
personajes principales son una familia rockera, el ilustrador francés saca a
relucir la pasión que el hijo siente por Manowar y su terrible decepción con
los norteamericanos después de lograr ir a Wacken para verlos en directo.
El Stoner, el Doom y el Sludge se nos ofrecen en el mismo
paquete mediante la labor del ilustrador galo Martín Texier. Todo parte de las
generator parties. Unas fiestas que reunían en el desierto a cientos de fans
para disfrutar de una música que, en esos momentos, no era accesible para los
locales colindantes. Y, por supuesto, con la historia de Kyuss de trasfondo y
su sabido desmembramiento como nacimiento de otras bandas. Muy acertado el
color ocre de los dibujos en relación con todo lo desértico. Para el Metal
Gótico nos reencontramos con Éloïse Heritier, que nos ofrece la trayectoria de
Peter Steele, cantante de Type O Negative, mediante unos dibujos que poco
tienen que ver con la entrega anterior, pues aquí predominan los tonos verdes y
negros, muy buen contraste, la verdad.
Y venga con otro estilo más, en este caso el Metal Progresivo,
con la labor de Joran Treguier al dibujo y Robin Millet al color. Aquí se nos
narra todo lo acaecido con la salida de Mike Portnoy de Dream Theater y la
siguiente elección de su sustituto a las baquetas dentro del grupo
norteamericano, uno de los más destacado de las últimas décadas en este género.
El gran realismo de las viñetas, con esos tonos marrones sobre negro, es algo
muy a resaltar. Ambos autores vuelven a la carga en el espacio dedicado al
Groove Metal, ¡será por etiquetas! Cambian totalmente de registro para, a pesar
de ser esos marrones los protagonistas de las viñetas, narrarnos la historia de
Nathan Gale y su obsesión por Pantera, hasta el punto de asesinar a Dimebag
Darrell, guitarrista del combo yanki.
El dibujante Syvain, también galo, se adentra en el mundo
tanto del Metal Fusión y del Metal Alternativo. En el primer caso siguiendo la
estela de Rage Against The Machine y en el segundo de Faith No More, dos
grandísimas bandas, para mi gusto. No solo por el trabajo del ilustrador, ambas
historias tienen continuidad una en la otra. Dentro de esos tonos rojos sobre
negro, un@s viej@s rocker@s recuerdan cómo descubrieron a RATM y todo el
revuelo que estos montaron en su momento. En la segunda parte, son l@s hij@s de
est@s y sus amig@s quienes hablan en el mismo tono acerca de Faith No More. No
sé si por error de traducción o por no saberlo directamente, y aquí sí que me
pongo un poco pejiguero, he de decir que en la portada de Angel Dust de
FNM no sale una cigüeña, se trata de una garza. Hay que documentarse, que no
todo es Metal en esta vida jeje.
Con dibujos salidos de la muñeca de Antoane y el color de
Joél Odone, nos adentramos en el Metal Industrial. En estas páginas aparecen
Rammstein y la retahíla de polémicas con las que se ha relacionado a los
alemanes, desde el hecho de cantar en su idioma hasta las acusaciones de abuso hacia
su cantante. Todo dentro de unas viñetas hiperrealistas que dan una sensación
de angustia en algunos momentos. Y si los teutones están en el apartado
anterior, en el del tan denostado NU Metal aparecen los Slipknot de mano del ya
citado Grégory Lê. La historia de unos chicos de un
pueblo perdido de Iowa y su ascenso al Olimpo del Metal a lo largo de unas
viñetas que dan a entender la razón por la que el autor francés haya sido el
encargado de la portada de este cómic. De lo mejor de estas páginas,
indudablemente.
Seguimos con el protagonismo de bandas para otro apartado. En
este caso de Nightwish, pues ahora toca hablar y dibujar acerca del Metal
Sinfónico por medio del impresionante trabajo de la ilustradora gala Mayeul
Vigouroux. Aquí atendemos a la trayectoria del grupo finlandés y los cambios de
frontwoman que han tenido. Curioso, como menos, que se haya dedicado un
apartado al Metal Japonés. Entiendo, como bien se explica, que este país
siempre ha sido bastante rockero, ahí quedan las pruebas de directos míticos de
bandas como Scorpions o Deep Purple, por mencionar algunas. Pero he de
reconocer que me ha sorprendido, y para bien. La labor de Madd nos adentra en
los entresijos del grupo Maximum The Hormone y un maldito cuaderno. No es que
yo sea un especialista en Rock nipón, aunque un combo como Crossfaith me parece
de lo mejorcito que he escuchado proveniente de allí, pero que en el apéndice
posterior, y más en concreto en Los Indispensables de la discografía, no
se tenga en cuenta ningún disco de Loudness es de traca. Vamos, que Baby Metal
serán todo un fenómeno, pero discos como Thunder In The East, deberían
aparecer sí o sí en dicha lista.
Seguimos caminando en esta peregrinación por los estilos del
Metal y hacemos una parada en el Folk Y el Pagan Metal. Con una nueva aparición
de Grégory Lê a las viñetas, nos adentramos en historias de la mitología
vikinga, sus dioses y diosas y todo lo referente al tema que inspira a estos dos
géneros tan unidos. Eso sí, vuelvo a ponerme melindroso y recalco que por la
mayoría es sabido que Odín, por razones que aquí no voy a explicar, estaba
tuerto y que no tenía un solo cuervo y un solo lobo, sino dos. Cuando veáis la
viñeta del gran dios vikingo sabréis a qué me refiero. Por lo demás, otro
trabajazo del autor francés. Y para cerrar este extenso listado de estilos del Metal,
que no el cómic, nos plantamos ante el Metalcore. Y vuelve a ser Anne Royant la
encargada de hablarnos del género por medio de unas viñetas donde una pareja
hetero se reconcilia después de una reencarnación bastante Gore.
Los tres últimos apartados se salen directamente de cualquier
estilo. En el primero regresa François Foyard para hablarnos de Los Dioses
Del Metal, que, evidentemente, no pueden ser otros que los guitarristas.
Pero, en el anexo, no se quedan atrás ni bajistas ni baterías, menos mal. Eso
sí, l@s cantantes ni aparecen. Y por tod@s es sabido quién es el verdadero
Metal God. Otra grandísima entrega de color y dibujo por parte del ilustrador Rackham
Le Roux para hablarnos de algo tan importante dentro de nuestro mundo metalero
como son los conciertos y, sobre todo, los festivales. Y, claro, viniendo de
Francia no se podía nombrar a otro festival que no fuera el Hellfest. Muy buena
la pincelada en la última viñeta acerca de Astérix. Cualquier seguidor/a de las
aventuras del pequeño guerrero galo, entre l@s que me incluyo, no la pasará por
alto. Y como broche final, Chistopher se encarga de hablarnos de la forma de
vestir de l@s rocker@s, siempre un poco estándar, digamos, porque aquí cada
cual va como le sale de la punta de la nariz, a pesar de haber elementos
comunes.
Metal es una novela gráfica que aprueba con nota muy alta, pese a esos deslices ya nombrados. Hay que reconocer la gran labor de tod@s l@s autores/as que inundan sus páginas, pues no es fácil hacer lo que ell@s han llevado a cabo. Mi más sincera enhorabuena a tod@s. Cierro este extenso artículo reflexionando acerca de si no ha sido esa desintegración del Heavy en particular y del Rock en general la que le ha llevado a la situación en la que se encuentra en la actualidad. Lo pregunto como alguien que está seguro de que, como decía Barón Rojo, no morirá, apuesta. Y con el deseo de, si tiene que volver a las catacumbas de donde surgió, que lo haga. Para cuando se extingan los dinosaurios del Rock, algo inevitable, eso está claro, ya habrán nacido otras especies que acabarán tomando su relevo. Tan solo hay que darles una oportunidad y dejar de lado tanto talibanismo centrado en cada uno de los estilos que aparecen en este cómic. ¡¡Rock Forever!!