Cómics como este del que os voy a hablar en los siguientes
párrafos son de los que hacen que siga enamorado de este estilo literario. Lo
digo sin remordimiento o vergüenza alguna. El mundo de las viñetas hace tiempo
que está llevando a cabo una labor de denuncia al ponernos delante de nuestros
caretos occidentales cómo se vive, o se sobrevive, en otras partes del mundo en
las que no nos paramos a pensar sino es porque salen de vez en cuando en las
noticias. Mucha gente cree que aquí solo hay cabida para los superhéroes, el
humor o la ciencia-ficción. Pues bien, os aseguro que l@s protagonistas de esta
“Love Story A La Iraní” tienen todos eso ingredientes con la salvedad de que de
ficción hay bien poca.
Jean Deuxard y Deloupy son los pseudónimos usados por dos
periodistas para acceder a los testimonios de jóvenes iraníes que nos contarán
sus experiencias en el campo de las relaciones amorosas y de pareja además de
con la política. ¿Por qué hacen esto? Porque en Irán los periodistas
extranjeros están mal vistos, más después de la reelección de Mahmud
Ahmadineyad en 2009. Se hacen pasar por casados utilizando unos anillos que le
sirven de acceso a una sociedad hermética y de esta forma poder seguir
ejerciendo su labor a la vez que protegen sus fuentes. Con ello consiguen
mostrarnos cómo es ser joven en Irán e intentar buscar pareja, sexo o intimidar
con otras personas.
Gila y Mila tienen 26 años, viven en Teherán y llevan 8 de
noviazgo. No duermen juntos y no tienen relaciones sexuales completas porque la
familia política de ella puede pedir un certificado de virginidad antes de la
boda, esta es una costumbre totalmente legal en Irán. La madre de Gila es
conservadora y cree en el Khastegari, el matrimonio tradicional. Para esta
mujer el casamiento es algo que debe hacerse más por negocios que por amor.
Esto explica que el esposo que quiere para su hija deba tener coche, apartamento
y trabajo estable. El padre de Gila propone a la familia de Mila que se
presenten formalmente, esto significa que los novios hagan el paripé de no
conocerse, para que la madre acepte la relación. A pesar de ello esta última
sigue buscando pretendientes para su hija con mayor estabilidad económica.
Ellos son dos jóvenes que no rezan, ni ayunan, ni van a la mezquita. Sueñan con
que haya un cambio de régimen mientras dejan de ir a fiestas clandestinas para
no acabar torturados, encarcelados o ambas cosas. Mientras sus sueños se hacen,
o no, realidad opinan que en Irán la felicidad está prohibida para los jóvenes.
Saviosh tiene 20 años, vive en Teherán y es rockero. En Irán
la única música permitida es la religiosa, los instrumentos musicales propios
de Occidente están prohibidos con la contradicción de que en su ciudad hay una
calle entera que te los vende. Es un guitarrista autodidacta que graba en
estudios clandestinos y le es imposible tocar en la calle. Trabaja en un local
donde la foto de Jomeini es obligatoria y las mujeres no pueden fumar, pero
tod@s fuman. En su país los hombres y las mujeres no pueden compartir espacios
públicos a no ser que estén casados o vayan con familiares. Si te pillan te
obligan a casarte o te cortan una mano. Opina que después de lo del 2009 ha
habido una desmoralización política que ha dejado a su generación totalmente
anulada en ese sentido.
Vahid tiene 26 años y se cita con nuestros periodistas en el
cementerio Behest-e Zahra, el más grande de Irán. No tiene nada que perder y
quiere hablar de política. Para ello deben evitar a los basijis, seculares del
régimen, hay entre 5 y 10 millones en todo el país. Explica cómo el gobierno
utiliza la guerra irano-irakí para reprimir a l@s que la critican porque en
ella murieron, según ellos, miles de mártires. Habla del caso Neda, de las
detenciones y torturas que sufrió durante las revueltas de 2009 y del riesgo de
ser expulsada de la Universidad y no obtener su titulación si es arrestada de
nuevo. Cree que los iraníes no saben lo que quieren, que se han vuelto más
cobardes y que han acabado acostumbrándose a las barbaries del régimen que los
gobierna.
Kimia y Zeinab son dos amigas de 21 y 20 años,
respectivamente. Zeinab hace el amor con su novio porque es algo prohibido y
eso le parece excitante. Kimia encontró al suyo haciendo llamadas a móviles al
azar, práctica habitual entre l@s jóvenes para matar el aburrimiento. Tanto en
un caso como en el otro, solo acceden a quedar si el chico tiene coche por ser
este su punto de encuentro. Están a favor de las operaciones estéticas para
ambos sexos y tienen una noción del feminismo y del estado de la mujer en Irán
muy particular. Creen que sin cambio de mentalidad no habrá cambio político
porque hasta l@s liberales aceptan las tradiciones.
Omid tiene 25 años y reside en Bandar Abbas. Está totalmente
flipao con la libertad que, según él, hay en EE. UU.. Sueña con ser presentador
de un canal de la televisión yanqui. Estas cadenas están prohibidas, al igual
que las antenas parabólicas, pero tod@s las tienen, incluidos los mulás. No
puede salir del país sin haber hecho el servicio militar de 2 años porque si no
su madre recibiría una multa y si no vuelve le quitarían la casa. Ha
participado en la lotería del gobierno norteamericano para conseguir una Green
Card, pero ha de tener cuidado porque el gobierno de su país sigue deteniendo a
gente después del 2009. Lo hacen mandando SMS aleatoriamente en los que se
advierte de la intromisión del ciudadano de turno en acciones en contra de
régimen. Son tan al azar que hasta su madre ha recibido uno.
Ashem y Nima tiene 20 años y viven Yasz. Los padres de él la
conocen, los de ella no. Empezaron su relación en la Universidad. Ella tiene
como objetivo aprobar el examen final para poder ir al extranjero, pero él no
quiere marcharse y está en contra de que la mujer trabaje. Piensa que la mujer
puede estudiar, pero no trabajar, a esto añade una serie de opiniones machistas
y xenófobas que ella desconocía hasta el momento de la entrevista.
Saeeedeh tiene 30 años y es de Teherán. Siente añoranza de lo
vivido en la Universidad. La familia de su marido es muy conservadora, algo que
ya le trajo problemas desde el mismo instante de la boda. Dejó atrás su sueño
de ser abogada porque nadie la consultaría por el hecho de ser mujer. Se casó
si estar enamorada. Ahora trabaja en una academia privada de inglés donde si se
te ocurre hablar de política te echan a la calle. De todas formas, ella está
desencantada con la política. Su sueño es irse al extranjero para que su hija
pueda vivir de otra manera.
Soban tiene 28 años y reside en Mashhad. Es médico y su novia
enfermera, se conocieron en un hospital, pero no saben demasiado el uno del
otro. Llevan 4 años viéndose en parques o centros comerciales. Él no sabe si
ella es la mujer de su vida. Critica la vida hipócrita que llevan los mulás y
resalta la existencia de los Sigheh, matrimonios temporales. Está harto de
reconstruir hímenes a chicas ricas mientras las pobres se suicidan. Ha ido de
putas, su novia lo sabe, pero le perdona porque es pasado y ella quiere
casarse. Él seguirá yendo de putas porque no quiere casarse con una mujer que
le es desconocida, pero se resigna ante ello. Ella aguanta todo lo que le echen
porque Soban es un buen partido como médico.
Jamileh, 29 años, de Shiraz. Es la primera mujer en su
familia que viaja sola. Su marido también lo hace, pero alguna que otra vez
deben hacerlo juntos. Cambiaron su apartamento por un coche y se fueron a vivir
al barrio rico de los mulás donde estos se han convertido en mafiosos debido a
las sanciones occidentales que oprimen al pueblo. Es un matrimonio que hace
negocios con China y están intentando acceder al mercado ruso. El marido no
habla nunca de política, ella participó en las manifestaciones del 2009, pero
ahora calla por intereses de sus negocios. Explica cómo la Universidad es un
lugar pensado por el gobierno para que los jóvenes encuentren pareja pues antes
de eso la educación mixta está totalmente prohibida. El suyo es un matrimonio
arreglado, si se divorcian él deberá pagarle a ella una altísima cantidad,
conocida como Mehrieh. A pesar de esto han aumentado los divorcios en el país.
En ellos la mujer sale muy mal parada porque el hombre casi nunca paga.
Leila, 26 años, de Teherán. Se queja de que los progres de su
país se pasan medio año fuera y medio dentro. Es una mujer divorciada a la que
los jueces le dejaron sin mehrieh porque eximieron a su marido de amortizarlo. Está
tan sola que no puede ni tener un perro porque si te pillan te ponen una multa
y matan al animal. Ahora es peluquera y asistenta doméstica. Tiene un
matrimonio temporal que le permite verse con un hombre, pero no vivir juntos
por su condición de divorciada, algo que los padres de él no aceptan tachándola
de arrastrada.
Si habéis llegado hasta aquí os habréis dado cuenta de lo
diferente que es la vida de est@s jóvenes, y no tan jóvenes, en comparación con
la de aquí. Mientras nosotr@s ligamos mediante aplicaciones y chats, ell@s ni
siquiera se pueden tocar o mantener relaciones sexuales abiertamente. El
trabajo de estos dos periodistas es algo fuera de lo común. Con su labor han
conseguido que me dé cuenta de cómo un pueblo puede llegar a vivir bajo el yugo
asfixiante de su gobierno después de resignarse a no luchar por la represión
brutal del mismo y los oídos sordos de la opinión extranjera. También han
conseguido que mi atracción por la vieja Persia aumente de forma exponencial.
Sé que no es un país donde los homosexuales seamos bien recibidos, de esos hay
pocos, pero he de reconocer que me gustaría conocerlo algún día. Espero que ese
día llegue cuando sus ciudadan@s puedan relacionarse libre y abiertamente como
en otras muchas partes del mundo.
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