lunes, 17 de septiembre de 2018

Carlos Trillo - Enrique Breccia: "Marco Mono"








Hace ya mucho tiempo que tenía ganas de hacer algo con este personaje de Carlos Trillo y Enrique Breccia para mi blog. En primer lugar, porque nunca está de más homenajear a estos dos grandes autores que forman parte de mi lista de favoritos de siempre. En segundo, porque en estos tiempos tan políticamente correctos que vivimos, a veces me siento muy desplazado con ciertos temas con respecto a este asunto, el simple hecho de hablar de un personaje tan irreverente como Marco Mono ya es un signo de rebeldía y eso siempre ha sido algo muy atrayente para el que escribe.



Podíamos estar hablando de Carlos Trillo durante horas y horas porque seguro que daría para debatir, charlar y escuchar por todo ese tiempo y más. Este autor argentino es uno de los grandes maestros de las viñetas hechas en castellano. Me duele mucho decir que nos dejó en 2011 después de una carrera plagada de colaboraciones con otros grandes del cómic sudamericano como Eduardo Risso, Alberto Breccia, Horacio Altuna o el propio Enrique Breccia, entre otros. No nos debe extrañar que su biografía esté repleta de premios tan importantes como el Yellow Kid, dos veces, una de ellas por el propio Marco Mono, y el de Angulema al mejor guion en 1999.



Enrique Breccia, como he dicho antes, es otro de los grandes del cómic latinoamericano. Hijo de Alberto Breccia, se une a Carlos Trillo en la creación de uno de mis personajes preferidos del cómic, “Alvar Mayor”. Tiene una biografía, a su vez, plagada de premios entre los que destacan el Pléyade 1993 y El Gran Guinigi como maestro de la historieta del 2011. Puede que Marco Mono sea una de esas obras mal llamadas secundarias, debido a la menor repercusión que tuvo, dentro de su extensa creación. Lo que sí os puedo asegurar es que es de una tremenda calidad.




¿Quién es Marco Mono? Pues bien, como el propio Trillo dice en su presentación, es un viajante o vagabundo, como prefiráis, indeciso que se maneja entre la hipocresía y la maldad sin culpa. Se creó en 1979 para la revista de ciencia ficción “El Péndulo” y acabó formando parte de una revista de Rock llamada “Hurra”, todo un recorrido, vamos. No tuvo una vida excesivamente larga, pero en ella el mal, digamos menor, siempre triunfa.



Esta edición que os comento está formada por diez aventuras donde el personaje, en su largo recorrido por esos mundos de bocadillos y viñetas, se enfrentará a peligros muy diversos. Algunos de estos le vendrán por añadidura, en otros se meterá él mismo de cabeza por iniciativa propia. Parte con el enfrentamiento con un Cíclope con la promesa de conseguir una recompensa no tan al alcance de la mano de cualquiera. Llega a una ciudad gobernada por un tirano que nadie sabe exactamente si sigue vivo o no. Pasa por colarse en una interminable cola para conocer a la mujer más atractiva de aquellos entornos, con un resultado no tan positivo como creía. Tiene una disputa con otro contador de historias para ver quién es el mejor en esos asuntos. Se trasviste para convertirse en una verdadera dama. Conoce a un gran personaje que le enseñará todos los entresijos para crear una gran empresa. Hace de salvador de oprimidos que acaban, como suele pasar, convirtiéndose en opresores. Salva el pellejo con la ayuda de alguien cuya intención era comérselo sin compartirlo. Y acaba enfrentándose a sus creadores que intentan por todos los medios cambiar su peculiar personalidad.




Todo esto con esa increíble destreza en blanco y negro de Breccia y los hirientes guiones de Trillo. No dejan títere con cabeza haciendo alusiones sin pelos en la lengua al capitalismo, la religión, la avaricia, la supervivencia individual, la ignorancia suprema o las políticas restrictivas que llevamos aguantando durante décadas. Marco Mono está siempre acompañado de un pequeño coro de diminutos seres que, a base de rimas, hacen que su desgracias y fortunas crezca de manera exponencial. No hay que pasar por alto las tonadillas que este viajero descarado canta mientras recorre su camino o se adentra en ciudades o páramos. Otra cuestión que hace más atractivo todo lo que rodea a nuestro personaje es la aparición de sus creadores con los que conversará y a los que se enfrentará por distintas razones.




Toda una celebridad este Marco Mono que, si en su momento cayó en el olvido, ahora sería tachado con mil adjetivos de incierta positividad. Eso es lo que realmente me atrae de él, su personalidad libre y errante que le lleva a asumir, sin ningún tipo de remordimiento, cualquiera de sus actos, ya acaben estos en brutales palizas, empujones al fondo del infinito o engaños por piedad. Descubridlo y os sorprenderá tanto por su capacidad de supervivencia como su crítica social. Marco Mono, alguien que no se casa con nadie que no sea su propia sombra. Alguien que, como buen trotamundos, se permite el lujo de criticar todo aquello que es de valor supremo para l@s demás y, sobre todo, alguien libre para decidir si quiere ser bueno o malo, según se tercie.



No hay comentarios:

Publicar un comentario