Sorpresa, una muy grata sorpresa,
es lo que ha sido par mí este cómic de GB Tran. Tengo que reconocer que desde
que lo vi anunciado en las distintas páginas especializadas que inundan la red
me sentí atraído por él, pero como le estaban dando tanto bombo pensé relajarme
antes de acceder al mismo. Creo que estaba equivocado y que toda esa publicidad es sobradamente merecida.
En esta obra el autor hace un
repaso a los hechos que tuvieron que vivir sus familiares más cercanos, tanto
la familia de su padre como la de su madre, en su Vietnam natal antes de
marcharse exiliados a Estados Unidos justo cuando Saigón caía en manos del
Vietcong. Así leído parece una historia más de todas las que nos han contado
sobre ese conflicto bélico pero si algo tiene este cómic distinto a todo eso es
que se basa en algo real y cercano al autor. Tran nació y se educó en U.S.A. y
para él todo lo referente al pasado familiar no tenía ni la más mínima
importancia hasta que murió su abuela materna. Ahí es donde comienza este
inquietante relato para acabar desarrollando una de las mayores aventuras
personales que cualquiera puede vivir, el conocer las vivencias de sus
antepasados. Algo que, con toda seguridad, todos hemos querido averiguar alguna
que otra vez.
Otra de las cosas que más me han
gustado del cómic es el repaso histórico, siempre a través de la vida de sus
familiares, que el autor hace de los sucesos acontecidos en Vietnam desde los
últimos años de la Segunda Guerra Mundial hasta la llegada de sus padres a
Norteamérica. Es el cuento que se sigue repitiendo en muchos de los rincones
del planeta. Un pueblo, en este caso el vietnamita, se libera de las manos de
un opresor, primero los japoneses, para pasar a las de otros, los franceses, de
aquí a las de otros, los yanquis, para acabar en las de las que supuestamente
iban a ser sus libertadores, los comunistas. Es increíble como, a pesar de haber luchado entre ellos durante
años, al final acaban cometiendo los mismos, o peores, errores que sus
antecesores. La corrupción, la tortura, los campos de trabajos forzados, el exilio o el hambre sólo cambian de nombre, pero en el fondo siguen intactos.
Creo que trabajos como este Vietnamérica
son siempre necesarios. Lo son porque en ellos encontramos las declaraciones y
los sentimientos de las gentes que realmente vivieron ese tipo de conflictos. Su
lucha por sobrevivir día a día, por seguir siendo ellos mimos y continuar
realizando sus pequeñas o grandes labores como persona. Aquí no hay favoritismos
ni por uno de por otro bando, esta es la historia de una familia vietnamita
cualquiera que vivió durante aquella época en uno de los países que no llegaron
al mapa internacional hasta la intervención gringa que todos sabemos cómo acabó
pero que pocos, muy pocos, sabemos cómo continuó.
Una cosa a destacar es el dibujo
del autor. A veces me ha resultado bastante clásico y otras bastante personal. Muy
buena la viñeta a página entera de Tran, su madre y su padre. Al principio te
puede parecer un poco lioso todo el entramado de personajes y viñetas pero una
vez que coges el hilo de la historia es
algo que te engancha. El dinamismo que imprime el guion una vez que te haces
con la historia de cada personaje, reconozco que me cuesta quedarme con los
nombres asiáticos, es algo a favor a la hora de leer este cómic. Es más, la historia por separado de cada protagonista
daría para hacer un cómic, sobre todo la del abuelo paterno.
Gracia Tran por este trabajo, por
haberme abierto las puertas de la historia de un país como Vietnam, por volver
a hacer del cómic una muestra fiable de acontecimientos que se nos quieren
ocultar y, sobre todo, por el sentimiento puesto en ello. Espero que le den el
Eisner de este año, se lo merece sin duda alguna. Por mi parte ya lo tiene, ha pasado
a tener un lugar especial en mi estantería de autores y obras relevantes.
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