La vuelta del festival Extremúsika a la ciudad creo que ha
sido todo un acierto. Destacaría dos cosas, principalmente. En primer lugar, la
organización que creo que ha estado muy a la altura del evento y las
condiciones meteorológicas. En segundo, el sonido del que han gozado todas y
cada una de las bandas. Hacía tiempo que no iba a un festival donde no hubiese
problemas con este asunto y aquí ha sido brutal, independientemente del estilo
de música de los grupos. Vuelvo a dejar claro que lo que tenéis aquí delante no
es una crónica extensa del festival, sobre todo porque yo no he estado durante
todas las actuaciones. Aquí solo os contaré cómo he vivido yo el festival y mi
parecer acerca de las bandas que he visto. Así que dejémonos de rollos y
pasemos al lío que queda un ratito por delante, jeje.
JUEVES
La jornada del jueves de este
Extremúsika ha sido una de las más duras que he vivido en cualquier festival o
concierto, y llevo ya muchos a las espaldas. Pillé el autobús sin problema y
l@s que íbamos en él empezamos a ser consciente de lo que se nos venía encima
mientras nos acercábamos al recinto ferial de Cáceres. Cuando llegué allí
estaban dando los últimos coletazos de su actuación Aslándticos. No so puedo
contar mucho de ellos porque entre dar con la peña que había quedado y buscar
un refugio par la lluvia se me pasó el poco rato que los tuve delante. Así que
puedo decir que mi primer concierto fue el de Triana, o lo que sea esto que
teníamos ante nuestros ojos. No voy a entrar en polémicas porque bastante
tienen ya con el tema de juicios y demás por el nombre de la mítica banda
sevillana. Durante su concierto nos cayó el primer gran chaparrón de la tarde,
al menos para mí. No sé si fue debido a eso o a la poca entrega de los músicos,
pero dicha actuación duró una escasa media hora. Empezaron con “En El Lago” al
que sumaron un par de clásicos más o tres y se fueron por donde habían venido.
Desde luego la hora que tenían contratada se redujo a la mitad. Una pena porque
son temas que la peña siempre quiere oír en directo y nos quedamos con ganas de
mucho más.



Para eso ya estaban los Sober que
dieron uno de los mejores conciertos del festival. Sigo pensando que pertenecen
a ese grupo de bandas que deberían estar mucho más alto de lo que están y que,
seguramente, si fueran guiris la peña los tendría en un pedestal, pero, amigo,
así funcionan las cosas en este Estado donde hace siglos que pensamos que lo de
fuera es mejor a lo que tenemos. Así nos va luego. Con Sober empezamos a darnos
cuenta de la calidad del sonido, algo imprescindible para un grupo de este
calibre. Dieron un show donde repasaron sus clásicos desde “Vulcano” al
principio hasta “Loco” para cerrar. También tuvimos que algún que otro
chaparrón, pero no de la intensidad de los vividos con anterioridad. Hubo
grandes momentos donde la banda dejó clara su calidad como “Oxígeno”,
“Blancanieve”, “Náufrago” y, por supuesto, “Arrepentido”. Aquell@s que tengáis
la posibilidad de verlos en su nuevo formato con Orquesta seguro que también lo
flipáis. Desde aquí les deseo toda la suerte del mundo.



Lo de Rosendo en el Extremúsika ha
sido de lujo. No sé cuántas veces puedo haber visto en directo al de
Carabanchel, pero la actuación del jueves en Cáceres ha sido una de las
mejores. Puede que viera que estábamos allí por él aguantando el frío, la
lluvia y el barro que el tío salió a saco con “Aguanta El Tipo” y p´lanate.
Todo dios con chupas hasta las narices, gorros, capuchas y demás, incluido
Rafa, el bajista, y él enmanga corta como si fuera Agosto. Dio un repaso a su
extensa discografía, incluida la versión de “No Dudaría” de Antonio Flores, dos
canciones de su último trabajo, otras dos del anterior, “Muela La Muela” sigue
siendo un bombazo en directo, dejó caer alguna de Leño como “El Tren” o
“Maneras De Vivir”, con la que cerró y no faltó la traca final con “Flojos De
Pantalón” y “Agradecido”, de lo que vimos que estaba más que nunca. Todo un
ejemplo, como siempre, de actitud y entrega así que si es verdad que esta es su
gira de despedida no podéis dejarlo pasar. Si esta es la última vez que le veo
en directo podré decir abiertamente que me quedo bien satisfecho con ella.
Muchas gracias, maestro, por todo lo que nos has hecho vivir, sentir y
disfrutar. Estés o no sobre las tablas serás siempre uno de los grandes del
Rock hecho en este Estado. Eso te lo has ganado a pulso.





Hasta aquí el jueves. Acabé lleno de
barro y calao como un pollo, pero contento.
VIERNES
Yendo para la casa de mi colega
Nervio empezaron a caer unas gotas que predecían otra jornada de agua, pero
solo fue un amago, menos mal. Cuando accedimos al recinto estaban tocando los
navarros Bourbon Kings. Se ve que son un grupo en alza, sobre todo para lo
chavalería y eso es siempre de agradecer. Les deseo lo mejor, a seguir
creciendo. Ver a Parabellum después de tantos años es como hacer un sueño
realidad. Puede que fuera el mejor concierto del día, pero, para mí, fue el más
entrañable. Escuchar en directo temazos como “Envenenado” o “La Locura”, entre
otros, que forman parte de la banda sonora de mi vida, no tiene precio. Puede
que, entre l@s que no los conocen demasiado y la juventud de algun@s, la
entrega del público no fuera tanta como con otros grupos, pero a mí eso me dio
exactamente igual. Colaboró con ellos a la batería Alén de Marea mientras Josu
se rompía la camiseta, literalmente, y se desgañitaba. Tuvieron también un
recuerdo para el desaparecido guitarra Juan Carlos Lera, todo un detalle. Pues
eso, que gracias por acercaros por estos lares y dejarnos con ganas de más.




Lo de ver a Medina Azahara se está
convirtiendo en un concierto por año, como mínimo. Si los de antes se dejaron
ver poco en su época e igual en esta, los cordobeses no dejan de visitar
tierras extremeñas donde saben que sin siempre bien recibidos. Empezaron con el
mayor de sus clásicos, “Paseando Por La Mezquita”, no fuera a ser que se lo
dejaran atrás como pasó cuando telonearon a Scorpions en Mérida. Medina Azahara
es de esos grupos que gustan del todo o no gustan nada, algo que se pudo
comprobar entre l@s asisitentes. Por un lado estábamos un@s que flipábamos con
temas como “Velocidad”, “Aprendimos A Vivir”, este me encanta, o “Tierra De
Libertad” y por otro peña hablando totalmente ajena a lo que tenía delante.
Sigo pensando que desde que incorporaron a Juanjo Cobacho y Nacho Santiago,
como base rítmica, el grupo ha ganado un montón, tanto musical como
visualmente. Creo que están en un estado de forma envidiable para el tiempo que
llevan y lo demuestran cuando consiguen hacer saltar a buena parte del público
con cortes del calibre de “No Quiero Pensar En Ese Amor”, “Todo Tiene Su Fin”
o, por supuesto, “Necesito Respirar”. Grandes los Medina, de esos grupos que
nunca fallan.






Y llegó Evaristo y sus Gatillazo y
todo se revolucionó y cambió de color. Qué poder de convocatoria, qué actitud y
entrega y, sobre todo, que pedazo de canciones. No sabría destacar ninguno de
ellos. Cómo elegir entre “Fóllate Al Lider”, “Un Minuto En Libertad”, “Otra
Canción Para La Policía” o “Esclavos Del Siglo XXI”, “Hemos Venido A
Divertirnos” y “Cómo Convertirse En Nada”. Está claro que cuando dejan caer
alguna canción de La Polla, como “Lucky Man For You”, “Porno En Acción” o
“Johnny”, aquello se pasa ya de revoluciones, pero hace ya tiempo que Gatillazo
vive de sus propias canciones. Fue el primer concierto multitudinario del
festival y se nos hizo corto, muy corto. Eso, sumado a que eché en falta algún
tema, me deja con las ganas de volverlos a ver. Espero que sea pronto y si es
un concierto suyo fuera de un festival mejor aún. De esos conciertos donde ves
a tol mundo con una sonrisa de oreja a oreja.





Durante el show de Juanito Makandé
hicimos un parón para comer y tomarnos unas latas de las que llevábamos en el
coche. Volvimos para el concierto de Riot Propaganda y he de decir que, para
mí, han sido la gran sorpresa del festival. Una pena que se vayan a separar
porque ver un show completo suyo deber se la caña. Disfrutando del sonido
propio del festival dejaron clara su valía reventando el recinto tema tras tema
y conectando con el público de manera única. Brutal la adaptación del clásico
de Neil Young para “Bienvenido Al Paraiso” y mejor aún cuando nos recordaron a
Eskorbuto con esas estrofas de “Historia Triste” o “Mucha Policía, Poca
Diversión”. Desde luego que aquello se puso a tope con “El Miedo Va A Cambiar
De Bando”, pero no fue lo único que brilló en su show. Muy grandes y lo
demostraron con creces.
Hasta aquí el viernes. Me hubiera
gustado ver a Desakato y Sínkope, pero cuando vas con peña que conduce has de
amoldarte a sus horarios. No queda otra.
SÁBADO
Comencé la jornada con Lendakaris Muertos
y su “Oso Panda De Ojeras Farloperas” de fondo. Todo un clásico ya. Mi
intención era comenzar el día con los Mártires Del Compás y así fue. Siempre
fueron uno de mis grupos preferidos. Esa mezcla de flamenco con sonidos de mil
tipo a las que añaden esas letras tan subversivas son la clave de su música. Lo
malo es que los años no pasan en balde y Chico Ocaña ha perdido bastante en
este tiempo. Es más, se sentó y cantó sentado no sé cuántas veces. Todo esto lo
suplen con cortes de la altura de “Chu Lailo La Leilo”, “Colores”, “San Roque”
o “Cara A Cara”. No es que me defraudaran porque me gustan demasiado para eso,
pero entiendo que la peña del festival estaba a otro rollo y que no les
prestaran la atención que se merecían. Es más, hubo gente que se cansó de
ellos, entre mis acompañantes, por ejemplo. En conclusión, he visto mejores
shows de ellos, a ver si puedo volver a verlos pronto.






S.A. son uno de esos grupos que dejan
huella por donde pasan y el Extremúsika no iba a ser menos. Con un nuevo disco
bajo el brazo, del que cayó “Resurgir”, se presentaron para soltar toda la caña
y el desgarre que llevan dentro. Fueron otra de las bandas que más poder de
convocatoria tuvieron. No desperdiciaron su hora y poco de concierto y pusieron
a botar a tol mundo con “Ratas” o “Piedra Contra Tijera”, como era de esperar.
Con el sonido del festival atronaron a l@s presentes hasta despedirse con su
clásico “Nos Vimos En Berlín”. Muy buenos y en forma los vascos a los que
Alfred a la batería les ha vuelto a dar un sonido potente a más no poder. Otros
de los que nunca fallan.




No me hubiera importado ver a la Mala
Rodríguez, pero llegó el momento de comer algo y pasarnos por el coche a
reponer fuerzas. Volvimos cuando estaba acabando su actuación para ver a los
cafres de Narco. Porque así es como sonaron, como una apisonadora. La peña no
paró de saltar y desgañitarse con “Suicídate”, “Mi Madre Es Una Yonki”, “El
Portero” o “Dame Veneno”, entre otras. Uno de los conciertos más esperados del
festival que Vikingo y los suyos supieron aprovechar para dejar bien claro por
qué tienen esa cantidad de seguidores. No acabamos de verlos porque nos fuimos
cambiando poco a poco para ver a los que venían de estrellas, pero el rato que
estuvimos en su concierto fue de lo más rudo y potente de este Extremúsika.




Bueno, bueno, a ver cómo se come que
los horarios se llevaran a rajatabla y que estos de The Prodigy, siendo
ingleses, salieran casi diez minutos tarde. Está claro que salían con la
ventaja de que todo el mundo estaba esperando su actuación. Fueron los que,
visualmente hablando, más impacto crearon. A eso le sumas la potencia de su
sonido y acabas vibrando de los pies a la cabeza, literalmente. He de reconocer
que tenía muchas ganas de verlos, no porque sea un superfan de ellos sino
porque tengo much@s colegas que sí lo son y son de esos grupos que los llevas
escuchando desde ni se sabe. Está claro que juegan en otra liga y cuando dejan
caer “Firestarter” o “Smack My Bitch Up” te transportan a épocas pasadas. Lo
malo es que alargaban en exceso los temas y Maxim se pasó todo el puto
concierto repitiendo lo de: “Spanish Peple” y “Let´s go, Lets go!!”. Sea como
fuere ha sido un placer tenerlos por aquí y disfrutar de momentos como
“Breathe”. Eso sí, igual que salieron tarde, se fueron antes. Algo que me olió
a venir, tocar, cobrar y largarse.





Hasta aquí mi Extremúsika 2018. Un
lujo tener un festival como este a las puertas de casa. Espero que la
organización haya quedado satisfecha y poder disfrutar de futuras ediciones. De
ser así, seguro que nos vemos y no precisamente en Berlín, jeje. ¡¡Salú!!