Después de casi un año con la entrada en el cajón, llegó el
momento de que pasara por el control de acceso. Momento que acabará en anécdota
para nosotros, mi novio y yo, por estar al nombre de uno con el carnet del
otro. Pequeño-gran susto que pasó sin más que terminó convirtiéndose en risas
durante toda la noche. He escuchado en último trabajo de Metallica, muchas
veces antes de este concierto, te lo regalaban con un código que venía la entrada, y creo que es uno de
sus mejores, si no el mejor, discos en mucho tiempo, razón de más para tener
ganas de volverlos a ver, por séptima vez ya. Antes de entrar de lleno en lo
que aconteció en el ahora llamado WiZink Center Madrid, que tod@s conocemos
como Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, de toda la vida, diré
que fue una noche llena de sorpresas, la mayoría buenas, tanto en el aspecto
musical como de buen rollo con colegas que hacía ya una temporada que no veía.


Puede que los noruegos Kvelertak sean una de las bandas del
panorama actual que más le molan a alguno de los miembros de Metallica, como
son Hetfield y Ulrich, razón por la que los han elegido para que abran sus
shows, puede que sean más una banda de sala que de grandes espacios como el que
tuvieron que afrontar el sábado pasado, puede que no estemos muy acostumbrados
a escuchar a un grupo cantando en noruego, algo que no debería extrañar ya que
hay mil combos haciéndolo en sus lengua natal, puede que fueran un montón de
cosas o ninguna a la vez, la cuestión es que no conectaron con el público en
casi ningún momento. Supongo que el hecho de ser teloneros de alguien como
Metallica debe imponer, pero has de aprovechar bien estas oportunidades en tu
carrera musical porque nunca sabes a dónde te pueden llevar. Desde que
empezaron con “Apenbaring” hasta irse con el tema que da nombre al grupo
aquello no sonó nunca bien. Al cantante se lo comían, sónicamente hablando, sus
cinco compañeros. Las canciones enganchaban pocas veces, y en pocos momentos, con
l@s asistentes llegando a convertirse en un show lineal sin demasiado que
resaltar. Con esto no quiero decir que sean un mal grupo ni nada parecido, pero
esta no fue su noche o, al menos, no éramos su público. Espero que sigan
subiendo y poder verles de nuevo para comprobar si es verdad un mal día, una
noche, en este caso, la tiene cualquiera.


Cuando comenzó a sonar por todo el Pabellón “It´s A Long Way
To The Top (If You Wanna R&R)”, de mis queridísimos AC/DC, empecé a sentir ese hormigueo pre-concierto que solo puede ir a más o corroerte las entrañas
durante cualquier actuación. El tema mítico de los australianos enganchó con
“Ectasy Of Gold”, el también mítico comienzo de los norteamericanos, y las primeras
imágenes en ese muro visual que Metallica lleva en esta gira a base de cubos
que suben, bajan y hacen mil formas. Los cuatro componentes del grupo llegaron
al escenario después de recorrer un largo pasillo por donde iban saludando a
l@s apostad@s en el mismo. “Hardwired” comienza a sonar como un cañón ayudado
de las casi 17.000 gargantas presentes en el recinto. Fueron un poco
cabroncetes al hacernos creer que las pantallas no funcionaban bien cuando las
imágenes se entrecortaban o diluían sin más durante este tema. Todo quedó
“resuelto” cuando los acordes de “Atlas, Rise!” captaron toda nuestra atención
para no volver a soltarla durante todo el show. Increíble comienzo con estos
dos nuevos temas que dejaban entrever lo que se nos vendría encima. Hetfied se
dirige al público por primera vez para hacernos saber que vamos a disfrutar
tanto de nuevos como de viejos temas. Esto se materializa mediante la ejecución
de “Seek & Destroy” que, como podéis imaginar, acabó de ponernos totalmente
en pie. Tienen un algo los temas de su primer trabajo que siguen actuando como
un anzuelo en el que te ves atrapado sin remedio posible.



“Leper Messiah” sería la primera gran sorpresa de la noche.
Es sabido que Metallica no repiten setlist en sus conciertos, pero que
recuperaran este temazo de su tercer redondo fue algo que nos dejó atónit@s. Es
una de esas canciones que crees que nunca vas a oír en directo y, de repente,
te da un bofetazo en la cara que consigue sacarte la mejor de tus sonrisas.
Tremendo momento que nos hizo saltar como crí@s. Siguieron con otro de los
clásicos que aparecen en su legendario álbum de 1986, “Welcome Home (Sanitarium)”.
Brutal interpretación que me llegó como una mezcla de nostalgia y
agradecimiento por mi parte. Vuelta a su nuevo redondo con “Now That We´re
Dead” que es recibida con gran estruendo mientras aparecen las primeras
historias de debajo del escenario, cuatro cubos, no confundir con cubos de la
fregona que por aquí hay mucha imaginación, jaja, con unos parches de sonido.
Como a mitad de este, ya de por sí largo, tema los miembros de la banda se
marcan unos ritmos en plan tribal que no desentonaron con la interpretación del
mismo. Siguen con “Cofusion” para dejar bien claro que esta es la gira de su
reciente disco y que lo quieren defender a toda costa.


“From Whom The Bell Tolls” es ya todo un clásico dentro del
Metal y así nos llegó cuando sonó en Madrid. Gargantas a todo trapo para
responder a un tema con el que Metallica saben que van a triunfar. ¿Qué se
puede decir cuando desde las gradas ves un pabellón entero cantando casi tan
alto como el frontman? Poco, ¿verdad? Volvieron a retomar su ya nombrado último
trabajo con “Halo On Fire” que fue muy bien recibida y dio paso a la que es,
con toda seguridad, la mayor anécdota del concierto. Desde donde estábamos,
esto es las gradas, nos percatamos de que Trujillo sale al escenario con unos
folios en la mano que deja caer al suelo. Lo primero que piensas es que ha
perdió el setlist y necesita una copia del mismo. Se queda en el escenario
acompañado solo por Hammett, se acerca al micro y nos suelta que, entre los
dos, van a interpretar un clásico de un grupo no menos clásico del Heavy hecho
en este Estado, “Vamos Muy Bien” de Obús. Como much@s sabéis, yo nunca he sido
gran fan de los madrileños, pero he de reconocer que canté la canción como hace
años que no lo hacía. Tal vez el bajista y el guitarra, sobre todo este último,
se perdieran mil veces, tanto con la música como con la letra, pero poco nos
importó tras estar viviendo este instante. Hammett deja en toda esa especie de
cuadrilátero que era el escenario a Trujillo y este se marca “Anesthesia
(Pulling Teeth)” mientras aparecen imágenes del malogrado Cliff Burton en las
pantallas. Entre lo de Obús y el solo de Trujillo os aseguro que el pecho se
nos abrió y cerró al máximo.


Con el concierto ya bien encarrilado se marcan su propia
versión de “Die, Die My Darling” de Misfits. Esta sirve de preludio a la única
inclusión que hicieron en el Load”, “Fuel”. La velocidad de este tema junto a
esos cortes repentinos, los gruñidos de Hetfield y las llamaradas de turno
lograron devolvernos al espectáculo puro y duro que estaba siendo el concierto.
“Moth Into The Flame” es mi tema favorito de su reciente disco. Tenía muchas
ganas de ver y escuchar cómo la interpretaban en directo y, os confirmo, que
fue uno de esos instantes que vives en los conciertos que se te quedan grabados
para siempre. A la soberbia ejecución que hicieron de la canción se le unió ese
grupo de polillas drónicas que salieron de debajo del escenario que no dejaron
de revolotear por el mismo mientras cantábamos a grito pelao. Precioso este
momento que hace pensar que este tema ha venido para quedarse en los shows de
Metallica. Con “Sad But True” acabamos cantando más y más alto que el cantante,
incluso, pero también comenzamos a ser conscientes de que el show empieza a
atravesar esa línea que da paso a la parte final del mismo.


Antes de que eso ocurriera las pantallas se inundan de
imágenes de soldados de la 1ª Guerra Mundial mientras los acordes de “One” llegan
a todos los rincones del recinto. Me emociono mucho siempre que escucho esta
canción, así que os podéis hacer una idea de lo que es escucharla en vivo. Que
sí, que no hubo llamitas y toda esa parafernalia a la que nos tienen
acostumbrado con este corte, pero si las echamos en falta fue cuando acabó, no
mientras estuvo sonando. Metallica son ya perros viejos en esto de las giras y
demás y plantarnos de frente después de “One” un clásico como “Master Of
Puppets” es apostar a seguro a que nos iban a terminar de fundir en poco
tiempo. Menos mal, en el buen sentido de la expresión, que nos dieron un
respiro largándose después antes de regresar para los bises.


Iniciaron estos con el tema que cierra su disco actual, “Spit
Out The Bone”, para recordarnos por enésima vez que esto no era el típico
recopilatorio de grandes hits del grupo. “Nothing Else Matters” es siempre bien
recibida, como realmente se merece. Entre la cantidad de móviles encendidos
pudimos distinguir algún que otro mechero que se niega a extinguirse por muchos
años que pasen. Metallica cerró su concierto con el gran single de su álbum
negro, “Enter Sandman” que, mientras iba avanzando nos dejaba un sabor
agridulce a sabiendas de que aquello era el adiós definitivo. Este no llegó sin
antes no dejar caer una parte de “The Frayed Ends Of Sanity”, de su disco
justiciero.


Metallica no sonó en algunos momentos al 100%. Hubo, incluso,
un instante en el que el micro de Hetfield estaba completamente out. Tuvieron
más de un fallo interpretativo, sobre todo Hammett y Ulrich. Se quedaron en el
tintero temas de la altura de “Creeping Death. Si seguimos podemos sacarles
algún que otro fallo más, pero para mí, en general, fue un pedazo de concierto.
Vi a una banda entregadísima y conectada en todo momento, tanto con el público
como entre ellos. Se les notaba contentos de estar en Madrid después de unos
cuantos años, tanto que Hetfield estaba visiblemente emocionado al final del
show. Se rieron y nos hicieron reír, algo que es siempre de agradecer. Llevan
un montaje de luces y pantallas que tira de espalda, por su originalidad e
impacto. Regalaron púas y baquetas pa aburrir y se fueron saludando al personal
con mucha más efusión de la que empezaron. Todo esto apostando por un nuevo
trabajo cuyas canciones no desentonaron en ningún momento dentro del
repertorio. Dejaron claro, de esta forma, que no tienen que vivir de las
rentas, que si quieren podrían, pero no es el caso. Mi año de conciertos ha
empezado fuerte con un grupo de los grandes, espero seguir así y que estos doce
meses, musicalmente hablando, sean para recordar como lo será este concierto de
Metallica.
