Lo vivido en la sala Zrrcus cacereña con Oldhands, The
Electric Alley y The Buzzos se va a recordar durante tiempo por estos lares. Antes
de continuar, quiero dar las gracias a tod@s l@s que se metieron en el embolao
este para traernos a estas tres grandes bandas, al tío de la mesa por conseguir
que sonaran como sonaron y a la sala en sí por acogernos, aunque eso de que no
hubiera cerveza sin alcohol es para darles un pequeño tirón de orejas.
Después de que Maribel y su compañero presentaran el evento,
saltaron a escena los cacereños Oldhands. Es la tercera vez que los veo y cada
vez se superan más sobre las tablas. Puede que Savage comenzara un poco frío,
el sonido inicial tampoco ayudó demasiado, aunque se subsanó rápido, pero
conforme iba avanzando el show se animó de lo lindo. Es lo que tiene estar
rodeado de tres grandes músicos con muchos conciertos a sus espaldas, Vinagre al bajo,
Alberto a la guitarra y Pachi a la batería, que te da muchísima seguridad. A
temas de su primer y homónimo trabajo, como Moonlight, Old Hand, Young
Dick, Eleven Days o The Party Is Over, añadieron una gran
versión de Born To Rise Hell, de mis queridos Motörhead, en compañía de
Laura, bajista de La Mendinga, entre otras bandas. También pudimos disfrutar de
Living In The Gutter, una canción que estará incluida en su segundo
trabajo, después de haber fichado por el sello madrileño The Fish Factory. Les
deseo todo lo bueno y más. Seguro que con bolos como el de anoche lo consiguen.
Estamos expectantes ante este nuevo disco.
Tan bien me habían hablado de los gaditanos The Electric Alley que no podía perdérmelos por ningún motivo. He de darle la razón a tod@s l@s que me aconsejaron asistir al concierto. Cuatro musicazos cohesionados y de muy alto nivel que transmiten el buen rollo que tienen entre ellos a través de la potente voz del también guitarrista Jaime Moreno. Metidos de lleno en la gira de presentación de su último redondo, Apache, arrancaron con el tema que da título al disco. Y desde ese instante nos tuvieron en el bolsillo. Continuaron con Hurricane y One Lasting Night, dos cortes de este redondo. Avanzaron con Standing, dando un salto en su discografía hasta su primer disco, y con Last Letter, del segundo trabajo. A estas alturas, la base rítmica, a cargo de Sergio Reyes a las cuatro cuerdas y Rafa a la batería, se había convertido en una apisonadora y la maestría de Nando como guitarra solista quedaba más que demostrada. Make It Through The Night, Thunderbird Or Vulture y Fireworks cayeron a plomo, como los bombazos que son, para disfrute de tod@s l@s presentes. Con un nuevo salto al pasado, se plantaron en Up In Flames para luego dar paso a Get Electrified, que da título al ya nombrado segundo disco. Eagles Fly Solo fue la antesala del final, no sin que antes Jaime preguntara por el tiempo que les quedaba. Cerraron con No Control, tema que los dio a conocer masivamente después de ser elegido para el Campeonato Mundial de Fórmula 1 en su edición de 2014 y 2015. Estaba claro que tenían que volver para algún bis, algo que plasmaron en un medley de los grandísimos Led Zeppelin. Tal vez caiga en la repetición, algo que no me importa, porque lo de este grupo es para mucho más de lo que ya de por sí tienen. Espero que dejen pronto de tener que comer sándwiches de carretera y se pueda permitir otro tipo de menú porque se lo merecen con creces. Esta ha sido la primera vez que los he visto, y doy por hecho que no va a ser la última.
No estoy seguro de que la decisión de que fueran The Buzzos
quienes cerraran el concierto fue del todo adecuada. No lo digo por la parte
musical, esta banda es una apuesta segura siempre, sino porque parte de la peña
se largó una vez terminado el show de los gaditanos. Sea como fuere, y como se
suele decir, ell@s se lo perdieron. Se perdieron otro gran concierto de Flecha
y compañía que arrancó con dos trallazos como son All Day Down y Crazy
Lover. Su ya clásico Hot Glue dio paso a Deep & Dry para
convertir su actuación en pura adrenalina y entrega. Un altísimo nivel a las
guitarras a cargo de los Diego, Leone e Iglesias, se une a una sólida base
rítmica formada por Lander Pulido al bajo y el gran batería, en todos los
sentidos, Jesús Martín. De esta forma, y sin apenas respiro, dejaron caer My
Disease y Christine (She´s Gold). El fiestón que montaron, como
suele ser habitual, continuó Falling Like A Comet y Running To You.
Entrando y saliendo de su discografía, se centraron en ese gran recopilatorio
que sacaron para celebrar su veinte aniversario, que para una banda extremeña
ya es mucho, pero que mucho. Black Soul fue la previa a otro tema
imprescindible en su repertorio, Glory Days. Para cuando llegó el turno
de You Gonna Take la conexión entre banda y público había sobrepasado cualquiera
de los límites que te puedas imaginar. Supongo que el hecho de tocar en salas
tiene estas cosas, que todo es mucho más directo y cercano. Y en una banda tan
auténtica como The Buzzos hay mucho de eso. Algo que quedó demostrado con Life
Is Not Life y New Age Of R´N´R como acercamiento al final que llegó
con Wasted Time. Si la banda anterior se marcó un medley de Led
Zeppelin, los de Quintana y Montehermoso hicieron lo propio con uno de Black
Sabbath como bises y punto final de un más que buen concierto. Muy grandes The
Buzzos, que, vuelvo a repetir, como en otras crónicas, deberían estar en no sé
qué pódium musical de este Estado, pero en alguno de los más importantes, desde
luego que sí.
Hasta aquí una noche de buen Rock&Roll, de muy alto nivel,
con bandas muy profesionales que supieron estar más que a la altura. Sin
quitarle protagonismo a los demás, a mi parecer, fue la noche de los vocalistas.
Esa pieza fundamental en cualquier grupo que consigue conectar con el público de la manera
que solo esta música puede lograr. Muchas gracias, de nuevo, a la organización
del evento. Espero y deseo que se vuelva a repetir. Nos quedamos con ganas de
mucho más.