martes, 25 de marzo de 2025

Texto Mandrílico Marzo 2025

 

GRACIAS

 

No, todo no iba bien, es más, nunca lo fue. Cansada de que sus hermanas y hermano le repitieran una y otra vez que era adoptada, terminó por creérselo. Y eso, claro está, consiguió que nada fuera como debía de ir. El hecho de ser morena de ojos negros en un clan de rubios y castaños de ojos claros no ayudaba a echar por tierra aquella afirmación que se agrandó con los años a base de burlas, chistes y algún que otro empujón. Por más que sus progenitores insistían en negar lo que decían sobre ella sus parientes, vecinos y la mitad del pueblo, no había forma de calmar aquel dolor. «¿Cómo crees tú que íbamos a adoptar nosotros a una niña teniendo ya cuatro bocas que alimentar?», le preguntaban sin obtener una respuesta concreta.

Al igual que el tiempo se encargó de aumentar el peso de sus cadenas, también se ocupó de que sus cuatro hermanos salieran disparados de aquel rincón olvidado de la Extremadura profunda. Él como una bala para Suiza, donde encontró un buen trabajo de camarero en un hotel de renombre, además de ese amor prohibido que el pueblo siempre le negó. Ellas, una en Vitoria, para acabar arrinconada en un piso con dos churumbeles después de deshacerse del guaperas alcohólico que le prometió el moro, el toro y todo lo que rima con oro; otra en Barcelona, una ciudad que la acogió con los brazos abiertos, la encumbró al cielo del estrellato del cabaret, siempre fue la más teatrera de los cinco, y la arrojó a las calles más infectas del barrio Gótico con la nariz pegada a un turulo y la frente al pubis de cualquiera que pagara por ello; y qué decir de la pobre Margarita, la que más daba la tabarra con el sambenito de adoptada, nunca la creyeron con aquello de que el hijo del carnicero había abusado de ella durante las fiestas veraniegas después de emborracharla, a sabiendas de que estaba loca por él, para luego señalarla de fresca y buscona. Ahí sigue, huye que te huye de sus propios fantasmas, hoy en Galicia, ayer en Cuenca y mañana sin rastro concreto.

Mientras tanto, ella soltera, tragándose el amor a cucharadas de puños de amargura por tener que atender a una madre postrada en una cama por culpa de un ictus y a un padre ido totalmente al ver cómo la mujer con la que había compartido penas, glorias, guerra, hambre y dignidad se evaporaba entre sábanas de sudor, excrementos y espasmos. Eso sí, jamás cambió una de esas sábanas; para eso ya estaba su Manuela, que se quedó porque se tenía que quedar, para eso y para todo lo demás de la casa y alrededores. Por algo es una mujer y él, por muy de izquierda que fuera, no podía perder su hombría cambiando mantos amarillos y colchas amarronadas. Primero se fue el padre, no sabemos si con Stalin o con san Pedro, pues bien que llamó al cura cuando las vio venir, y a los pocos meses la madre, una madre más que arrastraba a la tumba décadas de silencio y asentimiento sin rechistar.

«A mis hijos Paco, Juliana, Margarita y Justa, los almendros de la vera del arroyo y la tierra pegada al pantano. A nuestra hija Manuela, la casa y el dinero de la cuenta por su sacrificio, entrega, respeto y obediencia. Y que sepa que sí, que fue adoptada. Bueno, más bien acogida por ser hija de un compañero fusilado». Nunca se preocupó de que sus hermanos, los mismos que omitieron su presencia durante años, se enteraran o no del testamento. Y si lo hicieron fue por su cuenta.

A Manuela también le llegó el momento de largarse de aquel agujero. No volvió a dar señales de vida, salvo alguna que otra postal, una de Florencia, otra de París, aquella de Praga y esa de Atenas, entre otras, que enviaba a Catalina, la otra muchacha del pueblo de la que también dijeron siempre que era adoptada por otra familia, la única que fue uña para su carne, igual que ella era luz para sus ojos. En todas insistía en sacarla de allí. Obstinación que logró que se reunieran en Madrid, donde residen desde hace más de doce años y donde se prometieron amor en la pobreza, en la riqueza, en lo bueno, en lo malo y en todo lo demás, al tiempo que ven crecer a Ashanti, la niña, ya no tan niña, ghanesa que adoptaron después de que llegara sola en patera cuyo nombre significa «gracias».

lunes, 24 de febrero de 2025

Serie "Ideáfix Y Los Irreductibles"

 




Para l@s amantes de las hazañas de Astérix, entre l@s que me incluyo desde una temprana edad, esta nueva saga protagonizada por Ideáfix, aunque yo soy de aquell@s que le llama Idéfix, es todo un placer. Hace tiempo que tenía ganas de hacer una entrada en este humilde blog acerca de esta nueva serie, pero he esperado a que estuviera algo más consolidada para llevarla a cabo. Ahora que ya está en la calle el sexto número, creo que es un buen momento para comentar mis impresiones acerca de la misma.






Empezaré hablando del asunto de l@s guionistas y dibujantes. A diferencia de otros artículos, en este no me voy a parar en ningun@ en concreto, ya que la lista es larga y aquí el protagonismo se lo lleva Idéfix y sus irreductibles amig@s, junto a un@s personajes, digamos, secundarios, sin l@s cuales nada tendría sentido, algun@s de ell@s bastante conocid@s. Pues bien, hasta ahora al guion hemos tenido a: M. Choquet, Y. Coulon, J. Erbin, H. Benedetti, M. Coulon, S. Lecocq, N. Robin, M. Lachenaud, O. Serrano, C. Baconnier y O. Jean-Marie. Mientras que a los lápices y colores nos encontramos con: D. Etien, P. Fenech, J. Bastide y Rudy, siendo los tres primeros los que más repiten en esta labor. Cada tomo consta de tres aventuras, excepto el quinto, que lleva por título Ideáfix y el druida. Y, como suele pasar en estos casos, unas os gustarán más y otras no tanto, pero seguro que valdrá la pena conocerlas todas. En cuanto al dibujo, he de reconocer que los autores se ciñen a lo que se espera de ellos, sin que apenas se pueda diferenciar la marca de cada uno a la hora de dar continuidad al maestro Uderzo.






Idéfix es un pequeño perro blanco, con la punta de las orejas y la de la cola negras, lo mismo que su nariz y sus ojos. No tiene una raza definida y su primera aparición es en La vuelta a la Galia de Astérix. Al igual que su inseparable amigo Obelix, le gusta comer y llora cuando alguien tala o destruye un árbol. Debe su nombre a un concurso que se realizó en la revista Pilote en 1963. Hasta cuatro concursantes propusieron el nombre con el que finalmente se le conoce, que se puede traducir por Idea fija. En la adaptación al inglés de las aventuras del galo más conocido de los cómics se le conoce por Dogmatix, en castellano el ya citado Ideáfix. En el mencionado concurso se propusieron nombres tan dispares como Paspeurdurix, Trépetix, Paindépix, Toutousanprix, Patracourcix, entre otros. Esta no es la única serie que protagoniza. La primera apareció en 1973-74 y consta de 16 volúmenes. La segunda es de 1983 y solo se editaron dos números. Y la tercera y actual es Ideáfix y los irreductibles.





Aquí l@s grandes amig@s de Idéfix son la perrita Turbina, la más veloz de Lutecia; el perro Devórix, cuyo amo es un carnicero que hace unas salchichas riquísimas; la gata Gataflora, que conoce al dedillo todos los rincones de la ciudad; el búho Vuelonocturnix, que vive con el druida Amnesix y siempre mete la pata cuando imita a este con las pociones, y el palomo Asmátix, un anciano veterano de las luchas galas encargado de llevar, en su momento, los mensajes a Comulógeno. Junt@s harán frente a Titus Labienus, un personaje histórico auténtico, general romano que logró una victoria decisiva sobre el referido Camulógeno en el año 52 a. C., y a las ideas que le propone su consejero Anguloagudus, además de a la jauría de perros romanos, con Arcabus al frente, que defiende dichos proyectos y al odio de Monalisa, la gata de Labienus. Como he dicho antes, también aparecen, sobre todo, Abraracúrcix y Karabella, por visitar al hermano de esta que reside en Lutecia; Panorámix, en la quinta entrega, muy relacionada con la aventura de Astérix La hoz de oro, y hasta el propio Ordenalfabetix.






No se trata de desglosar una a una todas las hazañas de Idéfix, porque tendréis que ser vosotr@s quienes descubráis la serie y os quedéis con las que más os gustan. Yo tengo mis preferidas, por supuesto. Solo me queda agradecer a tod@s l@s involucrados en esta serie por su trabajo. Idéfix siempre se merecerá tener una saga propia.




 

lunes, 20 de enero de 2025

Texto Mandrílico Enero 2025

 

EL ESPEJO

 

Casi sin darse cuenta, a muy corta edad, se percató de que, para bien o para mal, ciertas obras de arte le agitaban pensamientos, vísceras y sentidos. Como cualquier niña nacida en el seno de una familia católica, sus primeros encuentros con eso que llaman arte fueron a través de la pintura, la escultura y la arquitectura, siendo esta última la que más le fascinaba, sobre todo, por las proporciones tan diametralmente distintas entre su estatura y aquellos campanarios. Algunas de las imágenes y los cuadros que encontraba por casa o en la iglesia le resultaban seductoras y terroríficas a partes iguales, mientras que otras sumergían todo su cuerpo en algo inexplicablemente reconfortante. Más tarde, los años la colocaron frente a la música y a la literatura, y ya no hubo vuelta atrás. Años que tiraron de la cuerda de su vida hasta pisar museos, catedrales, exposiciones de pintura o fotografía, presentaciones de libros, conciertos, edificios antiguos y modernos, salas de cine, palacios y castillos. Con cada uno de estos lugares o momentos se acrecentaba su pasión por el arte, al tiempo que engrosaban un espantoso vacío interno, producto de la búsqueda de la razón por la que este es igualmente ensalzado que despreciado.

Por verla en sus libros de historia, enciclopedias o en fotografías de amigos que habían visitado la ciudad italiana donde se halla, conocía la escultura del maestro renacentista desde su adolescencia. Y no paró hasta lograr viajar hasta ella. Entró en el museo, avanzó por un pequeño hall y torció la esquina que conducía a un largo pasillo flanqueado por un número par de asombrosas esculturas de dioses y reyes enfrascados en su grandilocuencia. Todos parecían ejercer de simples damas de honor ante la novia que, situada al fondo, presidía el corredor. Los más de cinco metros de altura y sus más de cinco toneladas de mármol se tradujeron en una parálisis física y mental acrecentada con cada paso que la conducían lentamente ante aquel coloso desnudo cuya cabeza de pelo rizado casi rozaba la cúpula que le servía de aureola. Una vez sentada a sus pies, poco le importaron los empujones y reproches que impedían el avance de los demás visitantes, pues comprendió el verdadero poder del arte, la causa de su rechazo o admiración, el argumento para su destrucción o glorificación.

El arte es el espejo donde se reflejan todas las virtudes y cada una de las vilezas de la humanidad. Al igual que cualquier espejo, desconoce la mentira, y evidencia una sinceridad pasmosa acerca de las miserias, alegrías, rutinas, fantasías, crueldades o empatías dispensadas por dicho poder. Su propia verdad es la encargada de donarle con una fuerza terrible y fascinantemente peligrosa. Motivo por el cual ha conocido el odio de las llamas, la exaltación de sus dones, la oscuridad del ostracismo o el privilegio de no perder la memoria.

Desde entonces, ella escribe a solas en una habitación; moldea en un estudio de escultura; sus pupilas se dilatan cuando se encuentra delante a los maestros de la pintura; llora con los acordes clásicos y desfasa con las melodías más ruidosas; pasea por calles y visita edificios; es habitual de estrenos de cine y se estremece con las viñetas de cómics y libros leídos y por leer. El arte germinó en su interior, otorgándole un poder despreciable para egos descomunales, cautivador para admiradores, humilde para bajar de las nubes y peligroso para aquellos que siempre han tenido como único objetivo hacer añicos un espejo que, si miente, no es arte.

 

domingo, 8 de diciembre de 2024

Storm Pasó Por Cáceres

 



Storm, la mítica banda que hizo el primer Hard Rock y Progresivo en España, así reza en la entrada de su concierto, pasó por Cáceres para demostrar que están más vivos que nunca. Lo están porque vinieron a presentar su nuevo disco, Eternal Youth, y por el estado de forma en el que se encuentran, a pesar de los años, como pusieron de manifiesto en la hora y media larga que estuvieron sobre el escenario de Boogaloo Club. Una cosa a destacar de su show es que, a pesar de ser el guitarrista Ángel Ruiz el que lleva el peso de la voz, los cuatro miembros del grupo, el bajista J.R. Torres, el teclista Maese Muriel y el batería Diego Ruiz, ejercen de voceras en distintos momentos del evento.



Al igual que en su reciente trabajo, dieron el pistoletazo de salida con Oveja Negra, un temazo donde ya dejaban claro lo que se nos vendría encima, R&R, solo R&R. Continuaron dando un salto a su álbum Trilogía, para deleitarnos con Back To The Road y su mezcla de castellano e inglés en el estribillo. Vuelta a la actualidad con el corte homónimo de su último redondo, este en inglés. Y solo con estas tres canciones se puede decir que se metieron al público en el bolsillo.




I Don´t Know, nos hizo rebobinar a tiempos pretéritos. Un cañonazo de buen Rock, rápido y potente, con Diego haciendo toda una demostración de cómo cantar y tocar la batería a la vez. Con In Memoriam acreditaron que no habían venido a vivir de las rentas, sino a hacernos disfrutar de nuevos temas como este, dedicado a l@s presentes y l@s que ya no están. Aunque, evidentemente, no podían olvidarse de clásicos como Woman Mine, todo un lujo poder escucharla después tanto tiempo desde que viera la luz.



Hablando de clásicos, El Día De la Tormenta es otro que no puede caerse de su setlist, sobre todo porque el propio público la pide con ahínco, como pasó en Cáceres. Un Señor Llamado Fdez De Córdoba fue la primera instrumental en la que, por si alguien tenía dudas, los cuatro músicos exhibieron su poderío musical. A mi entender, uno de los mejores momentos del concierto. Levantaron el pie del acelerador con No Es El Final, una balada, medio tiempo, que nos dio un pequeño respiro antes de cerrar esta primera parte del concierto.




Con la sala en plena ebullición, el siguiente paso vino a cargo de Experiencia Completa, tema con título en castellano, pero interpretado en inglés, donde, una vez más, Ángel y Maese se intercambian protagonismo consiguiendo que tod@s gritáramos un estribillo tan pegadizo como este. Si hay un tema que no puede faltar en un concierto de Storm ese es, seguramente, I´ve Got To Tell Your Mama, con el que abrían su legendario disco de 1974. Las caras de felicidad se mezclaron con puños en alto, acompañamiento vocal por parte de l@s presentes y entrega total desde el escenario. Otro de los grandes momentos de la noche. No se olvidaron de su trabajo de 2019, Cyber Dream, interpretando el corte tan purpleliano que da nombre a este disco.



Trilogía fue la encargada de dar continuidad al evento antes de volver a la actualidad con otro de esos temas que se te pegan con tan solo un par de escuchas, Te Lo Digo Yo, y no es, precisamente, por tener este título. A aquell@s que se empeñan en decir y pensar que el Rock no tiene que mezclarse con la política les invitaría que escucharan Amigo Joe. He de reconocer que la estaba esperando como agua de mayo, y veía que pasaba un tema y otro dudando si la iban a tocar, pues es una de mis canciones preferidas de los sevillanos. Traca final con vuelta a sus principios a través de la cañerísima It´s All Right antes de pasar a cerrar, definitivamente, con una larga instrumental, se puede nombrar como 5 Máquinas, para terminar de comprobar que estábamos delante de cuatro musicazos.




Storm, todo un referente dentro del Rock hecho en este Estado que, desgraciadamente, much@s desconocen, nos hicieron pasar un gran momento en su visita a Cáceres. Muchas gracias por ello, por seguir en la brecha y por continuar sacando discos tan buenos como este Eternal Youth que presentan en esta gira de su cincuenta aniversario en los escenarios. Por cierto, ¿en este Cáceres dejaremos de aguantar alguna vez a l@s pesad@s que van a los conciertos a hablar, molestar y comerte la oreja justo cuando mejor lo estás pasando? Espero que sí, ardua tarea.



 

lunes, 25 de noviembre de 2024

Javier Esteban Jiménez: "Pétreos E Irreverentes".

 




Si hay algo que tiene la lectura es la capacidad de seguir sorprendiéndome. Si esa capacidad me llega a través de una persona que conozco desde hace años, se multiplica por no sé cuánto. Y eso es lo que me ha pasado con esta obra de mi querido amigo Javier Esteban Jiménez, Pétreo e irreverentes. Javier es diplomado en ciencias empresariales y gestión cultural. En su haber tiene el primer premio del Concurso Internacional de Relatos Contado el Sur de 2008, el primer premio del Concurso de Relatos Villa de Colmenarejo 2002 o el tercer premio en el VI Certamen de Microrrelatos Vallecas Calle del Libro 2019, entre otros. A esto hay que añadir las obras de teatro La culpa, estrenada el 2010, o La muñeca rusa, estrenada el 2022, y sus colaboraciones en Cuentos para sonreír, Maleta vacía y otros relatos o Manual de emergencia para escritores, por nombrar algunas.




Pétreos e irreverentes es una recopilación de siete cuentos de muy distinta temática y extensión. Eso sí, de una calidad sobresaliente. Echamos a andar por estas páginas con Susan Crowley, Rodolfo y Ferrán. Un relato donde se entremezclan, en muchos y variados sentidos, la vida de estos tres jóvenes, ellos dos españoles, ella norteamericana, durante su estancia en Escocia. Susan es una chica que se permite viajar y reivindicar una variada serie de causas gracias al poder económico de su papá. Ferrán trabaja en lo que le sale en Edimburgo, con la esperanza de conseguir un curro en un local de restauración de renombre internacional. Y Rodolfo fotografía todas esas injusticias contra las que lucha Susan y alguna más. Después de un viaje por las Highlands, los tres se separan hasta reencontrarse durante la protesta Rodea el Congreso en la capital española. No penséis que todo es así de simple, tan solo tenéis que llegar al desenlace de tan singular relación. Personalmente, me he sentido transportado a las Highlands al encontrarme de frente con algunos de los lugares que conocí durante mi visita a las mismas.



Dolores y don Mario puede que sea, a mi entender, el relato más particular de los siete. Él es un experto marionetista que recala cada año en la localidad de La Negras, conoceréis la procedencia de dicho nombre, para ofrecer su espectáculo durante el Festival de Marionetas de este lugar. En cuanto a Dolores, se trata de una joven criada dentro del seno de un grupo de vendedores ambulantes con dotes para cantar y bailar. La gracia que le hacía a los hombres de dicho grupo, y alguno más del público, durante sus interpretaciones infantiles pasan a ser miradas lascivas y tocamientos con el crecimiento de sus pechos y caderas, razón por la que decide huir hasta toparse con don Mario como final de su fuga. Este le enseña todos los trucos del manejo de las marionetas con tanta sensualidad que, a pesar de la diferencia de edad, ella acaba enamorándose perdidamente de él. Es tal la conexión que ambos llegan a tener con el manejo de sus títeres que, durante el espectáculo de ese año en La Negras, consiguen, a través de los mismos, mostrar sus sentimientos. Esto desencadena en una serie de actos que sacan de quicio al alcalde de la localidad, que pide parar la función, y llevan a una nueva huida de Dolores.




Para aquell@s que no lo sepáis, The Sidewinder es uno de los temas más conocidos de Lee Morgan, y el título del tercer relato de esta compilación, además de servir de referencia para la portada del libro. Volvemos a encontrarnos con dos personajes, Narciso y Carolina, con distintos objetivos vitales. Ella es una prostituta y él un buen hijo que no se separó de su madre después de que esta y su padre se divorciaran. Después de leer uno de esos libros de autoayuda que inundan el mercado, Narciso decide perdonar a toda aquella persona que le hizo daño sacando todo de su interior. Eso sí, tiene que enfriar ese perdón hasta que acumule todo en una única unidad. Y ahí está él, pagando los servicios de Carolina para alcanzar tal menester. Os puedo asegurar que el proceso de dicha expiación y el desenlace de la misma os va a sorprender, y quizá no para bien.




Con Yo, sirena en un tejado, entramos la parte de la obra donde los relatos se hacen más cortos, que no menos interesantes e intensos. He de reconocer que este ha sido uno de los que más me ha gustado. La manera de emplear las comparaciones entre el deshollinador y su trabajo con los deseos de la sirena y el descubrimiento del verdadero placer sexual por parte de esta es sublime. Algo que podría ser soez o excesivamente subido de tono, con el uso del lenguaje por parte de Javier se convierte en erótico y sensual a más no poder, al tiempo que rompedor.




Aquell@s que trabajamos o han trabajado con más gente en su día a día, ya sea en un restaurante limpiado platos, como Franky y el protagonista de Estrella Azahar, en un taller o donde se precie, conocemos a más de un@ de es@s compañer@s que te cuentan unas historias que de lo increíble que son parecen reales. Sobre todo, por el lujo de detalles que ell@s mism@s aportan. Y eso es lo que hace Franky Junior con su narrativa acerca de los astronautas y la estrella nombrada. La cuestión es que Franky, como ya he dicho, describe de tal manera todo lo relativo a la forma, el olor y la composición de tal estrella que hasta puedes llegar creer en ella. Tanto que te sientes atraído por la misma hasta tal punto de querer conocerla. Pero para eso nuestro protagonista debe seguir el consejo de Franky y fregar muchos platos para poder costearse el billete.




Los cables luminosos de Tuum es el relato más tierno y a la vez desgarrador de los siete. Tierno por cómo se desarrolla la relación entre l@s dos protagonistas durante su infancia, repleta de atracción mutua e imaginación a raudales. Y desgarrador por darnos de bruces con el paso del tiempo y el olvido de todo lo referente a esas fantasías, por parte de ella, y el desamor y la insistencia por parte de él. Dicen que cuando olvidas tu imaginario infantil es cuando te conviertes en todo un adulto, de esos angustiad@s e infelices.





Para cerrar, y como final redondo, tenemos Maleta Vacía. Un texto donde Javier vuelve a hacer gala de la metáfora entre una bañera llena de agua caliente sobre la que flotan un buen puñado de pétalos de rosa y el problema del agua en Tanzania, en particular, y en África, en general. Todo ello mientras la protagonista rememora su viaje al continente africano con la intención de abrir pozos para paliar la sequía de sus habitantes antes, durante y después de compartir dicho baño floral con su compañero Rai. Los viajes tienen estas cosas, siempre nos cambian, para bien o para mal, al tiempo que nos ayudan a reflexionar sobre los miles de cosas que nos ponen delante de la vista hasta inundar nuestros corazones y anegar nuestras almas. Sencillamente brutal este cierre.


Si hay algo que me ha impresionado de estos relatos es el conocimiento de los lugares que aparecen, tanto físico como social, así como las necesidades y vida de los mismos; las causas que defienden los personajes que aparecen en sus páginas y las personalidades tan dispares de sus protagonistas. Todo con un lenguaje y unas expresiones tan directas como metafóricas que realzan mucho más lo que se nos quiere narrar en unos relatos que, desde luego, son tan pétreos como irreverentes.



miércoles, 6 de noviembre de 2024

Texto Mandrílico Noviembre 2024

 

PASEN Y LEAN


De mí se ha afirmado tal cantidad de cosas, y de tanta índole, que mejor no entrar en detalles. En consecuencia, he llegado a pensar que soy una religión en mí misma. Lo digo por eso de que me llamen templo, y que a algunos les dé por incendiarme o a otros por bombardearme como si fuera la mayor de las catedrales o la mezquita más bella del mundo. Pese a ello, yo no le exijo a nadie que crea en mí ni que sea mi discípulo, mucho menos que se arrodille o incline ante mi sola presencia. Lo mío es dejar pasar hasta el fondo de mi cabeza, que rebusquen en mis entrañas, que nuestros corazones palpiten juntos y que vuestras caras cambien de rictus con cada soplo de aire que sale de mis páginas derecho a vuestro cerebro.

Soy alguien a quien el adjetivo camaleónico le queda corto, pues no solo cambio de color, sino también de forma, edad, lugar y volumen. Lo mismo cumplo siglos el mes que viene encerrada en un sótano, que me asiento sobre los cimientos de una arquitectura ultramoderna. Qué os voy a decir de mi tamaño, pues igual no paso de una estantería de no más de 30 centímetros de largo que las distancias se pierden entre mis largas tripas de pasillos, hasta pueden despistarse subiendo por mi esófago con el propósito de posar sus manos en paredes de distintos tonos y pigmentos. Y resulta que surto el mismo efecto en todo y cada uno de los casos. ¿Será por eso que soy tan peligrosa, deseada, repudiada o admirada?

Dicen por ahí que estos no son buenos tiempos para mí, y yo me pregunto cuándo lo han sido. Aún recuerdo aquel consejo que un antiguo emperador le dio al mundo acerca de mi protección. Y de poco sirvió, pues puede que sea como el Ave Fénix, y resurja de mis cenizas más fuerte y vigorosa, pero os aseguro que muchas de mis plumas se han perdido en la inmensidad del tiempo y no me van a volver a crecer. No porque yo no quisiera, ese sería mi mayor deseo, sino porque aquellos de los que os prevenía ese mismo emperador han conseguido reducirlas a polvo de tal manera que ni materia orgánica son ya.

Pero, en fin, dejémonos ya de discursos y lamentos de una vieja cebolleta y acabemos, de una vez por todas, dejando claro que yo existo porque contengo todo lo que os atrae y todo lo que vuestra curiosidad os impulsa a descubrir. Da lo mismo que alcéis vuestras plegarias a uno, a cien o a ningún dios, que busquéis verdades científicas o mentiras verídicas; que retrocedáis en el tiempo o que cambiéis de dimensión espacial; que me ocultéis en la más lúgubre de las mazmorras o que me iluminéis como el sol que, ciertamente, soy; que me reduzcáis a una mesita de noche o me agigantéis en altos edificios de varias plantas, con o sin ascensor, porque a mí lo que, en realidad,  me da la vida, después de tantas muertes habidas y por venir, es comprobar cómo cada día, en todos los lugares, rincones y habitaciones del planeta, alguien atraviesa mis puertas por primera vez. Y ya no hay retorno posible. Entonces, henchida de gozo, mis ojos se iluminan y mi boca aúlla exultante: «Pasen y lean».

viernes, 25 de octubre de 2024

Pilar López Ávila - Leticia Ruifernández: "Tierra De Pájaros"

 




Para las personas que nos apasionan las aves, este Tierra de pájaros es todo un placer, tanto por sus ilustraciones como por sus textos. El trabajo realizado por Pilar López Ávila y Leticia Ruifernández es excelente, sin más. Lo sé porque la propia Pilar me habló de este libro en un viaje conjunto que hicimos a Badajoz. Pero, una vez que lo tienes entre tus manos, comienzas a entender muchas cosas de las que hablamos durante ese viaje. Reconozco que me apasionan los animales y, en concreto, los pájaros. Y al igual que ellas, soy de los que, vaya a donde vaya, ando siempre pendiente de los gorriones, de los colirrojos o de las grajillas, de igual manera que no quito ojo de la ventana en cada uno de mis viajes en coche, tren o bus, atento a los milanos o a cualquier ser emplumado que se cruce. Por eso creo que he entendido tan bien esta obra, porque me he sentido totalmente identificado con lo que contiene a lo largo de sus páginas.





Pilar López Ávila nació en Cartagena, es Doctora en Veterinaria y docente de Biología y Geología, además de escritora infantil. Libros suyos como Ayobani y el nombre de los animales han sido traducidos a otros idiomas, incluidos el chino y el xhosa. Firma sus artículos con seudónimo en la revista Senderos de Extremadura y mantiene el blog Vivir en la naturaleza en el periódico Hoy. Aparte de esto, es compañera del que escribe estos párrafos en la Asociación Cultural La Croqueta y en la tertulia que lleva el mismo nombre. Como recuerdo de nuestra pasión por los pájaros, mencionaré una tarde de verano, antes de comenzar la tertulia en la terraza de otra compañera, en la que, de pronto, se escucharon unos sonidos en el aire y l@s dos pusimos nuestros ojos en el cielo. Casi no se percibían, pero, ante la indiferencia de los demás compañer@s, nos miramos y asentimos casi a la vez diciendo: «Abejarucos», con esa complicidad que solo se hace presente entre l@s que amamos a los pájaros.






Leticia Ruifernández estudió Arquitectura en Madrid, de donde procede. Su pasión por la pintura y la literatura la llevó a dedicarse a la ilustración, a lo que sumó, posteriormente, la escritura y la edición. Tiene obras publicadas a nivel estatal, así como en Canadá, Korea e Italia, recibiendo premios tanto nacionales como internacionales. Es la creadora de la editorial Papel Continuo, desde la que lanza al mundo sus proyectos personales. Y en este libro realiza una magnífica labor de ilustración de aves y de los diferentes entornos urbanos y campestres donde residen, además de plasmar algunas de sus experiencias personales con los pájaros.




Entrando de lleno en Tierra de pájaros, no debéis pasar por alto la introducción de las autoras en cuanto a la idea y a los lugares que llevaron a fraguar estas páginas, ni el prólogo de Joaquín Araujo, toda una eminencia en el campo de la Biología. Y a partir de aquí todo se convierte en deleite y placer leyendo las experiencias de Pilar acerca de los gorriones, las abubillas, los herrerillos o los vencejos, entre otras muchas aves. Como ya dije, Leticia une a su labor de ilustradora, impresionante, alguna de sus experiencias con las grullas, los nidos abandonados o su acercamiento al centro de rapaces de Maruri. A nivel de impresión, dichas experiencias de ambas se diferencian porque los textos mecanografiados pertenecen a Pilar y los manuscritos a Leticia, detalle que sería fácil de diferenciar por la propia lectura, pero que nunca está de más resaltar.





Y podría estar hablando y escribiendo líneas y líneas sobre este libro con ese entusiasmo que solo las aves saben inculcar en quienes las aprecian de corazón, pero deseo que os impregne ese mismo fervor descubriendo todo lo que en él se refleja. Muchas gracias a Pilar y a Leticia por haberme hecho volar sobre una Tierra de pájaros cada día más amenazada por la contaminación, los pesticidas y una larga lista de peligros que parece no tener fin.