El concepto de biografía está muy bien explicado por
Dickinson en el epílogo de la que tenemos entre manos. Quizá sea por eso por lo
que al leerla eches de menos todo aquello que tu mente y cuerpo de fan de
Maiden te pide constantemente. Ya te digo de antemano que aquí no lo vas a
encontrar. Con esto quiero dejar claro que no es el típico repaso a la vida de
una estrella del Rock lo que inunda estas páginas.
El libro está estructurado de tal manera que su lectura se
hace bastante amena. Esto lo consigue a través de capítulos cortos y agradables
que hacen que quieras seguir leyendo, aunque se te caigan los ojos al suelo.
Por otra parte, tenemos dos tandas de fotos de los más impactante de Bruce y
sus bandas. También hay que decir que para aquell@s que seguimos a Maiden desde
hace mil años alguna nos resulta bastante familiar. Esto no le resta
importancia al asunto, al revés, es un buen ingrediente dentro de la propia
obra.
Me ha gustado mucho todo lo referente a la infancia,
adolescencia y primera juventud de nuestro protagonista. La razón no es otra
que la que el propio Dickinson repite una y otra vez a lo largo de estos
párrafos: “Lo que pasa en la infancia no es por casualidad”. Está claro que
esta es una época de nuestras vidas que nos marcará para siempre, ya sea
desarrollando lo que hemos vivido o deshaciéndonos de lastres que nos hayan
creado esas mismas vivencias. Todo lo relacionado con sus padres, abuelos y
demás familiares está comprimido en una serie de capítulos que hacen que
comprendas muchas de las cosas que encontrarás en los siguientes. Hasta la
propia pasión por la esgrima o la aviación tiene su razón de ser a partir de
sucesos que le ocurren a Bruce durante esta etapa.
Para l@s que buscan enredos y entrañas de la carrera musical
de este extraordinario cantante, uno de mis preferidos, ya estaba tardando en
decirlo, el curriculum de bandas por las que pasa desde sus años escolares y
universitarios hasta llegar a ser el frontman de Maiden será, sin duda, lo más
interesante. Lo digo porque una vez alcanzado el puesto antes referido, no
ahonda mucho más en el tema salvando los sitios donde grabaron, alguna anécdota
de la gira de tal o cual disco o las salidas y entradas de alguno de los
componentes de Iron Maiden. Lo que deja claro es que él quería ser a toda costa
una estrella del Rock. Comenzó intentándolo con la batería, pero sus propios
compañeros le empujaron a ponerse delante de un micrófono por una mezcla de
necesidad, el guitarra de turno cantaba como los búhos, y por confianza en que
podría hacerlo bien. Aquí Bruce empieza a darse cuenta de lo difícil que es
trabajar con un instrumento tan delicado como la voz. Comienza a tomar clases,
a hacer ejercicios y a cortarse de todo aquello que pueda echar su garganta a
perder. Así es cómo sorprende a Paul Samson y sus secuaces que le piden que sea
su cantante, algo que Bruce acepta a la primera.
Esta época de Samson está reflejada con mucho realismo y
sinceridad, algo inherente en toda la obra. La pasión de los componentes de la
banda por el alcohol y ciertos estupefacientes, sumado a la poca destreza de
alguno con su instrumento, como la del batería Thunderstick, los hace caer en
un círculo de rutina y poco progreso. A pesar de ello llegarían a tocar en el
famoso Festival de Reading, donde Dickinson tendrá su primera conversación con
alguien tan esencial en la historia de Maiden como es Ron Smallwood. Para
cuando acabó esa actuación, a pesar de que en las filas de Maiden aún estaba
Paul Di´anno, él sabía que sería el próximo cantante de la banda británica.
Como dije antes, a partir de aquí comenzará a contarnos, anécdotas sí,
anécdotas no, todo lo que supuso la grabación de “The Number Of The Beast” y de
todos los discos que vinieron después hasta que dejó la banda en 1993.
Encontrarás las típicas rencillas entre él y Steve Harris por su posición tanto
en el escenario como dentro de la banda, las razones de la salida de Clive Burr
y la llegada de Nicko McBrain, todo lo que supuso tocar en el mítico Rock In
Rio del 85, cartelazo que ya quisiéramos en muchos de los festivales actuales,
el desgaste de las continuas giras, el hecho de tocar por primera vez en sitios
como Polonia, su involucración en discos esenciales como “Powerslave” o
“Seventh Son Of A Seventh Son” o el pasotismo compositivo en cuanto a otros
como “Somewhere In Time”. Todo esto teniendo como válvula de escape la esgrima
que practicará allá donde pare Maiden y toda su maquinaria. Está será, con
seguridad, la parte del libro que más entusiasmará a los fans del grupo.
Con la salida de Adrian Smith, la grabación de su primer
disco en solitario junto al que a la postre acabaría sustituyendo al propio
Adrian, Janick Gers, y las tensiones acumuladas dentro de la banda, Bruce toma
una decisión conocida por tod@s, dejar el grupo. De esta etapa en solitario
resaltaría dos cosas que él mismo hace patente en el libro. Una, la necesidad
compositiva de salir del círculo cerrado de Maiden que le llevará a descubrir
nuevos sonidos que quedarán plasmados, con mejor o peor resultado, en sus obras
en solitario y nuevos músicos que dejarían huella en su propia vida, tanto
personal como musical, como el guitarrista Roy Z. La otra cosa a resaltar sería
la visita de la banda a Sarajevo en pleno conflicto balcánico. Es increíble
hasta dónde puede llegar la estupidez humana cuando se trata de la mayor de las
estupideces que no es otra que una guerra.
El tiempo transcurre mientras nuestro cantante se va
aficionando más y más a la aviación. Puede que este sea el tema más pesado del
libro, sobre todo por esa cantidad de explicaciones acerca de modelos, paneles
de control o exámenes a superar que hace a partir de aquí hasta el final del
mismo. Para l@s que no tenemos ni idea del asunto puede ser bastante tedioso,
pero está claro que para Bruce ha sido una de sus experiencias vitales y así es
como lo cuenta. Mientras su carrera en solitario daba tumbos con resultados
dispares, la de Maiden iba en picado con Blaze Bayley. Él es consciente de lo
que ocurre y ya sospecha que va a ser llamado para volver a encabezar la banda
que le dio renombre a nivel mundial. Entra en escena, como siempre, Ron
Smallwood con el resultado que tod@s conocemos. Se graba uno de los mejores
álbumes del grupo, “Brave New World”, y la banda cambia de forma con tres
guitarras en sus filas. Aquí entraremos, de nuevo, en una serie de anécdotas y
sensaciones vividas durante las grabaciones de los siguientes trabajos. Todo
aliñado con lo referente a vuelos, escalas y compañías aeronáuticas.
Cuando está a punto de salir el que hasta la fecha es el último
álbum de Maiden, “The Book Of Souls”, a Bruce le detectan cáncer de garganta y
cabeza. Este es el capítulo más extenso de la obra. También es el más sincero y
humano de la misma. El hablar sin tapujos, y no digo a nivel de colegueo, sino
en una biografía que sabes que la va a leer miles de personas, sobre algo tan
fuerte como esta enfermedad es algo admirable por parte del autor. Todo lo
referente al sufrimiento, los hospitales, el tratamiento y la superación
resulta impactante, sobre todo por la fuerza que te puede llegar a contagiar.
Luego vuelta a cantar gira tras gira hasta nuestros días.
Bruce no solo nos habla de sus proyectos musicales, con el
florete o al mando de uno u otro avión, también nos cuenta sus aproximaciones al
mundo de la escritura, la radio, el cine, la cerveza o las series documentales.
Tampoco deja atrás sus vivencias con tal o cual profesor/a durante su época
universitaria o en la escuela primaria. Lo dicho, no busquéis aquí la típica
biografía de enredos matrimoniales, ya sean de pareja o de grupo musical, las
rencillas entre esta o aquella banda, solo se resalta la metedura de pata del
autor con Metallica y poco más, ni una crítica exhaustiva de discos o
actuaciones por parte de grupos con los que compartieron escenario durante todos
estos años. Puede que esa sea la gracia de esta obra, que nos cuenta muchas de
las cosas que no esperábamos que nos contase. Sea como sea, a mí,
personalmente, me ha gustado bastante. También he de volver a reconocer mi
pasión por Iron Maiden y Bruce Dickinson, pues uno y otro forman parte de la
banda sonora de mi vida.
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