lunes, 15 de octubre de 2018

Bruce Dickinson: "¿Para Qué Sirve Este Botón?". Una Biografía De Altos Vuelos








El concepto de biografía está muy bien explicado por Dickinson en el epílogo de la que tenemos entre manos. Quizá sea por eso por lo que al leerla eches de menos todo aquello que tu mente y cuerpo de fan de Maiden te pide constantemente. Ya te digo de antemano que aquí no lo vas a encontrar. Con esto quiero dejar claro que no es el típico repaso a la vida de una estrella del Rock lo que inunda estas páginas.




El libro está estructurado de tal manera que su lectura se hace bastante amena. Esto lo consigue a través de capítulos cortos y agradables que hacen que quieras seguir leyendo, aunque se te caigan los ojos al suelo. Por otra parte, tenemos dos tandas de fotos de los más impactante de Bruce y sus bandas. También hay que decir que para aquell@s que seguimos a Maiden desde hace mil años alguna nos resulta bastante familiar. Esto no le resta importancia al asunto, al revés, es un buen ingrediente dentro de la propia obra.




Me ha gustado mucho todo lo referente a la infancia, adolescencia y primera juventud de nuestro protagonista. La razón no es otra que la que el propio Dickinson repite una y otra vez a lo largo de estos párrafos: “Lo que pasa en la infancia no es por casualidad”. Está claro que esta es una época de nuestras vidas que nos marcará para siempre, ya sea desarrollando lo que hemos vivido o deshaciéndonos de lastres que nos hayan creado esas mismas vivencias. Todo lo relacionado con sus padres, abuelos y demás familiares está comprimido en una serie de capítulos que hacen que comprendas muchas de las cosas que encontrarás en los siguientes. Hasta la propia pasión por la esgrima o la aviación tiene su razón de ser a partir de sucesos que le ocurren a Bruce durante esta etapa.





Para l@s que buscan enredos y entrañas de la carrera musical de este extraordinario cantante, uno de mis preferidos, ya estaba tardando en decirlo, el curriculum de bandas por las que pasa desde sus años escolares y universitarios hasta llegar a ser el frontman de Maiden será, sin duda, lo más interesante. Lo digo porque una vez alcanzado el puesto antes referido, no ahonda mucho más en el tema salvando los sitios donde grabaron, alguna anécdota de la gira de tal o cual disco o las salidas y entradas de alguno de los componentes de Iron Maiden. Lo que deja claro es que él quería ser a toda costa una estrella del Rock. Comenzó intentándolo con la batería, pero sus propios compañeros le empujaron a ponerse delante de un micrófono por una mezcla de necesidad, el guitarra de turno cantaba como los búhos, y por confianza en que podría hacerlo bien. Aquí Bruce empieza a darse cuenta de lo difícil que es trabajar con un instrumento tan delicado como la voz. Comienza a tomar clases, a hacer ejercicios y a cortarse de todo aquello que pueda echar su garganta a perder. Así es cómo sorprende a Paul Samson y sus secuaces que le piden que sea su cantante, algo que Bruce acepta a la primera.




Esta época de Samson está reflejada con mucho realismo y sinceridad, algo inherente en toda la obra. La pasión de los componentes de la banda por el alcohol y ciertos estupefacientes, sumado a la poca destreza de alguno con su instrumento, como la del batería Thunderstick, los hace caer en un círculo de rutina y poco progreso. A pesar de ello llegarían a tocar en el famoso Festival de Reading, donde Dickinson tendrá su primera conversación con alguien tan esencial en la historia de Maiden como es Ron Smallwood. Para cuando acabó esa actuación, a pesar de que en las filas de Maiden aún estaba Paul Di´anno, él sabía que sería el próximo cantante de la banda británica. Como dije antes, a partir de aquí comenzará a contarnos, anécdotas sí, anécdotas no, todo lo que supuso la grabación de “The Number Of The Beast” y de todos los discos que vinieron después hasta que dejó la banda en 1993. Encontrarás las típicas rencillas entre él y Steve Harris por su posición tanto en el escenario como dentro de la banda, las razones de la salida de Clive Burr y la llegada de Nicko McBrain, todo lo que supuso tocar en el mítico Rock In Rio del 85, cartelazo que ya quisiéramos en muchos de los festivales actuales, el desgaste de las continuas giras, el hecho de tocar por primera vez en sitios como Polonia, su involucración en discos esenciales como “Powerslave” o “Seventh Son Of A Seventh Son” o el pasotismo compositivo en cuanto a otros como “Somewhere In Time”. Todo esto teniendo como válvula de escape la esgrima que practicará allá donde pare Maiden y toda su maquinaria. Está será, con seguridad, la parte del libro que más entusiasmará a los fans del grupo.




Con la salida de Adrian Smith, la grabación de su primer disco en solitario junto al que a la postre acabaría sustituyendo al propio Adrian, Janick Gers, y las tensiones acumuladas dentro de la banda, Bruce toma una decisión conocida por tod@s, dejar el grupo. De esta etapa en solitario resaltaría dos cosas que él mismo hace patente en el libro. Una, la necesidad compositiva de salir del círculo cerrado de Maiden que le llevará a descubrir nuevos sonidos que quedarán plasmados, con mejor o peor resultado, en sus obras en solitario y nuevos músicos que dejarían huella en su propia vida, tanto personal como musical, como el guitarrista Roy Z. La otra cosa a resaltar sería la visita de la banda a Sarajevo en pleno conflicto balcánico. Es increíble hasta dónde puede llegar la estupidez humana cuando se trata de la mayor de las estupideces que no es otra que una guerra.






El tiempo transcurre mientras nuestro cantante se va aficionando más y más a la aviación. Puede que este sea el tema más pesado del libro, sobre todo por esa cantidad de explicaciones acerca de modelos, paneles de control o exámenes a superar que hace a partir de aquí hasta el final del mismo. Para l@s que no tenemos ni idea del asunto puede ser bastante tedioso, pero está claro que para Bruce ha sido una de sus experiencias vitales y así es como lo cuenta. Mientras su carrera en solitario daba tumbos con resultados dispares, la de Maiden iba en picado con Blaze Bayley. Él es consciente de lo que ocurre y ya sospecha que va a ser llamado para volver a encabezar la banda que le dio renombre a nivel mundial. Entra en escena, como siempre, Ron Smallwood con el resultado que tod@s conocemos. Se graba uno de los mejores álbumes del grupo, “Brave New World”, y la banda cambia de forma con tres guitarras en sus filas. Aquí entraremos, de nuevo, en una serie de anécdotas y sensaciones vividas durante las grabaciones de los siguientes trabajos. Todo aliñado con lo referente a vuelos, escalas y compañías aeronáuticas.






Cuando está a punto de salir el que hasta la fecha es el último álbum de Maiden, “The Book Of Souls”, a Bruce le detectan cáncer de garganta y cabeza. Este es el capítulo más extenso de la obra. También es el más sincero y humano de la misma. El hablar sin tapujos, y no digo a nivel de colegueo, sino en una biografía que sabes que la va a leer miles de personas, sobre algo tan fuerte como esta enfermedad es algo admirable por parte del autor. Todo lo referente al sufrimiento, los hospitales, el tratamiento y la superación resulta impactante, sobre todo por la fuerza que te puede llegar a contagiar. Luego vuelta a cantar gira tras gira hasta nuestros días.





Bruce no solo nos habla de sus proyectos musicales, con el florete o al mando de uno u otro avión, también nos cuenta sus aproximaciones al mundo de la escritura, la radio, el cine, la cerveza o las series documentales. Tampoco deja atrás sus vivencias con tal o cual profesor/a durante su época universitaria o en la escuela primaria. Lo dicho, no busquéis aquí la típica biografía de enredos matrimoniales, ya sean de pareja o de grupo musical, las rencillas entre esta o aquella banda, solo se resalta la metedura de pata del autor con Metallica y poco más, ni una crítica exhaustiva de discos o actuaciones por parte de grupos con los que compartieron escenario durante todos estos años. Puede que esa sea la gracia de esta obra, que nos cuenta muchas de las cosas que no esperábamos que nos contase. Sea como sea, a mí, personalmente, me ha gustado bastante. También he de volver a reconocer mi pasión por Iron Maiden y Bruce Dickinson, pues uno y otro forman parte de la banda sonora de mi vida.




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