jueves, 19 de abril de 2018

Blaze Bayley Pasó Por Cáceres







Creo que la sinceridad siempre ha sido una de las características de los artículos que he escrito para este blog. Partiendo de ahí, diré que no conocía la carrera de Blaze Bayley antes de su incorporación a Iron Maiden, que solo escuché o presté atención al primer disco que grabó con ellos y que tampoco le seguí la pista una vez salió de las filas de la Dama de Hierro. Lo mismo respecto a Luke Appleton, con la diferencia de que nunca he sido un seguidor de Iced Earth. Una vez dicho esto, me acerqué a verlos en directo principalmente porque los traía un buen colega que lleva años enrollándose con esto de los conciertos sin apenas ganar un duro y darle así todo mi apoyo. Pero para que veáis cómo son las cosas, después de tres días de tralla en el Extremúsika, resulta que estos dos señores y los músicos que acompañaban a Blaze, nos dejaron a tod@s con la boca abierta y flipando en colores. Voy a explicar esto entrando un poco más en materia.




Luke Appleton se subió él solito al escenario con su guitarra acústica para presentarnos su trabajo de igual índole llamado “How Does It To Feel Alive?”. No es que el chaval lo hiciera cojonudo, pero no sé por qué razón desde el primer instante nos tuvo a tod@s en volandas, y eso que era acústico. Puede que fuera su simpatía, o el verle al tío allí guitarreando y desgañitándose, que ni dios pestañeaba. A temas de sus dos bandas mater, como “Watching Over Me” o “Reflection”, añadió cortes de dicho trabajo como el que le da título al disco, “Three Eyes Crow” o “The Fear Is A Lie”. Lo dicho, muy majo el chaval que no dudó en decirnos que si no comprábamos su Cd al menos le invitásemos a unas birras después de tantos kilómetros recorridos hasta llegar a nuestra ciudad. Algo que se mereció con creces.




Lo que pasó con el concierto de Blaze Bayley fue que, como tampoco esperaba mucho del mismo, era domingo después de un finde largo y estábamos no más de sesenta personas, lo de llevarnos una sorpresa, para bien, claro, se multiplicó por cien. Empezó dejándose ver por allí antes incluso de que Luke subiera a las tablas, nos hicimos fotos con él y saludó al que quiso saludarle. Con estos gestos nos dimos cuenta de que no teníamos delante a la típica estrella del Rock que, habiéndose comido el mundo o no, porque algun@s se creen que son lo más y luego no han pasado de Garrovillas, con todo mi respeto por este pueblo, te miran por encima del hombro. Para nada, es más, dejó claro todo este asunto cuando presentó uno de los temas que más me gustaron de su show, “Independence”.




Arrancó con “Redeemer” y “Are You Here?, de la tercera y nueva parte de su trilogía “Infinite Entaglement”, a las que siguió el primer corte de su etapa en Maiden, “Futureal”. El concierto se basó, como era de esperar, en eso, una mezcla de temas propios con otros de la banda con más éxito en la que ha militado. Después empezó con una de sus muchas charlas de las que la mitad de l@s que estábamos allí nos enterábamos a medias y siguió echándole leña al fuego con “The First True Sign”, también de la tercera parte de su trilogía, y “Silicon Messiah”, de cuando se hacía llamar B L A Z E. Para ese momento ya empezamos a darnos cuenta de que aquello estaba siendo mucho más de lo que creíamos que iba a ser. La cosa siguió en aumento con “Down Of The Dead Son”, “Escape Velocity” y “Fight Back”, tres verdaderos trallazos de la segunda parte de su, ya mencionada, trilogía. Volvió a su último trabajo con “Prayers For Light”, siempre soltando alguna que otra charla antes de presentar los temas, y a Maiden con esa peculiar canción que es “Virus”.



Os podéis imaginar que a estas alturas nos dimos cuenta de que tanto la voz de Blaze como la maestría de los músicos que le acompañan, Chris Appleton a la guitarra, un máquina este chaval, pero lo mejor para mí es la base rítmica con Martin McNee a la batería y Karl Schramm al bajo, brutales. Como he dicho antes, creo que el punto de inflexión del show de Blaze llegó con “Independence”. Si todo fue en aumento hasta ese instante, a partir de aquí la peña ya se desmadró y pidió más y más. Algo que él siguió ofreciéndonos con “Immortal One”, “Human” o “Calling You Home”. Después de estas tres y “Endure And Survive”, nos voló la cabeza con dos temas como “The Angel And The Glamber” y “Man On The Edge”, de sus respectivos trabajos con Maiden, en los cuales descubrimos que lo del acústico de Luke tenía truco pues, a pesar de ser el bajista de Iced Earth, se subió a tocar la guitarra con el resto de la banda y no se bajó del escenario hasta la despedida, otra grata sorpresa más que añadir al concierto. Aquello iba llegando al final, algo que parecía desear poc@s de l@s presentes. Trío de cierre con “A Thousand Years”, la cañón “Infinite Entanglement” y “Dark Energy 256”.



“Muchas gracias, señor” es lo que me dijeron los músicos después de felicitarles cuando me despedí de ellos a la salida de la Sala Barroco. Solo diré que gracias a ellos por hacernos disfrutar de una tarde-noche de domingo lluviosa y fría. Conciertos como este son de los que dejan claro que la música es algo mágico, tanto que puede levantarte el ánimo de tal forma que no sientas ni inclemencias meteorológicas, personales, sociales o políticas, al menos por un par de horas o tres. Por cierto, ya era hora de que la Barroco pusiera Rock entre grupo y grupo, ahora falta que ponga el aire cuando también sea necesario. Esto último lo digo por el tiempo que se avecina por estos lares, lo otro porque no hay cosa más ridícula que escuchar Shakira, por ejemplo, entre banda y banda de Rock.  



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