El pasado martes, 6 de Octubre, pasó la
gira de las suecas Thundermother por Cáceres. Estuvieron acompañadas por los
madrileños Calibre Zero. Ambos grupos andan de presentación de sus nuevos
trabajos aunque “Con Las Botas Puestas” de los de Madrid lleva ya un año, se
podría decir, en la calle. Tal vez que parezca una idiotez pero lo primero que
destacaría es que en la Sala barroco, lugar donde aconteció el evento, pusieron
Rock entre un concierto y otro, ya era hora que tuvieran ese detalle. Para ser
un día de diario, la entrada no estuvo del todo mal, alrededor de 60 personas
nos vimos las caras para disfrutar de un buen rato de Rock.
Con cierto retraso, como siempre en la
Barroco, y la mayoría de la peña aún fuera, sobre el horario previsto salieron
a escena Calibre Zero. En un primer momento no disfrutaron de un buen sonido,
algo que para una banda que toca por primera vez en un sitio y con poca gente
que los conozca siempre es un handicap. Este problema se fue solventando y para
poco antes de la mitad de su concierto aquello sonaba como debía ser, es decir,
atronador. Con sus poco más de cuarenta minutos supieron repartir cera con
temas como “Esclavizados”, “El Humo De La Confusión” o “Si Yo Creo En Ti”. La voz
de Ricardo nunca llegó a escucharse todo lo bien que se debería pero quiero
pensar que eso es algo que puede pasar por las características de la misma. Miguel
estuvo brutal en todo momento a las seis cuerdas mientras que la base rítmica
formada por Pedro al bajo y Antonio a las baquetas realizó una labor
excepcional. La cuestión es que, como suele pasar en estos casos, cuando mejor
y más entregados estábamos, esto fue a base de trallazos como “Rock Hasta Morir”
o “Sin Actitud No Hay R&R”, se acabó su show. Una pena porque estoy seguro
de que de haber tenido sólo media hora más la percepción de muchos de los asistentes
habría cambiado radicalmente. Espero que vuelvan pronto por aquí y verlos en un
concierto suyo.
Los combos de chicas dentro del R&R
son siempre un foco de atención. Ya sean suecas, como es el caso, o del propio
Estado siempre se les mira con una lupa pues se espera de ellas que lo hagan
quizá un poco mejor que los grupos de chicos. Las Thundermother se han
embarcado en una extensa gira por estos lares para presentarnos su segundo
trabajo, “Road Fever”. Se las vio con muchas gansa y entrega desde el principio
con ese cañonazo que es “Thunder Machine”. Un poco apretadas en el pequeño
escenario de la sala poco podían moverse pero ello no impidió que alguna que otra
vez ambas guitarras, Filippa y Georgia, intercambiaran sus posiciones. La primera,
junto con la cantante Clare, fueron las más activas del show. El sonido mejoró
notablemente durante su actuación, algo que hizo que con cortes como “The Dangerous
Kind”, de su primer trabajo, se metieran al público en el bolsillo con
facilidad. Me gustó mucho la labor de la batería Tilda mientras que la más
sosona de la banda, para mi gusto, fue la bajista Linda. Con poco más que
saludos a los asistentes dejaban caer un tema tras otro como “Enemy”, “R&R
Disaster”, “One For The Road” o “R&R Sisters”. De este modo fueron
avanzando hasta llegar al que, podríamos decir, es su tema estrella que nos es
otro que “Shoot To Kill”. Con él hacen referencia a su gran influencia, tanto
sonora como escénica, que no es otra que AC/DC. Filippa se bajó del escenario y
se paseó entre los presentes con su guitarra sonando a tope en plan Angus Young.
La peña le pidió que siguieran un poco más y ellas se despidieron con un par de
temas entre los que destaco “Please Me”. Lo dicho, mucha entrega, un sonido muy
en la onda de esa línea acedeciana, como Airbourne o Bullet, que rula por en
estos momentos por el mundo rockero y mucha simpatía. Se ve que estas chicas se
lo pasan bien con lo que hacen, algo siempre importante.
Es difícil saber por qué a las bandas
estatales les cuesta más entrar en los gustos del público. Lo digo porque no
creo que Calibre Zero tenga nada que envidiar a las suecas. A pesar de ello
escuché ciertos comentarios que se repiten en muchas de las ocasiones que unos
guiris comparten cartel con los de por aquí. ¿Es porque ellos cantan en inglés,
porque acaban sonando mejor o porque tenemos metido entre ceja y ceja que la
mayoría de lo que viene de fuera es, supuestamente, de mejor calidad? El martes
volví a vivir un poco este tema. ¿Qué hubiera pasado si los teloneros hubieran
sido ingleses o alemanes? Una pena que todavía sigamos pensando cosas de estas.
Luego no me extraña que las bandas, caso de los Caibre Zero, acaben triunfando
más en México y Sudamérica que aquí. Lo digo porque mucha peña se sorprendía
cuando les comentaba que los madrileños tenían ya cuatro discos en su haber, por
ejemplo.
Fin de fiesta, los pocos que quedamos,
en el Pub Dio de mi colega Pedro donde pudimos compartir charla, fotos y
futbolín con los de la capital. Me parecieron una gente muy maja, sobre todo su
cantante. Eso sí, las suecas no aparecieron por ningún lado, para pesar de
algunos. Gracias a David por su enorme esfuerzo al traer estas bandas y
esperemos volver a ir pronto a un concierto organizado por él. Mientras tanto
seguiremos esperando, que decían los otros.
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